Jungkook estaba sentado en la cama, sus manos apretadas en puños a su lado. La reciente aparición de MinSik, el ex novio de Taehyung, había removido viejas inseguridades que creía haber superado. Aunque confiaba en Taehyung, la cercanía y la familiaridad entre él y MinSik le habían hecho dudar. 

No lo malentiendan, también sentía que se trataba por toda la tensión acumulada que lograba ponerlo en duda con todo lo que les rodeaba, pero la forma en que MinSik parecía querer acercarse a su esposo e ignorarlo a él por completo lo volvía una persona molesta, después de tantos años parecía tener una emoción negativa en su persona. 

Taehyung se acercó lentamente, notando la tensión en los hombros del peligris. Se sentó a su lado, colocando una mano reconfortante sobre la suya. 

—Pensé que ya habíamos superado esta etapa.—Sonrió, recargando su mejilla contra el hombro contrario. 

Cuando no recibió ninguna respuesta, pero si un suave apretón en el agarre de sus manos, levantó su mirada para observarlo, queriendo disminuir las arrugas que se formaban sobre su frente por su ceño fruncido.  

—Sabes que no hay nada de qué temer, ¿Verdad?—Levantándose de la cama, se posicionó delante suyo, capturando la atención del peligris. 

Haciéndose espacio sobre su regazo, depositó un beso sobre su mandíbula, arrastrando sus labios hasta su mejilla. Taehyung comprendía su comportamiento, ya lo habían discutido al inicio de su relación, y en cada oportunidad en que MinSik aparecía en sus vidas hasta que se casaron y se alejaron de todo ese ámbito. Transcurrió tanto tiempo que no pensó que el problema volvería a surgir, y podía saber que se trataba por la manera en que lo seguían llamando y lo horrible que es ser ignorado, lo sabía de primera mano. 

Acunando el rostro de su esposo entre sus manos, frotó la punta de sus narices con ternura, observando cómo ese ceño fruncido desaparecía y unos brazos lo envolvían alrededor de su cintura. 

—Estamos casados, me convertí en tu esposo y ahora estamos en espera de nuestro primer bebé. Te acepté tal y como eres, permanezco a tu lado sin importar cuántas cosas hayan sucedido a nuestro alrededor, ¿Hay alguna duda de que te pertenezco? 

Jungkook soltó un suspiro, tratando de relajarse bajo el toque de Taehyung. Miró a su esposo, buscando en sus ojos la verdad y la seguridad que necesitaba.—No tengo dudas sobre ello, amor. Es solo que... ver a MinSik después de todos estos años, y la forma en que te mira... no puedo evitar sentirme receloso, y ni hablar de la manera en que te habla y a mi me ignora por completo, es como si no existiera y no tuviera un lugar a tu lado. 

Taehyung asintió, comprendiendo completamente cómo se sentía el peligris. Se inclinó un poco más cerca, decidido a disipar cualquier duda.

—Déjame contarte cómo terminó realmente mi relación con MinSik. 

—Pero ya lo hiciste, ya hablamos de esto. No tienes porqué recordarlo, prometo que se me pasará...—Fue callado por un gesto del contrario, interrumpiendo sus palabras. 

—No, quiero que entiendas cómo terminamos realmente y el porqué jamás podré verlo como una buena persona en mi vida. Si nos procuramos, o si siquiera él sabe de mí, es porque trabaja con mi padre y no puede solamente ignorarlo todo, así que te daré toda la versión de los hechos.—Tomando una fuerte respiración, comenzó a hablar.—MinSik y yo éramos muy jóvenes cuando comenzamos a salir. Al principio, todo parecía perfecto, pero con el tiempo, las cosas cambiaron. Creo que teníamos una idea cerrada al significado de amarnos, a estas alturas pienso que solo estábamos acostumbrado al otro que no sentíamos amor realmente entre nosotros, solo fue la idea comprada de seguir juntos porque parecíamos coincidir en todo. 

El peligris escuchaba atentamente, las palabras de Taehyung resonaban sobre su mente conforme imaginaba su historia. 

—Nuestros planes siempre fueron que, en cuanto terminara mis estudios, nos íbamos a casar. Yo no planeaba desistir de mi carga académica, no cuando me encontraba cerca de culminar, un par de meses más no afectarían nuestros planes, o por lo menos eso es lo que creía.—Bajando la mirada, tragó saliva antes de continuar.—Ese día sentí la necesidad de no entrar al resto de mis clases, aunque no me gustaba la idea de faltar, sabía que mientras estuviera en el salón no podría concentrarme, así que decidí volver temprano a nuestra casa porque no me sentía bien. Cuando ví su auto, no me sorprendió porque siempre llegaba más temprano que yo a casa, mi padre lo dejaba salir temprano del trabajo porque yo se lo pedía, entonces no era extraño verlo. Entré y todo estaba en silencio, pensé que se encontraba tomando una siesta porque en varias ocasiones lo ví hacerlo, pero cuando entré a nuestra habitación... él estaba ahí, con un hombre que ni siquiera puedo recordar de quién se trataba, teniendo sexo en nuestra cama. 

Jungkook sintió un nudo en el estómago al escuchar la confesión de Taehyung. Nunca había imaginado que su esposo había pasado por algo tan doloroso, cuando habían hablado la primera vez sobre la ruptura de su última relación, había quedado la historia en que sus intereses habían cambiado, no imaginaba que la infidelidad fuera la verdadera razón. 

—Al principio no supe cómo actuar, ¿Qué se suponía que debía de hacer? Gritar no parecía apropiado, reírme por cómo los encontraba tampoco, pero cuando ví el anillo de compromiso a un costado de la cama, como si no tuviera nada de valor a las promesas hechas para el matrimonio, solamente me dirigí a recogerlo y lo tiré a la ventana, fue la única manera en que se dieron cuenta de mi presencia. No le grité, no lloré enfrente suyo, solamente salí de la habitación con sus gritos detrás mío, volví agarrar mi mochila de la universidad y salí de la casa, ni siquiera recogí las llaves para volver a entrar, solamente agarré mi auto y salí de ahí. No fui con mi padre, me hospedé en un hotel a las afueras de la ciudad, fue hasta ese entonces que estaba solo en una habitación alquilada que me di cuenta de mi situación. El resto solamente son recuerdos vagos, tuve que terminar mi estudios fingiendo que no me sentía mal y ayudé a mi padre con su empresa cuando tuvo su buena racha, MinSik trataba de contactarme pero no lo permití acercarse hasta que lo superé completamente, ¿Sabes cuándo sucedió eso? 

—Creo tener una noción de ello.—Susurró en un tono bajo, viendo a dónde se dirigía la historia. 

—Cuando mi padre organizaba sus galas benéficas y ví a cierto hombre que llamó mi atención,  fue cuando me di cuenta que merecía algo mucho mejor que ese idiota. Por supuesto que tuve un duelo por esa relación, pero mi vida cambió de una buena manera cuando te conocí, que todo lo que había vivido desapareció de mi sistema. 

Buscando las manos del peligris entre sus cuerpos, entrelazó sus dedos con una sonrisa, depositando un beso sobre el dorso. 

—Jamás podría permitir que alguien como él volviera a mi vida, porque aunque eso pasó hace mucho tiempo, la falta de respeto que tuvo en nuestra relación y hacia mí no es algo que pueda olvidar tan fácil. Tampoco te cambiaría, te lo he dicho en cada oportunidad que tengo y aún lo haré si es necesario, pero eres lo mejor que me ha pasado porque puedo sentir tu devoción y respeto hacia mí, hacia nuestro bebé. No puedo imaginar estar en una situación similar con nadie más, me cautivaste desde el primer momento en que nos vimos y nada de ellos cambiará, hemos recorrido juntos un gran camino, no podría cambiarlo por nada. 

Jungkook sintió cómo la tensión comenzaba a disiparse, reemplazada por una profunda gratitud y amor por Taehyung. Abrazó a su esposo, sintiendo el latido de su corazón contra el suyo. 

—Gracias por contarme esto, Taehyung. Necesitaba escucharlo de ti.—Murmurando, besó suavemente la frente de su esposo. 

—Además, a mí no me ves estando receloso al recordar alguna de tus ex parejas, porque tengo claro el lugar que tengo a tu lado y eso jamás podrá rebajarse a lo que fueron ellos hace un tiempo. 

—De igual manera ya tuvimos esta conversación, no hay punto de comparación entre ellos y tú, jamás lo habrá.—Tomando la misma postura que el peliazul, comenzó a delinear la mandíbula contraria con sus labios, haciéndolo sonreír.—Aunque debo de admitir que siempre he tenido una debilidad al verte celoso, marcando tu territorio. 

Sacándole una carcajada, recibió un golpe sobre su hombro.—Alto ahí, león. Lo de esa ocasión fue porque bajé a la cocina, y cuando volvía a subir encontré a tu mayordomo tratando de no dejar pasar a tu última conquista, misma que fue la más desquiciada porque quería llegar a ti hasta que tuve que correrla de tu casa. 

—Fue una escena muy memorable, no quise interferir.—Expresó con un tono burlón, consiguiendo otro golpe pero ahora en el pecho. 

—¡Pensé que me ibas a correr a mí también! Fue la primera noche que pasé en tu casa, no quería que pensaras que actuaba con mucha confianza cuando ni siquiera sabía el estatus de nuestra relación. Cuando te ví bajar, estaba tentado a salir corriendo también, pero el mayordomo cerró la puerta y aún no conocía muy bien la casa. 

—Creo que fue en ese momento que me terminé de enamorar de ti, supe que debía de darte un anillo y no dejarte ir de mi lado jamás. 

Con una carcajada, negó divertido.—Pero tardaste en darme ese anillo, pensé que nunca lo vería en mi dedo. 

—No quería asustarme, pero al final todo salió bien. Ahora estamos aquí, riéndonos por esas anécdotas, así que estamos bien con ello. 

Con un asentimiento, Taehyung se inclinó hacia adelante, acercando su rostro al de Jungkook, sus ojos llenos de amor y devoción. Jungkook no necesitaba más palabras. Se inclinó también, cerrando la distancia entre ellos. Sus labios se encontraron en un beso suave, tierno, cargado de significado.

El beso comenzó con una delicadeza casi tímida, como si ambos estuvieran redescubriendo su amor en este nuevo contexto. Pero pronto, la suavidad se transformó en una pasión más profunda, un anhelo que había estado contenido durante las horas de incertidumbre y miedo.

Jungkook sostuvo el rostro de su esposo con sus manos, acariciando suavemente sus mejillas mientras sus labios se movían en perfecta sincronía. Taehyung respondió con igual intensidad, sus manos aferrándose a la camisa del peligris, queriendo sentirlo lo más cerca posible.

Era un beso que hablaba de promesas silenciosas, de un amor que podía superar cualquier adversidad. Cada roce, cada suspiro compartido, era una reafirmación de su compromiso, de la fortaleza de su vínculo. 

Finalmente, cuando el beso se rompió, ambos se quedaron ahí, con sus frentes apoyadas una contra la otra, respirando el mismo aire, sus corazones latiendo al unísono.

—Estamos juntos en esto, no hay nada que temer.—Las palabras del peliazul le trajeron consuelo, y no se sintieron específicamente para el incidente de MinSik, sino para todo lo que se avecinaba siguiendo su plan. 

Acurrucados en la cama, sus manos entrelazadas, compartiendo una paz momentánea que les recordaba que, a pesar de todo, mientras estuvieran juntos, podían enfrentar cualquier cosa.