
⊱5⊰
Yoongi decidió no perder el tiempo, Jimin le había prometido que esa noche iría a cenar a casa y que finalmente pasarían un momento agradable juntos.
Pensó que era el momento perfecto para sacarse todo del pecho. Jimin siempre estaba feliz después de comer, y también era buena idea aclarar todo antes de que las cosas con su nuevo novio se pusieran demasiado serias.
Yoongi no quería pensar en lo que haría si Jimin se diera la vuelta, le dijera que se fuera y que nunca más volviera a hablar con él. Estaba confiado en que su amistad a lo largo de todos estos años era lo suficientemente fuerte como para romperse por algo así. No del todo, al menos.
Con mariposas en su estómago, revoloteando tan fuerte que sentía que iba a vomitar, decidió hacer la cena. No era el mejor cocinero, pero era bastante bueno. Hacía un buen ramen, el cual Jimin absolutamente amaba.
Pasó la tarde poniendo todos sus esfuerzos en hacer el mejor ramen, incluso vio algunos tutoriales en YouTube para saber cómo perfeccionarlo.
Quería que esta noche fuera lo más perfecta posible; se estaba aferrando al último fragmento de esperanza que le había dado la última entrada del diario de Jimin. Necesitaba que esto funcionara.
Terminó de preparar la cena, y estaba bastante contento consigo mismo. Se veía bien, olía bien, y aunque estaba todo sudado, francamente valía la pena. Miró la hora, y se dio cuenta de que Jimin debería estar en casa en cualquier momento.
Se apresuró a ir al baño y se quitó la ropa, muriendo por terminar de ducharse justo antes de que volviera el menor.
Yoongi se sorprendió al encontrar el apartamento vacío una vez que salió. Había estado en la ducha durante bastante tiempo, y Jimin ya debería estar aquí. Revisó su teléfono después de ponerse la ropa, buscando un mensaje de texto sobre que iba a llegar tarde o algo así.
Pasó una hora y Yoongi estaba sentado en la sala de estar con los tazones llenos de ramen frente a él, mirando fijamente el televisor mientras la comida se enfriaba con cada minuto que pasaba.
Nerviosamente golpeó el suelo con su pie mientras miraba el reloj. Era casi medianoche. Miró su teléfono una vez más, pero no había nada. Ahora, él estaba jodidamente molesto. ¿Qué podría estar haciendo Jimin a esta hora?
Decidió finalmente darle a Jimin una llamada rápida, pero fue rechazada después de tres tonos. Ahora sí que Yoongi estaba realmente inquieto.
Después de que fuera pasada la medianoche, Yoongi finalmente se rindió. Jimin claramente no iba a volver a casa.
Recogió los dos cuencos y los llevó al baño, vaciando su contenido en el inodoro. Se sentía mal por perder toda la comida, pero estaba demasiado enojado y decepcionado como para preocuparse por eso.
Justo cuando estaba enjuagando los platos en el fregadero de la cocina, escuchó el chirrido de las llaves en la cerradura de la puerta principal y miró el reloj. Era casi la una de la madrugada.
—Oh, Yoonie. —Un risueño Jimin apareció, acariciando suavemente la espalda de Yoongi mientras caminaba hacia el refrigerador y agarraba una botella de agua—. ¿Cómo estuvo tu noche?
—Oh, fue genial —respondió Yoongi sarcásticamente, agarrando la esponja con fuerza mientras enjuagaba agresivamente el tazón—. Preparé la cena y luego la tiré en el jodido inodoro.
Jimin parpadeó sorprendido. Yoongi no solía hablar con él de esa manera, y visiblemente lo había agarrado con la guardia baja.
—¿Nos hiciste la cena?
—Sí, preparé la cena —siseó Yoongi—, porque prometiste volver a casa para que pudiéramos comer juntos.
—Lo siento, hyung —dijo Jimin mientras se recostaba contra el mostrador justo al lado del fregadero, examinando cuidadosamente a Yoongi—, pero Sangwon vino al estudio para sorprenderme y llevarme a una cita después de que terminara con el trabajo.
Yoongi resopló mientras continuaba enjuagando enojado un tazón ya limpio
—Por supuesto, ¿Sangwon? ¿Ese es su nombre? —Jimin asintió, sus cejas se fruncieron con confusión—. Genial, espero que la hayas pasado de lo mejor mientras estaba en casa esperándote.
Jimin se estremeció y Yoongi captó su expresión por el rabillo del ojo, y pudo decir que Jimin no estaba feliz. Se sintió mal por un segundo, por explotar en la forma en que lo hizo, porque en realidad, el problema era suyo y no de Jimin.
Reaccionó de manera exagerada, dejó que los celos sacaran lo peor de él, pero ya era demasiado tarde
—Vaya, así que no hago algo que dije que iba a hacer por primera vez, ¿y reaccionas así? —preguntó Jimin con incredulidad.
Yoongi puso los platos en la secadora y cerró la puerta. Gimió mientras se frotaba la cara con frustración, pateando el mostrador de la cocina enojado, como un niño.
—No es... —Ni siquiera sabía por dónde empezar o cómo explicar.
—No es qué, ¿eh, Yoongi? —Jimin le respondió con un siseo—. No es ¿qué? Soy un jodido adulto. Puedo hacer lo que quiera, cuando quiera.
—Estoy muy consciente de eso. —Yoongi se estaba enojando de nuevo—. Estoy cansado de que andes por las noches con algún hombre que ni siquiera conozco, que podría estar tratando de aprovecharse de ti...
—¿Aprovecharse de mí? ¡Ni siquiera nos hemos besado todavía! Y desde cuándo te importa con quién estoy, ¿eh? Nunca has mostrado ni un jodido interés en con quién he estado saliendo hasta que ya era demasiado tarde y necesitaba que recogieras los pedazos. ¿Desde cuándo te importa un carajo?
—¡Desde que estoy jodidamente enamorado de ti, maldita sea! —Yoongi inmediatamente cubrió su boca cuando los ojos de Jimin se abrieron en shock. No se suponía que saliera así. La había jodido, pero ya era demasiado tarde.
Realmente no debería haber dicho eso en medio de una acalorada discusión, cavó su propia tumba. Pero ya estaba dicho, flotando en el espeso aire entre ellos.
—¿E–stás qu–qué? —preguntó Jimin, con los ojos muy abiertos y la voz temblorosa.
Yoongi no sabía por dónde empezar. Bajó lentamente la mano que cubría su boca y respiró hondo. No era el mejor con las palabras, y en un momento como este, apestaba no tener esa cualidad. Aunque tampoco es que supiera qué decir.
—Espera aquí —dijo Yoongi, dejando a un confundido Jimin parado en medio de la cocina con la mandíbula colgando.
Sacó el diario de debajo de su colchón mientras su corazón amenazaba con salir de su pecho. Yoongi nunca supo que podía soportar sentir tanta ansiedad, y sus piernas temblaban mientras regresaba a la cocina.
Jimin lo miró sin comprender, y luego sus ojos se posaron en lo que Yoongi llevaba en sus manos: el diario.
Jimin se atragantó con su propia saliva.
—¿De dónde sacaste eso? —gimoteó, su voz apenas audible.
—Está bien, no te asustes. —Yoongi estaba empezando a sudar—. Cuando te estaba ayudando a mudarte, encontré esto tirado en el piso de tu habitación. No sé si se cayó de una de las cajas o qué, pero lo encontré, y la curiosidad se apoderó de mí y yo... Jiminie, no me odies.
Jimin parecía tener dolor físico. Yoongi quería abrazarlo y pasar sus dedos por su cabello, pero no estaba seguro de si Jimin lo dejaría tocarlo o no.
El más joven tragó saliva.
—¿Lo leíste? —preguntó, con la voz quebrada en un gemido agudo.
—Lo hice.
—¿Todo? —dijo Jimin, enterrando su cara en sus manos.
—Todo. Escucha, Jiminie, lo siento mucho. Nunca debí haberlo leído. Pero la primera entrada era sobre mí y luego no pude parar... Te amo, Jimin. Por favor. Siento todas las cosas que sientes, o sentiste. Estuve tan ciego durante años, lo siento mucho.
—Dame el diario. —Jimin extendió su mano, su voz apenas audible.
—Jiminie, yo...
—El diario, Yoongi. Ahora —gritó, y Yoongi colocó el cuaderno en la palma del menor.
Yoongi comenzó a temblar, la expresión de Jimin era ilegible. Estaba aterrorizado y quería abofetearse un millón de veces por confesarse en el peor momento posible.
Se odiaba a sí mismo por dejar que los celos sacaran lo peor de él y enojarse con Jimin cuando no tenía por qué hacerlo, pero sobre todo, se odiaba aún más porque fue tan ciego todos estos años. Y si Jimin iba a enojarse con él, estaba en todo su derecho.
Jimin tomó el diario y se dirigió hacia su habitación, y fue entonces cuando Yoongi realmente comenzó a entrar en pánico.
—Jimin.
—No —dijo Jimin mientras entraba a su habitación, cerrando la puerta de golpe.
Yoongi se quedó en medio de la sala de estar sudando frío, temblando en un intento de tragar el enorme nudo en su garganta. Su corazón corría a cien millas por hora, su mente estaba completamente en blanco.
El nudo en su estómago sólo se apretó cuando escuchó un ruido proveniente de la habitación de Jimin. El ruido continuó durante un par de minutos, y Yoongi lo sabía.
Jimin estaba recogiendo sus cosas para poder irse.
Perdonen mucho la demora pero en estos momentos mis horarios son un desastre y apenas llego a mi casa a domir.
Quiero agradecer a MiniieMiniie por ayudarme a transcribir este capítulo. 🤓
༄Anjhely
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