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Capítulo 28: Armas de fuego.

Pasó una semana y todos ya estaban normalizados otra vez, abajo en la pradera están los tipos que bajaron del helicóptero, ahora hay como cien personas abajo, estos no tienen permiso subir la montaña por ahora.

En el campamento, los chicos y chicas siguen estando desanimados por lo sucedido con Eduardo, era una gran persona, graciosa, amable y siempre intentaba ayudar a todos, el venía de las favelas, aunque provenía de un lugar lleno de ignorancia, violencia y lleno de precariedad, siempre fue una persona de bien y muy educado, pero ahora, se había ido de este mundo, a un lugar mejor, o eso es lo que pensaban los del campamento, para sentirse mejor con ellos mismos.

Biagio estaba talando árboles, algo dentro de él cambió, él se sigue culpando porque no pudo salvar a su amigo que había conocido en este horrible lugar, en realidad, la mayoría de los chicos que estaban abajo, se culpaban a ellos mismos, muy dentro de sus corazones.

Pero no les quedaba más que seguir sobreviviendo con la frente en alto, deben hacerlo, por sus amigos, familia y seres queridos, tienen que hacerlo.

Muchos comenzaron a preguntarse todas las noches, cual fue la razón por la que fueron secuestrados y enviados a sobrevivir en este horrible lugar, muchos estaban asustados, pensando de que podrían ser los próximos, pero lo ocultaban eficazmente para que nadie más se preocupe, este accionar es normal en los hombres lastimosamente, siempre se guardan sus problemas y dolores muy dentro de ellos para no meter a gente que no tiene nada que ver, aunque sean sus seres queridos y tengan el derecho de saberlo.

Como están entrando en la segunda etapa del entretenimiento mortal, los programadores de la aplicación de la tienda bajaron drásticamente el precio de las municiones, bajaron un cien por ciento, así que Alexander aprovechó esto para enseñar a disparar armas de fuego a los integrantes del campamento.

Alexander y Biagio consiguieron gran cantidad de monedas por matar a mucho de los enemigos locos que los atacaron hace una semana.

Biagio mató a cinco personas, Alexander a siete personas y los demás mataron a los ochos restantes, Eduardo también mató uno, pero no pudo sobrevivir.

Pero no es que matar no le haga ningún efecto a Biagio, matar tanta gente a veces le hace tener pesadillas muy fuertes mientras duerme, a veces ni puede dormir y se le nota en sus ojeras, pero no importa cuantas pesadillas tenga, el sigue intentando dormir, ya que el dormir es muy importante para recuperarte de la fatiga.

Biagio tiene treinta mil monedas, consiguió diez mil por matar a los enemigos locos, Alexander consiguió catorce mil, ya que mató dos más que Biagio, era una locura la cantidad de monedas que les daba matar a los enemigos del helicóptero.

Con sus treinta mil monedas, Biagio quería aprovechar para comprarse un arma para él y para Kristen, ya que ella también debería tener una para defenderse.

Termina de talar y se dirige caminando hacia Kristen, que estaba hablando con Anikka y Alexander, para contarle las buenas noticias.

- Hola, chicos. - Dijo Biagio mientras se acerca poniendo su playera en su hombro.

- Oh, hola, cariño ¿Estás cansado? Si quieres te traigo algo de agua. - Dijo Kristen mientras lo mira con una sonrisa.

- No es necesario, enseguida volveré a talar, solo quería decirte que voy a comprar dos armas de fuego para cada uno. - Dijo Biagio mientras saca su celular y abre la aplicación de tienda.

- ¿Eh? - Preguntó Kristen extrañadísima.

- Ah, ya entiendo, yo también compré un arma para mí y Anikka, juntamos nuestras monedas y nos lo compramos. - Dijo Alexander mientras le agarra del hombro a Anikka.

- Oh, por cierto, me alegro de que ya sean pareja, ya me estaba hartando de que ninguno de los dos daba el siguiente paso. - Dijo Biagio mientras hace una cara burlona.

- ¡Oye! ¡Nosotros pensábamos lo mismo de ustedes! - Gritó Alexander levemente avergonzado.

- Jajaja. - Se ríe Kristen por la graciosa situación.

Volviendo hace una semana, cuando Anikka llamó a Alexander para que la siga, dejando solo a Biagio y Kristen, estos llegaron a un lugar medianamente oscuro en donde no había nadie.

- ¿Qué sucede Anikka? Este lugar es oscuro y desol... - Decía Alexander, pero fue interrumpido por Anikka.

Anikka empuja a Alexander al suelo y se sube arriba de él, esto provoca que él se ponga nervioso y su "amiguito" comience a ponerse animado.

- A... A... ¿Anikka? ¿Qué haces? - Preguntó Alexander intentando contener a su "amiguito" emocionado.

- Alex... A mí... Me gustas. - Dijo Anikka con una cara levemente sonrojada.

- ¿Eh? - Preguntó boquiabierto Alexander sin poder creer la situación en la que está.

Acto seguido Anikka besa apasionadamente a Alexander, él se sorprende gratamente, pero en menos de un segundo siguió a Anikka y el también comenzó a besarla.

Terminan de besarse el beso francés que se estaban dando y Alexander mira a Anikka con una sonrisa.

- A mí también me gustas. - Dijo Alexander con una sonrisa de felicidad.

- Entonces sigamos. - Dijo Anikka mientras se sacaba su playera, dejando a la vista su escote.

- ¿Eh? ¡Eh! Espera, estoy sucio de todo el ejercicio que hice. - Dijo Alexander nervioso porque está sucio.

- No me importa, en realidad, desde que llegamos aquí, ninguno de nosotros logramos estar lo suficientemente limpio, hagámoslo ahora. - Dijo Anikka mientras desabrochaba su brasier.

- Está bien. - Dijo Alexander con una sonrisa en su rostro que reflejaba sumisión.

Y así en el calor del momento, tuvieron una noche apasionada que solo una pareja podría tener, deseándose el uno con el otro.

Volviendo a la actualidad, Anikka quiso molestar un poco a Alexander así que decidió decir algunas cosas polémicas.

- El día que me confesé, Alex fue tan agresivo conmigo y probó cada rincón de mi cuerpo con tanta pasión, nunca lo olvidaré. - Dijo Anikka con una cara juguetona mientras miraba a Alexander.

Acto seguido los tres, Alexander, Biagio y Kristen se impresionan alocadamente, Anikka no entendía porque los otros dos reaccionaron como Alexander.

- U... ¿Ustedes tuvieron relaciones sexuales apenas se confesaron? - Preguntó Kristen levemente sonrojada e incómoda.

- I... Increíble... - Dijo Biagio incrédulo y nervioso por ese testimonio.

- O... ¡Oye Anikka! ¿Por qué dijiste eso? - Preguntó Alexander en pánico muy nervioso.

- Lo dije para molestarte un poco pero no pensé que estos dos reaccionarían así... Espera ¿No me digan que ustedes todavía no tuvieron relaciones sexuales, aunque ya llevan tiempo siendo pareja? - Preguntó Anikka con una expresión de incredulidad.

- Eh... - Dijeron a la vez Alexander y Kristen mientras miraban hacia otro lado avergonzados.

- No puede ser cierto... Son extremadamente lentos ustedes ¿Eh? - Dijo Alexander mientras hace una sonrisa juguetona, para burlarse de ellos dos.

- N... No somos lentos, estamos yendo bien... - Dijo Biagio intentando convencerse a sí mismo de que lo que dice es verdad.

- S... Si... Cariño tiene razón... - Dijo Kristen intentando convencerse de lo que dijo Biagio.

- En momentos normales está bien como ustedes lo están haciendo, pero deben recordar, que estamos en este lugar infernal, yo me confesé porque pensé, cuando vi que Alexander casi murió allá abajo, que si no me confesaba y no tenía contacto intimo con la persona que amo, me arrepentiría toda la vida. - Dijo Anikka con una expresión facial que reflejaba total seriedad.

- E... Eso... - Dijo Kristen nerviosa pero también preocupada, porque lo que dijo Anikka era verdad.

- Biagio es un temerario, en cualquier momento puede morir sin haber tenido ese contacto intimo que se tienen las parejas, es solo un consejo que les puedo dar como amiga. - Dijo Anikka mientras se va caminando junto a Alexander.

- B... ¡Biagio no morirá! - Gritó Kristen muy enojada por las palabras de Anikka.

Kristen estaba enojada por esas palabras, pero Biagio estaba en silencio, él sabe que, para proteger a Kristen, tendrá que arriesgar más que su vida, así que sabe que algún día morirá, el sigue recordando que solo pueden sobrevivir cinco personas, su prioridad es que Kristen entre en esas cinco personas.

Ella mientras estaba enojada miró a Biagio y se dio cuenta en que era lo que estaba pensando, ya que él era como un libro abierto, muy fácil de leer.

- No morirás, y yo no moriré, no permitiré que mueras, no te atrevas a arriesgar más de lo que puedes para salvarme, prométeme eso. - Dijo Kristen enojada mientras mira a Biagio desanimado.

Biagio se tranquiliza y pone una expresión facial que reflejaba seriedad y determinación en su rostro, él sabía que no podía prometer eso.

- No puedo prometerte eso, mi prioridad es y siempre será que tu quedes entre los cinco últimos sobrevivientes y haré más de lo que puedo para lograrlo, si tengo que morir para salvarte, así será. - Dijo Biagio mientras se iba de ese lugar para no discutirlo.

- ¡No! ¡No puedes hacer eso! ¡No lo permitiré! ¡Vuelve aquí! - Gritó Kristen con una expresión facial que reflejaba tristeza e impotencia absoluta.

Unas horas más tarde, estaban Biagio y Kristen hablando, pero no tocaban el tema anterior, que tuvieron hace unas horas, eso de que él no podía prometer y cumplir la petición de ella.

Poco después llegaron Anikka y Alexander a hablar con ellos que estaban sentados en los asientos de tronco.

- Alexander ¿Qué arma opinas que es mejor? Yo ya tengo una pistola que lo junté de la caja de suministros, así que estaba pensando en comprar un fusil de cerrojo, más específico este de aquí. - Dijo Biagio mientras le mostraba la pantalla de su celular a Alexander.

- ¡Oh! Un Mauser Kar 98k, es un arma muy buena, ya que servirá para cazar y matar desde arriba a esos locos que no nos dejan bajar. - Dijo Alexander mientras miraba los detalles del arma.

- Si, además de que sus municiones no son tan caras, mira, la caja de veinte balas cuesta cien monedas. - Dijo Biagio mientras apunta a la publicación de las balas.

- Oh ¿Y el arma? - Preguntó Alexander mientras entra en la publicación del arma otra vez.

- Cuesta quince mil monedas, duele gastar tanto, pero valdrá la pena. - Dijo Biagio mientras aprieta los puños, muy emocionado.

- Es buena elección, cómprala, será de gran ayuda al campamento. - Dijo Alexander mientras le da el visto bueno levantando el pulgar.

- Ahora, con Kristen, pensamos que una buena arma para que ella comience sea esta. - Dijo Biagio mientras le entrega el celular de nuevamente.

- Una Ruger 22, es buena opción, es bonita y elegante, creo que le podría ir bien, además trae silenciador. - Dijo Alexander mientras hace el ademán de tocarse la barbilla para pensar.

Alexander en momentos como este, es cuando más emana confiabilidad, ya que es un militar de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y también es un amante de las armas de fuego, así que sabe muchísimo.

- Si, además que no es tan caro, sale diez mil quinientas monedas, Kristen tiene ocho mil monedas y a mí me sobrarían quince mil, así que podemos comprarlo, además que la munición 22LR cuesta cincuenta monedas la caja con cuenta balas, creo que es barato. - Dijo Biagio mientras le muestra toda la información a Alexander.

- Buenas decisiones chicos, me impresionaron ¿Qué esperan? ¡Compren ya! - Dijo Alexander con euforia.

- Si. - Dijo Biagio y Kristen a la vez mientras entra en la tienda y le da a comprar.

Kristen le transfirió cuatro mil monedas a Biagio, ya que ella tenía ocho mil monedas, consiguió tantas luego de escanear el código QR de Klaus, ya que ella lo mató, concluimos entre todos que ella se quedaría con las monedas.

Gracias a eso, Biagio pasó de tener treinta mil monedas a tener treinta y cuatro mil monedas. Rápidamente compró la Kar 98k y pasó a tener diecinueve mil monedas, luego compró la pistola de Kristen, quedándose con ocho mil quinientos, compró tres cajas de munición para Kristen, que costaron ciento cincuenta monedas, compró dos cajas de municiones para su fusil de cerrojo, le costaron doscientas monedas y la última munición que compró fue la de su pistola Tokarev PW wz 33 Poland, la munición 7.62x25 costaba sesenta monedas la caja con 85 balas, así que compró dos cajas y le costó ciento veinte monedas.

Biagio y Kristen terminaron haciendo un gasto total de veinticinco mil novecientos setenta monedas y le quedó ocho mil treinta monedas, suficiente todavía, Kristen se quedó con cuatro mil monedas

Diez minutos después llegaron tres drones, uno tenía la Kar98k, la otra tenía la Ruger 22 con silenciador y el último dron tenía la munición.

Biagio abrió su caja y tenía el fusil de cerrojo, él quedó encantado con el diseño del arma, Alexander también se quedó viendo lo hermoso y elegante era el arma, encima se veía nuevo, estaba bien limpio y pulido.

Kristen vio su pistola y no le quedaba de otra más que aceptar la realidad, sí que el arma era bastante elegante y hermoso, no quería aceptar que un arma, algo utilizado para arrebatar vidas, sea tan hermoso, el color era un color marrón más tirando un poco a rosa, y el diseño es profesional y limpio, por eso se dice que esta pistola es hermosa y con el silenciador enroscado, se veía aún más hermoso.

Pero, aun así, para ella era lindo y elegante, pero hasta ahí nomás, si, era algo raro para ella que un arma tenga buena apariencia, pero lo que no entendía, junto a Anikka, era la reacción de estos dos idiotas.

- Amigo, si te soy sincero, me casaría con este fusil de cerrojo, es tan hermoso y elegante. - Dijo Alexander con los ojos brillantes.

- Ni hablar, yo la vi primero, yo la compré, es mía. - Dijo Biagio enojado mientras apartaba el arma de Alexander.

- Oh, vamos amigo, déjame verla más, tú no eres un amante de las armas de fuego como yo. - Dijo Alexander mientras suplica a Biagio.

- N... No lo era... ¡Pero ahora sí! - Gritó Biagio mientras admite la nueva puerta que abrió.

- Me alegra que hayas abierto esa puerta... ¡Pero a la vez no! ¡Déjame ver y tocar el arma por favor! - Rogó Alexander mientras gritaba.

- ¡No es no! - Gritó Biagio mientras apartaba el arma como si estuviera defendiendo a su novia de un pervertido.

- ¡Déjame verla! ¡Igual tengo que usarla para enseñarte a usarla! - Argumentó Alexander con una sonrisa en su cara.

Biagio no podía contraargumentar el argumento de Alexander, así que soltó un "Ungh..." y se lo entregó obedientemente.

Kristen y Anikka, mientras miraban incrédulas, decidieron detener el momento extraño que tenían estos dos.

- ¡No digas estupideces! ¡No permitiré que abras esa puerta! - Gritó Kristen mientras le da una cachetada a Biagio.

- ¡Basta! ¡Pervertido de las armas! - Gritó Anikka mientras le da una cachetada a Alexander al mismo tiempo que Kristen a Biagio.

Los dos se quedaron en silencio en su suelo, como si se les hubiera muerto parte del alma, ya que estaban avergonzados por lo que hicieron frente a ellas, poco después, se levantaron y se fueron a entrenar con sus armas nuevas.




Fin del capítulo 28.

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