Capítulo 24: Ahora es mi pareja.
Kristen, Alexander y Anikka, que eran los que mejor escalaban de todos los del campamento, ayudaron a Biagio a subir, ya que su mano que fue apuñalada por el cuchillo de Klaus fue vendada por Kristen, cuando llegaron arriba, ella se dispuso a atender curarlo.
- Gracias Kristen, no sé hace cuanto ya estaría muerto si no fuera por ti. - Dijo Biagio mientras está acostado en el suelo con su mano en el regazo de Kristen.
- No pienses en eso. - Dijo Kristen mientras seriamente limpia con agua y jabón la herida en la mano de Biagio.
- Si, está bien. - Dijo Biagio con una sonrisa que reflejaba tranquilidad.
Acto seguido los dos se ríen entre ellos, todos observan con ternura la situación de los dos tortolitos, menos una persona.
- «Maldita bestia salvaje, al final lograste manipular a Kristen, no permitiré que la tomes ¡Debo matarte! ¡Debo matarte! ¡Debo matarte! ¡Maldita sea!» - Pensó Agustina llena de ira y odio mientras mira la situación de ellos dos, tanto que casi se le sale un ojo de lo eyectado de sangre que estaba.
Pero Agustina sabe cuándo actuar y cuando no, esta situación quedó como un intento de asesinato de Klaus hacia Biagio por odio y rencor, por haber contradicho el modelo económico objetivo de Agustina y sus secuaces, ella se despegó de total responsabilidad, diciendo que no tenía nada que ver, que no sabía que Klaus estaba tan loco, etc.
Agustina se retira del lugar con sus otros tres subordinados que le quedaban, debía aguantarse ver a su "mujer" en manos de esa "bestia salvaje", que es como ella llama a los hombres cisgéneros heterosexuales.
Alexander mira a ella irse con una expresión facial que reflejaba enojo e ira máxima, él sospecha y casi afirma que Agustina tuvo que ver con este incidente, pero por falta de pruebas, no puede acusarla todavía, sería hacer lo mismo que ella hizo con ellos, cuando los acusó de violadores, secuestradores y asesinos, bestias salvajes que solo piensan con el miembro viril, monstruos que solo piensan en violar.
Alexander suspira mientras la ve irse con sus tres subordinados y rápidamente se dirige hacia Biagio, Kristen y Anikka.
- Bueno, Biagio está herido nuevamente, así que será excepto de sus deberes. - Dijo Alexander mientras se rasca la parte trasera de su cabeza.
- No puedo hacer eso, debo seguir talando árboles. - Dijo Biagio mientras intenta levantarse, pero es detenido por Kristen.
- ¡No harás nada! ¡Debes curarte primero! - Gritó Kristen enojada a Biagio y este rápidamente obedeció con miedo.
Eduardo se acerca hacia ellos riéndose por la situación, ya que no cambió nada la forma en la que se llevan porque ya actuaban como una pareja casada desde antes de que se confiesen.
- Vamos amigo, escucha a tu mujer, ella es doctora, yo voy a talar por ti, así que recupérate rápido. - Dijo Eduardo mientras levanta el pulgar, haciendo el gesto de "está bien".
Esas palabras sorprendieron mucho a Biagio y a Kristen, ya que recién habían caído en cuenta que ya son oficialmente pareja. Biagio rápidamente se tranquilizó y respondió a las palabras dichas por su amigo Eduardo.
- Si, tienes razón, es mi mujer ahora, así que ya nadie puede intentar ligar con ella ¿Entendido? - Biagio amenazó amigablemente a los hombres del campamento con una sonrisa.
Esas palabras iban dirigidas a Arnaldo y a Austin, que estaban interesados en Kristen, pero Biagio tiene que ponerlos en su lugar, ahora ella ya no está soltera, tiene una pareja y deben respetar.
Kristen se sonroja levemente, estaba enormemente impresionada de las palabras dichas por Biagio, era como si estuviera imponiendo su lugar y su título a todos, era algo muy necesario, así que ella también decidió hacer lo mismo.
- Es cierto, ahora Biagio es mío ¿Queda claro? - Dijo Kristen con una expresión facial con una sonrisa que reflejaba seriedad y enojo mientras miraba a sus amigas del campamento.
Había muchas chicas en el campamento interesadas en Biagio, pero estaban más interesadas en lo guapo y sexy que era, además de lo varonil que era, pero no estaban interesadas en él, al nivel de lo enamorada que estaba Kristen.
- Jaja... No creo que haya alguna que esté interesado en mí. - Dijo Biagio confiado en su creencia.
Los hombres tienen más dificultad de admitir o descubrir que alguien está interesado románticamente en ellos, ya que un hombre nunca recibió ni recibe ni recibirá elogios por su apariencia, ni piropos, ni nada referido con relación al sexo opuesto.
- ¿Qué dices? Eres muy guapo, estoy segura de que muchas piensan lo mismo. - Dijo Kristen mientras intenta elogiar a Biagio.
- ¿Eh? E... E... Eso no es ve...rdad. - Dijo Biagio mientras se tapa levemente su cara para no mostrar su vergüenza y su cara sonrojada.
Todas las chicas que estaban observando la situación, junto a Kristen obviamente, se sonrojaron levemente.
- «Qué lindo.» - Pensaron todas las chicas a la vez.
Kristen se dio cuenta que Biagio no había recibido elogios nunca o quizás muy pocos, que es normal en los hombres.
- ¿Quizás te avergonzaste? - Preguntó Kristen mientras acerca su cara con una sonrisa y con una expresión facial burlona a la cara de Biagio.
- N... No lo hice. - Dijo Biagio levemente sonrojado mientras mira hacia el lado opuesto de la cara de Kristen.
- ¿Mmm? ¿Será cierto? - Preguntó Kristen con muchas ganas de molestar a Biagio.
Pero Biagio, harto de la situación, decidió esta vez avergonzar a Kristen, así que rápidamente volteó su cara y la beso, fue un beso intermedio, ni un beso piquito ni un beso largo, ahí en frente de todos, todos quedaron sorprendidos ante tal acción atrevida de Biagio.
Kristen estaba disfrutando el beso, un segundo después Biagio terminó de besarla y ella estaba algo deseosa de más, pero luego cayó en cuenta que estaba alrededor de todos, rápidamente se pone roja como un tomate y avergonzada mira a Biagio.
- Q... Q... ¿¡Qué es lo que haces!? - Preguntó Kristen avergonzada y levemente enojada.
- Te devolví lo que me molestaste. - Dijo Biagio mientras se relamía los labios en venganza.
- I... Idiota. - Dijo Kristen y luego lo golpea en la cabeza y se va avergonzada.
- ¡Ah! Pero ¿Y mi mano? ¿Lo dejarás a media? - Preguntó Biagio confundido y nervioso.
- Te quedarás así diez minutos, reflexionando sobre tus acciones. - Dijo Kristen mientras se va a buscar su mochila con su kit de medicina.
Todos alrededor estuvieron unos segundos callados y acto seguido comenzaron a reírse de la situación, parecía una novela mexicana.
- Oigan, no se rían... - Dijo Biagio mientras se acuesta en el suelo a descansar.
- Diablos, amigo, te tiene dominado. - Dijo Alexander mientras se sienta al lado de Biagio.
- Parece que sí, mi padre tenía razón sobre las mujeres. - Dijo Biagio mientras cierra los ojos y siente la briza del viento.
Alexander se levanta y se retira a hacer sus deberes junto con todos los demás, aunque con Arnaldo levemente deprimido y Austin muy furioso, él quería tener a Kristen sin importar que, pero ahora ya no puede porque Biagio se le había adelantado, o eso el creía, porque en realidad Biagio es el más veterano en la misión de conquistar a Kristen y el más veterano lo logró.
Luego de diez minutos, volvió Kristen para curarlo, él estaba recostado durmiendo, así que ella lo llama para que él se entere que ella está ahí.
- Biagio, ya estoy aquí, dame tu mano. - Dijo Kristen todavía intentando actuar enojada, aunque ya no lo esté.
- Muchas gracias, confiaba en el que regresarías. - Dijo Biagio con una sonrisa mientras la mira.
- P... Pues claro que sí, ahora soy tu novia, soy la persona en la que más deberías confiar. - Dijo Kristen con un tono de voz que reflejaba un leve orgullo.
- Claro y yo como soy tu novio ahora, debería ser la persona que más confías ahora. - Dijo Biagio con una sonrisa que reflejaba confianza.
- Es imposible que no confíe en ti. - Dijo Kristen levemente sonrojada.
- Lo sé, yo también, es imposible que no confíe en ti. - Dijo Biagio mientras se intentaba levantar su tren superior para estar sentado en el suelo en vez de acostado.
- Ah... No deberías moverte mientras te atiendo. - Dijo Kristen mientras intenta mantener fija la mano de Biagio.
- Lo sé, pero necesitaba hacer esto. - Dijo Biagio después de terminar de acomodarse.
- ¿Para qué lo necesitabas? ¿Era más cómodo estar acostado cierto? - Preguntó Kristen mientras prepara la aguja de sutura y luego lo mira.
- Para esto. - Dijo Biagio mientras agarra la mejilla de Kristen con su mano sana.
Kristen se sorprende levemente y acto seguido Biagio la besa, esta vez, ya que no había nadie alrededor, fue un beso largo, casi un beso francés.
Ella estaba casi en shock, levemente sonrojada, pero rápidamente aceptó el beso y acto seguido sintió un leve escalofrío en su espalda y comenzó a perder sus fuerzas, fue un hermoso beso lleno de pasión y ternura.
Después de unos segundos Biagio terminó de besarla y la expresión de ella era encantadora, estaba levemente sonrojada y tenía la respiración entrecortada, además de mirarlo con deseo.
Acto seguido ella se apoya en el pecho de él y luego lo abraza, ella quería contacto físico con él, quizás el activó un interruptor sin saberlo.
- ¡Cielos! Hacer eso en este momento, es injusto... - Dijo Kristen mientras se apoya su cara en el pecho de Biagio.
Ella estaba actuando muy tierna de la nada y eso había dejado a Biagio boquiabierto, ya estaba extremadamente linda.
- Puedo hacerlo las veces que quieras. - Dijo Biagio mientras le acaricia la cabeza a Kristen mientras ella está con su cara tapada por el pecho de Biagio.
Acto seguido ella saca su cara del pecho de él y lo mira con una expresión facial que reflejaba ternura.
- Be... Be... Bésame de nuevo, por favor. - Dijo Kristen con esa expresión tierna, hermosa y levemente sonrojada que estaba haciendo.
Biagio no pudo resistir ni un microsegundo, así que la besó nuevamente, ella estaba inmensamente feliz, no sabía que los besos se sentían tan bien, así que quería muchos más y él estaba dispuesto a proveer todos esos besos.
Estuvieron besándose por unos minutos hasta que Kristen se calmó y apoyó su cabeza en el pecho de Biagio.
- Oficialmente puedo decirlo, me encantan los besos. - Dijo Kristen con una expresión facial que reflejaba satisfacción.
- ¿Los besos en general o solo mis besos? - Preguntó Biagio para molestarla un poco.
- Solo tus besos, nunca había besado a un hombre, así que no puedo decirlo con certeza, pero creo que estoy segura, me encantan tus besos. - Dijo Kristen mientras saca su cabeza del pecho de Biagio.
- Me alegro de que te gusten. - Dijo Biagio mientras elimina de su cabeza una de sus muchas preocupaciones al conseguir pareja, que era la preocupación si sus besos serían buenos o no.
Kristen comienza a suturar la herida de la mano de Biagio mientras él muerde un pañuelo nuevamente, ya que tendría que sentir mucho dolor otra vez.
Ya era un clásico, que él termine herido todo el tiempo, si es que vuelve a su hogar, llegará lleno de cicatrices.
*******
Mientras tanto, a lo lejos en un árbol, había un tipo con unos binoculares, estaba viendo todo lo que había pasado en la montaña desde abajo, era un explorador del grupo del sicario mexicano Jesús Miguel García López, que había sido enviado para buscar al tipo que había asesinado a sus tres recaderos y robado sus monedas, claramente Jesús Miguel no estaba preocupado o enojado buscando venganza por la vida de sus queridos subordinados, a él le importa poco la vida de sus "marionetas", él estaba enojado porque Biagio había robado todas las monedas que tenían sus recaderos.
Los recaderos del sicario mexicano Jesús Miguel García López, funcionaban de esta manera, los tres locos juntaban las máximas monedas posibles en un mes y al finalizar el mes tenían que entregar todas las monedas Jesús Miguel García López, por eso se llamaban recaderos, conseguían monedas y las llevaban de un lado a otro, hasta llegar a las manos de Jesús Miguel, también tenían otros trabajos, como por ejemplo llevar cosas de un lado a otro y así sucesivamente, por eso se llamaban recaderos, el último trabajo que les había proporcionado era traer a el anciano Adler a su base, pero como todos sabemos, fueron asesinados.
Pero ahora el subordinado explorador se ha enterado en dónde está el anciano Adler y el asesino de los tres locos recaderos.
- «Ahí estás anciano Adler...» - Pensó el explorador loco mientras se relame los labios.
Su lengua estaba partida como una serpiente y tenía los ojos tatuados de color negro, luego de ver en dónde estaba el anciano Adler, se retiró para ir a informar a su supremo jefe, el desquiciado sicario mexicano Jesús Miguel García López.
*******
Unas horas después, estaban todos en el campamento durmiendo, Kristen decidió dormir con Biagio porque todavía está preocupada de que haya otros del grupo de Agustina que quieran matarlo, dejando a Agustina sin poder hacer nada, ya que ella si quería matar a Biagio mientras él dormía.
- «Maldita sea, mi mujer sospecha de nosotros, así que está durmiendo con esa bestia salvaje violador nato.» - Pensó Agustina mientras se muerde las uñas hasta romperlas.
Agustina tenía una apariencia descuidada, ya que ella cree fuertemente que las mujeres no deben ser femeninas, entonces no deberían depilarse, ni tratar su piel, ni bañarse, así que casi siempre estaba sin bañarse, tenía pelo en las axilas, piernas y brazos y tenía el pelo teñido y maltratado, además de tener el pelo corto, es el lado más extremista del progresismo, nada es malo en el mundo, a menos que se vaya para el lado más extremista de cada cosa, como lo está haciendo ella, ni siquiera los hombres son así, los hombres también se cuidan la piel, se asean para oler bien y se depilan los pelos del cuerpo, algunos dejan ciertas partes con pelo porque se ve estético, pero Agustina creía que los hombres eran como ella vivía y por eso quería vivir así para demostrar que no debería haber sexismo, pero ella tenía totalmente distorsionado las actitudes de los hombres, con tal de saber que llama bestias salvajes o violadores a los hombres cisgéneros heterosexuales, ya dice mucho, tiene todo distorsionado por la misandria tiene.
*******
El subordinado explorador llegó hacia su base y se presentó frente a su desquiciado supremo jefe, para reportar lo que había visto en la montaña.
- Supremo jefe, traigo buenas noticias. - Dijo el subordinado explorador al desquiciado Jesús Miguel.
- ¿Mmmm? ¿Cuáles? - Preguntó Jesús Miguel mientras saca su pistola.
El subordinado explorador vio la pistola en la mano de su desquiciado supremo jefe y traga saliva, muy nervioso ya que sabe que, si dice algo que no le gusta, su vida sería arrebatada.
- Encontré al anciano Adler, está en un campamento con muchas personas en la montaña, estoy seguro de que ahí también se encuentra el ladrón de monedas. - Dijo el subordinado explorador mientras tiembla al hablar.
- ¿¡En serio!? ¡Qué buena noticia! - Gritó con euforia el sicario mexicano Jesús Miguel.
- Si, pero en ese campamento hay mucha gente, no debe haber menos de cincuenta. - Dijo el subordinado explorador mientras está arrodillado y mira hacia abajo.
- Mmm, así que ¿Dices que no debemos tomarlos a la ligera? - Preguntó el Jesús Miguel.
- Es lo que estaba diciendo, supremo jefe. - Dijo el subordinado explorador mientras acumula miedo.
Acumula miedo, porque ahora, ya que terminó de decir su reporte, es cuando el supremo jefe decide si matarlo o no. Después de segundos de tensión, llegó el veredicto.
- No te voy a matar, fuiste útil, como me falta subordinados te dejaré con vida, ahora ¡Vete! ¡Antes que cambie de opinión! - Gritó el sicario mexicano Jesús Miguel García López mientras le apunta con su arma de fuego.
- S... Si... Me retiro. - Dijo el subordinado explorador mientras se va corriendo casi orinándose en sima.
Jesús Miguel se quedó pensando en el reporte dado por el subordinado explorador y luego comenzó a reírse macabramente.
- Solo espera anciano Adler, te recuperaré, además que espero que ese ladrón o ladrona se prepare para su destino. - Dijo Jesús Miguel con una sonrisa espeluznante y macabra, una cara digna que haría un psicópata.
Fin del capítulo 24.
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