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Capítulo 8: Sentimientos.

Al día siguiente Biagio seguía desmayado. Kristen se despierta y va a bañarse en el río, se cambia a su ropa nueva y se cepilla los dientes. Luego vuelve a dónde está Biagio inconsciente. Kristen mira que Biagio está respirando estable.

- Bien, parece que está estable, ha logrado sobrevivir a la etapa crucial, un herida como esto en un hospital difícilmente podría morir alguien, pero aquí en una montaña, es increíble que haya vivido. – Pensó Kristen mientras saca su teléfono celular.

Kristen entró en la aplicación de tienda y compra una inyección de anestesia que le costó cincuenta monedas, ya que ella sabe que pronto le va a doler mucho a Biagio.

Diez minutos después llega la inyección y algunas cosas más.

- Me estoy quedando sin monedas. ¡Ah cierto! – Dijo Kristen mientras recordaba al oso pardo.

- Si saco foto al oso pardo obtendré nuevas monedas. – Dijo Kristen emocionada.

Fue hacia el lugar del oso y le saca una foto con la aplicación de cámara de la aplicación de billetera virtual.

- Genial, he recibido mil monedas, pero no es suficiente por lo que tuvo que pasar Biagio. – Dijo Kristen enojada.

De ahí se fue a pescar y logró sacar dos pescados para hacer una sopa porque Biagio no puede comer cosas que no sean líquidos.

Regresa y ve a Biagio sufriendo de dolor revolcándose.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ahhh! – Gritó Biagio del dolor mientras estaba inconsciente.

- Biagio! Espera, pronto te sentirás mejor. – Dijo Kristen mientras le inyecta el anestésico en la sutura del medio.

Kristen abraza a Biagio para que no se mueva y no se le abra la herida otra vez.

- ¡Vamos Biagio! Tú puedes... Eres el hombre que mató a un oso pardo con sus manos desnudas. – Dijo Kristen mientras sujetaba lo fuertemente.

Al rato Biagio se tranquilizó, Kristen tiene su cabeza en su pecho, ya que está cansada de sujetarlo y se quedó ahí. De pronto siente que dejó de respirar.

-¿Eh? ¿Biagio? – Preguntó aturdida.

- ¡No! ¡No puedes morir! No me dejes aquí sola... - Dijo Kristen mientras llora y sacude a Biagio.

Biagio al no poder aguantar más se ríe levemente.

- ¿Eh? – Dijo Kristen estupefacta.

- Era... una brom...a no tienes que llorar así. – Dijo Biagio habla con dificultad.

Kristen aturdida mira a Biagio fijamente, en un momento ese aturdimiento se transformó en enojo.

- ¡Idiota! ¡Cómo me vas a hacer una broma así! ¿Por qué todos los hombres son así? – Dijo Kristen mientras se va caminando llorando y enojada.

Kristen se fue a hacer el almuerzo pero Biagio pensó que ella se fue porque estaba enojada.

- « ¿Ya la arruiné verdad?. » Pensó Biagio mientras miraba a Kristen irse.

Biagio recuerda lo que había hecho con el oso, fue una locura para él, pero se armó de valor solo porque me estaba Kristen, Biagio no entendía porque Kristen lo ponía así.

- « No entiendo cómo pude hacer esa locura, pero sentí que podía hacer todo posible si era para proteger a Kristen, pero viendo cómo termine, solo fui un idiota temerario. » - Pensó Biagio mientras mira el cielo azul.

Pero Biagio piensa en lo más importante para el ahora.

- « Pero sinceramente no me arrepiento, pude proteger a Kristen, siento que quiero protegerla por el resto de mi vida, esto ya es totalmente diferente a lo que me había dicho mi padre, se siente diferente en el ámbito de hacerlo con el corazón.» Pensó Biagio mientras le ruge el estómago.

Se acerca Kristen y trae consigo un plato con sopa de pescado, esas otras cosas que ella había comprado eran utensilios de cocina, el combo le costó doscientas monedas.

- Ven antes de comer tienes que limpiarte la boca, la tienes todavía con sangre del oso. – Dijo Kristen mientras saca un cepillo de dientes y pasta dental de la mochila de Biagio.

- ¿Eh? Pero no puedo hacerlo ahora. – Dijo Biagio intentando moverse.

Kristen levanta un poco la cabeza y el cuerpo de Biagio y agarra el cepillo de dientes.

- Estoy diciendo que lo haré por ti. – Dijo Kristen acercando el cepillo a la boca de Biagio.

- Bu... Bueno. – Dijo Biagio y abre la boca.

Bueno, imagino que Kristen hizo esto antes cuando trabajaba de médica, cuando no estaban disponible alguna enfermera.

Kristen termina de cepillar los dientes a Biagio y procede a darle de comer la sopa.

- « ¡Que insípida! Pero es lo mejor que hay ahora, imagino que es porque no puedo comer líquidos, está sopa me debe de recargar las energías. » - Pensó Biagio mientras tomaba su sopa.

Terminan de comer y Kristen evalúa el estado de Biagio.

- Entonces ¿Cómo te sientes? – Preguntó Kristen mientras le cambia las vendas.

- Mucho mejor, gracias a ti. – Dijo a Kristen mientras sonríe.

Kristen lo ve y no puede evitar preguntar.

- ¿Por qué decidiste hacer tal acto temerario? – Preguntó Kristen mientras mira hacia abajo.

- Porque estabas ahí, si no hacía algo no solo yo moría, también tu. – Dijo Biagio mientras la mira desde abajo.

Kristen abre bien grande los ojos mientras mira para abajo.

- Pudiste haber muerto, por tu fuerza de voluntad es que viviste. – Afirmó Kristen mientras termina de vendar la sutura.

- No, viví gracias a ti, hiciste un gran trabajo, gracias. – Dijo Biagio mientras sonríe dulcemente.

Kristen comienza a lagrimear y a llorar otra vez.

Biagio la mira y no puede evitar emocionarse. Por fin había entendido.

- « Ah, ya entiendo. » Pensó Biagio mientras todo le parece tener sentido.

Mientras que Kristen sigue llorando.

- « ¿Por qué lloro tanto por Biagio? ¿Será porque como médica no quería que muera? ¿O la razón es que es porque tenemos mucho en común y por eso nos llevamos bien desde el inicio? No... Ya entiendo porque. » Pensó Kristen mientras todo le parece tener sentido.

Los dos por fin habían entendido sus sentimientos.

- « Estoy enamorado de ella. » Pensó Biagio mientras acepta sus sentimientos.

- « Estoy enamorada de él. » Pensó Kristen mientras acepta sus sentimientos.

Pasa unos segundos y Kristen sigue triste.

- Vamos ¿Por qué lloras? No todos los pacientes sobreviven. – Dijo Biagio mientras intenta calmarla.

- Solo voy un año trabajando como médica desde que me recibí, hasta ahora no se me ha muerto un paciente y no quiero siquiera pensar que me va a pasar. – Dijo Kristen mientras se limpia los ojos hinchados.

Aunque Kristen sabe ahora más que nunca que es porque su paciente actual es Biagio.

- Entiendo, por cierto. ¿Qué pasó con el oso? – Preguntó Biagio curioso para cambiar de tema.

- Hace poco fui, sigue ahí, le saqué una foto y me dio mil monedas ¿Te los paso? Preguntó Kristen mientras saca su teléfono celular.

Biagio miró a su alrededor y ve que hay unas cuantas cosas nuevas.

- No, quédatelos, imagino que te deben quedar pocas monedas por todo lo que compraste, acéptalo, es mi forma de pago por curarme y por todo lo que te hice pasar. – Dijo Biagio mientras sonríe.

- ¿Cómo puedo aceptar un pago? Me salvaste, te los devuelvo. – Dijo Kristen mientras abre el escáner de códigos QR.

- No, a mí me quedan todavía más o menos dos mil monedas, quédatelas tú, por favor, acéptalos. – Dijo Biagio con una cara muy seria.

Kristen miró al Biagio serio y guardó su celular.

- Está bien, pero estás monedas las gastaré en beneficio de los dos y punto final. – Dijo Kristen mientras se va caminando a hacer otras cosas.

Biagio recuerda las sabias palabras que le dijo una vez su fallecido padre.

- « ¿Qué no contradiga a una mujer? ¿Qué me irá mal en la vida? Papá, debo escucharte más seguido a partir de ahora.» – Pensó Biagio mientras se ríe levemente.

Han pasado aproximadamente dos semanas y siguieron haciendo siempre lo mismo, Kristen limpiaba las suturas con agua fría del río y jabón que compraron de la tienda.

Biagio comía sopa de pescado y algunas verduras que Biagio compró en la tiendas, el combo mixto de verduras cuesta veinte monedas, barato, pero lo que se hace caro es la carne, cuesta de cien monedas para arriba en la tienda.

Ahora Biagio ya se puede parar pero no puede hacer esfuerzo físico como correr, escalar, o talar, pero si puede pescar, así que el tiempo pasó volando.

Los organizadores de entretenimiento mortal no han matado a nadie cada cinco días en esas dos semanas porque en otro lado de la isla hay gente matándose.

Biagio mira hacia el cielo y piensa en su familia.

- ¿Cómo estarán mi madre y mi hermana mayor? ¿Estarán preocupados por mi porque no aparezco después de dos semanas? Quiero decirles que estoy bien. – Dijo Biagio mientras extraña a su familia.

- Si, yo también quiero saber cómo está mi padre, debe estar como loco buscándome. ¡Aunque bien no estás!. – Dijo Kristen con una cara triste.

En un momento para otro Biagio y Kristen escuchan voces desde debajo de la montaña y miran hacia abajo.

Ven que un hombre corpulento, rubio con ojos verdes y una mujer negra con el pelo negro, largo y con rastas, están escalando con un arnés y una soga.

- Parecen desesperados ¿Están escapando de algo? – Preguntó Biagio.

- Parece que sí. – Respondió Kristen.

Biagio grita hacia las dos personas.

- ¡Oigan! ¿A qué vienen aquí arriba!? - Gritó Biagio mientras agita sus manos.

El hombre corpulento escucha la voz de Biagio y mira por los costados y luego hacia arriba, localizando a Biagio y a Kristen.

Poco después llegan a la parte principal en donde estaban antes Biagio y Kristen.

- ¡Hola! ¡Estamos escapando del bosque! – Gritó el tipo corpulento.

Biagio y Kristen se miran entre ellos y responden.

- ¿Por qué huyen!? – Preguntó gritando Kristen.

- ¡Porque estábamos en un grupo de personas! ¡y a nuestro grupo los atacó otro grupo más grande comandado por un mexicano! ¡Logramos escapar hasta aquí! ¡si no hubiéramos escapado hubiéramos muerto! . – Respondió fuerte la mujer con rastas.

- ¿¡Mataron a alguien!? – Preguntó Biagio.

El tipo corpulento y la mujer de rastas se miraron entre ellos y sabían que no podían mentir.

- ¡Si! ¡Pero fue en defensa propia!. Gritó resignado el hombre corpulento.

- ¡Suban! ¡Yo les ayudo!. Gritó Biagio mientras se prepara para bajar.

- ¿¡Estás seguro!? Maté a alguien. – Gritó el tipo corpulento.

- ¡No importa! ¿¡Fue en defensa propia no!? ¡Yo también maté a alguien el defensa propia! ¡Te entiendo!. – Gritó Biagio mientras empieza a bajar.

El tipo corpulento y la mujer con rastas se miran y sonríen.

- ¡Espera Biagio! ¡No puedes escalar todavía! ¡No estás en condiciones! – Gritó Kristen mientras sujeta a Biagio del brazo y no le permite bajar.

- No pasa nada, es un poco nomás, tu ayuda a la mujer. – Dijo Biagio mientras baja.

- ¡Oh dios! ¡Está bien pero para la próxima escúchame!. – Gritó Kristen mientras baja.

Media hora después y logran subir a los dos desconocidos.

- Hola, soy Biagio Mancini, soy italiano y tengo veintitrés años. – Biagio se presentó saludando.

- Yo soy Kristen Skogen soy de Noruega y tengo veinticinco años. – Kristen se presentó sonriendo y saludando.

- Yo soy Anikka Mbanjwa, soy sudafricana y tengo veintisiete años, saludos a todos. – Se presentó la chica con rastas y sonríe amigablemente.

- Yo soy Alexander Green soy Estadounidense y tengo veintiocho años. – Se presentó el tipo corpulento mientras se señala a el mismo con el dedo gordo de su mano derecha.

Y así es como Biagio y Kristen conocen a más gente que parece que no son depredadores ni asesinos.

- Vengan, seguro tienen sed, tomen el agua del río de la montaña, es deliciosa. – Dijo Biagio y los guía hasta el río.

- Woooow. – Dijeron Alexander y Anikka a la vez.

Después de tomar agua y saciar la sed que cargaban Alexander y Anikka, sonríen entre ellos.

- ¡Vaya! Eres muy buena persona chico. – Dijo Alexander mientras golpea fuerte a la espalda de Biagio.

Alguien con los músculos que tiene Alexander no sabe controlar su fuerza, ese golpe le hizo perder el equilibrio al Biagio herido y en reposo, por ende cae al suelo arrodillado.

- ¡Oye! Biagio está delicado y debilitado por matar a un oso pardo ¡Cuidado con tu fuerza! – Dijo Kristen mientras lo mira con enojo.

- ¡Lo... Lo siento! No sabía que estabas tan débil, te vi escalar muy fácil y pensé que estabas al cien por ciento. – Dijo Alexander nervioso.

- ¡Eso es porque Biagio hizo todo su esfuerzo!. – Dijo Kristen mientras ayuda a levantar al Biagio.

- Está bien Kristen, él no sabía, mira Alexander estoy débil por esto. – Dijo Biagio mientras se saca la venda.

- No Biagio, no te lo saques. – Suplicó Kristen.

- Está bien ¿No sé supone que ya hay que cambiarlo no? – Preguntó Biagio mientras sonríe.

- Si es cierto, déjame lo saco yo, tú no puedes ni sabes. – Dijo Kristen mientras se resigna.

Termina de sacar la venda, Alexander y Anilla vieron los tres tajos suturados en cicatrización de las garras de un oso pardo.

- ¿Entonces era cierto que mataste a un oso pardo? Cuando Kristen lo dijo sinceramente no lo creí. – Dijo Alexander estupefacto.

- Qué locura!. – Dijo Anikka.

- Si, logré matarlo pero me dejó al borde de la muerte, en realidad casi muero, pero Kristen que es doctora logró salvarme. A lo que voy es que no sé si acá arriba será más seguro que el bosque, quizás algún día tengamos que bajar. – Dijo Biagio con cara seria.

- No importa, nos quedaremos aquí hasta entonces ¿No importa? – Dijo Anikka mientras ruega a Biagio.

- A mí no me importa pero también pregunta a Kristen. – Dijo Biagio mientras señala a Kristen.

Anikka mira a Kristen con ojos suplicantes.

- Está bien, a mí no me importa mientras sean buenas personas. – Dijo Kristen y sonríe amigablemente.

Alexander y Anikka se miran alegremente y festejan.

Ahora pasaron de ser un grupo de dos a un grupo de cuatro.




Fin del capítulo 8.

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