Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𓏲★. if i could i would change everything.

PÁGINA UNO
Si pudiera lo cambiaría todo.

«¿Qué es el buen amor?»

Esa pregunta me atormentaba día y noche. ¿Acaso era el amor libre de restricciones? ¿El amor desprovisto de maldad? ¿Cómo se sentía recibir cariño sin tener que suplicar por él? Nunca había experimentado ese tipo de amor, ni siquiera de mi propia familia, por lo que me resultaba increíblemente difícil expresar esas emociones hacia alguien más. Lamentablemente, ella no pudo recibir mucho de mí. No pudo sentir ese amor cálido, agradable y pacífico. Todo lo que obtuvo de un desdichado como yo fue un amor terrible.

Una relación tóxica, porque desde el momento en que nos unimos en matrimonio, lo único que le ofrecí fue una versión emocional de Chernobyl. Éramos como una bomba de tiempo, algo que en cualquier instante iba a explotar y arrasar con todo a su paso. No obstante, eso no era lo que yo quería para nuestro futuro juntos, simplemente que no podía ofrecerle nada más que lo que he aprendido durante mi vida, creciendo en una familia tan disfuncional.

Cómo desearía tener una segunda oportunidad.

Una oportunidad para demostrarle que podía amar de una manera diferente, que podía aprender a dar un amor que no fuera dañino. Empero, las oportunidades no son algo que se pueda comprar o pedir prestado, se presentan en momentos inesperados, y a menudo, cuando ya es demasiado tarde.

Nos conocimos en la exposición más concurrida de San Francisco. Yo estaba allí de paso, pues el arte no era mi fuerte. Sin embargo, mi mejor amigo había insistido en que sus pinturas serían parte de ese gran evento. Si hubiera tenido la oportunidad de reconsiderar mi decisión de asistir, habría preferido quedarme en el departamento que alquilaba temporalmente, acurrucada en el enorme sofá gris, viendo películas de terror y lamentándome por la reciente infidelidad de mi novio.

Pero no.

Decidí ir a ver las obras de mi amigo, no quería parecer una mala amiga. Quería disfrutar de ese momento con él y sus amigos, que habíamos viajado desde lejos solo para compartir este momento importante para Jungkook. No obstante, fue el peor error que cometí en mi vida. Aún recuerdo cómo nos conocimos, él se acercó porque me vio observando una obra durante varios minutos, una pintura que no tenía sentido para mí. Me hubiera gustado poder gritarle a Kukencio a que me explicara, pero en cambio, escuché la voz de un desconocido.

—¿Te ayudo?

Giré mi cabeza, encontrándome con un rostro masculino. Él estaba allí, con sus ojos celestes fijos en la pintura, con una expresión serena. Vestía pantalones formales negros, zapatos a juego y una camisa blanca. Su cabello negro y largo llamaba poderosamente mi atención. Se veía muy profesional... y adinerado.

—No, yo puedo solita. Gracias de todos modos.

Respondí amablemente.

Decidí pasar a la pintura siguiente, ignorando completamente la figura a mi derecha. Solamente quería parecer importante, si había algo que aprendí de mi abuela es que si un hombre está interesado en ti, seguirá insistiendo, especialmente cuando sabe que una mujer se está haciendo la difícil. Nunca le hice caso a mi abuela paterna, ya que estaba de novia en ese momento y su consejo no me sirvió con mi ex. Veo que por primera vez eso está funcionando porque el chico se colocó a mi lado nuevamente, no me decía nada, simplemente, yace a un paso de mí.

La verdad es que no tenía ni idea de lo que él estaba haciendo, pero tampoco me entrometí en aquello.

—¿Estás segura de que no necesitas ayuda?

Reí levemente, mirándolo por segunda vez en la noche mientras le decía con mis movimientos de cejas que evidentemente no estaba necesitando de su ayuda en estos momentos. Simplemente, quería disfrutar de la cosa que no entendía para nada y que se hallaba frente a mí, porque no le encontraba la forma a esas ramas mezcladas entre sí.

El hombre con un bello lunar debajo de su ojo izquierdo asintió, pero decidió permanecer a mi lado con la vista profunda en la obra de arte. Hasta que pude escuchar una voz femenina, la cual hizo que él se alejara de mi lado, haciendo que mis ojos se dirigieran hacia ellos dos, tuve que cambiar la dirección de mi mirada porque mi mejor amigo se colocó a mi lado con esa misma sonrisa de siempre.

—¿Ocupada?

Sus manos están reposando en los bolsillos de sus pantalones negros, mientras que se podían ver sus tatuajes al aire libre, él traía puesto la remera blanca que le había regalado apenas llegamos a la ciudad. También pude notar que su cabello negro estaba corto, ya no traía más el pelo largo y morado, quiero suponer que él también quiso hacer borrón y cuenta nueva en su vida, oí que terminó con su novia de 1 año y medio, y se encontraba divagando por todos los parques con la esperanza de tener su momento de k-drama con otras personas.

—Obviamente no...—contesté, volviendo mi atención en el chico de tez morena. Él dirige sus ojos al hombre con quién tuve poca conversación hace un instante.—Pensé que estarías hablando con tus fanáticos, Jeon.

—Lo estaba... Hasta que me percaté de que vino mi mejor amiga desde la otra punta del mundo, y solo para verme a mí, aunque... Ahora lo dudo demasiado.

Rechistó, aún con la mirada en el chico de hace un momento. Eso logró mi risa por un tiempo, sabía que, simplemente, estaba bromeando conmigo, pero para nuestra mala suerte la charla no duró mucho tiempo debido a que su manager lo llamó para hablar de algunas cosas que pasó con sus pinturas, entre que yo giré mis faroles a una de las pinturas que están en todo el establecimiento.

Solo que llamó muchísimo mi atención.

Jamás me he sentido identificada con nada que tenga que ver con el arte, porque para empezar no la entendía, y eso que en mi adolescencia siempre visité estos lugares por mi hermano mayor, y para acabar; no había nada que me pueda hacer cambiar de parecer. Hasta que observé una enorme y hermosa obra de arte frente a mis ojos cafés. Era una persona de espaldas con la mirada en su balcón, mirando a todas esas personas que están en el campo, parecían ser felices, mientras que ella tomaba un café.

Quizá, me identifiqué porque me recordaba a mi vida siendo la única hija de un Don, nunca salí de mi casa si no era muy importante, siquiera pude tener estudios como el resto de la gente de mi edad, solo porque mi padre temía por lo que me podía pasar en ese segundo. Bueno, en ese instante le tuve que rogar para hacer la secundaria normal con la condición de que no estaría sola, ya que llevaría a sus hombres. Fue duro saber que, por primera vez, existía una persona que podía plasmar un sentimiento de tristeza y felicidad a la vez, eso hace que quiera conocer al dueño o a la dueña, para dar mis felicitaciones por haber logrado algo en mí que no sucedía hace bastante tiempo. En ese momento, mi mirada se cruzó nuevamente con la del hombre de los ojos celestes.

Su mirada parecía más intensa, como si estuviera buscando algo en mí. Me sonrió, un gesto que parecía tan sincero que me sorprendió. ¿Podría ser él el creador de la obra que tanto me había impactado? Decidí que era hora de averiguarlo.

—Ten.

Un pañuelo paró frente a mí, podía observar una mano larga, blanca y fina, sosteniendo un pañuelo blanco. De a paso mis ojos van a la persona, la cual nunca me ha mirando a la cara directamente, no hasta este mismo momento.

—Gracias. Pero no hace fal...

—No seas dura, entiendo las señales cuando una mujer no quiere estar conmigo.

Me sorprendí por su respuesta, que después de haber limpiado las pocas lágrimas que cayeron por mis mejillas, le devolví el pañuelo, viéndolo con una media sonrisa de incomodidad.

—¿Por qué te acercaste entonces?

—No iba a permitir que alguien derramara lágrimas sobre mi obra de arte más preciada—respondió con una seriedad fingida que contrastaba con la chispa juguetona en sus ojos. Su respuesta me hizo soltar una carcajada. Era tan surrealista, tan inesperado que no pude evitar reír. Y para mi sorpresa, no fui la única, él también se unió a la risa, su risa era contagiosa y genuina—. ¿Estás bien?

Otra vez, me sorprendí.

—Jamás he conocido a una persona que fuese tan bipolar en solo tres segundos.

—Admito que no quería que destruyeran mi pintura, pero tampoco me hace sentir bien que una mujer esté derramando lágrimas sin alguna razón aparente.

—Pues...—desvié mi mirada a la pintura de nuevo—Déjame decirte... 2HJ—pronuncié la firma que estaba en la pintura.—, que tu obra ocasionó muchísimo sentimiento en mí. Conseguiste algo que hace mucho tiempo no podía hacer y que necesitaba liberar. Así que, te felicito por eso, tienes un don para despertar emociones en las personas.

El chico bajó la cabeza, parecía estar sopesando mis palabras, pensando en su respuesta. Luego levantó la vista, su mirada era fría, tan helada que me hizo estremecer por un instante.

—¿Es eso positivo? ¿Provocar emociones? Incluso cuando sean negativas.

—No necesariamente es algo negativo, el hecho de que esté llorando no significa que sea algo malo. A veces, las personas lloran de felicidad, o de tristeza, sí, pero es una tristeza que algunos necesitan liberar para sentirse aliviados después de mucho tiempo, 2HJ.

Podía sentir la mirada intensa del hombre sobre mí, estudiando cada uno de mis gestos. Me hizo sentir un poco cohibida al compartir un aspecto tan íntimo de mí, pero creo que eso fue el catalizador de todo lo que estaba por suceder. Esa fue la primera vez que lo vi, no obstante, tuve que irme de San Francisco poco después a resolver algunos asuntos pendientes en Italia. No quería volver a ese país, sencillamente tenía responsabilidades que atender. Sin embargo, cuando finalmente terminé con esos asuntos y me tomé una semana de vacaciones en París, fue cuando nos volvimos a encontrar.

En ese instante, ambos pensamos que era el destino enviándonos una señal de que debíamos estar juntos. Aunque la realidad fue bastante diferente. No pasó mucho tiempo antes de que nos convirtiéramos en pareja y al cabo de un año me mudé con él a Corea del Sur. Por supuesto, sin informar a mis padres, sabía que probablemente les daría un infarto si se enteraban de mi decisión.

—Es encantador...

Comenté, explorando cada rincón de la casa que Hyunjin había adquirido para nosotros. Lo que más me emocionaba era que compró un apartamento con los grandes ventanales que siempre he soñado tener. Además, pude ver las pinturas que él había hecho para mí, siempre decía que yo era su inspiración para pintar. Estaba emocionada de que hubiéramos tomado esta decisión juntos.

—La señora Kang me explicó un poco sobre el dueño del edificio y sus reglas estrictas, pero logré resolver el problema de que no se permiten mascotas, así que no hay problema en traer a Kkami y a Beethoven al departamento—explicó, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura mientras observábamos la ciudad en plena noche—. Es gratificante saber que vamos a estar juntos para siempre.

—¿Para siempre?—pregunté, riendo.

Él sabía lo que yo pensaba sobre las relaciones de cuentos de hadas. Hyunjin y yo éramos polos opuestos, él siempre veía la vida en tonos rosados, mientras que yo la veía con la dura realidad.

Al principio, esa fue nuestra primera pelea, pero afortunadamente, siempre lográbamos resolver nuestras diferencias rápidamente.

—Sí, ¿no has abierto tu regalo?

—¿Cuál?—me giré rápidamente. Él sonrió.—¡Ya! No juegues así conmigo, sabes que me encantan los regalos y me frustra que seas tan paciente.

—Está en la cocina.

Rápidamente, dejé su lado, corriendo por los pasillos del apartamento para llegar a la cocina. Sin embargo, fue en ese momento cuando un presentimiento me decía que no debía acercarme más, que debía recoger mis maletas y salir de Seúl lo más pronto posible. Pero no lo hice, simplemente seguí caminando. Alrededor de la isla de la cocina, pude notar dos platos de gnocchi con salsa blanca y dos botellas de vino, tinto y blanco, nuestros favoritos. Además, había una pequeña caja blanca a un lado en la encimera de la cocina.

—¿Qu-qué es esto...?

—Primero comamos y después te di...

—¿Puedo abrirlo?—lo interrumpí, ansiosa por ver lo que hay dentro. Hyunjin me miró con normalidad, no podía entender lo que estaba pasando por su mente en ese momento. Pero él asintió.

Mientras sostenía la caja en mis manos y la abría, podía sentir los nervios de Hyunjin, el chico de cabello oscuro al otro lado de la isla de la cocina. Él tenía sus manos en sus bolsillos, y murmuraba cosas sobre cómo debía hacer la pregunta.

—Quería que fuera especial, así que pensé en tu comida favorita y en lo que te gustaría tener el día que te compraras una casa. Pero creo que no lo hice bien. Solo...—suspiró. Levantó sus ojos celestes a los míos, y sentí esa electricidad recorrer mi cuerpo de nuevo—
Tengo que ser directo contigo. ¿Te quieres casar conmigo, Miki Stefano?

¿Fue en ese momento?

Sí, creo que fue en ese preciso momento en que el presentimiento volvió, diciéndome que todavía tenía tiempo de marcharme de allí. Tal vez, de encontrar a una persona que realmente me diera toda la paz que necesitaba en ese instante, solamente que las cosas no salieron como yo las he planeado desde un principio.

—Sí, por supuesto que me quiero casar contigo.

—¿Q-qué...? ¡¿De verdad?!

—¡Sí, tonto!

Él cruzó la isla de la cocina para besarme apasionadamente, con sus manos alrededor de mi cintura, sin dejar de mirarme con sus ojos llenos de brillo y amor. Era una sensación maravillosa.

Pero... Si pudiera...

Si tan solo pudiera, lo cambiaría todo.

—¡Hyunjin, ya basta!

—¡No, amigo! ¡No!

—¡Hyunjin! ¡Por favor, ya basta!

—¡Lo estás matando!

Y así, esa fue la primera vez que vi su verdadera cara.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro