Y con cada día que ha pasado desde entonces, con cada palabra que has dicho; cada momento que me has odiado, amado, he caído un poco más profundo. Estaba mal, pero nada podría haberme hecho más feliz. Fuiste el mejor error que he cometido. 

-

—¡Oh, por fin!

Había estado buscando a Harry, Ron y Hermione durante años. Cuando los encuentro por fin, delante de los relojes de arena que cuentan los puntos de la casa, todos me lanzan sonrisas sombrías. Nadie parece particularmente feliz de verme, y no los culpo. Ayer, Draco atrapó a Harry mientras todos huíamos del Ejército de Dumbledore, después de que Umbridge descubriera lo que estábamos haciendo. Obviamente, el E.D había sido una organización altamente ilegal gracias a todos sus decretos, y la captura de Harry no llevó a que Harry casi fuera expulsado, sino a que Dumbledore se atribuyera el mérito del E.D y luego tuviera que escapar. Esencialmente, fue por Draco que Dumbledore se había ido y Umbridge había sido nombrada nuestra nueva directora.

Abrí los ojos cuando veo cristales volando en los relojes de arena, más rápidamente en el de Gryffindor. —¿Qué está pasando?—Pregunté. 

Di un paso adelante justo cuando Fred y George bajan por la escalera de mármol.—¿Te has dado cuenta?—dijo Fred. 

—¡Malfoy acaba de descontarnos unos cincuenta puntos a cada uno!—dijoHarry furioso. 

Fred me miró.—Bien, Isobel.—dijo.—No sé cómo decirte esto, pero tu novio es un pequeño imbécil.

—Lo sé.—murmuré. 

—En realidad.—dijo George,—No es sólo un pequeño imbécil, es un gran, enorme imbécil que...

—Estoy bastante segura de que incluso Isobel odia a Malfoy en este momento.—dijo Hermione, dándome una mirada comprensiva.
Forcé una sonrisa. 

—Bueno, no es sólo él.—dijo George, aunque parece escéptico.—Montague trató de hacernos lo mismo durante el descanso. Se habría salido con la suya si no lo hubiéramos metido en un armario de desaparición.

Hermione los miró fijamente.—¡Pero te meterás en más problemas por eso!

—Oh, ya no nos importa eso.—dijo Fred suspirando.—Además, hemos decidido que un poco de caos es justo lo que nuestra nueva cabeza necesita.

—¿Qué?—exclamó Ron, con cara de sorpresa. 

—¡No debes!—susurró Hermione. —¡A Umbridge le encantaría tener una razón para expulsarte!

George sonrió.—Ya no nos importa quedarnos.—dijo casualmente. Hermione se indignó.—Nos iríamos ahora mismo si no estuviéramos decididos a aportar nuestro granito de arena a Dumbledore primero.

Cuando Fred y George se van, Hermione y Ron susurran furiosos sobre lo que podrían haber planeado. Harry los mira fijamente, sin interés aparente en su conversación. 

—Espero que no sea nada estúpido.—dijo Ron.—Mi madre se pondrá furiosa.

—No seas ridículo.—dijo Hermione con impaciencia.—Sólo espero que no sea nada peligroso. Pueden ser un poco demasiado imprudentes a veces, ¿no? ¿Qué piensas, Isobel?

—Pienso que no tenemos ninguna posibilidad de ganar la copa de la casa este año.—dije miserablemente.—Las piedras casi han desaparecido.

Todos giran alrededor para mirar los relojes de arena. Las piedras de rubí están volando más rápido que nunca.

—Bueno—dijo Ron enfadado,—¡Apuesto a que todavía nos quedaría el doble de eso si no fuera por tu novio!

—No me gusta la forma en que lo dices como si fuera mi culpa.—dije con frialdad, mirando el reloj de arena.—Pero puedes apostar todo a que lo aclararé.

-

Comencé a llamarlo en cuanto me acerco lo suficiente para golpear la pared que oculta la entrada de la sala común de Slytherin. Casi todos los del E.D me han dado su opinión sobre las acciones de Draco...todos me culpan por sus acciones, y estoy lista para estallar de ira.

—¡Draco! Dra...

Después de unos minutos, la pared se disuelve, permitiendo a Draco abrir la puerta de golpe, mirándome fijamente.—¿Qué?...Todo el mundo ahí dentro puede oír...

Viendo mi expresión, se calló.—Espero que estés muy contento contigo mismo.—dije fríamente. Draco suspiró lentamente como si supiera que esto iba a pasar. Lo miré fijamente, esperando una explicación.—¿Y bien?

Draco evitó mirarme.—Sabes que tenía que hacerlo, Isobel.

—No, no lo sabías. Que Umbridge sea nuestra nueva directora puede beneficiarte, pero es horrible para casi todos los demás en la escuela, y todo gracias a tus elecciones. No tenías que hacer nada, Draco, tenías todo el derecho a no...

—No necesariamente

—Harry—dije señalé hacia arriba con una mano salvajemente—está siendo interrogado en este momento en la oficina de Umbridge, con el Veritaserum! ¿Es eso lo que querías? ¿Vernos destruidos?

—Hago lo que quiero hacer.—dijo Draco con dureza,—Y de todas formas, conseguí 50 puntos para Slytherin por hacerlo.

—¿Cincuenta puntos para Slytherin?—Interrumpí sarcásticamente.—¡Oh, debes estar tan orgulloso! Felicitaciones, qué causa tan digna...

Draco se sentó en un escalón y puso sus codos en las rodillas, claramente tratando de contener su temperamento.—Isobel, dije que respetaría tu privacidad pero obviamente tengo obligaciones...

—¡Obligaciones!—Interrumpí de nuevo.—Tus obligaciones, oh, mis disculpas...

—¡Ni siquiera hice nada!—dijo.—No te delaté, ¡todo lo que hice fue atrapar a Potter!

Lo miré fijamente, ofendida.—Ni siquiera lo sientes, ¿verdad?

—¡No tengo nada que lamentar!

En ese momento, se produjo un fuerte golpe, y Draco y yo nos quedamos en silencio. Después de un momento de vacilación, me lanzo a la ventana más cercana. Una lluvia de chispas rojas y doradas cae del cielo. Sonrío, dándome cuenta de repente de lo que Fred y George habían estado hablando esta mañana. Después de otro estallido, un río de estrellas plateadas se desarrolla en el aire, parpadeando varias veces antes de disolverse. Escucho un choque y varios gritos de alegría sobre nosotros, indicando que los fuegos artificiales de los gemelos también han entrado en la escuela.

Draco mira fijamente, paralizado, los fuegos artificiales a mi lado.—¿Qué demonios...?—se detuvo, notando mi expresión.—¿Sabes quién hizo esto?

—Sí, lo sé.—dije con indignación—pero no te diré quién, porque probablemente irás a delatarlos también.

Después de haberme peleado con Draco, la mayoría de las chicas empiezan a ser más amables de nuevo. Han aclarado que definitivamente no soy un espía de Draco y sus opiniones no son las mías, y esto me hace sentir algo mejor. Hermione, Ginny y Luna son particularmente amables conmigo, y parecen animar a otros a hacer lo mismo, aunque todavía dejan muy claro que no aprueban a Draco.

A partir de ahí, es más confuso que nunca estar con él. Pronto me doy cuenta de que sus intenciones eran únicamente hacia Harry. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en lo fácil que sería la vida si estuviéramos del mismo lado. Esta aparente guerra es cada vez más urgente y los bandos son cada vez más evidentes, y mi relación con Draco es más complicada que nunca.

***

nota de la traductora;

La primera pelea 🤧