Narra Juan.

- ¡Manu!

Casi corrí a ella.

- Recordé quienes son Emily y Adam.

Palideció.

- Necesito saber donde están y necesito tu ayuda.

- Mira yo...  Yo veo a Adam cada tanto. No debería decirte esto por elección de la mamá de Adam pero... Creo que debes conocerlo.

Suspire.

- ¿Puedes pasarme el contacto de Emily? Por favor...

Agarró su celular y buscó el contacto.

- Toma, la estoy llamando. Hablen entre ustedes y luego veo si te lo paso.

Asentí. Puse el celular en mi oído y suspire.

- ¿Hola?

Era la voz de un niño. Mis ojos se humedecieron.

- ¡Tía Manu! Hola ¿Cuando vienes a verme?

Detrás escuché un grito de mujer. Era ella

- Adam dame... -Se quedó todo en silencio- Hola Manu ¿Todo bien?

- Hola Emily...

Se quedó en silencio de nuevo.

- ¿Juan?

- Si... Soy yo... Los recordé.

Escuche un sollozo.

- Un segundo...

Nuevamente silencio. Al cabo de unos minutos volvió a hablar.

- ¿Quieres ver a Adam...?

- Hoy no... No estoy en condiciones... Pero podemos hablar estos días y acordar un encuentro...

- Me parece bien... Dile a Manu que te pase mi número y hablamos.

- Esta bien... Hasta luego entonces...

- Hasta luego...

Corte la llamada. Mi hermana me miraba.

- ¿Y?

- Ella dijo que la agende... Así en estos dias conozco al pequeño.

Asintió y sonrió.

- Es un ángel.

Buscó algo en su celular y me mostró.

- Es él...

Sonreí. Era hermoso. Mis ojos gotearon, no lo evité.

- Es precioso.

Tenia mi color de pelo, los ojos entre gris y verde como Emily, mi color de piel y una sonrisa inigualable.

- Gracias por dejarme hablar con ella.

- No es nada...

Decidí ir a recostarme un rato. Me dolia la cabeza y estaba algo cansado. Y, obviamente, me quede dormido.

Al cabo de unos días, hablé con Emily.

Ahora Estoy parado delante de su casa.

Las manos y piernas me temblaban. Toqué la puerta.

Ella abrió y se quedó quieta.

- Hola Emily...

- Ho... Hola. Pasa.

Asentí y entré a su casa. Poco a poco iba recordando parte de ella. No vine muchas veces pero lo recuerdo.

- ¿Quieres café o algo?

- Bueno... Si, esta bien.

Fui tras ella a la cocina.

- ¿Estas sola?

- Adam está en el baño. Ahora viene.

Asentí. Vi una foto de ella y el pequeño.

- Seguro eres una gran mamá... Te admiro y eso que apenas nos reencontramos.

Sonrió y me entregó la taza.

- Ya tiene azúcar... Y gracias por el cumplido.

Bebí el café. Estaba tal y como me gusta.

- ¿El pequeño sabe la historia...?

- Muy por encima... Le comente que vendrias, no le dije cuando asi que es una sorpresa prácticamente.

Asentí.

- Me enteré lo de tu separación... Lo siento.

- Si... Las cosas no funcionaban y tal que terminé con mi esposa... No importa, debo dejarla atrás.

Escuche pasos leves. Despacio, voltee hacia la entrada de la cocina. Ahí estaba él, mi pequeño, mi hijo...

- Hola...

Dijo con sus mejillas enrojecidas.

- Hola pequeño...

Me acerqué y agache a su altura.

- Soy Juan...

- Adam...

Sonrió.

- Adam... -Emily se acercó e imitó mi acción- Juan es...

- ¿Mi Papá?

La interrumpió. Emily me miró y suspiro.

- Si... Es él.

Volví a ver a Adam. En un segundo sus mejillas estaban encharcadas.

- Perdón...

Salió corriendo. Me levante al igual que ella.

- Espera... Ya vuelvo.

Fue tras él.

Creo que arruiné todo.