Capítulo 04.
Taehyung se encontraba sintiéndose horrible a esas alturas, entre los síntomas iniciales del embarazo y todo lo sucedido con su esposo, solo deseaba que el martirio acabara para él. Entre las náuseas y los fuertes dolores de cabeza que lo mantenía gran parte del día deseando no levantarse, sin mencionar la fatiga que comenzaba a sentir desde días atrás.
Sumándole a sus síntomas, también se encontraba la parte donde el peligris había comenzado a tomar una postura seria ante la contienda que llevaban desde tiempo atrás. Jungkook comenzaba a salir de la casa a la misma hora acostumbrada, pero regresaba en la madrugada, justo cuando el peliazul dormía. Lograban verse raramente en el desayuno, sino cuando el peligris se despedía de él antes de irse a trabajar.
Cansando de la rutina, la señora Lee lo había sentado en la biblioteca aquella tarde para hablar con él, siendo la vocera de todos los empleados que comenzaban a resentir su distanciamiento. Después de una exhaustiva conversación donde Taehyung aceptó su parte obstinada y solo está en busca de una solución, llegaron a un acuerdo. El resto del día el peliazul le estuvo carcomiendo la cabeza la conversación, deseando que el peligris llegara lo más pronto posible para conversar, ya tenía todo en su mente de lo que le diría junto con una disculpa, pero todo lo que necesitaba era abrazarlo.
La esperanza de que aquella noche llegara temprano se desvaneció tan pronto como el reloj marcó la medianoche. Con un suspiro, hizo el intento de dormir y arreglar las cosas en la mañana, pero cuando las náuseas aparecieron nuevamente y tuvo que correr al baño para deshacerse de la cena, consideró que esa no sería una noche fácil.
Para cuando Jungkook regresó a la casa el reloj marcaba diez minutos para las dos, desatando la corbata alrededor de su cuello y dejando su maletín en el perchero, dirigiéndose a la habitación con cansancio. Los últimos días habían sido llenos de tensión al tener que trabajar más horas de lo debido, pero había tantos papeles que revisar que el tiempo no le bastaba para terminar.
Tan pronto como empujó la puerta para entrar, su mirada se dirigió al centro de la cama solo para encontrarla vacía. Se alarmó de manera inmediata, pero antes de que pudiera llamarlo un ruido proveniente del baño lo hizo tensarse, caminando rápidamente hasta el lugar solo para descubrir al peliazul sentado a un costado de la taza, abrazando sus piernas y reposando su mejilla sobre estas, con los ojos cerrados y un leve temblor provenir de sus hombros.
—¿Taehyungie?—Cuestionó arrodillándose frente a él, alzando sus manos para sostener su rostro.
La mirada somnolienta del contrario llamó su atención, una pequeña sonrisa adornando sus labios.—Llevaste. ¿Podrías darme un poco de agua y mi cepillo? Necesito enjuagarme la boca.
Acatando su orden, se levantó para llenar el pequeño vaso que guardaban en el espejo del lavamanos y sacó el cepillo, colocando una porción de pasta antes de volver a él.—¿Te sientes mal? ¿Quieres ir al médico?
Negando, aceptó las cosas entre sus manos.—Simplemente son los síntomas de las primeras semanas, pero creo que podría ir para ver si me pueden recetar algo que disminuyan las náuseas, estoy cansado de sentirme así.
Sintiendo una opresión en el pecho, observó a su esposo cepillarse los dientes con gestos apresurados.—¿Desde cuándo te sientes así?
Pensando en su respuesta, se encogió de hombros.—No estoy seguro, ya son varios días así.
—¿Y por qué no me dijiste sobre ello? Podríamos haber ido desde el primer momento, agendaré una cita para mañana mismo.
Taehyung no mencionó su duda si se refería ese mismo día en la tarde o mañana, pero no lo expresó en palabras mientras terminaba de enjuagarse la boca. Con ayuda del peligris, logró levantarse y dejar las cosas en su lugar, aún sintiéndose incómodo del estómago y con un ligero mareo, decidió salir del baño.
Cuando el peligris notó como Taehyung tropezó tan pronto como dio el primer paso fuera del baño, decidió cargarlo de manera nupcial hasta la cama. El peliazul estaba reacio a dejarlo ir, por lo que al primer intento en separarse lo sostuvo de sus brazos, incapaz de separarse de él.
—Voy a cambiarme, regresaré enseguida.—Depositando un beso sobre su frente, fue lo suficientemente convincente para que lo soltara.
Taehyung no lo perdió de vista en ningún momento, observándolo escogiendo su ropa para dormir y despojarse de su traje de aquel día. Tan pronto como Jungkook apartó las mantas para meterse a la cama, el peliazul se pegó a su costado mientras lo envolvía entre sus brazos, escondiendo su rostro entre su cuello y el hombro.
—¿Quieres que te traiga algo de la cocina? ¿Aún te sientes mal?—Cuestionó mientras acariciaba su cabello, arrullándolo contra su cuerpo.
Negando, se limitó a no hablar conforme sus pensamientos se agrupaban sobre qué decir. Por un momento todo se sintió con normalidad, pero sabía que debía comenzar a hablar o solo seguiría postergando el momento.
—Jungkook, quería decirte algo.—Inició, apretando la camiseta entre sus manos.
—¿Qué sucede, cariño?
—Sobre lo que hemos estado viviendo, las diferencias que hemos tenido, sé que he sido muy reacio ante mi postura.—Comenzó a hablar, mordiendo su labio con nervios.—Pero he entendido tus palabras, entiendo porqué estás haciendo esto y prefiero apoyarte en lugar de seguir de esta manera, de solo pensar en estar un momento más distanciados no lo hace soportable, solo te quiero a mi lado por más que me aterre esto. Te apoyaré en esto, estaré contigo en este proceso, pero tengo un par de condiciones al respecto.
Asintiendo a sus palabras, tomó una de sus manos para besar el dorso de esta.—Dímelo.
—Necesito que me cuentes de todo lo que pasa, cuáles serán tus movimientos y con quién irás, necesito realmente saber esto por cualquier cosa que pudiera suceder. No quiero estar en blanco y no saber lo que estás haciendo o con quién tienes que verte, quiero por lo menos tener una noción de lo que sucede. Y si ves que las cosas se están poniendo difíciles, te pido que no lo sigas intentando, el miedo aún está en mí pero sé que tú más que nadie puede saber sobre sí mismo de tus capacidades, así que si sientes que es suficiente por lo que tengas que pasar puedes volver, encontraremos alguna otra solución.
Jungkook contempló a detalle las facciones del peliazul, sus palabras eran acertadas y pudo observar el destello de determinación en sus ojos, a pesar del miedo y la angustia, veía cierta complicidad en sus palabras. Sin siquiera evitarlo, Jungkook se inclinó y unió sus labios con los de Taehyung en un beso profundo y lleno de anhelo. El beso fue lento y suave al principio, una reconexión después de la tormenta que habían atravesado.
Taehyung respondió con igual intensidad, sus brazos rodeando el cuello de Jungkook mientras se aferraba a él. Sus labios se movieron en una danza sincronizada, expresando todo el amor y el arrepentimiento que sentían. El beso era una promesa de compromiso, un pacto silencioso de que superarían cualquier obstáculo juntos.
La sensación de los labios de Taehyung contra los suyos, la calidez de su cuerpo cerca, todo era tan reconfortante que Jungkook sintió como si todo el peso del mundo se desvaneciera. En ese momento, no existía nada más que ellos dos, unidos por un lazo inquebrantable.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento y con los ojos brillando. Taehyung apoyó su frente contra la de Jungkook, susurrando.—Prometamos que siempre hablaremos y resolveremos las cosas juntos. No más distancias, no más silencios.
—Es una promesa, en verdad lo siento por el martirio que pasamos.—Entrelazando sus manos, dio un suave apretón.—Prometo cumplir cada una de tus condiciones.
—Y también debes de estar para los chequeos importantes del bebé, quiero que estés presente en el proceso.
—De eso jamás podría perdérmelos, estaré aquí justo a tiempo.—Sumergiéndose en un silencio, retuvo un bostezo.—Debemos dormir, estaremos levantándonos temprano para ir con el médico.
Con un leve asentimiento, Taehyung se acomodó lo mejor posible contra su costado para dormir, sonriendo ante el pensamiento de estar bien. Cualquier malestar desapareció, lo único que le importaba era tener a su esposo consigo y conocer a su bebé por primera vez, no podía pedir más.
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