Capítulo 23.
La sala de hospital estaba en silencio, roto solo por el suave zumbido de los monitores que controlaban los signos vitales de Jungkook. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas parcialmente abiertas, iluminando el rostro pálido y exhausto de Jungkook mientras él permanecía dormido en la cama. Después de una exhaustiva conversación que tuvo la pareja, el peligris había cedido contra el cansancio y siguió durmiendo, mientras que Taehyung se aseguraba de velar por su seguridad.
El doctor Kim entró en la habitación con un aire de profesionalismo que contrastaba con la tensión palpable en el ambiente. Lo acompañaba una enfermera, que llevaba un equipo de instrumentos médicos. Taehyung, sentado en una silla junto a la cama, observaba con una mezcla de preocupación y esperanza. Había pasado una semana desde el ataque, y ver a Jungkook en este estado había sido un golpe duro para él. Aún asimilaba la idea de que despertara después de tantos días, pero verlo dormir lo desconcertaba, como si su conversación hubiera sido parte del sueño.
El doctor Kim se acercó a la cama y comenzó a examinar a Jungkook, tomando notas mientras revisaba los monitores y realizaba una serie de pruebas rápidas. La enfermera ajustó las máquinas y se aseguró de que todo estuviera en orden. Taehyung, aunque intentaba mantenerse calmado, no pudo evitar dejar escapar un suspiro de preocupación cada vez que el doctor murmuraba algo o levantaba una ceja.
—Su presión arterial está estable, pero aún hay signos de debilidad.—Dijo el doctor Kim mientras revisaba los resultados.—Las heridas han cicatrizado, pero el daño a los órganos internos ha sido considerable. Necesitamos proceder con cautela en su rehabilitación.
Taehyung asintió, su expresión grave.—¿Qué debemos esperar en términos de recuperación? ¿Cuánto tiempo llevará?
El doctor Kim se volvió hacia Taehyung con una mirada seria.—La recuperación será lenta. Necesitará un seguimiento constante y una rehabilitación intensiva. Las complicaciones son posibles, así que es vital que sigamos de cerca su progreso. Evitar el estrés físico y emocional será crucial.
Taehyung sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Su mente ya estaba llena de preocupaciones sobre cómo manejar la situación y cómo proteger a su familia mientras Jungkook se recuperaba.
—¿Hay algo específico que deba tener en cuenta para ayudar a su recuperación?
—Debe mantenerlo en reposo absoluto en las primeras semanas.—Respondió el doctor Kim.—También necesitará una dieta adecuada y cuidados especiales para evitar infecciones. Asegúrese de que no realice ningún esfuerzo físico y que siga todas las indicaciones médicas. De todas maneras, estará bajo revisión en estos días, conforme pasen los días le daré indicaciones para los próximos cuidados que tendrán.
El doctor Kim se despidió de Taehyung y se dirigió a la salida con la enfermera, dejándolo a solas con Jungkook. Taehyung se acercó a la cama y tomó la mano de Jungkook en la suya, tratando de transmitirle su fuerza a través de ese contacto. Sabía que no debía agobiarse por la situación, sin embargo en la posición en la que se encontraban, era difícil no sobrepasar todo.
Necesitando aire, se inclinó para depositar un beso sobre su frente antes de salir de la habitación, soltando un suspiro tan pronto como la puerta se cerró detrás suyo. Con un asentimiento, Daeyang permaneció en la entrada de la habitación junto a otro de los guardaespaldas, escudriñando el pasillo mientras el castaño se dirigía a la sala de espera.
Cuando visualizó a su padre, una pequeña sonrisa temblorosa se asomó de sus labios, acercándose hasta donde el hombre se encontraba.
—Taehyungie, ¿Necesitas algo? Te ves un poco pálido, hijo.—Cuestionó con una mueca de preocupación, palmeando el asiento a su costado.
—Solo necesito un poco de aire, estaré bien.—Contestó, tomando asiento a su lado.
El silencio se hizo presente por unos instantes, solamente permitiéndose escuchar la respiración ajena mientras sus mentes maquinaban. Sentían la necesidad de decir algo, pero tanto padre como hijo no encontraban la forma de expresarse, esos momentos estaban llenos de tensión y lo último que quería es seguir con un disgusto o con el sentimiento de tristeza.
Seojun tomó la iniciativa, aclarando su garganta antes de hablar.—Me alegro que Jungkook haya despertado, ¿El doctor les ha dicho algo?
—Tendrá una recuperación larga, tendrá rehabilitación y no puede esforzarse. Lo que es difícil, ni siquiera puedo pensar cómo lo detendré cuando quiera salir de aquí.—Soltando una carcajada que carecía de gracia, bajó la mirada.—Es muy terco, pero no me puedo quejar porque yo también lo soy, ¿No es así? Estos días he sido muy terco, pero me bloqueé a tal punto que solo sentía la necesidad de estar con él.
—De hecho lo puedo esperar, es un tanto parecido al inicio de su relación.—Sonriendo, prosiguió.—Tú estabas tan aferrado a estar con él, que temía que algo como esto sucediera.
—¿A qué te refieres?—Levantó la vista, curioso ante las palabras de su padre.
—Tú eras consciente que tenía mis negocios con él, siendo ilícitos pero aún así nada de ello me detuvo. A él siempre lo ví como una persona decidida y con sus principios claros, nada podría sobrepasar sobre su ley porque él se encargaba de regularla. Pero cuando ustedes se conocieron, no entiendo qué es lo que sucedió para que lo dislocaras e hicieras que se replanteara todo, como si de la noche a la mañana quisiera radicalizar toda su vida. Cuando un día llegaste y me preguntaste si podrías acompañarme en una de mis reuniones con él, no le ví nada de malo en ese momento, pero cuando se vieron y no se apartaban la mirada durante toda la reunión, comprendí que algo más grande estaba sucediendo.
—Sabes que siempre me interesaban tus negocios, de ahí aprendía nuevas maneras de vivir.
—Lo sé, pequeño. Pero en esas ocasiones estaban más centrado en mirar a Jungkook que en prestar atención a lo que decía.—Con una carcajada, continuó.—Tenía miedo que quisieras intentar algo con él por los negocios que teníamos, ¿Y sí trataba de desquitarse contigo? Tú siempre fuiste, eres y serás lo más preciado que tengo en mi vida, lo único que me queda, y solo imaginar que él pudiera hacerte daño por mis acciones me aterraba, pero estabas tan feliz cuando se veían que estaba en un constante debate sobre qué hacer. En ese entonces ya eras un adulto, no eras ningún niño o un adolescente que tuviera que reprender, tú ya decidías por cuenta propia y no podía interferir en tus acciones aunque me costara aceptarlo.—Tomando la mano del castaño, dio un suave apretón.—Pero cuando Jungkook llegó a casa y me llevó los papeles para deshacer nuestro contrato, dejando nuestros negocios para poder estar contigo... Realmente quedé sorprendido ese día, ¿Quién rompía un contrato tan costoso como ese? La indemnización por romperlo era una gran suma de dinero y bienes, pero que él quisiera cortar lazos para poder estar contigo y que ninguno de los dos se viera afectado por nuestra situación... Sí, supe que sería un buen hombre para ti.
Taehyung lo recordaba perfectamente, porque después de haber tonteado como dos adolescentes por tantos meses, el castaño le había puesto un ultimátum al no formalizar en nada. Taehyung siempre se consideró una persona desesperada, sobre todo cuando conocía la situación y el posible resultado que saldría, por lo que al saber que ambos correspondían los sentimientos del otro y solo estaba la incertidumbre de su padre, le había pedido formalizar en una relación y que esta no tuviera que verse afectada por lo negocios que llevaba con su padre. Le pedía una relación estable que estuviera alejada de los intereses de su padre, y aunque pensó por un momento que Jungkook no cedería y su breve romance finalizaba en ese instante, el peligris se había presentado al día siguiente para pedirle que iniciaran su relación, justo como el castaño deseaba, pero cambiando sus términos.
Si bien Jungkook comprendía a lo que Taehyung quería llegar, también tenía contemplado que mientras mantuviera sus conexiones con Seojun, y una relación con Taehyung, existiría una evidente tensión que no pensaba mantener si podría evitarla. No le importaba cuán afectado pudiera salir por romper lazos y quedar mal frente a terceros, estaba seguro de haber conocido a la única persona que encajaría en su vida y no planeaba dejar pasar la situación, porque cualquier que fuera la decisión que tomara junto a Taehyung, sabía que era una oportunidad segura.
—Él tenía esta determinación en su rostro mientras me explicaba lo que estaba sucediendo. No vaciló, no tartamudeó, ni siquiera pareció afectado por todo lo que debería de pagar por su retiro, no cuando a cambio te recibiría a ti. Acepté, pero siempre tuve en claro que una vez que firmara, no aceptaría realmente nada de él si con ello aseguraba que estuvieras feliz, que volvieras a creer que había una oportunidad de encontrar a la persona indicada después de todo lo que sucedió. Jungkook es un hombre decidido, y seguro de todo lo que hace, este altibajo no será nada a comparación con la recompensa que tendrá al final, ¿Y sabes cuál es esa recompensa?
—¿Cuál es?—Cuestionó, con una mirada expectante.
—Sigues siendo tú, siempre serás su recompensa más preciada. Pero a diferencia de ese entonces, ahora serás tú junto con su bebé, y no podría estar más feliz con ello. Él mejorará y podrá ser terco como dices, pero lo hace porque sabe que eso los mantendrá seguros, porque siempre procura mantener su bienestar sobre todas las cosas.
Sintiendo las lágrimas arremolinarse en sus ojos, trató de controlarse. No podía seguir llorando, estaba cansado de llorar hasta por la más mínima cosa, debía de ser mejor que ello. Sin embargo, cuando su padre envolvió un brazo sobre sus hombros, se recargó contra su pecho y cerró los ojos, deseando que todo ello pasara rápido.
Solo necesitaba un respiro y todo estaría bien, deseaba que todo estuviera bien.
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