Capítulo 20: Infierno.
Kristen lava suavemente la zona apuñalada en la que está incrustado el cuchillo dentado, para poder retirar el cuchillo ella tendrá que abrir más la zona apuñalada por los costados, porque al ser un chuchillo dentado, gracias a los dientes de sierra, está totalmente atorado en la carne del antebrazo de Biagio, si intenta retirarlo así sin más, romperá la carne y eso podría empeorar más la condición de su antebrazo, por eso es necesario hacer cortes limpios, abrir más la apuñalada, para retirar sin dificultad el cuchillo dentado, pero esto, sin anestesia le dolerá como si no hubiera un mañana.
- Intenta mover tu mano y apretar fuerte tu puño, quiero ver si en verdad el cuchillo no dañó ningún nervio o tendón. - Pidió Kristen a su paciente Biagio.
- Está bien. - Dijo Biagio mientras mueve su muñeca, mano y brazo.
Movió de forma horizontal, vertical, gira su brazo, apretó su mano lo más fuerte que puede, giró su muñeca en ambas direcciones, etc. Todo parecía estar bien, su antebrazo no había sido dañado seriamente, sus tendones y nervios estaban correctos, tuvo suerte de solo ser apuñalado en la carne.
- Parece que puedo mover todo, pero siento un dolor punzante y un ardor que irradia de la zona, cuando hago los movimientos. - Dijo Biagio a Kristen, que lo estaba atendiendo.
Los demás estaban viendo la sesión de tratamiento de Kristen a Biagio, Alexander estaba haciendo el ademán de agarrarse la barbilla para pensar.
- ¡Jajaja! Eso va a doler como la mierda, tengo lastima por ti, vaya que estás loco. - Dijo Alexander mientras se ríe de su amigo que está siendo tratado.
Biagio avergonzado por lo que dijo Alexander intenta cambiar de tema de conversación, así que arrastra su mochila con casi cincuenta kilogramos de carnes rojas y blancas hacia Alexander, este lo mira confundido por tal acción.
- Toma la mochila con la comida y refrigéralo, no sé cuánto más vaya a durar fresco, o cocínalos si quieres para la cena, pero no pude conseguir pescado para todos así que recuerda dar uno a Kristen sí o sí. - Dijo Biagio mientras Alexander agarraba la mochila y la abría.
- Idiota... En serio fuiste solo porque dije un comentario al azar de que quería pescado. Los hombres no tienen remedio de lo idiota que son. - Dijo Kristen ya resignada y rendida a la estupidez de los hombres.
- Está bien, ahí iremos a cocinar, se quedarán las dos enfermeras del grupo de las chicas para ayudar en la en tu tratamiento. - Dijo Alexander mientras agarra la mochila llena de alimento.
- Lamento interrumpir, pero debo contarles esto que es importante. - Dijo el anciano Adler mientras está sentado y mira a todos.
Todos se quedan en silencio mirando al misterioso anciano, que era el anciano Adler, ya que no lo conocían de nada y están un poco paranoicos con la gente nueva, ya que tuvieron que pasar cosas horribles por la culpa del grupito de Agustina.
- Escuchen al señor Adler, es una buena persona y seguro tiene algo importante que decirnos. - Dijo Biagio mientras mira seriamente a la cara de Alexander.
- Está bien. Si señor, dígamelo, soy el líder del campamento. - Dijo Alexander mientras escucha atentamente lo que va a decir el anciano Adler.
- Ustedes ahora mismo están en peligro. - Dijo el anciano Adler con una cara muy seria que no nadie podría tomarlo como una broma.
- ¿Eh? ¿Por qué señor? Sería tan amable de explicarnos. - Respondió Alexander un poco nervioso ante las palabras del anciano.
- Como bien dijo Biagio, hay un grupo numeroso en el otro lado del bosque, que lo gobierna un sicario mexicano llamado Jesús Miguel García López, este era la mano derecha de un narco increíblemente famoso en toda América, este tipo es vicioso y un loco que le encanta matar, a las mujeres que encuentra las secuestra, las viola y las tortura, mata como si nada a sus subordinados si hace algo mal y para rematar tiene una pistola que compró después de juntar tanto dinero, es demasiado peligroso. - Explicó el anciano Adler mientras siente impotencia porque no pudo hacer nada más que ver lo que hacía ese loco.
- E... ¿Es así? Estamos en peligro entonces... Bueno más que nada las chicas del grupo. - Dijo Alexander mientras mira a las chicas detrás de él.
Las chicas comenzaron a asustarse y entrar en pánico, había un loco enfermo en este lugar, ellas de por si están en peligro solo por ser mujer.
- Pero a la que más le interesa a ese desquiciado, es la señorita doctora de aquí, de eso estoy seguro, ya que es doctora y es muy valiosa en este lugar. - Dijo el anciano Adler mientras señala a Kristen.
Las palabras del anciano Adler provocaron un escalofrío a Kristen y un miedo indescriptible, sentía el pánico recorrer su cuerpo lentamente.
- Pero el joven Biagio ya me aseguró que protegerá a la señorita doctora con su vida y aún más, es un chico muy fuerte y valiente, logró vencer a los tres locos, los recaderos de Jesús Miguel García López, pero eso también fue contraproducente, cuando ese desquiciado los encuentre, sabrá que alguien del campamento de la montaña. - Dijo el anciano Adler mientras se para lentamente.
Todos se quedaron en silencio procesando la información bastantes nerviosos y preocupados.
- Así que... Está diciendo que no tenemos escapatoria... - Dijo Alexander con nervios y preocupado.
- Si, es un peligro inminente que pronto llegará, deberán prepararse bien. - Dijo el anciano Adler mientras le agarra el hombro a Alexander para calmarlo.
Nuevamente quedaron en silencio, todos estaban nerviosos con caras de haber visto a un fantasma. Pero alguien decidió romper ese silencio.
- Tranquilo señor Adler, yo protegeré con todo lo que tengo Kristen, no dejaré que siquiera le pongan un dedo encima. - Dijo Biagio totalmente determinado al anciano Adler.
- ¿Aunque te amenacen con un arma de fuego o te disparen? - Preguntó el anciano Adler a Biagio con curiosidad.
- Si, aunque esté en esa situación, seré un escudo humano. - Dijo Biagio con confianza al anciano Adler.
- ¡Idiota! ¡No harás eso! - Dijo Kristen a Biagio con una expresión preocupada.
- Me alegro entonces, saben... El joven Biagio es un verdadero hombre, creo que todos nosotros los hombres, debemos aprender de él. - Dijo el anciano Adler mientras mira a todos los chicos del campamento.
Todos los hombres del campamento repentinamente sonríen, ya que el anciano Adler tiene razón, lo único que les queda es protegerlas con todo lo que tienen.
- Tienes razón señor, yo también protegeré con mi vida a Anikka, no dejaré que la hagan algo. ¡Chicos! ¡Motivémonos! ¡Protegeremos a las chicas aún después de muertos! - Gritó Alexander con una sonrisa sincera mientras levanta el brazo.
Todos los chicos repentinamente se motivan y gritan para motivarse más, como hombres del grupo deben poder hacer eso mínimo.
- ¡Siiii! ¡Ungh! ¡Cof! ¡Cof! - Gritó Biagio también motivado y queriendo ser partícipe de todos ellos, pero el dolor le ganó, haciéndolo toser.
- ¡Tu cállate! ¡Debes centrarte en curarte! - Gritó Kristen a Biagio y este rápidamente queda en silencio esperando a su tratamiento.
- Bueno, entonces nosotros nos vamos a hacer lo que pediste, recupérate pronto, te necesitamos. - Dijo Alexander mientras se va caminando hacia la "cocina".
- ¡No lo necesitan! - Gritó Kristen enojada a Alexander.
- Está bien, lo siento, lo siento. - Dijo Alexander mientras aguanta la risa porque le es divertido burlarse de Kristen y Biagio.
Kristen agarra su mochila y saca un bisturí que es desinfectado todo el tiempo por Kristen, ya que el grupo gasta muchas monedas para comprar utensilios de medicina para ella, pero hay utensilios que igualmente debe reutilizar, pare desinfectar el bisturí lo sumerge en agua hirviendo por quince minutos y luego lo saca, por último, lo esteriliza con alcohol aplicado en algodón, de esa forma se asegura de que su bisturí esté totalmente desinfectado con las medidas de higienes de bajo nivel, pero es mucho mejor que no hacer nada.
- Por cierto, Kristen, deberías atender al señor Adler primero, él está desnutrido y no ha comido en mucho tiempo, yo le di que tome un caldo de yak y oso pardo, no sé si está bien que haya comido algo. - Dijo Alexander mientras señala al anciano Adler que se va caminando con Alexander.
- Ahora es más importante tu tratamiento, así que ya cállate. - Respondió Kristen a Biagio todavía enojada.
Kristen estaba enojada de verdad y Biagio se había dado cuenta, gracias a todo el tiempo que congeniaron, que ella cuando se enoja da miedo y lo único que tiene que hacer es asentir y obedecer lo que dice.
- Si, lo siento, me callo. - Dijo Biagio con miedo de ella y recordando el consejo de nunca contradecir a una mujer, que le había dado su difunto padre.
Kristen saca un pañuelo que hizo con la tela de su ropa con la que llegó al entretenimiento mortal y se lo dio a Biagio, porque lo que se vendría sería un infierno para él.
- Biagio ¿Quieres que compre una jeringa de anestesia o así nomás? Yo creo que es mejor comprar la anestesia, esperemos diez minutos. - Dijo Kristen mientras saca su teléfono celular para hacer la compra.
- No, espera, ya ni siento dolor en el brazo, no hace falta que gastes moneda en eso, la anestesia tiene que ser para tratamientos más importantes, como la vez en la que yo fui herido por el oso pardo. - Respondió Biagio con seguridad a la pregunta de Kristen.
- Está bien, pero dolerá mucho ¿Sabes? - Dijo Kristen mientras acerca su bisturí a los extremos de la apuñalada.
- Lo sé, puedo soportarlo. - Dijo Biagio mientras muerde el pañuelo con fuerza.
En ese momento, Kristen comenzó a cortar, abriendo más el corte, para poder sacar el cuchillo dentado, esto es lo mismo que sucede si te incrustas un arpón una flecha, al estar hechos de esa forma, permite que se quede atorado en el cuerpo y que si quieres sacarlo, rasgue más la carne.
Biagio comenzó a hacer sonidos de dolor, pero no mueve ni un poco su brazo, poco a poco pierde sangre, lentamente, pero no es lo suficiente como para sufrir de falta de sangre y necesite una transfusión.
Muerde con fuerza el pañuelo para poder soportar el dolor de su antebrazo siendo abierto poco a poco, por un lado, Kristen, obviamente sufre por ver a Biagio así, sufriendo todo esto, pero ella sabe que, como doctora, lo curará y se pondrá bien.
Luego de más o menos una hora, Kristen logró abrir en ambos extremos, lo suficiente para sacar el cuchillo dentado, los demás ya terminaron de cocinar y Alexander, Anikka y algunos más están viendo el tratamiento de Kristen, pero ella está muy concentrada en su operación que ni siquiera le importa que los demás estén viendo.
Kristen logra retirar el cuchillo, ella se alivia al ver que al parecer era cierto que ningún tendón o nervio fueron dañados o tocados, ahora solo faltaba suturar la herida, Biagio estaba que casi se desmayaba muchas veces del dolor, pero lograba mantener la compostura, el dolor era tan fuerte que no podía pensar en nada más en que terminara ese infierno, él había comenzado a creer que se encontraba en el infierno.
Entonces ella decide que ya es momento de proceder con la sutura, poco a poco toma su aguja quirúrgica, le pone el hilo cátgut y comienza a coser la zona apuñalada lo más rápido posible para que Biagio no sufra, pero claramente él estaba sufriendo mucho, aunque la peor parte ya había pasado, que era cuando le cortaban la carne.
Pasa una hora más y Kristen termina de suturar, luego le pone un apósito en cada extremo y por último venda todo el antebrazo derecho de Biagio con una venda de gasa, había terminado el tratamiento.
- Listo, ya estás tratado, ahora solo necesitas descansar y curarte, yo supongo que te sanarás en más o menos dos semanas. - Dijo Kristen mientras se limpia el sudor de la cara.
- Gracias Kristen, me salvaste una vez más, eres como mi ángel guardián. - Dijo Biagio con una sonrisa mientras respiraba agitado.
- Pero mira las ocurrencias que dices. - Dijo Kristen mientras se ríe levemente y ayuda a levantarse a Biagio.
Luego ella atiende los dedos de Biagio, ya que algunas uñas se despegaron, terminó vendando su mano también con vendas adhesivas, las uñas tardarán más que la apuñalada, es decir, la herida suele curarse en más o menos diez días, pero para que te crezca la uña nuevamente, tarda entre cuatro a seis meses.
Se van todos juntos a cenar, Biagio termina comiendo una sopa de pescado, ya que todavía estaba algo débil por la pérdida de sangre.
Kristen recibe un pescado asado con vegetales asados de las cosechas que hicieron con las verduras silvestres que fueron encontrando, tardaron cuarenta días en estar listas para el cosechar y consumir.
Le da una probada a su pescado y queda encantada con el sabor, estaba realmente feliz de comer un pescado entero ella sola que pesaba más de medio kilogramo.
- ¿Te gustó? Me alegro de haber ido a pescarlo entonces. - Dijo Biagio con una sonrisa mientras miraba a Kristen comer.
- Idiota... - Dijo Kristen mientras come y mira hacia abajo levemente sonrojada.
Biagio tiene problemas en tomar su sopa porque él es diestro y justo su brazo operado es el que más usa, así que no le estaba costando mucho tomar la sopa con su mano izquierda.
- Ven toma. - Dijo Kristen mientras toma su plato y cuchara y lo ayuda a alimentarse.
- No, yo puedo solo, no te preocupes, come tu pescado, que se enfría. - Dijo Biagio nervioso mientras hace el ademán de negarse con la mano.
- ¡Qué te lo comas! - Dijo Kristen alzando un poco la voz y con un tono enojado.
Biagio rápidamente decide comer, porque si seguía dándole la contraria a ella, el sintió que estaría en graves problemas.
- ¡Jajaja! Ella te tiene dominado amigo, siento lastima por ti. - Dijo Alexander mientras se ríe de Biagio.
- Vamos... Tengan piedad de mí. - Dijo Biagio mientras suspiraba y se rascaba la parte trasera de su cabeza con su brazo izquierdo que es el sano.
*******
Mientras tanto en el otro lado del bosque, muy lejos de la montaña, el sicario mexicano Jesús Miguel García López, había matado a uno de sus subordinados con una apuñalada en la sien, él estaba muy enojado, ya que sus tres borregos recaderos no habían vuelto con más mujeres o con el anciano Adler, que lo querían en su grupo.
- ¡Vayan y busquen a esos idiotas! Antes que los mate. - Dijo Jesús Miguel García López con una cara de desquiciado mientras sacaba el cuchillo de la cabeza de su subordinado recién asesinado por él.
Rápidamente lame el cuchillo, provocando tal terror a sus subordinados que salen corriendo despavoridos a buscar a los tres locos derrotados por Biagio.
Fin del capítulo 20.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro