Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29.

El sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas, tiñendo el cielo con tonos de naranja y púrpura. La atmósfera en la casa de Seokjin era tensa, cargada de la expectativa y el peso de lo que estaba por venir. Jungkook se encontraba en la sala de reuniones improvisada, un espacio que Seokjin había acondicionado para que pudieran planear con tranquilidad. A su lado, Seokjin observaba los mapas y documentos que habían esparcido sobre la mesa. 

—Bien, esto es lo que tenemos hasta ahora.—Comenzó el peligris, señalando un mapa detallado del lugar donde el sindicato solía operar.—El sindicato ha aumentado su seguridad desde el último ataque, pero gracias a nuestra red de informantes, sabemos que HyunWoo sigue en su base principal. Este es nuestro mejor y quizás único momento para atacar.

Seokjin asintió, su mirada mostrando cierta preocupación.—No podemos permitirnos ningún error, Jungkook. Si fallamos, no sólo nuestras vidas estarán en peligro, sino también las de quienes amamos.

La mención de las personas que amaban hizo que Jungkook apretara los puños. Sus ojos se desviaron momentáneamente hacia Taehyung, que estaba en la cocina junto a Seojun para preparar la comida, con una expresión de agotamiento pero mostrándose atento a lo que su padre le decía mientras se enfrascaban en su propio mundo. Había algo en esa mirada que lo hacía sentir más vulnerable que nunca. Su determinación era fuerte, pero el miedo a perderlo todo, especialmente a Taehyung y su futuro hijo, era abrumador.

—Lo sé.—Dijo Jungkook finalmente, su voz firme pero con un matiz de incertidumbre.—Es por eso que no podemos arriesgarnos a un ataque frontal. Necesitamos una distracción, algo que los haga bajar la guardia. 

—Tengo algunos contactos que podrían ayudarnos con eso.—Sugirió Seokjin, mientras señalaba una lista de nombres.—Si creamos el caos suficiente en sus operaciones secundarias, obligaremos a HyunWoo a dividir sus fuerzas. Eso nos dará la ventaja que necesitamos para infiltrarnos en su base.

Mientras discutían los detalles, otros aliados comenzaron a llegar. Namjoon, un estratega reconocido por su astucia, se unió a la conversación.—Jungkook, Seokjin, estoy de acuerdo con la táctica de distracción, pero también deberíamos considerar una ruta de escape en caso de que las cosas se compliquen.—Propuso mientras trazaba una línea en el mapa.—Podemos asegurarnos de que haya vehículos listos en este punto, por si necesitamos salir rápidamente.

—Y si eso sucede.—Intervino el mayor.—Tenemos refugios alternativos en las afueras. Son discretos y seguros, fuera del radar del sindicato.

Jungkook asentía mientras escuchaba, pero su mente volvía constantemente a Taehyung. Se encontraba en una encrucijada interna. Por un lado, sabía que debía concentrarse en la misión, pero por otro, no podía dejar de pensar en lo que estaba en juego. Su corazón latía con fuerza al considerar la posibilidad de que, si algo salía mal, podría perder a Taehyung y al bebé que tanto esperaban.

—Jungkook.—La voz de Seokjin lo sacó de sus pensamientos.—¿Estás bien?

El peligris parpadeó y se centró en el presente.—Sí, estoy bien. Es solo que... No puedo permitirme fallar. No ahora. Si algo les sucede a Taehyung y al bebé...—Dejó la frase suspendida en el aire, sin siquiera permitirse terminarla. 

Los dos hombres frente suyo lo miraron con comprensión, alentándolo con sus palabras.—Es normal que sientas miedo, pero eso también te hace más fuerte. Usaremos ese miedo a nuestro favor. Cada paso que demos será calculado. No tomaremos ningún riesgo innecesario.

Namjoon se unió a las palabras dichas por Seokjin.—Jungkook, todos estamos aquí por una razón. Hemos enfrentado cosas difíciles antes, y esta no será la excepción. Pero no estás solo en esto. Confía en nosotros, y juntos superaremos esto.

Asintiendo ante sus palabras, la determinación en su voz llenó la sala. Todos sabían que el plan estaba en marcha, y aunque las tensiones eran altas, también había una sensación de esperanza. Mientras continuaban con los preparativos, Jungkook revisaba cada detalle una y otra vez, asegurándose de que no hubiera errores. Las horas pasaron, y cuando la noche cayó por completo, todos estaban listos.

Seokjin se encargó de dar las últimas instrucciones.—Nos reuniremos aquí en cuanto todo esté listo. La operación comenzará al amanecer. Hasta entonces, descansen lo que puedan. Mañana será un día largo. 

Antes de que alguno pudiera decir algo más, una característica cabellera castaña se asomó por el marco de la puerta, sonriéndole directamente al peligris. 

—La cena está servida, ¿Gustan comer algo? Han pasado todo el día aquí encerrados, papá y yo pensamos que necesitarían comer algo.—Comentó, encaminándose hasta donde su esposo se encontraba. 

—Eso suena fantástico, ¿Te quedas a cenar, Namjoon?—Seokjin señaló hacia el pasillo, mostrando una mirada compartida al contrario. 

—Claro, vamos.—Saliendo de la sala, les dieron un momento de privacidad a la pareja. 

Taehyung tomó asiento por inercia en el regazo del peligris, envolviendo sus brazos alrededor del cuello contrario. Jungkook enfocó su mirada directamente en la del castaño, devolviéndole la sonrisa tan pronto como sus ojos se encontraron, sintiendo una energía renovada con tan solo estar bajo la presencia de su esposo. 

—Quiero que sepas que estoy haciendo todo lo posible para que podamos estar tranquilos, para que podamos tener una vida juntos sin miedo.—Murmuró, necesitando afirmarlo con sus propias palabras.

—Sé que estás haciendo todo lo que puedes, y lo agradezco más de lo que puedo expresar.—Taehyung extendió su mano y la colocó sobre la de Jungkook, sus dedos entrelazándose.—Pero tampoco te exijas demasiado, estamos en una situación crítica y no quisiera que te expusieras más al peligro. 

Jungkook apretó su mano con más fuerza, sintiendo la necesidad de darle algún tipo de consuelo.

—Te prometo que esto terminará pronto, tampoco estoy solo haciendo todo el trabajo. Tenemos muchas personas que nos rodean y aprecian, mantengámonos enfocados en ello, ¿Si? Así esto pasará más rápido.—Sugirió, pasando su mano libre sobre el vientre ajeno.—Y también enfoquémonos en esa casa que mencionaste querer, ¿Qué te parece ir a visitarla nuevamente cuando estemos libres? Necesitamos unas buenas vacaciones. 

Taehyung asintió, soltando una pequeña carcajada.—Eso me parece estupendo, me encantaría. 

—Entonces de esa forma será, porque los próximos planes que haremos serán para nuestro bebé, y solamente para él. 

El castaño cerró los ojos, permitiéndose un momento de vulnerabilidad mientras se inclinaba hacia Jungkook, descansando su cabeza en su hombro. Se aferró ante aquella posibilidad, visualizarse en un futuro cercano a lado de Jungkook, en aquella casa que tanto le había fascinado mientras decoraban la habitación del bebé. Una casa llena de nuevas esperanzas y sueños, sin ningún temor atormentándolos. 

Sintiendo el cambio de atmósfera, besó suavemente su cabello.—Estoy aquí contigo, siempre. Y aunque no puedo prometerte que todo será fácil, puedo prometerte que nunca te dejaré solo. Superaremos esto juntos.

Taehyung levantó la cabeza para mirarlo a los ojos, la cercanía entre ellos intensificando el momento. Podía sentir el calor del cuerpo de Jungkook, la seguridad que irradiaba y la promesa silenciosa que siempre le había dado.

—Jungkook, yo... —Taehyung comenzó, pero sus palabras se desvanecieron cuando Jungkook se inclinó y lo besó. Fue un beso lento, lleno de todo lo que no habían dicho en los últimos días, un recordatorio de que, a pesar de todo, seguían siendo dos almas conectadas en un mundo caótico.

Cuando se separaron, ambos se quedaron en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la presencia del otro.

—Vamos a estar bien, ¿Verdad?—Preguntó Taehyung en un susurro, como si temiera romper el hechizo del momento.

Jungkook asintió, su frente descansando contra la de Taehyung.

—Sí, amor. Vamos a estar bien.

La habitación se llenó con una calma inesperada, un pequeño respiro en medio de la tormenta. Y aunque sabían que aún quedaban desafíos por delante, en ese momento, lo único que importaba era que se tenían el uno al otro.


(...)


El aire estaba cargado de tensión mientras la noche caía sobre la ciudad, envolviendo el entorno en un manto de sombras y expectación. En la sala de la casa de Seokjin, los hombres de confianza de Jungkook se reunían, cada uno de ellos concentrado en la misión que tenían por delante. La estrategia había sido revisada y ajustada varias veces. No había margen para errores.

Jungkook estaba de pie en el centro de la habitación, con el ceño fruncido y los brazos cruzados, revisando mentalmente cada paso del plan. A su lado, Seokjin revisaba las armas y los dispositivos de comunicación que llevarían consigo. La atmósfera estaba cargada de una calma tensa.

—Todos saben cuál es su papel.—Dijo Jungkook, alzando la voz para captar la atención de todos.—No podemos permitirnos ningún fallo. HyunWoo no va a esperar que ataquemos esta noche, y eso es lo que nos da la ventaja.

—¿Crees que será suficiente con interceptar las comunicaciones de su grupo?—Preguntó uno de sus hombres, ajustando el chaleco antibalas.

—Será suficiente para desestabilizar su estructura temporalmente.—Respondió Seokjin, mientras le pasaba un dispositivo a otro hombre.—Hemos logrado acceder a varios puntos clave de su sistema de información. El caos nos dará la ventana que necesitamos para desmantelar el sindicato desde dentro.

Jungkook asintió, sus ojos oscuros y serios.

—HyunWoo es peligroso porque es impredecible. Pero nosotros tenemos algo que él no: información precisa y una estrategia sólida. Esta noche vamos a aprovechar su arrogancia para derrumbar todo lo que ha construido.—Hizo una pausa y observó a cada uno de los presentes.—Sé que este plan no está exento de riesgos. Hay muchas variables que podrían salir mal. Pero si todos cumplen su parte, podemos acabar con esto de una vez por todas.

Seokjin lo miró, cruzando los brazos mientras se apoyaba contra la mesa.

—¿Y qué hay de Taehyung?—Se atrevió a cuestionar uno de los hombres, con cautela.—¿Qué pasa si algo sale mal?

Jungkook se tensó al escuchar el nombre de su esposo, sintiendo una oleada de preocupación que intentó disimular. Sabía que Taehyung estaba en riesgo, aunque no quería que lo supiera. Pero no podía permitirse distraerse ahora.

—Por eso lo mantenemos fuera de todo esto.—Sentenció Jungkook con frialdad.—No puede enterarse de los detalles. Si algo sale mal...—Hizo una pausa, su voz baja y amenazante.—Me aseguraré de que él esté a salvo, cueste lo que cueste.

Seokjin intervino, con una sonrisa cansada pero decidida.

—Tengo un lugar seguro para Taehyung si las cosas se ponen feas. Mientras nosotros estamos ocupados con HyunWoo, algunos de mis conocidos estarán a cargo de protegerlo. Estará bajo una vigilancia estricta, confío plenamente en ellos y son personas que Jungkook también conoce, tenemos las cosas controladas por esta parte. 

Jungkook inspiró profundamente, dejando que esa seguridad lo envolviera durante unos segundos antes de continuar.

—Bien, entonces estamos listos. En una hora, atacaremos el punto clave de HyunWoo. Lo más importante es desmantelar su cadena de mando y cortar sus recursos. Una vez que hagamos eso, todo caerá como un castillo de naipes.

Se acercó a la ventana, mirando las luces de la ciudad en la distancia. Era la calma antes de la tormenta, el momento justo antes de la acción. La tensión crecía en su interior, pero también lo hacía su determinación.

Daeyang se acercó a él con una mirada seria, aunque no estuviera participando tan activamente como gustaría por mantenerse a un lado de Taehyung, estaba al tanto del plan que llevarían a cabo. 

—Sabe que esto no será fácil, jefe.—Dijo, casi en un susurro.—HyunWoo tiene hombres leales y recursos ocultos que ni siquiera conocemos, en este tiempo se ha estado suministrando y creando aliados para derrocarlo, mientras se encontró ausente solo lo fortaleció más. 

Jungkook no apartó la vista de las luces de la ciudad.

—Lo sé.—Respondió con calma.—Pero no tenemos otra opción. O acabamos con él ahora, o nunca tendremos una vida en paz. Este es nuestro último movimiento.

—¿Estás listo para esto?—Cuestionó Seokjin, su tono más personal que antes, casi como un hermano preocupado.

El peligris se giró lentamente.—No hay marcha atrás.—Dijo con una determinación feroz en los ojos.—Estoy listo para lo que sea.

Seokjin sonrió levemente y asintió. Todos sabían lo que estaba en juego.

—Entonces, vayamos a terminar con esto.—Murmuró, levantándose de la mesa y tomando una de las armas preparadas.

El grupo se movilizó rápidamente, preparándose para salir. La operación comenzaría pronto. Cada uno sabía que estaba poniendo su vida en riesgo, pero también sabían que estaban luchando por algo más grande que ellos mismos.

Jungkook, mientras se ajustaba el cinturón con las armas, sintió una presión en su pecho. No por el peligro, sino por lo que estaba dejando atrás. Taehyung no podía estar aquí, no podía ser parte de este caos. Pero la promesa de un futuro juntos lo empujaba a seguir adelante.

Justo antes de salir, miró a Seokjin por última vez.

—Recuerda.—Dijo Jungkook, con una voz baja pero cargada de intención.—Si algo sale mal, cuida de ellos.

El contrario asintió, sabiendo perfectamente a qué se refería.

—Los cuidaré como si fueran míos.—Comentó con seriedad.—Pero asegúrate de que no llegue a ese punto. Todos queremos verte volver.

Jungkook no respondió, pero en su mente ya estaba claro: este era el último movimiento, la última jugada para asegurar su vida y la de Taehyung.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro