Emily... ¿Por qué tú?

Martina estaba durmiendo a mi lado.

No quiero lastimarla. Es tan... Frágil. Tan linda. Pero no es lo que busco. No lo que quiero. No lo que merezco...

Me levanté despacio y fui al balcón. Mis ojos se humedecieron.

Necesito a Emily. La amo y la necesito.

Volví adentro y busqué las fotos escolares de primaria.

En 4 fotos de distintos años, yo salgo a su lado. No recuerdo haberme puesto así, pero bueno.

La de primer año es la mas linda. Bueno, ella estaba linda. Tenia su uniforme, dos coletas altas y su ceño fruncido. Daba risa verla así de enojada.

Agarré mi teléfono y la llamé. Necesitaba oir su voz.

- Hola...

- Hola... ¿Dormias?

- No. Tengo imsomnio. ¿Paso algo?

- Necesitaba oírte... Saber que estas bien. Siento si te molesté...

- Amm... No es nada. No hay problema...

- Te extraño...

Escuché su risa.

- Me haz visto hoy Juan.

- No es eso... Extraño otras cosas de ti... Tus besos y eso... Ya se que no me quieres ver ni en pintura, pero dame una última noche.

Una lágrima bajó. La Sequé rápidamente y miré a Martina, quien se removía incómoda en la cama.

- Juan... No lo se... Tienes a tu novia y...

- Al carajo ella. Te necesito.

Escuché un suspiro de su parte.

- No. Y no vuelvas a llamar. Te odio

Cortó.

Intenté llamarla, pero bloqueó mi número. Me eliminó de facebook y hasta bloqueó de WhatsApp.

Pero no sólo son redes sociales. Estuve años comunicándome con ella de otra forma.

Cartas.