𓏲★. be my submissive.
PÁGINA QUINCE
Sé mi sumisa.
Maratona: 3/3.
—No seas tonta, ragazza.
Reí ante el comentario de Valerio Lombardi y me bajé de su auto, viendo el nuevo lugar que sería mío después de haber vendido el lugar que lo considere en algún momento el departamento de mi esposo y el mío. Empero, el juego apenas estaba iniciando, por lo tanto, trataría de evitar todo pensamiento sobre el pelinegro para entrar a la nueva casa, extrañamente sonreí de ver este sitio porque me recordó al tiempo en que salí de mi casa y fui a alquilar un departamento lejos de Maurizio Stefano.
Me sentía una adolescente.
Pero ya no era más así, así que dejé a Beethoven a un costado, así yo me encargaba de ordenar las cosas que traje de mi antigua casa. Estuve así por largas semanas hasta que decidí salir un poco de la zona, la idea es que Hyunjin no me encuentre con facilidad, por eso los primeros días estuve escondiéndome en esta casa nueva con pocos vecinos. Claro, no podía vivir con las mercaderías que mis amigos me mandaban, por demás de que también tenía un animal conmigo y no hablaba de mi esposo. Beethoven tenía que salir un poco.
—Miren a quién tenemos aquí.
Cerré los ojos por inercia, pensando lo peor de todo, sin embargo, cuando volteé a observar a la persona que me encontró me sorprendí bastante de ver al hombre que era la mano derecha de mi padre cuando tenía negocios por Asia.
—Minho.
—¿Qué tal, Miki? Lamento tu pérdida.
—No tienes que hacer ese papel conmigo.
—Tu padre era muy bueno conmigo, puedo decir que hasta lo veía como un padre, así que puedes creerme, Miki, cuando te digo que no estoy jugando ningún papel aquí.—notificó con la mirada en mi perro. Hasta parecía que estaba muy triste por haber mencionado a mi padre.—Además, escuché que Hyunjin te está buscando.
—Jod...
—Descuida, no le pienso decir nada.
Fruncí mi cara, porque era muy raro creer en ese comentario debido a que él era parte de los hombres de mi padre y como él mismo lo había dicho, Lee Minho tenía que seguir las órdenes de mi padre aunque esté muerto.
—Eres parte de su equipo.
—Sigo las órdenes de Maurizio Stefano y de nadie más. Hyunjin no es mi jefe, muchísimo menos voy a seguir sus ideales, no pensamos de la misma manera y estar de su lado no me conviene para nada.—expresó, mirando el atardecer.
—Entonces, ¿para quién trabajas?
Minho sonrió de costado, después de un corto momento en silencio giró sus luceros cafés a mi rostro, mostrándome una pequeña sonrisa cálida entre sus labios.
—Pídeme lo que quieras.
Me pondría a llorar en cualquier momento, ya que no pensé que volver al trabajo sería tan difícil, le pedí una sola cosa a Kim Myungjun y ni siquiera eso podía hacer bien. Debido a que lo único que hizo fue complicar todos los papeleos que tenía resueltos cuando me fui a Italia y eso me estaba estresando demasiado. Por eso acepté salir con Valerio. Me llevaría por algo de comer, por demás de que hacía todo lo que le pedía, raramente, tener su lado varonil de mi lado me era de mucha ayuda. Era muy bueno escondiéndose de las personas y de las cámaras, así que no sería tanta mala idea el estar con su persona, mientras que mi paladar estaba disgustando de la pizza con mucho queso que se encontraba por el distrito de Yangcheon, mi celular comienza a sonar en el momento en que el queso se estaba por salir de mis manos, pero lo miré de reojo.
—¿Hola?
—I.N te está siguiendo.
Levanté mis cejas rojas anonadada por aquella información tan de repente, tanto que traté de relajarme. Tampoco quería darle la noticia a la persona que yo ya sabía que me está siguiendo y que también tenía a una persona que estaba de mi lado en todo esto.
—¿Por qué?—pregunté sin entender muy bien la razón de que se encuentre siguiéndome a mí. Conocía a la perfección a mi esposo y sabía que jamás en su vida consideró un amigo a Jeongin.
—Yang Jeongin es una persona muy manipulable y yo conozco a una persona que sabe manipular a las personas demasiado bien.
—Bien.—asentí, sujetando mi celular con el hombro, entre que me limpiaba las manos con una servilleta.—Gracias por avisarme, Minho.
—Ya te dije, Miki. Para las únicas personas que puedo llegar a trabajar es con la familia de Maurizio Stefano. Adiós.
No le dije nada, pero sonreí agradecida.
Minho cortó la llamada y yo dejé el celular en la mesa, terminando de comer la pizza que hemos pedido con dos botellas de soju. Valerio se encontraba mirándome en señal de que le cuente algo sobre lo que fue esa llamada.
—Me están siguiendo.
—¿Quién...?—farfulló, acercándose más a la mesa que nos dividía.—Analicé bien antes de que salgamos de la camioneta.
—Al parecer, no es nadie de la familia.
—¿Entonces? No me digas que tienes enemigos otra vez, Stefano.
Notificó fastidiado.
Cuando éramos más jóvenes, Valerio siempre estuvo procurando por mi salud, cada vez que me metí en problemas él estaba ayudándome y por esa misma razón a Maurizio no le gustaba que yo esté de su lado, digamos que por aquello es que negó a Valerio Lombardi como un posible consigliere, no le agradaba para nada.
—Claro que no, seguramente, mi esposo mandó a uno de sus amigos.—comenté a medias. No le quería decir toda la verdad.—Nada más, Lombardi. No es importante.
—¿Segura?
—Sí, hablaré con él más tarde.
Aseguré, concentrando mi mirada en el plato de comida y mi estómago no tardó mucho tiempo en sonar. Así que no me quedó de otra que seguir comiendo de la rica pizza. Mientras que mi cabeza no paraba de hacerse demasiadas preguntas al respecto de ser el espía de Hwang Hyunjin, porque no podía entender la cabeza de Yang Jeongin, ¿por qué ser su mascota privada? Demonios, ese chico me daba dolor de cabeza. Tenía que saber la verdad.
Hyunjin solo lo estaba usando.
Toqué el timbre de su departamento.
Entre mis manos estaba una caja con pequeños panes, ambos éramos muy fanáticos de este tipo de pan y sabía que no iba a pasar nada malo con Yang, simplemente, sería una conversación amistosa con el nuevo empleado de mi esposo y nada más.
Yang Jeongin abrió la puerta, solamente que cuando sus ojos fueron a los míos se asombró muchísimo de verme frente a él.
—Miki-ah.
—Hola, Innie. ¿Puedo pasar?—cuestioné, levantando la bolsa.—Traje pan.
Él asintió, abriendo más la puerta para que pueda ingresar a su casa. Se encontraba solo, no había nadie adentro, sí podía escuchar algunas voces pero era por la televisión que estaba encendida. Realmente estaba solo. Acabamos ingresando a su enorme y bella cocina, la cual era de colores blancos y negros, estando sentada en el taburete blanco dejé los panes y Jeongin los colocó en una bandeja de madera con algunos rollos, entonces, tomé uno para probarlo.
—¿Puedo preguntar qué haces aquí?
—Hmm...—asentí, mientras masticaba el pan.—Pero primero debes de comer un poco, ya que yo también tengo tantas ganas de hacerte muchas preguntas, Innie.
Jeongin no dijo nada, solo se sentó a comer del pan que traje hace pocos minutos. Después de un tiempo en estar en silencio, comiendo del pan, y que yo lo esté mirando con una sonrisa, decidí por abrir los labios y hablarle. Solamente que se me adelantó un poquito.
—Están muy buenos.
—Sí qué lo están. Bueno,—carraspeé mi garganta, llamando su atención.—¿ahora trabajas para Hyunjin? Qué sorpresa, pensé que los amigos no trabajaban juntos.
—No trabajo para él.
—Vamos, Innie, ¿hace cuánto nos conocemos?—reí.—No me mientas, sé directo conmigo, ¿por qué mi esposo te ordenó a que me sigas? No me mientas, porque mientras tú me seguías a mí, alguien más te seguía a ti. Sabemos cómo es el mundo en el cual ya eres parte.
Dudó en abrir la boca.
Sin embargo, confirmó lo que la mayoría ya sabía; qué Hyunjin lo ordenó a que me siga, no obstante, también dijo que él lo único que quería saber era cómo me encontraba, ya que me extrañaba y quería saber de mí. Empero, sabía que hay algo más detrás de eso, solo que preferí no decir nada más y me despedí de él, sabía que no era buena idea implementar el miedo en Yang, simplemente que esa era la única forma para que me diga lo poco que sabía de mi estúpido esposo.
Fueron 11 meses desde que no supe nada más sobre mi familia y menos de Hyunjin, ya que me tomé el papel en desaparecer demasiado en serio. No iba a mentir sobre mis sentimientos con respecto a mi esposo, porque obviamente que lo extrañaba, y muchísimo, únicamente que necesitaba que comprenda mi punto de vista, aun cuando no era de la manera correcta, además, era una forma de castigarlo por hacer todo lo contrario a lo que le pedí estrictamente que no haga, ya que sabía sobre el mundo en el cual Maurizio lo quería introducir. Pero fue tarde. De la misma forma en que quise escapar de la casa que compré por mientras, debido a que fue un mensaje de parte de Lee Minho el cual me dio pánico, ya que me notificó que mi esposo ya sabía mi nueva localidad, sin embargo, justo en el instante en que abrí la puerta, él estaba detrás de ella, observándome seriamente.
—Hola, Miki.
Sentí escalofríos cuando lo oí decir mi nombre. ¿Por qué? No tenía ni la menor idea, solamente que me dio mucha mala espina, él dio un paso, el cual me hizo retroceder. Hasta que ingresó por completo a la casa, cerrando la puerta detrás suyo, puedo observar que dejó que su melana negra creciera, también tenía perforaciones en sus orejas y se encontraba vestido con un traje blanco con algunas aberturas.
Se veía jodidamente sexi y... malévolo.
—Qué linda casa.
Halagó, sin dejar de observar mi nuevo hogar con sus manos sobre sus muñecas, parecía que se encontraba acomodando las mangas de su lujoso traje blanco. Sin embargo, no me dirigió la mirada hasta que terminó de inspeccionar el apartamento, nuevamente, sentí escalofríos por todo mi cuerpo. Extrañamente no podía decir una sola palabra, parecía que me quedé muda de solo verlo otra vez.
—No volveré a Calabria.
Esas fueron mis únicas palabras, pero las únicas. Supuse que eso fue lo que más le molestó debido a que me observó con el entrecejo fruncido y en eso es cuando suelta sus muñecas, lo que a mí respecta se veía relajado, no obstante, estaba muy enojado conmigo por mis palabras. Él no me decía nada, pero en su rostro se podía notar que no le agradó absolutamente nada.
—11 meses, Miki.—inició, dando unos pasos lentamente a mi cuerpo.—Fue casi un año en el cual no nos hemos visto, ¿y lo primero qué me dices es que no volverás a Italia? ¿Es un chiste?—preguntó retóricamente.—¿Por qué me has hecho esto a mí?—cada vez estaba más cerca de mi rostro, choque mi cuerpo con un mueble y algunas cosas cayeron a mis extremos.—Dios santo, te extrañé demasiado, princesa.
Nuestros ojos chocaron.
Sentí esa misma electricidad que siempre hay cuando nos mirábamos a los ojos, y jurabas que lo menos que quería era pelearme con él, solo quería correr a sus brazos y besarlo con mucha intensidad. Quería que sepa que sentía lo mismo por él, que también la pasé mal en estos meses sin poder vernos una sola vez.
—No me vuelvas a dejar solo.
—Hyunj...
—Jamás, ¿oíste?—ordenó, colocando su mano derecha sobre mis mejillas. Viendo mis labios sin quitarlos de encima.—Nunca más, Miki. Porque no lo podría resistir una vez más, no me dejes solo..., por favor. No me hagas esto.
Murmuró sobre mis labios, rozándolos con las gemas de sus dedos.
Elevé mis ojos a los suyos, viéndonos con deseo. Así fue como nos besamos frenéticamente, sin importar romper más cosas en mi nuevo hogar. Me arrancó las prendes de las mismas formas que lo hice yo con la suya, sus belfos fueron a mi cuello, marcándome. Haciéndoles entender a los demás que ya tenía dueño y eso me prendía demasiado. Sentir de nuevo su lengua sobre mi cuerpo es lo que me recordaría para siempre que nunca más tenía que hacer una cosa como esta, porque no creo ser capaz de estar otro mes más sin sentir su tacto sobre lo cuerpo. Hyunjin succionó mis pezones entre mordidas, arqueando mi cuerpo gracias a su acción, sin siquiera exigirlo ya lo tenía dentro de mi cuerpo, mientras que le pedía a gritos que me la metiera de una vez.
—Pídeme que te folle.
Ordenó estrictamente, entre que no dejaba de mover las gemas de sus dedos sobre mi clítoris. Sin embargo, cada vez era peor, porque era lo que yo más necesitaba en este instante. Jamás seguí sus órdenes con relación a los juegos de sumisa y dominante, pero este caso era una gran excepción.
—Fóllame, Hyunjin.
¡acá está el maratón que
tanto les decía! espero
que les haya gustado 😭
porque me costó reunir
a las neuronas jdkdd
(
◕ᴗ◕✿)
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