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003.

− ¿Quieres hacer un artículo del asesino sin rostro?

Jungkook se acomodaba las gafas mientras miraba a su nuevo compañero de trabajo Yoongi quien era su asistente en el área de redacción.

− He estado investigando sobre el tema y la verdad es que nadie lo ha cubierto al detalle. Podríamos pedir los archivos policiales, tratar de darle una imagen a este tipo que viene causando destrozos hace más de dos años y nadie es capaz de identificarlo.

Antes de que se cambiase de ciudad Jungkook ya había sabido algo de este asesino. Sus trabajos eran brutales y todos en contra de personas que estaban por debajo de la ley. Al principio a la policía se le hizo difícil darse cuenta de que los distintos delitos estaban conectados entre sí pero hacía unos meses encontraron similitudes que apuntaban a que todo era hecho por la misma persona. El problema era que a pesar de eso no tenían pistas sobre quién podría ser, ni una sola, dejando la investigación con un asesino sin rostro ni nombre. A Jungkook siempre le gustó adentrarse en ese tipo de casos, donde no había respuestas aún porque era así como se había formado la carrera en el área de Criminología.

− Pero nadie sabe quién es −Insiste Yoongi tratando de que su jefe desistiera de la idea−, digo hasta la policía no ha querido referirse al tema en ruedas de prensa por lo mismo.

− Entonces imagínate si este periódico fuese capaz de responder esas incógnitas. Sería un golpe periodístico, sin duda alguna.

A Jungkook le apasionaba su trabajo, no le gustaba para nada irse por lo fácil. Era por eso que más que un simple periodista se le podía ver más como un investigador privado. Quien lo conocía sabía que era capaz de ir por su cuenta para encontrar las pistas necesarias para armar el rompecabezas que era el caso del asesino sin rostro.

− Esta bien, yo no lo cuestionaré −Accede finalmente Yoongi−, yo admiro mucho su trabajo desde antes que me dijeran que vendría a tomar la jefatura del área... Así que le ayudaré en todo lo que necesite.

− Gracias, Yoongi. Pero no me trates de usted, somos de la misma edad.

− La costumbre −su asistente se encoge de hombros antes de salir de la oficina−... Volviendo al caso, mi novio trabaja en la policía de la ciudad, quizá puedo conseguirle algunos detalles de como va la investigación.

− Eso sería de mucha utilidad, gracias.

Luego se queda en solo en la oficina mientras teclea rápidamente en su laptop para poder averiguar todo lo que tenía a su alcance sobre aquel asesino sin rostro. La verdad era que no había mucha información porque, tal como dijo Yoongi, la policía apenas se había pronunciado al respecto. Lo único que pudo rescatar fue que el incógnito era sospechoso de haber causado una masacre en un cartel de traficantes, asesinar a un hombre que trabajaba lavando dinero y, esto hace muy poco, secuestrar a uno de los mafiosos que dominaban un área pequeña de la ciudad (del cual aún no se tenía conocimiento del paradero). Ante todo lo leído la mente de Jungkook comenzó a trabajar con rapidez como siempre lo hacía cuando tenía una historia jugosa entre manos.

Nota mental uno: El asesino solo va por hombres involucrados en negocios sucios. Puede ser una especie de justiciero o simplemente hacerlo por dinero.

Iba a seguir con su búsqueda pero su teléfono comenzó a sonar encima del escritorio. Al tomarlo en sus manos vio que el nombre de su mejor amigo se iluminó en la pantalla así que deslizó su pulgar derecho sobre esta para contestar.

− ¿Qué pasa, Taehyung?

− ¡Esta todo listo para el viernes!

Por un momento lo había olvidado. Taehyung venía con la idea de hacer una fiesta de bienvenida a la ciudad hacía unos días atrás aunque a Jungkook no le entusiasmaba mucho todo el asunto. Jamás fue el tipo más sociable, ni siquiera en la universidad, así que ser anfitrión de eventos se le daba de forma fatal.

− Supongo que poco importa lo que yo quiera −dice cabreado y escucha un chasquido al otro lado de la línea.

− Silencio, gruñón. En esta ciudad no serás un anti-social de mierda así que invite a varios amigos para que conozcas. Tu podrías invitar a gente de tu trabajo y todo sería perfecto.

− Con suerte hablo con mi asistente, Tae...

− Pues invítalo, mientras más seamos mejor.

Se afirma el puente de la nariz con los dedos buscando un poco de paciencia para poder sobrellevar todo lo que su mejor amigo decía. Por más que se quejara sabía que Taehyung no desistiría de la idea así que solo le quedaba aceptar todo pero no sin antes desligarse de toda responsabilidad.

− Tu ordenarás el departamento después.

− ¡Claro que sí, jefe! Tu solo preocupate de hacer nuevos amigos y pasarla bien.

Rendido siguió hablando de algunos detalles de la fiesta con Taehyung para después colgar y seguir con su trabajo. El resto del día fue más de lo mismo, hacer su investigación sin encontrar mucho, ordenar los artículos que se escribirían esa semana y redactar algunas columnas hasta que ya llegó la hora de irse a casa.

Tomó el autobús, cruzó la calle y caminó hasta su edificio. La parte que más le gustaba del día era saber que ya estaba a punto de llegar a su hogar donde se serviría una taza de té verde para luego ver los nuevos capítulos que Netflix hubiese colgado de sus series favoritas. Jungkook siempre fue el tipo de persona que se conformaba con cosas simples, el solo hecho de estar en su departamento sin que nadie lo molestara era un verdadero lujo para él.

Tomó el ascensor mientras tarareaba una canción que había escuchado en la radio mientras estaba en la oficina. Apenas el aparato se detuvo en su piso caminó fuera de este mientras buscaba las llaves del departamento en el bolsillo. Jungkook era bastante organizado pero nunca tenía el llavero a mano cuando lo necesitaba. Siguió buscando hasta que llegó a la puerta pero su atención se vio distraída el escuchar una dulce voz que hacia eco en el pasillo.

− ¡Dooly, esta muy pesado!

Se dio media vuelta para encontrarse con su lindo vecino acarreando un enorme saco por la puerta del departamento. Se quedó unos segundos mirándole y es que ese chico siempre andaba vestido de la forma más tierna posible. Esta vez llevaba un abrigo peludo y celeste con orejas de gatito más unos shorts blancos que le dejaban una vista bastante despejada hacia los muslos. Jungkook se sintió pervertido y antes de seguir babeando por las piernas de su vecino prefirió caminar hasta el para darle una mano con el peso.

− ¿Necesitas ayuda, Jimin? −Le pregunta cuando llega hasta el.

El chico se asusta un poco por su presencia y lo mira con los ojos bien abiertos. Jungkook enserio se sentía demasiado atraído por aquella dulzura que desprendía cada parte del aura de Jimin y no podía controlarlo. Por su parte, el chico asintió y con eso Jungkook tomó un lado del saco para comenzar a jalar.

− Debo ir hasta el ascensor −susurro su vecino con timidez y Jungkook asintió.

Arrastraron el saco, que estaba bastante pesado a decir verdad, con lentitud hasta el lugar. Sus hombros se rosaban ligeramente logrando que Jimin quedase con las mejillas sonrosadas y que a Jungkook le recorriese una especie de electricidad a través de la espina dorsal. Ambos no dijeron ninguna palabra mientras estaban jalando con fuerza, era como si los ratones le hubiesen comido la lengua a los dos.

Cuando ya llegaron al ascensor Jungkook se enderezó y estiro su espalada para que no le doliese después mientras Jimin se miraba los pies con timidez. Enserio ese chico era demasiado tierno que llegaba a doler.

− Si que estaba pesado ese saco −Dice Jungkook−, ¿estas haciendo cambios en tu departamento?

− Solo me deshice de algunas cosas que no me sirven −susurra en respuesta Jimin aún mirando sus pies.

Dentro de si mismo Jungkook deseaba seguir hablando con su vecino, era como si alguna energía desconocida le obligase a acercarse y el no estaba dispuesto a ignorarla. Fuese lo que fuese quizá era una señal divina para conocer más al chico con cabello color chicle.

− ¿Quieres que te ayude cuando salgas de ascensor? −Pregunta de una vez pero Jimin abre los ojos y niega con la cabeza varias veces.

− No, no. Jiminnie puede solo.

El hecho de que se nombrara a si mismo en tercera persona se le hizo algo extraño pero lindo a la vez. Enserio seguía pensando que su vecino era un personaje sacado de algun anime demasiado kawaii.

− ¿Seguro? No me cuesta nada ayudarte...

− Sí, sí. No te preocupes... Jungkook.

Era la primera vez que escuchaba su nombre salir de la boca de Jimin y sonaba tan bello que lo hubiese grabado para repetirlo una y otra vez en su mente. Tuvo que ocultar su cara de asombro mientras se rendía con eso de seguir insistiendo, tampoco quería terminar espantándolo.

− Esta bien... Entonces, te veo por ahí.

Ayuda a Jimin a entrar al ascensor mientras este presiona el botón para bajar hasta el primer piso. Se sonríen a modo de despedida y mientras las puertas comienzan a cerrarse a la cabeza de Jungkook llega una idea fantastica para tener una excusa para hablar con su vecino. Quizá era demasiado tonto decírselo en ese minuto pero su cuerpo no se contuvo y simplemente hizo lo mismo que había visto en un montón de películas románticas donde el cliché se desbordaba...

Detuvo el cierre de las puertas del ascensor con sus manos asustando un poco a Jimin y preguntó:

− ¿Quieres venir a una fiesta el viernes? Es mi bienvenida a la ciudad y lo celebraré en mi departamento.

Su vecino lo miró raro y Jungkook pensó que la había cagado en grande asustandolo. De seguro con su última acción se había visto demasiado desesperado y a nadie le gustaba un chico insistente. Algo cabizbajo, e intentando que su error no se notase tanto, saca las manos de las puertas para que estas se siguiesen cerrando, pero no sin antes escuchar una voz proveniente del interior del ascensor.

− ¡Allí estaré! −Gritó Park Jimin antes de que las puertas se cerrasen separandolos.

Jungkook sonrío. Ahora si quería que el viernes llegase para poder tener la oportunidad de hablar más con su vecino sin interrupciones. En ese momento la emoción le ganaba y se dijo a si mismo que se tendría que calmar para que todo saliese bien ese día. Si debía que sacar su lado conquistador pues lo haría, todo por aquel chico parecido a una luz brillante que había conocido. Mientras seguía pensando en los escenarios que podían darse en la fiesta y con la sonrisa aún en su rostro caminó hacia su departamento encontrando las llaves en el bolso que traía en la espalda. Definitivamente estaría emocionado hasta el fin de semana contando las horas para tener la oportunidad de conocer más a Park Jimin... Aunque, seguramente, Jungkook no se sentiría tan así si supiese que el saco de su vecino que ayudó a sacar del departamento no estaba lleno de cosas que no le servían como este último dijo...

Sino de partes desmembradas de un cuerpo humano.







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Nota: Hice un trueque con zicopath- y como ella me actualizó Rewind yo actualice Deadly. Disfutennnn. Y Sarita, te amo.

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