Narra Emily.

Después de un día agotador de trabajo, decidí ir a tomar algo por ahí. A veces eso me relajaba y además Uriel tuvo que viajar en la tarde por asuntos "Urgentes" de trabajo. Vuelve en unos días.

Pedí un trago suave, como para empezar la noche. Quería divertirme, hace tiempo no lo hacía.

Vi que alguien se sentó a mi lado y pidió Vodka. Miré de reojo y pude ver a Juan Luis bien vestido y arreglado.

Enseguida tenía a dos mujeres a su lado.

Zorras.

Mierda de celos me tocan a mi.

Y si, estoy celosa. ¿Como no estar celosa de alguien que aún no superaste? Es Obvio ¿No?

En un momento se quedó sólo y me miró. Traté de restarle importancia. Pedí otro trago y suspire.

Trato de calmarme y se aparece Lucifer en persona. Genial.

- ¿Tu de nuevo?

Giré en su direccion.

- ¿Algun problema?

Tomé mi trago y suspire.

- Estas... Diferente.

- Nada que ver.

Lo vi mas detalladamente. Ahora tenía barba, se lo veía mas musculoso que antes y se habia dejado crecer un poco el pelo. Lo último que supe de él fue que se habia rapado por completo y ya. Ademas vi una foto. Ahora está mejor, supongo.

- Tu si cambiaste.

- Y demasiado... Te dejaste crecer el pelo.

- Son extensiones -Dije sincera antes de beber de nuevo- Tengo el pelo mas corto en sí.

Asintió mirándome nuevamente.

- Sigues igual de linda que antes.

Reí.

- No. No es igual.

Volví a pedir otro trago, aunque él lo impidió.

- No debes beber así.

- No me digas que hacer con mi vida.

Volví a mirar al chico.

- Dame otro por favor.

Asintió y preparó mi trago.

- Emily, tienes que manejar. Te vi llegar en auto.

- Dejame.

El alcohol empezaba a hacer efecto. Tanto, que empecé a coquetear con el barman.

- Se acabó.

Juan Luis me sacó del bar y subió a mi auto. Me sentia demasiado cansada, asi que cerré mis ojos.
Así me quedé profundamente dormida.