—Encontré estas opciones, realmente me parecieron interesantes.—Comentó el peliazul mientras se encontraban afuera, tomando el desayuno en el patio antes de que el peligris tuviera que partir. 

—¿Ah, si? Muéstrame.—Sonrió ante el tono animado de su esposo, apartando su plato. 

—Aún no estoy seguro, quiero tomar esta decisión de la mejor manera porque será también el hogar de nuestra familia, así que quiero que seas sincero con las opciones que te muestre.—Explicó, tecleando en la tableta entre sus manos para buscar sus opciones guardadas.—Esta es la primera opción, se me hizo muy linda y espaciosa por tener cinco habitaciones, dos salas y dos baños. Cuenta con dos chimeneas, una en la sala principal y otra en la habitación más grande, creo que podría adaptarse para nosotros y la habitación contigua para nuestro bebé. 

—Pero hay algo que no te convence.—Afirmó con confianza, conociéndolo. Taehyung podría parecer muy observador con los detalles, buscando todos los problemas que pudieran existir y así prevenirlos con tiempo. 

Asintió con un leve rubor en sus mejillas.—Aunque me gusten las estructuras de estas casas, considero que están muy cerca del mar. Sabes que no soy muy fanático de la playa, y justamente esta casa, la cual parece una muy buena opción, tiene que estar justo a lado de una playa, lo que me parece demasiado injusto. Pensaba que, si pudiéramos verla en cuanto regresaras de tu viaje con tu colega, podríamos ir a verla para que nos termine de convencer porque parece la mejor opción hasta el momento, sin embargo me gustaría comprobar bajo mi propia vista que estaremos seguros si decidimos por esta opción. 

—De acuerdo, tan pronto como vuelva me aseguraré de que vayamos a ver la casa.—Sonrió enternecido por la diatriba que Taehyung tenía cada que se encontraba nervioso. 

—Pasando a la segunda opción, es más retirada de la ciudad y siento que es la indicada porque como tal estamos libres de vecinos, es un vecindario tranquilo y que, según por lo que ví en imágenes, la separación de las casas casi consta de dos cuadras, así que no tenemos de qué preocuparnos de vecinos molestos alrededor. 

—De igual manera hay algo que no te agrada...—Murmuró por lo bajo, tomando un sorbo de su café. 

—Pero es más pequeña que la casa de la primera opción, solo cuenta con tres habitaciones y dos baños, uno se encuentra en la habitación principal y otro en la planta baja. No considero que necesitemos un hogar grande, pero con la estructura de la primera opción pensé que habría más espacio para el bebé y futuros invitados. 

—Recién estamos teniendo al primer bebé y tú estás visualizando tres más.—Sentenció con diversión, recibiendo un golpe sobre su hombro. 

Antes de que Taehyung pudiera protestar ante sus palabras, la señora Lee se precipitó a un costado de la mesa donde se encontraban, luciendo una sonrisa apenada por su interrupción. 

—Lamento tener que interrumpir su desayuno, señor Jeon.—Carraspeando su garganta, prosiguió.—Pero el automóvil ya se encuentra listo, está esperándolo al frente de la mansión. 

—Comprendo, gracias por avisar, puedes decirle que en cinco minutos salgo.—Despidiéndola con un gesto de mano, la mujer se marchó. 

Taehyung se aplastó contra la silla, la realidad golpeándolo con fuerza. Había llegado el momento de la despedida, misma que quiso posponer por más tiempo aunque fuera imposible, eso lo demostró su forma de alargar el desayuno y la gran mañana que habían tenido con algo de actividad sexual con la intención de que por arte de magia se olvidara de su partida. 

Claramente, por más placentero que hubiera sido, no resultó a su favor. 

El peliazul dejó la tableta a un lado y se levantó al mismo tiempo que Jungkook, tomando su mano con prisa para dirigirse junto a él al interior de la casa.—Recuerda llamarme, así sabré que estás bien. 

—Me contactaré contigo tan pronto como llegue a mi destino, espero que no me tome más tiempo del necesario.—El peligris echó una ojeada a la entrada, comprobando que su equipaje no se encontrara donde lo dejó al bajar.—Primero dejaré mi carta al sindicato, luego estaré en la casa de Seokjin, cualquier cambio de planes te lo haré saber. 

—Bien, prométeme que te cuidarás, y no confíes más de lo necesario.—Murmuró, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. 

—Sabes que puedo hacerlo.—Sonrió, aplanando sus manos sobre sus caderas. 

—Solo estoy comprobando que lo recuerdes. 

Sin más palabras, Jungkook se inclinó y atrapó los labios de Taehyung en un beso abrasador. Fue un beso lleno de pasión y desesperación, como si intentara grabar cada segundo en su memoria antes de la inminente separación. Sus labios se movieron con una urgencia feroz, explorando y reclamando, transmitiendo todo el amor, el deseo y el miedo que sentían.

Taehyung respondió con igual intensidad, sus manos aferrándose a la chaqueta de Jungkook mientras sus labios se fundían en una danza de emociones crudas. El mundo a su alrededor se desvaneció, dejando solo la sensación del calor y la familiaridad de sus cuerpos entrelazados. El beso se profundizó, sus lenguas encontrándose en una lucha desesperada por mantener la conexión, por aferrarse al momento.

Los dedos de Jungkook se deslizaron por la espalda de Taehyung, atrayéndolo más cerca, como si intentara fundirse en él. El sabor de las lágrimas de Taehyung se mezclaba con el suyo, mismas que no se había percatado que bajaban sobre sus mejillas, pero ninguno de los dos rompía el beso, ambos reacios a separarse, a dejar ir ese instante de unión perfecta. 

Finalmente, el aire se volvió una necesidad, y Jungkook se apartó, respirando con dificultad. Sus frentes se apoyaron una contra la otra, ambos intentando calmar el ritmo frenético de sus corazones.

—Estaré más pronto de lo que imaginas aquí, prometo volver antes de que siquiera puedas extrañarme. 

—¿Y si ya te extraño lo suficiente sin siquiera haberte ido?—Susurró, sorbiendo por la nariz antes de que escapara una carcajada que carecía de felicidad. 

—Volveré, siempre lo he hecho. 

—Te estaré esperando.—Respondió Taehyung, su voz quebrada pero llena de determinación.—Te amo. 

Con un último beso suave y lleno de promesas, Jungkook se alejó, sus dedos deslizando lentamente fuera del alcance de Taehyung. Dio un paso hacia la puerta, pero se detuvo y miró una vez más a su esposo, grabando la imagen de Taehyung en su mente antes de enfrentarse a una realidad que comenzaba desconocer. 

Taehyung lo observó irse, su corazón latiendo con fuerza y una mezcla de esperanza y miedo en sus ojos. Sabía que la decisión de Jungkook era arriesgada, pero también confiaba en su habilidad y determinación. Cerró los ojos y susurró una oración silenciosa, esperando que el amor que compartían fuera suficiente para traerlo de vuelta a salvo. 

La puerta se cerró suavemente detrás de Jungkook, dejándolo en la quietud de la noche. Con cada paso que daba, sentía el peso de la responsabilidad y el amor que lo guiaban. Estaba decidido a hacer lo necesario para asegurar un futuro seguro para Taehyung y su creciente familia. Y con esa determinación, se dirigió hacía el automóvil que esperaba por él  para enfrentar su destino, sabiendo que al final de todo, tenía una promesa que cumplir y no pensaba en fallarle.