- ¿Otra vez?

Casi gritamos los dos.

- ¿Que haces en mi empresa?

Señaló a un costado.

- Ah, entiendo.

- Volvió esta mañana y empezó a apurarme en un montón de cosas. Si no lo mato tiene suerte

Reí y miré a Uriel Jarrell. Lo odio con mi alma y no precisamente porque esté con Emily.

Él estuvo un año estudiando particular conmigo. Y como yo hacía las cosas bien y él no, me hacía "maldades". O sea, manchar mis hojas, romperlas y otras cosas.
Tal fue mi cansancio que terminé rompiéndole el rostro. Tenía 14 años y ya me cansaban sus actitudes. Desde ahí, el odio es mutuo. Pero voy a ser un accionista en Ferrari, así que quiera o no tengo que trabajar con él.

- ¿Este es el idiota que no te satisface?

Rió y asintió. Su rostro se enrojeció.

- Es pésimo y encima se la tengo que ver con lupa.

Ahora reí a carcajadas.

- Te juro que la paso mejor con otro que con él. Aunque lo quiero mucho.

- Entiendo...

Me acerqué a su oído.

- Te estaré esperando.

Su piel se erizó. Fuimos a la sala de juntas y empezamos a hablar sobre las acciones de Ferrari. Bueno, esa sucursal se viene abajo así que me pidieron "Ayuda".

Al terminar la junta, Emily se me acercó.

- ¿Seguimos odiandonos o qué?

- Da igual.

- Em, vamos cielo.

"Cielo" ash, puto.

SI SI SI ESTOY CELOSO ¿YYYY?

Me alteré.

Me fui a mi oficina y seguí trabajando.

- Esteban, por favor haz una reserva en el mejor restaurant de la ciudad y lleva el pedido a las torres Gold 3 por favor. Departamento 240 B.

- Si señor.

Emily no se me iba a escapar.