Capítulo 27: Llorar.
Biagio llegó a parte de la montaña en dónde estaba Kristen y las demás por segunda vez, tenía la mochila llena nuevamente.
- ¡Volví! - Dijo Biagio con energía y motivación mientras abre la mochila para descargar.
- Bienvenido. - Dijo Kristen con una leve sonrisa mientras comienza a descargar la mochila.
Terminaron de descargar todos los suministros y Biagio hace estiramientos y rotaciones en sus hombros, ya estaba algo cansado por haber entrenado antes, además de también haber hecho trabajo físico antes de entrenar.
- Por favor no te sobre esfuerces. - Dijo Kristen levemente preocupada porque sabe que él estuvo todo el día haciendo el máximo esfuerzo.
- No te preocupes, puedo hacer más todavía.
- Está bien. - Dijo Kristen mientras le entrega la mochila nuevamente.
- Enseguida vuelvo. - Dijo Biagio mientras la saluda y comienza a bajar.
Kristen devuelve el saludo y comienza a ordenar todo el suministro que ya trajo Biagio encima, que eran aproximadamente ochenta kilogramos.
- «Tanto ha traído... La gran mayoría son comida enlatada, me imagino que es para que dure bastante tiempo.» - Pensó Kristen mientras lee las latas para saber que son.
Estuvieron así por más o menos una hora más y Biagio fue el último en cargar su mochila con poco más de treinta kilogramos, para este punto todos ya estaban muy cansados que apenas podían correr, menos Biagio y Alexander, que sí, estaban muy cansados, todavía podían correr decentemente.
- Alex, este fu...e el mejor y más duro entren...amiento de resistencia que he tenido. - Dijo Biagio mientras corre al lado de él con la respiración entrecortada.
- Me al...egro, si fue difícil. - Dijo Alexander mientras mira a Biagio que corre a su lado.
Biagio quería contarle de algo que había venido en la caja de suministros y que estaba bastante escondido, como él fue el que cargó la mochila, por último, se encontró con ese objeto, que era ni más ni menos que una pistola Tokarev PW wz.33 Poland.
Pero él quería esperar que ya estén todos arriba, en la aplicación de la tienda mostraba que el arma de fuego más barato era una pistola CZ 1937 vz. 24 y costaba diez mil monedas.
Él quería comprarse una pistola ya que ya casi tenía las diez mil monedas, entonces le preguntó a Alexander para que le explicara como usar una pistola, ya que su ocupación es la milicia,
Como era ya la última vuelta, todos estaban más o menos cerca, obviamente, Alexander y Biagio hicieron más vueltas, pero eso era lo de menos.
Mientras trotaban comenzaron a escuchar un ruido de aleteo, similar al de un helicóptero que se acercaba poco a poco.
- ¿Qué es ese ruido? - Preguntó Biagio mientras miraba por todos lados.
- ¡Es el ruido de un helicóptero! - Respondió Alexander mientras mira hacia el cielo.
- ¿¡Eh!? - Preguntó sorprendido Biagio y mira el cielo el también.
Entonces todos vieron a un helicóptero volar cerca de ellos y freno en el aire a unos cien metros de ellos.
- ¿¡Qué diablos está pasando!? - Preguntó Eduardo mientras mira anonadado al helicóptero.
Mientras tanto, las chicas miraban desde el campamento al helicóptero frenando en el aire cerca de ellos, todas preguntándose lo que sucedía.
- ¿Qué está sucediendo? - Preguntó Kristen preocupada por Biagio que está abajo.
Acto seguido caen muchas cuerdas del helicóptero y en ellas comenzaron a bajar personas con ropa de supervivencia militar y armas blancas.
- ¿¡Eh!? Son personas ¡Es peligroso! ¡Biagio, tienes que volver ahora! - Gritó Kristen, pero no lograron escucharla por el ruido que había de fondo y por lo lejos que estaban.
Los chicos quedaron patidifusos por las personas, pero acto seguido las personas comenzaron a correr hacia ellos con armas blancas, rápidamente los chicos del campamento reaccionaron y salieron corriendo hacia la montaña, la adrenalina les había hecho olvidar el cansancio que sobrellevaban en sus piernas.
- ¡Alexander! ¡Son como veinte personas! - Gritó Biagio a Alexander mientras corrían lo más rápido que podían.
- ¡Lo sé! ¡No podemos contra todos ellos! - Gritó Alexander mientras sigue dando la orden de correr.
Pero los enemigos que los seguían eran muy rápidos, ya que no estaban cansados y agotados como los chicos del campamento, que estuvieron corriendo y escalando por más de una hora.
Rápidamente los tipos los alcanzaron, acto seguido Alexander da la orden para que saquen sus armas blancas para pelear.
Los tipos del helicóptero se empiezan a reír y luego atacan desquiciadamente, Alexander y Biagio comenzaron a defenderse y menos de un segundo después los demás también.
Aplicando todo lo que aprendieron de Alexander, comenzaron a defenderse bastante bien, luego ganaron distancia nuevamente, porque los tipos del helicóptero se dieron cuenta que no son gente normal, son gente entrenada por Alexander.
- Jejeje ¡Qué entretenido! - Gritó con euforia uno de los tipos del helicóptero.
Los quince chicos del campamento comenzaron a huir nuevamente, ya que aprovecharon que los enemigos no estaban concentrados.
Los tipos del helicóptero quedaron patidifusos, pensaron que iban a pelear, pero salieron corriendo, cuando entraron en razón, ya estaban a unos cincuenta metros de diferencia de ellos.
- ¡Malditos! - Gritó uno de los tipos del helicóptero.
Lastimosamente ya están muy cansados en sus piernas, así que los enemigos los alcanzaron nuevamente.
- Maldición, tenemos que pelear sí o sí. - Dijo Biagio mientras frena junto a los demás y saca su cuchillo.
Esta vez los del helicóptero no cometieron el mismo error y corrieron para atacarlos. Uno de los tipos ataca a Biagio, pero este bloquea con sus brazos el cuchillo y luego hace un corte horizontal en el cuello del tipo, cayendo al suelo desangrándose, los ataques que él bloqueó le hicieron cortes superficiales en sus antebrazos.
Los quince chicos del campamento siguieron a Biagio y comenzaron a pelear con los veinte tipos del helicóptero, no se entendía por qué, pero los enemigos estaban muy eufóricos, parecían que estaban bajo efectos de una droga, no importa lo tanto que eran lastimados, siempre se querían levantar y seguir peleando con caras desquiciadas.
- Alexander, esto no llegará a ningún lado, parecen zombis, siguen peleando hasta el final. - Dijo Biagio mientras se protege de un ataque de cuchillo.
- Es cierto, parece que no sienten dolor. - Dijo Alexander y luego le da un puñetazo en la cada a uno y se desmaya.
Biagio se desconcentra y con el que peleaba le hizo un corte superficial en su caja toráxica, un corte que se pudo haber evitado si no estuviera sin playera.
- ¡Maldición! ¡Ah! - Gritó Biagio y le da un golpe gancho.
El gancho impacta perfectamente en el mentón, dejándolo noqueado en el acto, es la única forma de pelear con estas personas que parecen zombis.
Biagio se toca el tórax para revisar si el corte fue profundo, afortunadamente para él, solo fue un corte superficial que apenas sangraba, pero un milímetro más al frente y hubiera sido trágico.
Cuanto Biagio y Alexander terminaron con los enemigos con los que estaban peleando, escucharon un grito fuerte, rápidamente miraron hacia esa dirección.
- ¿¡Qué!? - Gritó Biagio desesperado al ver tal situación.
- ¡Mierda! - Gritó Alexander mientras miraba con enojo.
Vieron que Eduardo fue apuñalado desde atrás en la parte baja de la espalda mientras peleaba contra dos personas.
- ¡Ungh! - Eduardo hizo un sonido que expresaba dolor en su máxima expresión.
Eduardo, conmocionado por el dolor y el ardor que sentía por tener un cuchillo penetrado en sus entrañas, se desconcentró, haciendo que las dos personas lo apuñalaran también.
- ¡Eduardo! - Gritó Alexander desesperado por la situación que estaban viendo.
Acto seguido los tres enemigos, sacaron sus cuchillos del cuerpo de Eduardo y comenzaron a apuñalarlo incontables veces, Alexander, Biagio y los demás se quedaron viendo en shock, hasta que alguien reaccionó.
- ¡Malditos! ¡Dejen a Eduardo! - Dijo Biagio mientras saca algo de su bolcillo.
El objeto que Biagio sacó era la pistola que había recogido de la última carga de la caja de suministros, era la pistola Tokarev PW wz.33 Poland.
En ese momento Alexander vio lo que Biagio tenía en la mano y quedó confundido. Biagio recuerda lo que le había explicado Alexander días anteriores cuando él le había preguntado cómo se usaba una pistola correctamente.
- Biagio, las pistolas comunes y corrientes, todas tienen estas cosas en común: Corredera, mira delantera, cañón, retención de corredera, mira trasera, martillo, seguro, palanca de desarme gatillo, liberador del cargador, cargador y empuñadura. - Explicó Alexander a Biagio que estaba sentado frente a él.
- Entiendo. - Dijo Biagio mientras anotaba todo lo que le explicaba Alexander.
- Recuerda que siempre para disparar, debes desactivar el seguro, cuando lo tengas en reposo, siempre debes tener el seguro activado y con el cartucho fuera de la pistola, siempre debes tener cuidado. - Dijo Alexander mientras levanta el dedo índice haciendo el ademán de explicar.
- Entiendo ¿Y cómo es la posición para disparar? - Preguntó Biagio mientras terminaba de anotar.
- Si eres principiante o no, siempre debes asegurarte de usar las dos manos, las armas no son un juego, además de también usar tu ojo dominante para apuntar. - Dijo Alexander mientras ponía una expresión facial que reflejaba seriedad.
- Está bien, lo tendré en mente. - Dijo Biagio mientras termina de anotar la explicación de Alexander.
Biagio recordó toda esa charla en segundos, ahora, sabiendo lo que tenía que hacer, se pone en posición para disparar, usa su ojo dominante que es el ojo derecho y quita el seguro, del arma.
Acto seguido dispara a los tres enemigos que estaban apuñalando sin piedad a Eduardo, Biagio pone sus brazos y manos bien rígidos haciendo mucha fuerza, provocando que la pistola apenas se mueva mientras dispara, dos balas impactan en uno de los tres enemigos, uno en la espalda y el otro en la nuca, matándolo en el acto.
¡Aaahhh! - Gritó Biagio mientras disparaba con una expresión de dolor al ver a su amigo siempre apuñalado sin piedad.
Los otros dos tipos se alejan rápidamente, Alexander vio a Biagio y rápidamente va hacia dónde está él.
- Biagio, dame el arma, puedo matarlos a los dos. - Dijo Alexander mientras le extiende el brazo para recibir el arma.
Biagio entendió rápidamente, ya que Alexander es un militar experimentado de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, así que le entrega la pistola obedientemente.
Los otros dos enemigos, que eran los únicos que quedaban, se acercaron corriendo rápidamente hacia Alexander, no podían permitir que él dispare, pero no habían tomado en cuenta que el tipo que iba a disparar era un militar entrenado.
- ¡Traguen plomo, malditos! - Gritó Alexander mientras dispara eficazmente como un profesional.
Una sola bala para cada uno bastó para matarlos, ya que los disparos fueron a la cabeza, matándolos en el acto.
Biagio se quedó viendo a su amigo, Eduardo de Oliveira, inerte el suelo, murió desangrado de tantas apuñaladas y aunque estuviera vivo, no iba a sobrevivir, ya que Kristen no podría hacer mucho sin la maquinaria suficiente que hay en los hospitales.
- ¡Maldición! - Gritó Biagio mientras comienza a llorar, los demás también comenzaron a llorar.
Alexander le agarra del hombro a Biagio para irse rápidamente del lugar, ya que del helicóptero comenzaron a bajar más personas, a unos trecientos metros de distancia.
- Biagio, puedes llorar después, ahora tenemos que irnos, agarra la mochila de Eduardo, rápido. - Dijo Alexander mientras se va corriendo.
Los demás lo siguen, Biagio se limpia los ojos y con una mirada llena de determinación, agarra la mochila de su amigo y sale corriendo.
- «Lo siento amigo, lo siento...» - Pensó Biagio mientras se iba corriendo con una expresión facial que reflejaba tristeza, impotencia, dolor y ganas de llorar.
Llegan rápidamente a la parte en dónde están las cuerdas y comienzan a trepar, Biagio llevaba consigo su mochila que tenía un peso con poco más de treinta kilogramos y también la mochila de Eduardo que llevaba poco más de diez kilogramos, haciendo un peso de poco más de cuarenta kilogramos, aunque él ya estaba cansado, la adrenalina le permitió trepar con normalidad con tanto peso en su cuerpo para lo cansado que estaba.
Mientras escalaban ninguno miró hacia abajo, pero ellos intuían que los enemigos también estaban subiendo, así que escalaron desesperadamente, tanto que sus manos estaban sangrando, las chicas miraban desesperadas mientras se preparaban para recibirlos.
Ante toda la situación que estaba sucediendo, Kristen muchas veces quiso bajar a ayudar a Biagio y a los demás, pero era detenida por las chicas y los seis hombres que se habían quedado a proteger y uno era enfermero.
Kristen mientras era detenida por Austin y las chicas, casi se desmayó muchas veces del miedo y desesperación cuando veía a Biagio pelear y casi muchas veces ser asesinado.
Austin estaba con una sonrisa en su cara, ya que pensaba que era el final de Biagio y que él podría quedarse con Kristen, el solo tenía que consolarla para hacerla dependiente de él, o eso el creía en su cabeza perversa.
Kristen repetía muchas veces mientras intentaba ir cosas como "¿Para qué entrené si no puedo ir a ayudar?" o "Entrené para protegerlo ¡Déjenme ir!", Anikka también quería ir a ayudar a Alexander, pero también era detenidas por todos, era peligroso bajar, aunque ella no estaba tan asustada como Kristen, ya que ella sabe que Alexander es un militar experimentado y entrenado de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
Después de decenas de minutos, todos llegaron arriba, cuando Biagio llegó, que fue el último, desde tierra firme miró hacia abajo y vio que los enemigos no subieron.
- Parece que s...olo tienen permit...idos estar en la pra...dera. - Dijo Biagio mientras miraba hacia abajo con la respiración entrecortada.
Apenas llegaron y fueron atendidos por las dos enfermeras y el enfermero, Kristen obviamente fue a abrazar y ayudar a Biagio, Anikka también fue hacia Alexander, siempre tendrá más prioridad la persona que amas.
Todos estaban heridos, pero no de gravedad, los enemigos eran desquiciados que era provocado por estar bajo sustancias dudosas como drogas, pero no eran ni de asomo buenos peleando.
Pasaron casi una hora y ya estaban todos atendidos acostados en el suelo, hasta que Biagio recordó lo inevitable.
- M... Murió Eduardo, maldita sea, no pudimos volver todos... - Dijo Biagio mientras comenzaba a llorar, era la primera vez que el lloraba desde que conoció a Kristen.
Ella lo vio llorando por primera vez y se le partió el corazón, ese chico tan valiente, fuerte, amable y gentil, que siempre intentaba estar bien para no preocupar a los demás, se había roto hoy, porque murió uno de sus mejores amigos de la isla, en los meses que estuvieron en el campamento, todos se habían hecho grandes amigos, tenían una gran amistad y una gran camaradería.
Acto seguido todos también comienzan a lagrimear, Alexander también, ya que con quien mejor se llevaba Eduardo, era con Alexander, Biagio y Dmitry.
- Biagio, no llores, tenemos que ser fuertes, si no lo somos ¿En quién confiarán las chicas? - Dijo Alexander mientras dejaba de llorar.
- Ti... Tienes razón. - Dijo Biagio mientras intentaba dejar de llorar.
Alexander era de la milicia de Estados Unidos, él había perdido algunos amigos en el campo de batalla, así que estaba más acostumbrado, pero, aun así, él es humano, no puede evitar llorar un poco.
Pasaron las horas y todos ya se habían ido a hacer sus cosas, obviamente todos estaban deprimidos, Alexander siguió a Anikka hacia un lugar, ya que ella lo llamó, haciendo que Biagio y Kristen se quedaran solos en medio de la noche en la fogata.
Kristen miró a Biagio, que estaba tirado en el suelo boca arriba, con una expresión triste en su rostro, haciendo todo lo posible para no llorar, necesitaba que Kristen se vaya para que el pudiera llorar solo y en silencio, como la mayoría de los hombres hacen.
Ella, sabiendo cual era la intensión de Biagio decide abrazarlo fuertemente, él quedó confundido ya que ella lo agarró desprevenido.
- ¿Kris...? - Preguntaba Biagio, pero fue interrumpido por Kristen.
- Está bien llorar, hazlo, yo no voy a juzgarte ni dejar de amarte por eso, de hecho, me gustaría que te desahogaras ahora. - Dijo Kristen mientras lo abraza dulcemente con una sonrisa.
Biagio abre bien grande los ojos, sintiendo el calor corporal de su querida novia, sintiendo la calidez de ella consolándolo, no pudo evitarlo más, así que se puso a llorar en silencio, en los brazos de Kristen.
Ahí, entre ellos dos, en la intimidad, solo lo sabrán ellos y nadie más, bajo la luz de la luna con el cielo despejado y la luz de la fogata reflejada en sus cuerpos, sin duda una escena conmovedora y muy hermosa.
Fin del capítulo 27.
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