Capítulo 25.
La sensación de seguir siendo observado no desapareció, pero tampoco encontraba razones para sentirse de esa manera. Taehyung no se preocupaba lo suficiente por tener a Jungkook a su lado, junto al par de hombres que se mantenían recorriendo todo el lugar para su propia tranquilidad, por lo que no encontraba una razón lógica para sentirse inseguro si tenía a todas las personas que le importaban a su lado.
Solo había un detalle que estaba descartando, la verdadera razón de sentirse de esa manera.
MinSik había obtenido la confianza suficiente de Seojun como para permitirle darle una copia de las llaves de su casa. El hombre se las había ingeniado para inventar excusas sobre necesitar entrar y no tener que molestarlos a todos cuando necesitara entrar para comenzar su día en el huerto, pero las intenciones detrás de todo ello eran diferentes.
MinSik apretaba los dientes mientras se movía con sigilo por los pasillos de la casa de Seojun. Cada paso lo acercaba más a la habitación donde sabía que estaban Taehyung y Jungkook. Una parte de él quería retroceder, olvidar todo y alejarse, pero otra, más oscura, lo empujaba a continuar. Su obsesión con Taehyung no había disminuido; por el contrario, cada vez que lo veía al lado de Jungkook, ese deseo de recuperar lo perdido crecía como una llama alimentada por el resentimiento.
Al llegar a la puerta entreabierta, su mirada se clavó en la pareja dormida en la cama. Taehyung estaba acurrucado en el pecho de Jungkook, quien lo sostenía como si fuera su mayor tesoro. La escena que debería haber sido conmovedora solo logró avivar la ira dentro de MinSik. "Ese lugar debería ser mío," pensó, cerrando los puños con fuerza hasta sentir cómo sus uñas se hundían en la piel de sus palmas.
—¿Por qué lo dejaste ir?—Murmuró para sí mismo, su voz apenas un susurro, cargado de amargura.—¿Por qué elegiste a alguien como él después de todo lo que pasamos juntos?—Su mente se inundó de recuerdos de su relación con Taehyung, momentos que una vez consideró perfectos, pero que ahora estaban manchados por la infidelidad que él mismo había cometido.
Por un instante, se permitió fantasear con la idea de irrumpir en la habitación, apartar a Jungkook y reclamar a Taehyung como suyo nuevamente. Pero justo cuando dio un paso hacia adelante, escuchó ruidos en el pasillo. Seojun se acercaba. MinSik reaccionó con rapidez, enderezándose y asumiendo una expresión relajada. Se apartó de la puerta justo a tiempo, simulando que acababa de llegar. Debo mantener la calma. No puedo cometer un error ahora, se dijo, esforzándose por mantener su compostura.
Cuando cruzó por el pasillo, observó de reojo cómo la puerta de la habitación se cerraba lentamente. El sudor frío recorrió su espalda al darse cuenta de que Jungkook lo había visto. ¿Habría notado algo en su mirada? ¿Habría captado la tensión en su postura? No, era imposible que él pudiera verlo, que pudiera actuar tan rápido si estaba seguro de que se encontraban durmiendo.
—MinSik, ¿Ya estás por aquí tan temprano?—Cuestionó Seojun, apareciendo al final del pasillo.
—Sí, señor. Recordé que algunas hortalizas estarían frescas y listas para hoy, por lo que me entró la curiosidad de poder verlas.—Respondió MinSik con una sonrisa forzada.
Seojun asintió, sin notar el nerviosismo oculto en su voz.—Cierto, es mejor que nos vayamos para recogerlas y volver por el desayuno, me encantaría preparar un par de comidas con ellas listas.
Mientras MinSik fingía participar en la conversación, sus pensamientos seguían centrados en Jungkook. Sabía que había sido descubierto, al menos en parte. Debo tener más cuidado. Si sospecha de mí, no dudaría en eliminarme, se recordó, sintiendo un escalofrío recorrerle el cuerpo. Pero también una parte de él insistía que no se encontraba en peligro, mientras estuviera Taehyung, no habría nada de qué temer, porque podría asegurar que el peligris no actuaba contra sus instintos de acabar con cualquier blanco si estaba el castaño presente.
Permitiéndose relajarse, se enfocó en el huerto. No tenía nada de qué temer, estaba en una zona que podía asegurar que Jeon no se permitiría atacar.
(...)
Dentro de la habitación, Jungkook observaba la puerta cerrada, su expresión endureciéndose. Había captado la mirada oscura en los ojos de MinSik, esa mezcla de desesperación y resentimiento que sólo un hombre peligroso podría tener. No era la primera vez que notaba algo extraño en su actitud, pero ahora estaba seguro de que MinSik escondía más de lo que aparentaba, y ciertamente aquello no lo extrañaba, pero si lo ponía inquieto al desconocer lo que podría suceder.
No lo asustaba, no en cuanto a pensar en ser atacado bajo su propia mano, pero si le llegaba a causar conflictos tener a Taehyung en el mismo lugar que él. No eran los celos hablando, no había nada como ello, eran las acciones contrarias que comenzaban a ponerlo paranoico y necesitaba actuar con sigilo antes de hacer algo apresurado.
El crujido suave de la puerta al cerrarse apenas perturbó la tranquilidad de la habitación. Taehyung, todavía atrapado en un estado somnoliento, se removió entre las sábanas sin percatarse de la breve tensión en el aire. Un suspiro escapó de sus labios mientras se acurrucaba más cerca de Jungkook tan pronto como el peligris volvió a la cama, quien se mantuvo inmóvil, con los sentidos alerta, sintiendo cómo la calma fingida de la situación se desmoronaba lentamente en su mente.
"¿Qué estabas haciendo aquí, MinSik?" se cuestionó para sí mismo, acariciando distraídamente el cabello de Taehyung mientras éste dormía. No podía permitir que alguien como él se acercara tanto sin controlarlo. Pero, por ahora, prefería mantener a Taehyung al margen. No quería alarmarlo hasta que tuviera pruebas claras, dar aviso a su esposo y a Seojun no podría ser bueno, no mientras no tuviera sus sospechas claras.
Sacó su teléfono y, en silencio, envió un mensaje a uno de sus hombres de confianza: "Sigue a MinSik. Quiero saber cada movimiento que haga y con quién se reúne. No lo pierdas de vista." Sabía que había que proceder con cautela. MinSik era astuto, y si se sentía acorralado, podría volverse un serio problema, y aquello era lo último que necesitaba ante su recuperación y los problemas que ya traía sobre sus hombros.
Lentamente, el castaño comenzó a despertar, sus ojos parpadeando perezosamente al sentir la caricia constante de Jungkook en su cabello.
—¿Ya estás despierto? ¿Qué hora es?—Murmuró Taehyung, su voz arrastrándose entre el sueño y la vigilia.
—Es temprano aún, amor. Vuelve a dormir un poco más.—Respondió en tono suave, acariciándole el cabello con una ternura casi automática.—Puedes seguir descansando, aún lo necesitas, te despertaré para el desayuno.
Taehyung, sin abrir del todo los ojos, asintió levemente y dejó que el cansancio lo arrastrara de nuevo al sueño profundo. Jungkook observó cómo su esposo se hundía en la almohada, notando la relajación en sus facciones. Sin embargo, él no podía permitirse la misma tranquilidad. Las piezas sueltas en su cabeza comenzaban a alinearse, formando una imagen perturbadora. El breve destello de MinSik merodeando por su casa no era un simple accidente, y mucho menos coincidencia. Había algo más en juego, algo que él no podía ignorar. Y tenía el presentimiento que no se trataba de una primera vez, por lo que lograba alterar su sistema de tan solo pensar que estuviera ocurriendo ese comportamiento mientras se encontraba fuera de casa, lejos de Taehyung.
Con su mirada fija en el techo, Jungkook empezó a trazar mentalmente el plan para el resto del día. Necesitaba mantener la normalidad por el bien de Taehyung, quien desconocía por completo la creciente amenaza. Mientras tanto, se aseguraría de que sus hombres investigaran cada movimiento de MinSik. Las cosas habían llegado demasiado lejos, y Jungkook no permitiría que su familia estuviera en riesgo.
Entre pensamientos estratégicos y la necesidad de proteger lo que más ama, Jungkook se permitió unos minutos más de paz, sosteniendo a Taehyung en sus brazos. Pero en el fondo, su mente no dejaba de maquinar, consciente de que, tarde o temprano, tendría que enfrentarse a lo que MinSik realmente planeaba.
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