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Capítulo 09.

El peliazul mordió su labio con frenesí, tratando de retener el ronco jadeo que amenaza con salir de entre sus labios mientras estaba siendo estimulado por la mano de su esposo. La sensación de la mano áspera contra su miembro erizaba su piel, la respiración pesada del peligris a la altura de la parte trasera de su cuello y como sus labios recorrían la piel expuesta solo lograban hacerlo enloquecer, necesitando la esperada liberación. 

—P-por favor...—Suplicó con voz quebradiza, aferrando su mano a la tela de las sábanas arremolinadas sobre su cadera, necesitando aferrarse a algo. 

—¿Qué es lo que necesitas, bebé?—La voz contra su cuello lo hizo apretar sus ojos cerrados, sin saber qué contestar, pero teniendo la extraña necesidad de golpearlo por comenzar a jugar con su paciencia. 

Estaba por maldecirlo entre dientes, cuando la puerta de la habitación fue tocada. Soltó un grito de frustración cuando la mano en su miembro se detuvo, deseando con todas sus fuerzas quitar aquel pulgar que lo privaba de su liberación, pero en cuanto intentaba removerse, los brazos que lo rodeaban se apretaban a su alrededor, manteniéndolo cautivo entre el cuerpo febril de su esposo. 

—Señor Jeon, disculpe que lo moleste a usted y a su esposo, pero recibió una carta.—La señora Lee habló desde el otro lado de la puerta. 

—Bien, ahora bajaré a recibirla.—Contestó de vuelta, sin prestar verdadera atención al recado. 

Cuando los pasos se escucharon a la distancia, Taehyung no pudo evitar soltar un jadeo inesperado cuando el ritmo fue retomado, enterrando el rostro sobre la almohada en el momento en que su liberación llegó, soltando su agarre mortal de las sábanas. No logró recomponerse cuando volvió a sentir los labios de Jungkook barriendo su cuello, para al final depositar un suave beso sobre su hombro y retirarse de la cama, dejándolo con la respiración temblorosa. 

Estaba centrado en controlar su respiración, cuando volvió a sentir unos brazos envolviendo su cuerpo y levantándolo de la cama, dirigiéndose al baño en dirección a la tina que el peligris había preparado. Taehyung soltó un suspiro de satisfacción tan pronto como su cuerpo entró en contacto con el agua, relajándose mientras se dejaba acomodar por Jungkook, el cual tomó lugar detrás suyo y lo mantuvo cerca de su cuerpo, recargando su barbilla sobre el hombro ajeno. 

—¿De qué crees que sea la carta que te llegó?—Cuestionó el peliazul con voz somnolienta, manteniendo sus ojos cerrados. 

—No estoy seguro, pero tengo una idea de que fue alguno de los miembros del sindicato.—Susurró por lo bajo. 

Con un asentimiento, se dejó llevar cuando el peligris comenzó a masajear su piel, vertiendo agua sobre su cuerpo y tallando con cuidado, siendo atendido por su esposo con devoción. Quería hacer lo mismo, pero el cansancio ganaba aquel día y solo podía dejarse hacer y deshacer por las manos contrarias, sin objeción. 

—Salgamos de aquí antes de que el lugar se ponga fría, luego bajaremos a desayunar.—Murmuró, depositando un beso sobre su mejilla antes de sentirlo levantarse detrás suyo, en busca de una toalla. 

Fue cuestión de minutos cuando se encontraban vestidos y bajando las escaleras tomados de la mano, caminando en dirección a la sala. El correo descansaba sobre la mesita de centro, tomando asiento en el sillón contiguo para abrir los diferentes sobres arremolinados, a su vez la señora Lee caminaba por el pasillo, llamando la atención del peliazul. 

—¿Podrían alistar la mesa para tomar el desayuno, por favor?—Pidió con una sonrisa, recibiendo un asentimiento. 

—En un momento estará listo, les avisaré cuando puedan pasar.—Con una corta reverencia, se alejó de la sala. 

Volviendo su atención al peligris, Taehyung se inclinó sobre el hombro de su esposo para observar la carta que sostenía entre sus manos con atención, curioso por saber el contenido.

—¿Qué es lo que dice?—Cuestionó sin poder evitarlo, su curiosidad creciendo. 

—HyunWoo me está solicitando el día de mañana en su territorio, supongo que querrá volver a hablar conmigo para negociar mi retiro. Él es quien se mostró más reacio a mi baja, no me sorprendería si se las está ingeniando para convencerme en desistir. 

—¿No habías mencionado que él ocuparía tu lugar?

Asintió.—Es un buen líder, mientras yo me encontraba ausente él siempre los dirigió de buena manera, muchas veces me sorprendió por lo mismo. Quiero pensar que no está preparado para el puesto y por eso su insistencia, pero en otras circunstancias podría también creer que este es un lugar que él desea tomar, mañana mismo veré qué es lo que parece estancarlo en su puesto.

—Dirigirlo un par de veces es muy diferente a un puesto definitivo, probablemente no se sienta preparado para tomar tu lugar.—Recargando su mejilla contra el hombro del peligris, suspiró.—¿Tienes que partir muy pronto? 

—Avisaré que preparen un vuelo para la tarde, tengo que estar al mediodía en su casa. No creo que me esté citando para una estadía, así que regresaré tan pronto como logre desocuparme de ahí.—Besando su frente, envolvió un brazo sobre sus hombros.—De igual manera sabes que te avisaré de cualquier cambio que pueda haber. 

Y Taehyung no podía negar que un mal presentimiento se instaló en la boca de su estómago, pero decidió ignorarlo, pensando que solo se trataba de su miedo hablando ante el pensamiento de tener a Jungkook alejado de él por un tiempo. 


(...)


La llamada de HyunWoo llegó temprano en la mañana, invitando a Jungkook a su propiedad para conversar. Aunque Jungkook sospechaba que no sería una charla amistosa, aceptó la invitación. Sabía que los miembros del sindicato no aceptarían fácilmente su retiro, y HyunWoo, uno de sus socios más antiguos y astutos, no era la excepción. Tal y como había hablado con Taehyung, no planeaba hablar de su retiro, sino de quién tomaría su lugar y no había candidato mejor que HyunWoo, solo esperaba que entendiera su punto. 

Al llegar a la propiedad de HyunWoo, una mansión lujosa rodeada de altos muros y guardias discretos merodeando los alrededores, Jungkook se preparó para una conversación tensa. Fue recibido en el salón principal, donde HyunWoo lo esperaba con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—Jeon, me alegra que hayas venido.—Saludó HyunWoo, indicando un asiento frente a él.— Tenemos mucho de qué hablar, preferí hacerlo en persona. 

—Me leíste la mente, también pensé que sería buena idea hablar de unos asuntos en persona.—Tomando su lugar, declinó la oferta de beber algo durante su estadía. 

—¿Quieres iniciar a hablar, o preferirías que iniciara yo? 

Tomando esa como una oportunidad, comenzó a hablar.—HyunWoo, ¿Han pensado en quién será el siguiente en tomar mi lugar una vez que me retire? En algún punto es un hecho que sucederá, pero prefiero terminar de arreglarlo y confiar en que estará en buenas manos el sindicato. 

—Nunca nos pareció importante discutirlo, no se siente necesario hasta que llegue el momento justo. 

—Pero tampoco es como si viviera una eternidad para seguir con ese lugar.—Murmuró con un tono divertido, una sonrisa surcando sus labios.—Tarde o temprano es un lugar que alguien más ocupará, no viviré para siempre y tampoco gastaré el resto de mis días en dirigirlos. 

—Entonces, ¿Sigues con la idea de retirarte?—Arqueando una ceja en su dirección, su expresión se mostró incrédula. 

—Mi decisión no cambiará, estoy firme con ello y sabes que es difícil convencerme en desistir.—Cruzando las manos sobre su regazo, mostró una expresión impasible.—He vivido el tiempo suficiente y liderado, como para saber las destrezas y carencias de cada uno de ustedes. Durante los tiempo en los que no me encontré presente, siempre supiste dirigir y guiarlos, inclusive en ocasiones mejor que yo, y lo sabes porque me encargué de felicitarte por tu trabajo y agradecer por ello. 

—Jeon, no...—No tuvo el tiempo de seguir, puesto que el peligris lo ignoró y siguió hablando. 

—HyunWoo, si te soy sincero como viejos colegas de crimen, no veo al sindicato siendo liderado por una persona que no seas tú. Conoces a cada uno de los miembros, te respetan tanto como a mí, y si preguntan por ti, lo hacen como mi mano derecha. Eres el único miembro de ahí en el que puedo confiarle este puesto, ¿No te atrae la idea de liderarlos? Ya lo haz hecho, no va a ser diferente de aquellas ocasiones. 

—¿Me estás vendiendo la idea de ser tu sucesor, y olvidar tu retiro?—Cuestionó con un aire de ironía. 

—No es nada malo planear quién me sustituirá, en cambio, quiero demostrar mi interés porque el sindicato esté en buenas manos. 

El silencio gobernó por unos minutos en la habitación, la tensión palpando en el aire mientras se enfrentaban a una pelea de miradas. Jungkook no planeaba dar marcha atrás ante su idea, pero tampoco el contrario parecía desistir ante su plan original de conversación. Por lo que, desconcertando al peligris, HyunWoo soltó una estruendosa carcajada sin retenerla por más tiempo, sosteniendo su estómago como si de un chiste se tratara, divertido por la situación. 

—Te estimo, Jeon. Nos criamos juntos en este sindicato, vimos muchos rostros entrar y salir, fue un milagro que nosotros siguiéramos en el camino después de tanto. Verte tomando el lugar del líder fue un orgullo para mí, logró formar un estima que ya se estaba forjando por todo lo que hemos pasado, pero en estos momentos no estoy teniendo ninguna clase de respeto hacia ti si sigues cediendo a tu retiro.—Su tono se volvió amenazante, en un tono más bajo que casi lo convirtió en un susurro. 

—Entonces pensé que eran mejor que todo este circo que están montando.—Levantándose del asiento, le dirigió una última mirada.—¿Hiciste todo esto para reunirte conmigo y decirme la palabrería de todos? No te estoy preguntando por tu interés en el puesto, te lo estoy cediendo de una buena manera, a pesar de que ya estás actuando como el nuevo líder porque todos parecen interesados en que tú seas quien me convenza. ¿O piensas que no creí que todo esto fuera en nombre de todos? Estén todos los miembros o solamente tú, no significa un gran cambio para mí, comparte el mensaje con el resto, gracias por la charla, pero ahora tengo que irme. 

Cuando el peligris se dirigió a la salida del lugar, las puertas fueron abiertas para vislumbrar diversos hombres esperándolo, impidiéndole el paso. Maldiciendo entre dientes, se preparó para el peor de los escenarios tan pronto como escuchó las palabras de HyunWoo detrás suyo. 

—Te dimos la oportunidad de ceder de buena manera, pero ya que insistes en ejecutar tu deseo, deberás pagar el precio.—Murmuró HyunWoo, su tono cambiando a uno más oscuro.

No había manera de salir por su propia cuenta, pero no cedió ante el miedo, si tenía que pelear para salir de ahí, no dudaría en hacerlo. 

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