Prólogo.
El peligris tomó una de las copas que los meseros ofrecían mientras deambulaban por todo el salón, estaba aburriéndose a horrores y se cuestionó cuál era su propósito principal en aquella gala benéfica que sus propios hombres le había insistido a que fuera.
Pellizcó el puente de su nariz antes de tomar el primer sorbo de la champaña servida, estaba considerando irse sino fuera por el mensaje de advertencia que había llegado a su celular tan pronto como se dispuso a dirigirse hacia la puerta, ¿Quién podía osar a amenazarlo cuando todos le temían? Por supuesto, únicamente su mano derecha.
Observó a la pequeña banda que tocaba al fondo del salón, las personas parecían tan inmersos en sus propias conversaciones que la pista de baile estaba sola. Jeon Jungkook se movía con gracia entre la élite de la sociedad, ocultando su verdadera identidad detrás de un esmoquin impecable y una sonrisa encantadora. Como miembro destacado de la mafia, estaba acostumbrado a mezclarse en círculos de alta sociedad, pero esta noche era diferente.
Sus ojos se dirigieron a lo largo de los presentes, reconociendo un par de personas y ofreciendo un asentimiento, otros rostros desconocidos que pasó por alto, y por último, un peculiar peliazul que se encontraba a un costado de su objetivo.
Kim Taehyung, el hijo del presidente Kim Seojun, liderando la gala benéfica y mismo que era su socio desde tiempo atrás. Taehyung, radiante en un traje elegante y una sonrisa deslumbrante, parecía estar en su elemento entre los invitados. Jungkook sintió una extraña sensación en el pecho al observar a Taehyung de lejos, cautivado por su presencia magnética. En todos los años en los que habían hecho negocios, en ninguna oportunidad había podido apreciar la belleza de su hijo, siempre se limitaban a los negocios y mantenían sus vidas en privado, y lo que había indagado parecía no hacerle justicia al peliazul.
Pero, sin distraerse de haber asistido únicamente como parte de su trato, desvió la mirada y dejó la copa sobre la mesa a un costado suyo. Ajustó el botón de su muñeca y, sin previo aviso, sintió como una segunda presencia se instalaba cerca suyo, haciéndolo tensar de manera inmediata.
—Buenas noches.—Repentinamente el peliazul saludó a un costado suyo, desconcertándolo.
Se giró de tal manera en que quedaron frente a frente, estudiando su rostro. Su mirada expresaba curiosidad y una extraña amabilidad, pero una bonita sonrisa adornaba sus labios mientras lo miraba.
—¿Eres amigo de mi padre? O, ¿Vienes acompañando a alguien más? Creo haberte visto antes.
—Puede que sea un invitado de honor.—Se limitó a contestar.
—Ah, ya veo.—Sonrió en demasía, asintiendo.—Me presento, soy Kim Taehyung, hijo de Kim Seojun pero supongo que eso lo debes de saber.
Jungkook observó la mano extendida en su dirección, después de varios seguros la aceptó.—Jeon Jungkook.
—¿Qué te trae a esta gala benéfica esta noche? No pareces muy divertido por aquí.
—No son mis lugares favoritos.—Comentó, las esquinas de sus labios estirándose mínimamente. hacía arriba
—Entonces es una lástima que tengas que sobrepasar esto.—Sentenciando con una expresión divertida, detuvo a uno de los meseros que pasaban para agarrar una copa.—¿Gustas una?
—Ya agarré una, gracias.
Asintiendo, tomó un sorbo.—Espero que tengas una linda noche, Jungkook. Tengo que volver con mi padre, pero me gustaría volverte a ver en una próxima ocasión.
—Sería un placer volver a coincidir contigo, Taehyung.
Con una última mirada, Taehyung hizo su camino entre la marea de personas hasta volver a su lugar, mismo donde Jungkook lo miró por primera vez.
Y como si no hubiera bastado una sola noche, cumplieron su promesa de verse en una próxima ocasión, desencadenando un sinfín de ocasiones extras con tal de volver a pasar tiempo juntos.
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