Capítulo 03.
Una noche más sin dormir, pero por causas diferentes.
Jungkook había resentido el distanciamiento que Taehyung formó entre ellos tan pronto como la noche cayó y fue momento de compartir habitación. No le agradaba en absoluto mantener esa distancia con su esposo, pero tampoco encontraba la manera correcta de acercarse y hablar del tema.
Pero aún y cuando no sabía cómo abordar el tema, se negaba a pasar un día más con aquel distanciamiento, por lo que tan pronto como salió del baño después de alistarse, decidió que hablaría con el peliazul.
—Cariño.—Habló ingresando a la habitación, su mirada se dirigió hacia la cama, la cual se encontraba vacía.—¿Taehyung?
Sin recibir respuesta, frunció la frente en busca de toda la habitación de su paradero, en cambio recibió la solitaria compañía del lugar. Tomando sus pertenencias del tocador, decidió salir de la habitación para su búsqueda, intuyendo que estaría en el comedor en espera del desayuno.
—Buenos días, señora Lee.—Sonrió a la mujer mayor que se encargaba de la cocina, anunciando su llegada a la planta baja.—¿Ha visto a mi esposo?
—Buen día, señor Jeon.—Con un asentimiento, señaló al patio.—Pidió que le sirviéramos el desayuno en el patio, ¿También desea desayunar afuera?
Negó, visualizando la figura del peliazul a través de las puertas corredizas.—Hoy pasaré el desayuno, pero encárgate de que mi esposo coma lo suficiente.
—No es algo que deba pedir, sabe que con gusto le serviré.—Con una última sonrisa, se alejó nuevamente a la cocina.
El peligris decidió salir al patio, con paso sigiloso abrió las puertas y se dirigió hasta la mesa donde Taehyung se encontraba con una postura tensa, sintiendo su presencia desde atrás. Encontrándose a sus espaldas, se inclinó lo suficiente para que sus labios rozaran su cuello, sus manos se posaron sobre sus hombros y al final depositó un beso sobre su mejilla.
—Buenos días, cariño.—Saludó, sin tener una pronta respuesta.—Por favor, habla conmigo.
—¿Vas a desayunar?—Su tono pareció más frío de lo planeado.
—No, tengo que ir a trabajar.—Apartándose, se movió hasta quedar a su costado, recargando su peso contra la mesa.—Pero pasaba a decirte que hoy vamos a hablar, hoy en la cena hablaremos de todo esto, no podemos seguir de esta manera.
Tratando de capturar su mirada, Taehyung desvió su rostro hasta el jardín delante suyo, encogiéndose de hombros ante sus palabras. Jungkook soltó un suspiro en resignación, no podía hacer mucho mientras el peliazul siguiera con esa actitud, pero esperaba arreglarlo para cuando volviera.
—Nos vemos en la noche, llegaré a la hora de la cena.—Acercándose nuevamente hasta él, tomó su barbilla entre sus dedos para encontrarse con su mirada.—Cualquier cosa me llamas.
—Está bien.—Asintió, recibiendo un beso sobre la comisura de sus labios.
—Te amo.—Susurró antes de apartarse, caminando de regreso al interior de la casa.
Taehyung se giró sobre su asiento para ver la figura del peligris desaparecer cuando salió del comedor, emitiendo una mueca hasta ver el rostro conocido de la señora Lee avecinarse con una bandeja entre sus brazos, levantándose rápidamente para ayudarla.
—Déjeme tomar la bandeja a mí, puedo hacerlo.—Sonrió mientras retiraba la bandeja de los brazos contrarios, dirigiéndose a la mesa.
—Es mi trabajo, joven Kim.—Murmuró con un tono divertido.
—Lo es, pero si puedo interferir, entonces lo haré.—Palmeando la silla a su costado, la invitó a desayunar con él.—¿Me acompañará el día de hoy?
—Usted sabe que sí.—Tomando asiento en la silla continua, lo observó con detalle.—¿Está todo bien con su esposo, señor?
El peliazul tomó un pedazo de fruta, prefiriendo masticar de una manera lenta antes de contestar a su pregunta. La mujer conocía a la pareja, después de tantos años sabía que sus discusiones no se trataban de tonterías, la pareja profesaba tanto amor que era casi imposible que tuvieran problemas convencionales porque siempre lo hablaban, por lo que intuía que aquella disputa entre los dos se debía a algo más grave.
—¿Tiene que ver con la posibilidad de un miembro más a la familia, señor?—Cuestionó con una pequeña sonrisa surcando de sus labios sin poder evitarlo, sorprendiendo al contrario.
Tosiendo por la repentina pregunta, tuvo que tomar un sorbo del jugo de naranja antes de contestar.—¿Él te lo dijo?
Negó.—Su renuente preocupación por su alimentación, y por la forma en que parece acecharlo más de lo acostumbrado lo delata, he concebido a dos hombres y mi esposo fue exactamente parecido a su esposo cuando se enteró.
Soltando una carcajada, bajó la mirada al plato de frutas.—La noticia le cayó bien, pero lo que quiere hacer por el embarazo es algo de lo que no estoy de acuerdo.
—Es normal tener desacuerdos, pero también puedo asegurar que los dos tienen sus razones para mantener sus posturas.—Inclinándose sobre la silla, tomó su mano entre las suyas con un suave apretón.—Hablen de esto con calma, digan todo lo que les incomoda o les parece mal, de sus miedos y temores, pero no lo repriman porque ahora no solo son decisiones que conciernen a uno, si piensan formar una familia son situaciones que deben arreglar porque van a pensar como padres, como la guía que dará el mejor camino a su bebé.
—Jungkook no parece entender el miedo que siento ante su idea, tampoco parece actuar pensando que no solo somos nosotros dos, sino que ahora estamos en espera de un bebé y eso me desconcierta.
—Probablemente el señor Jeon se siente de la misma manera que usted, pero por diferentes razones que justifican sus acciones. Solo mediten sus respuestas y lleguen un acuerdo, siempre lo han hecho y no creo que esta sea la excepción, si necesita de mi ayuda sabe que puede acudir a mí.
Con un asentimiento, Taehyung pareció demasiado enfocado en sus propios pensamientos como para seguir presente en la conversación, tomando como su oportunidad para dejarlo solo, la mujer se levantó de la silla antes de que el peliazul la detuviera de la muñeca.
—Hoy me encargaré de la cena, pueden retirarse temprano hoy, me haré cargo del resto.—Murmuró en un tono bajo, recibiendo una caricia en su mejilla.
—Está bien, yo les avisaré.
Taehyung tenía una manía con preparar la cena para ocasiones importantes, cuando tenían que celebrar algo en especial o cuando se sentía culpable por sus acciones que buscaba recompensar su comportamiento. Para esa ocasión no era la excepción, por lo que se dispuso a buscar una receta en internet mientras desayunaba, tenía el resto del día por delante para preparar una maravillosa cena que demostrara la sinceridad de sus sentimientos y poder dialogar con su esposo, porque el peligris no era el único que sufría aquel distanciamiento que estaban afrontando.
La pareja era demasiada orgullosa para su propio bienestar, era algo que constantemente les repetían, sin embargo seguían siendo de esa manera. Ahora, mientras cada uno se mantenía en sus propias cosas, comprendían que no podían concentrarse lo suficiente en espera que la noche llegara y poder hablar como lo habían estado esperando.
Por ello, cuando el peligris ingresó a su hogar y el aroma en la cocina lo envolvió tan pronto como cerró la puerta detrás suyo, pudo deducir que aquello solo podía deberse a su esposo cocinando. Las banderas blancas se levantaron sobre sus hombros, soltando un suspiro de alivio porque sabía lo que aquello significaba, no debía porqué preocuparse si el peliazul mostraba una señal de tregua como aquella.
Suspiró, dejando su maletín junto a la puerta, y caminó hacia la cocina. Allí estaba Taehyung, moviéndose con gracia mientras terminaba de preparar la cena. La luz cálida de la cocina iluminaba su rostro, pero Jungkook podía ver la sombra de tristeza en sus ojos. Habían estado distanciados desde aquella discusión, y la distancia emocional entre ellos había dejado una huella palpable.
—Oh, llegaste.—Murmuró con un tono sorprendido, quedando frente suyo.—Acabo de servir la cena, viniste a tiempo.
—Gracias por la cena, cariño.—Colocando sus manos a cada lado de sus caderas, cerró los ojos sin saber qué decir. La tensión aún era palpable, pero las palabras no parecían salir de sus labios como le gustaría.
Sin decir una palabra más, Jungkook levantó una mano y acarició suavemente la mejilla de Taehyung. Su toque era una mezcla de ternura y necesidad, y Taehyung cerró los ojos, inclinándose hacia el contacto.
En un movimiento fluido, Jungkook se inclinó y capturó los labios de Taehyung en un beso profundo y lleno de anhelo. Fue un beso que hablaba de todo el dolor y la tristeza acumulada durante su distanciamiento, pero también de la esperanza y el amor que aún los unía.
Taehyung respondió con igual intensidad, sus manos subiendo para rodear el cuello de Jungkook, atrayéndolo más cerca. El beso se volvió más apasionado, una mezcla de lágrimas y suspiros mientras ambos se aferraban el uno al otro, como si temieran que el momento pudiera desvanecerse. El peligris no perdió el tiempo, bajando sus manos hasta la parte trasera de los muslos del contrario para levantarlo, encaminándose hasta la isla de la cocina para dejarlo sentado sobre la fría cerámica, tratando de capturar por más tiempo aquel beso.
El peliazul soltó un bajo jadeo por la frialdad, pero poco después fue ignorado mientras sus manos se aferraban con más fuerza a la camisa del peligris.
—La comida se va a enfriar.—Susurró en la primera oportunidad que tuvo para hablar, tratando de recuperar el aire.
—Puede aguardar unos minutos más.—Murmuró sin aliento, apretando el agarre en sus caderas.
—Pero también necesitamos hablar.
Comprendiendo el significado de sus palabras, Jungkook se limitó a asentir, posando su frente contra la suya mientras mantenía sus ojos cerrados.—Solo necesito un momento más así, extrañé esto.
Taehyung acarició sus hombros, mordiendo su propio labio.—Yo también, pero por ello es que necesitamos hablar.
—Quiero hacerlo, pero no sé por dónde iniciar.—Confesó para sorpresa del peliazul.
—Considero que lo más sensato es escuchar la postura del otro, sin interferir en lo que digamos hasta el final.
Entrelazando sus manos, las alzó para depositar un beso sobre el dorso, enfocando su mirada en ellas.—Una vez intenté hacer esto, pero en ese entonces no había alguna prisa como en este momento. Cuando lo intenté aquella vez, solo podía pensar en que era la mejor manera para garantizar que nada te sucediera, pero la primera amenaza llegó y tú me impediste salir de la casa, sabes que no puedo hacer mucho si te veo llorar... Verte mal me desarma por completo, dejo de funcionar de manera cotidiana y solo quiero acercarme a ti, así que al verte de esa manera y el temor en tus ojos fue todo lo que necesité para echarme hacia atrás si eso garantizaba que no te lastimaría más, porque yo fui el responsable de lastimarte aquella vez, de provocar ese dolor en ti por mis acciones. Me repetiste que estabas bien con lo que soy, al fin y al cabo me aceptaste frente al altar sabiendo todo lo que cargo sobre mis hombros, y estuve bien con ello hasta que llegó la posibilidad de formar una familia.
Taehyung escuchaba de manera atenta a sus palabras, dando suaves apretones en sus manos entrelazadas cada tanto para demostrarle que seguía escuchando todo lo que decía, entornando sus ojos en las expresiones del contrario.
—Pensé que podría resguardarlos para siempre, las reglas del sindicato son claras y fueron creadas por la sencilla razón de no perjudicar a personas que sean externas de nuestro grupo. Sin embargo, en estos últimos años hubo muchos cambios, personas entrando y saliendo de las cuales tuve que escuchar sus mil y un razones para esto, y nada de ello era aprobado, los negocios bajo la mesa y los murmullos apuntándonos los unos a los otros está provocando solo la desconfianza de todos, por lo que no me siento seguro estar ahí y saber que en cualquier momento puedan saltarse toda la base que hemos construido para que funcionara lo que es hoy en día. Quiero tener un futuro asegurado para poder formar una familia contigo, saber que no tengo mis días contados y poder ver crecer a nuestro hijo, y que si algo me sucediera, por lo menos tener la certeza que ustedes estarán bien ante su ausencia, pero estando dentro de todo esto ya no se siente bien, jamás se ha sentido bien, pero siento que mi vida no es lo único que está en riesgo si permanezco por más tiempo ahí.
Tan pronto como finalizó, se percató de la primera lágrima que rodaba sobre su mejilla en conjunto con el primer sollozo del peliazul mientras comprendía sus palabras, pero el terror invadiendo su interior. Taehyung tuvo que aclarar su voz antes de hablar, tratando de detener el sollozo que aún amenazaba por salir, formándose un incómodo nudo sobre su garganta.
—La sensación que siento en estos momentos es la misma que sentí en ese entonces, y solo puedo resumirlo al miedo de perderte. Aquella vez llegaste herido, recuerdo perfectamente la forma en que te atacaron antes de que pudieras llegar a casa y lo malherido que estaba tu cuerpo, pensé que había terminado hasta que te levantaste al día siguiente diciendo que debías de seguir encontrándote con esos tipos, y el miedo a que ahora no volvieras porque aún seguías recuperándote... ¿Y si no corrías con la misma suerte? ¿Y si la próxima vez que supiera noticias de ti solo sería para despedirme de ti? No quería nada de ello, solo te quería y aún quiero a mi lado, y solo puedo decirte que ahora más que nunca me da terror saber que puedo perderte si vuelves a intentarlo, porque si en ese entonces no poseías un cargo tan importante como el de ahora, no puedo imaginar lo que te pueden hacer solo para evitar que te salgas del sindicato. Desde el primer día tuve claro el riesgo que corría a tu lado, pero también pensé que no podía vivir de miedo porque esa no sería una gran vida, por lo que prefería pensar en el aquí y ahora, en lo que somos sin importar el futuro, porque también somos un equipo.—Tratando de recuperar el aire, frunció la frente antes de continuar.—Ahora seremos padres, ahora más que nunca te necesito a mi lado y aquella noche que dijiste todo eso... Pude visualizar todos los escenarios posibles de cómo terminaría esto y ninguno es favorecedor, no puedo siquiera pensar ante la idea de verte igual de malherido o de una peor manera porque siento que no puedo respirar, te necesito aquí a salvo, con la certeza que estarás aquí para vivir todo este proceso.
—No estoy yendo de manera ciega, conocí a uno de los anteriores miembros que tenían un puesto importante y lograron salir, actualmente está viviendo su vida de retirado fuera de la ciudad, planeaba reunirme con él y saber más sobre su proceso.
—Pero el riesgo que corres es tan alto, no te dejarán salir.—Sollozó, negando desconcertado.
—Solo necesito ir a hablar con él, conocer sobre su experiencia...—Fue callado cuando el peliazul rompió la unión de sus manos, buscando bajarse para salir de la cocina.
—No puedo seguir escuchando, siento que me estoy ahogando aquí.—Empujando el pecho del contrario, se encaminó hasta la salida de la cocina.
—Amor, por favor.—Trató de detenerlo, pero Taehyung alejó su mano antes de que pudiera detenerlo.
La expresión vacía que recibió solo lo paralizó en su lugar, sintiéndose incapaz de decir algo o siquiera seguirlo, limitándose a verlo alejarse hasta perderlo de vista. El ardor en su pecho solo incrementó de sobremanera, haciéndole imposible respirar hasta que se vio en la necesidad de dirigirse hacia el patio trasero en busca de aire, siendo recibido por las estrellas adornando el cielo y la brisa calando sobre su cuerpo. Tomó asiento en una de las sillas de la mesa, desenfocando su mirada en el exterior mientras su rostro se empapaba de las lágrimas que salían en gran cantidad sin detenerse, el sentimiento de desagrado y los pensamientos negativos envolviéndolo.
Por segunda ocasión, rompió la promesa que había jurado en el altar jamás romper porque eso significaría su propia perdición; ahora, se sentía miserable por no poder protegerlos como deseaba.
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