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Capítulo 24.

El cuarto de hospital estaba en silencio, apenas interrumpido por el suave pitido de las máquinas. Era una calma engañosa, que contrastaba con el caos interno que experimentaba Jungkook. Después de una semana de incertidumbre, había recuperado la conciencia, pero su mente nunca dejó de estar en marcha. Ahora, con los médicos evaluando su estado y el alta en discusión, la tensión volvía a elevarse.

El doctor, un hombre de mediana edad con un aire profesional y severo, revisaba las notas en su tablet.—Señor Jeon, su estado ha mejorado considerablemente, pero no puedo ignorar que las heridas aún necesitan tiempo para sanar adecuadamente. La rehabilitación sería esencial para una recuperación total. 

Jungkook apenas le prestaba atención. Su mirada estaba fija en Taehyung, quien estaba sentado a su lado, con las manos entrelazadas y una expresión preocupada. Sabía que su esposo estaba al borde de insistir en que se quedara en el hospital unos días más, pero él no podía permitirse ese lujo.

—No tengo tiempo para eso.—Cortó las palabras del doctor con voz firme.—Me siento lo suficientemente bien para irme, y en casa podré recibir cuidados. Hay cosas que tengo que atender, y no voy a postergarlas más. 

El doctor intercambió una mirada con Taehyung, buscando algún apoyo, pero el castaño solo podía morderse el labio, luchando con la preocupación y la comprensión. Sabía que nada de lo que dijera podría hacer que Jungkook cambiara de opinión. Aun así, tenía que intentarlo.

—Jungkook....—Comenzó Taehyung con un tono suplicante.—Sé que tienes cosas importantes que hacer, pero no puedes arriesgarte de nuevo. No después de todo lo que ha pasado. Al menos quédate unos días más para recuperarte mejor. 

Jungkook, con suavidad, tomó la mano de Taehyung y la apretó entre las suyas.—No puedo, cariño. Entre más días pase aquí, solamente estoy perdiendo tiempo que podría dedicar a otras cosas, necesito hacer algo pronto. 

Taehyung bajó la cabeza, resignado. Sabía que había una verdad inquebrantable en las palabras de su esposo, pero eso no hacía menos doloroso el pensar en los riesgos. Aun así, no tenía más opción que confiar en él, como siempre lo había hecho.

El doctor, viendo que no había manera de convencer al peligris, suspiró en resignación de la misma manera.—Muy bien. Procederemos con los trámites para su alta, pero bajo una condición: que reciba cuidados en casa y se someta a controles regulares. No voy a arriesgarme a que empeore por forzar su cuerpo antes de tiempo. 


(...)



Ya en casa, el ambiente era mucho más cálido que en el hospital. Sin embargo, la tensión no desaparecía. Taehyung ayudó a Jungkook a instalarse en el sofá, rodeado de almohadas para que estuviera cómodo. Aunque había una sensación de alivio por estar de vuelta, ambos sabían que la paz era temporal.

Esa noche, mientras cenaban en silencio, Jungkook hizo una propuesta inesperada.—¿Qué te parece cambiarnos de hogar pronto? Inclusive creo que tu padre nos podría acompañar, si es lo que quisiera. 

—¿Hablas en serio?—Taehyung lo miró, sorprendido.

Asintiendo a sus palabras, contestó.—Sé que han pasado tiempo alejados, rara vez nos visitaba a la casa y nosotros no lo llegamos a visitar hasta que todo esto sucedió. Él también está emocionado por el bebé, creo que sería bueno que esté cerca para que experimente el proceso, será algo muy emocionante para él.—Tomando un sorbo de su bebida, intercambió una mirada con su esposo.—Además, ambos se ven felices estando juntos. Comprendo que solo están ustedes dos, creo que es mejor si siguen juntos, tal como de esta manera. 

Taehyung no pudo evitar una pequeña sonrisa al escuchar la preocupación detrás de esas palabras. Sabía que, aunque Jungkook tratara de mantener una actitud firme y distante por todo lo que estaba sucediendo, en el fondo no dejaba de pensar en la seguridad de su familia.—Está bien, hablaré con él para saber lo que piensa, pero puedo intuir que le emocionará la idea. 

Siguiendo en una cómoda conversación que disipó toda la tensión que emanaba el lugar, por un momento lograron olvidar todas sus preocupaciones. Tanto Taehyung como Jungkook sintieron las tranquilas cenas que compartían en su antiguo hogar, la manera en que las palabras salían y conversaciones sin sentido aparecían, haciendo que el tiempo pasara volando. 

Esa misma noche, mientras todo parecía haberse calmado y decidieron que era momento de descansar, Taehyung despertó en la madrugada y vio la cama vacía. Confundido y preocupado, salió de la habitación y lo encontró en el pequeño patio trasero de la casa, mirando el cielo nocturno con una expresión pensativa. Taehyung se acercó, abrazándolo por la espalda.

—¿No puedes dormir?—Susurró el castaño, sintiendo la tensión en los músculos de Jungkook.

—No.—Respondió él en un tono bajo.—No puedo dejar de pensar en todo lo que queda por hacer.

Taehyung asintió, entendiendo perfectamente la presión que sentía su esposo.—Solo prométeme algo, Jungkook. Que no dejarás que sea lo que estés planeando te consuma por completo. Aún necesitamos que estés con nosotros, sano y salvo. Tienes que recordar que estás en recuperación, no puedes solamente ignorarlo y descuidarte por estar en otras cosas. 

El peligris se giró para mirarlo a los ojos, colocando una mano en su mejilla.—Lo prometo. Haré lo que sea necesario, pero siempre volveré a ti y al bebé. 

Taehyung asintió con lágrimas en los ojos, aferrándose a esas palabras como si fueran la única esperanza en medio de la tormenta.

En ese momento, aunque ambos estaban al borde de un abismo, se permitieron un respiro, aferrándose al calor del otro, sabiendo que la verdadera batalla estaba lejos de terminar.

—¿Podemos volver a la cama? Hace frío aquí, y no puedo dormir si no estás ahí.—Pidió en un tono bajo, haciendo un leve puchero. 

Con una sonrisa, Jungkook asintió.—Vamos, debí de ser más cuidadoso con ello. No puedo permitir que te enfermes. 

Entrando al interior de la casa, se encaminaron directamente a la habitación, donde el castaño fue el primero en entrar a la cama para envolverse entre las sábanas, suspirando ante el calor de estas. Jungkook observó la escena enternecido, siguiéndolo para acostarse sobre su espalda antes de acercar el cuerpo de su esposo contra su costado, envolviendo un brazo sobre sus hombros. 

Taehyung recordó un detalle, alzando la camiseta de la pijama para revelar el par de marcas que contrastaban sobre el abdomen del contrario, detallándolo con sus dedos. 

—¿Qué haces?—Cuestionó, curioso por su reacción. 

—El doctor dijo que quedarían marcas del ataque, y una esta en esta zona.—Explicó, manteniendo su mirada en el torso ajeno.—Nuevas marcas en tu cuerpo, no me parece fascinante. 

—¿Mis marcas te duelen? ¿Te desagradan? 

Negó, frunciendo la frente.—Jamas me han desagradado, al contrario, siempre me han gustado las historias que cuentas por cada una de ellas. Pero estas marcas en específico cuentan un punto y aparte de la vida que te trajo el resto de las mismas, mientras que las anteriores las aportabas con orgullo porque significaban tus propias peleas vencidas con personas que merecían aquello, estas nuevas significan la traición de tu propia gente por una decisión que no comprenden. No te hacen menos, al final siguen siendo peleas que enfrentaste, pero los motivos detrás de ellas son lo que cambia todo el panorama. 

—No debes de preocuparte por ello, son peleas que sucedieron y que no puedo cambiar, pero sí prometer mejorar en ello. 

Sin poder decir más, volvió a bajar la prenda para cubrir la piel expuesta, recargando su rostro contra su brazo. El sueño se había ido de su sistema,  por alguna razón solo podía imaginar y pensar en las marcas del peligris en lugar de dormir, mismo que el contrario notó y colocó una mano sobre su vientre, notando el pequeño abultamiento que comenzaba a formarse. 

—No te centres en las cosas que ya no podemos cambiar, Taehyung. Sé que son momentos que son difíciles de olvidar o dejar pasar por alto, pero solo queda adaptarnos a ellos.—Levantando la playera del castaño para descubrir su vientre, sonrió.—La verdadera razón en la que debemos de centrarnos es en nuestro bebé, creciendo tan fuerte y sano dentro tuyo, que ahora estoy notando que tu vientre creció un poco. 

Asintiendo a sus palabras, sonrió al recordarlo.—Lo noté hace un par de días al verme en el espejo. Está comenzando a notarse, y tuve dificultad para colocarme uno de mis pantalones. 

Con una suave carcajada, pegó sus labios contra la sien del castaño.—Pensemos en nombres pronto, que sea significativo. 

—He tratado de pensar en algunos, pero no estoy seguro de ellos.—Confesó, soltando un suspiro.—Mis favoritos son Danbi, HyunJoo o DaHye. 

—Son nombres hermosos, no te presiones para escoger uno en estos momentos, aún queda tiempo.—Besando su sien, cerró los ojos.—Lo sabremos tan pronto como lo conozcamos, tendremos el nombre adecuado para nuestro bebé. 

—Lo sé, simplemente creo que es bueno tener opciones. 

Siguiendo con la conversación de elegir nombres, lograron dormir hasta que el cansancio los venció y la preocupación abandonó sus cuerpos. En el transcurso de la noche, solo podía seguir soñando la tranquilidad que se avecinaría cuando todo terminara, poder tener un nuevo lugar al cual llamar hogar y terminar con los preparativos para su bebé, ansiando más que nada su llegada. 

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