Capítulo 19: Reconciliación.
Biagio y el anciano Adler caminan lentamente para recuperar estamina, si sacamos el cuchillo de cocina con dientes que está clavado y atorado en el antebrazo de Biagio, no tenía ningún otro inconveniente.
- Señor Adler, paremos un rato, necesito comprobar si puedo ejercer la misma fuerza de siempre en mi antebrazo herido. - Dijo Biagio al anciano Adler mientras se detiene.
- Está bien, lo necesitarás para escalar, descansemos. - Dijo el anciano Adler mientras se detiene y se sienta en el suelo.
Biagio se prepara para probar, aprieta su puño fuertemente, aplicando toda la fuerza posible en sus bíceps, tríceps, antebrazos, muñeca y manos. Al poco tiempo de comenzar su prueba, sintió un dolor punzante en su antebrazo herido, también un ardor que irradia de la zona apuñalada, rápidamente Biagio se dio cuenta.
- Mmm, creo que solo puedo usar alrededor del noventa por ciento de mi fuerza, además de que siento un dolor punzante y un ardor, pero son dolores que yo puedo aguantar, así que supongo que estaremos bien. - Dijo Biagio mientras mira al anciano Adler mientras sonríe.
El anciano Adler estaba preocupado, ya que él no sabía si había un médico o por lo menos un enfermero en el grupo de Biagio que se encuentra en la montaña.
- Joven, pero ¿En tu grupo tienen un enfermero o un doctor? - Preguntó el anciano Adler con preocupación.
Es normal que el anciano Adler se preocupe de esa manera, ya que un doctor es una de las personas más buscadas en este lugar, el sicario mexicano Jesús Miguel García López tiene a un médico y dos enfermeros en su grupo, pero el estaría muy feliz si sabe que hay otro doctor en la isla.
Biagio se pone pensativo y luego sonríe levemente, recordando a Kristen, la única doctora de su grupo, la mujer que el ama y la mujer que quiere proteger no importa lo que haga.
- Si tenemos un doctor, más específico, una doctora, es la mujer más hermosa del mundo y la mujer que amo, me ha curado tantes veces... Es la mejor doctora del mundo. - Dijo Biagio con los ojos iluminados de admiración y amor mientras hablaba de ella.
Pero rápidamente la cara de felicidad sincera que tenía Biagio por recordar a Kristen cambia a la de una cara triste y deprimida, el anciano Adler nota el cambio y no puede evitar preguntar la razón.
- ¿Joven? ¿Qué sucede? Lo que contabas era hermoso, pero te pusiste triste repentinamente. - Dijo el anciano Adler mientras mira a los ojos a Biagio.
- Es que... El grupo de chicos y el grupo de chicas, nos separamos, porque nos enteramos de que nos tenían miedo, o eso creemos, ya que una chica nueva llamada Agustina, llegó y nos dijo a todos nosotros que somos violadores y secuestradores, que no confíen en hombres cisgéneros heterosexuales y todo eso. Entonces para no preocuparlas más, decidimos separarnos.
Biagio suspira triste por recordar esas palabras hirientes que dijo Agustina a todos ellos, no importa lo que hagan, nunca podrán eliminar esa imagen que tiene los hombres en las mujeres.
El anciano Adler, sabio por haber vivido tanto, suspira decepcionado de la juventud de hoy en día.
- Joven, estoy seguro de que ella no te tiene miedo, si llevaban mucho tiempo juntos hablando y por lo menos logró sonreír, es porque no te tiene miedo ni te odia. - Dijo el anciano Adler al joven Biagio que estaba con el corazón roto.
- ¿Cómo puede estar tan seguro si no le conté nada más? - Preguntó Biagio sorprendido por las palabras del anciano Adler.
- Soy un anciano, una reliquia de la vieja era, he vivido tantas épocas, he visto a decenas de jovenes como tú, que se hacen ideas en la cabeza y asumen las cosas sin siquiera escuchar a la otra parte, estoy seguro de que ella debe estar sufriendo mucho ahora mismo, porque le dejaste de hablar. - Dijo el anciano Adler mientras suspira y sacude la cabeza horizontalmente mientras le agarra el hombro a Biagio.
- ¿Usted está seguro? - Preguntó Biagio mientras mejoraba poco a poco su estado de ánimo.
- Si, ahora cuando lleguemos, te reconciliarás con ella, estoy casado desde hace cuarenta y tres años, créeme, conozco a las mujeres como si fuera la palma de mi mano. - Dijo el anciano Adler mientras comienza a caminar otra vez hacia la montaña.
- Está bien, eso haré, gracias, señor Adler. - Dijo Biagio con su estado de ánimo recuperado, se volvió a ilusionar por las palabras de este anciano.
Biagio sigue desde atrás al anciano Adler y retoman su camino hacia la montaña. Caminan unos metros y el anciano Adler decidió decirle si o si, que debe protegerla con su vida a partir de ahora.
- Joven, déjame decirte que, si la doctora de tu grupo es habilidosa y hermosa como dices, debes protegerla con algo más importante que tu vida y tienes que hacer lo imposible por su bienestar. - Dijo el anciano Adler mientras mira con una cara seria a Biagio.
Las palabras del anciano Adler lo deja muy extrañado y sorprendido, no entendía a dónde iba con lo que dijo, pero por alguna razón, lo preocupaba mucho.
- ¿Qué quiere decir? - Preguntó Biagio nervioso mientras traga saliva.
- Por el loco sicario mexicano Jesús Miguel García López, la ve a las mujeres hermosas como objetos sexuales y si tienen una "utilidad" mejor para él, si se entera que tu grupo tiene una doctora como tú dices, hermosa, hará lo imposible para tenerla. Debes prepararte ¿Estás dispuesto a entregar más que tu vida y hacer lo imposible para protegerla? - Preguntó el anciano Adler a Biagio.
Lo que dijo el anciano Adler, lo dejó en shock, si alguien tan importante buscara a Kristen, él tendría que hacer todo lo posible para protegerla. Pero Biagio sonríe levemente, él está preocupado sí, pero él ya está decidido hace rato de entregar su vida por ella si es necesario, las cosas no cambian para ella, solo es él el que está en peligro.
El anciano Adler vio la sonrisa sospechosa de Biagio y se extraña, no entendió porque Biagio sonríe en esta situación.
- Señor Adler, no se preocupe. Yo protegeré a Kristen dando más de lo que puedo dar y daré mi vida si es necesario, ya me lo prometí hace rato y eso no cambiará. - Dijo Biagio con una sonrisa mientras se golpea en el pecho con su puño cerrado.
El anciano Adler vio a Biagio, totalmente decidido y sin rastros de duda, un joven con valores y principios, un joven que no se ve mucho estos días, una joya de la nueva era.
- Eres increíble... Ojalá todos los hombres fueran como tú, con valores y principios, hombres que protejan a la mujer que aman, un verdadero hombre. - Dijo el anciano Adler mientras cierra los ojos y sonríe con felicidad porque todavía hay hombres así en el mundo.
- Vamos, no digas eso que me siento avergonzado. - Dijo Biagio mientras se rasca la parte trasera de su cabeza levemente avergonzado por los elogios.
*******
En la perspectiva del campamento, en ese momento, los chicos y las chicas se habían encontrado, porque los chicos trajeron la comida a las chicas y ellas aprovecharon esa oportunidad para encararlos.
Ellas quieren solucionar el problema a como dé lugar, quieren reconciliarse, creen que, como grupo, no pueden seguir así, si siguen así, pronto habrá consecuencias.
- Bueno, aquí está la carne de hoy, nosotros ya nos vamos. - Dijo Alexander mientras se aleja rápidamente de Anikka y las demás.
- ¡Espera! - Gritó Anikka mientras lo agarra de la playera a Alexander.
- ¿Eh? - Preguntó confundido con una cara idiota mientras cae al suelo.
Todos estaban en shock, tanto chicos como chicas, ya que Anikka fue bastante atrevida como para tirarlo al suelo para que no se vaya.
- ¿Qué sucede Anikka? ¿Por qué me tiras al suelo? ¿Tanto me odias? - Preguntó Alexander ya con el corazón totalmente roto.
- ¡No te odio! ¡Nunca lo haría! ¡Entiende! Y ¡entiendan todos de una vez! ¡Ninguna de nosotras pensamos como esa chica Agustina! ¿¡Si o no chicas!? - Gritó Anikka a todos los chicos del campamento presente en ese lugar.
- ¿Eh? - Todos los chicos presentes dijeron a la vez, como si fueran robots o como si fueran unos tontos.
Se quedaron callados unos segundos, intentando procesar lo que estaba pasando en frente de ellos.
- ¿Entonces no nos tienen miedo? - Preguntó Alexander mientras seguía en shock.
- No les tenemos miedo, imposible que yo te tenga miedo, si tu no le harías daño ni a una mosca. - Dijo Anikka mientras se ríe de Alexander.
Alexander se avergüenza levemente por lo que ella dijo, pero igual él sigue sin entender bien la situación.
- ¿Entonces no nos odian? - Preguntó Alexander nuevamente, como si no pudiera creer la situación.
Es que ya son casi una semana desde que los chicos y chicas se separaron, siempre creyeron que esa era la razón, les resulta difícil procesar esto ahora.
- ¡No te odio! ¡Nunca te odiaría! ¡Y ninguna chica del campamento odia a ustedes! ¿No es cierto chicas? - Preguntó Anikka a las chicas que estaban detrás de ella.
- Es cierto, ninguna tenemos miedo ni odio por ustedes. - Dijo Amelia mientras levanta el brazo para hablar,
- Como si yo tuviera miedo de ustedes, por favor, son inofensivos. - Dijo Eun-ji mientras se ríe por la situación.
- Fueron ustedes los que sacaron las conclusiones sin siquiera saber lo que opinaba la otra parte, en verdad son idiotas. - Dijo Camille levemente enojada de ellos.
- Es cierto, no los odiamos ni les tenemos miedo. - Dijo Kristen mientras mira a los chicos buscando a Biagio.
Los chicos se miran entre ellos y se sonrojan tanto que quedan rojos como un tomate, de la vergüenza.
- ¡Somos unos idiotas! ¡Ahora quiero que me trague la madre tierra! - Gritó Dmitry totalmente eufórico de la vergüenza.
- ¡No es nuestra culpa! ¡Nosotros solo seguimos a Alexander! ¡Creímos que él tenía razón! - Gritó Eduardo mientras se tapa su cara de la vergüenza.
- Creo que quiero morir... - Dijo Arnaldo mientras mira hacia abajo deprimido.
- ¡Oigan! ¡No me culpen! - Gritó Alexander hacia los chicos que lo estaban culpando.
En un segundo, todos comenzaron a reírse de Alexander, tanto chicos como chicas. Después de un tiempo, por fin ya se habían logrado reconciliar, con las chicas dando el primer paso, al final solo fue un malentendido de los hombres.
Todos estaban felices tanto chicos como chicas, menos una persona, que estaba buscando desesperadamente con los ojos a alguien.
- Oigan ¿Y Biagio? ¿Por qué no está con ustedes? - Preguntó Kristen confundida y preocupada.
Los chicos inmediatamente pasan de estar feliz a estar preocupados, ya que ya iban casi dos días y Biagio no volvía de su expedición para buscar pescado y comida.
Kristen ve las expresiones de los chicos y rápidamente comienza a entrar en pánico y comienza a preocuparse más.
- ¿Qué sucede? ¿Dónde está Biagio? ¿Le pasó algo? - Preguntó Kristen mientras entra levemente en pánico.
- Biagio, ayer al mediodía, bajó la montaña para pescar en el lago gigante que está al oeste de la pradera, se supone que ya tenía que haber vuelto, pero todavía no está aquí. - Dijo Alexander preocupado por su amigo porque no vuelve.
- ¿¡Qué!? - Preguntó Kristen sorprendida por la respuesta de Alexander.
- ¿Biagio no había dicho que iba a ir a buscar pescado porque Kristen le había dicho que quería comer pescado en condiciones? - Preguntó Dmitry a Eduardo que estaba a su lado.
- ¡Idiota! ¡No digas eso ahora! - Gritó Alexander a Dmitry por lo que le dijo a Eduardo, pero ya era demasiado tarde.
Kristen había escuchado a Dmitry, que Biagio bajó la montaña por solo un comentario de ella, solo por un capricho de ella.
Rápidamente corre hacia el borde de la montaña para bajar y buscarlo, pero es detenida por todas las chicas del campamento, sujetándola, no van a permitir que su amiga se ponga en peligro, además de que es la única doctora del grupo.
- ¡Suéltenme! ¡Debo ir a buscarlo! ¡Suéltenme! - Gritó Kristen a las demás chicas que intentaban detenerla.
- Tranquilízate Kristen, Biagio debe estar bien, tranquila. - Dijo Anikka intentando detenerla con todas sus fuerzas.
*******
Biagio y el anciano Adler ya llegaron a la montaña, ahora le toca escalar, será un trabajo difícil para ellos.
- Mira señor Adler, esta es la montaña, tenemos que escalar más o menos esa distancia para llegar a la parte medio plana de la montaña, en dónde hay árboles y un arroyo que cae desde la punta de la montaña, el agua fría y deliciosa. - Dijo Biagio mientras mira hacia arriba y se señala con el dedo.
- Hermoso lugar, pero ¿Cómo subimos? - Preguntó el anciano Adler con preocupación.
Biagio inmediatamente saca de su mochila una cuerda bastante larga, hace un nudo y luego mira al anciano Adler.
- Te ataré a mí con esto, así no debes preocuparte de que se te acaben las fuerzas y te sueltes. - Dijo Biagio mientras le enseña la cuerda al anciano Adler.
- Me gusta la idea ¡Hagámoslo! - Dijo el anciano Adler con algo de motivación.
El anciano Adler es atado con varias vueltas y nudos a Biagio, para así evitar lo máximo posible que se caiga y se desplome hacia el suelo.
- Ahora, escalaré. - Dijo Biagio mientras comienza a escalar la montaña.
Escala lentamente, ya que es demasiado peso en su cuerpo, está levantando un peso que supera poco más de diez kilogramos a su peso corporal, pero se están notando bastante los ejercicios de sentadilla con peso, o peso muerto que hacía en el gimnasio
- «Es mucho peso, pero no es nada a los doscientos kilogramos que alzaba mientras hacía sentadillas, yo puedo.» - Pensó Biagio para motivarse y no rendirse.
Mientras escalaba sentía un fuerte dolor punzante y ardor que irradiaba de la zona apuñalada de su antebrazo derecho, era un dolor insoportable para alguien normal, pero para Biagio, que sintió el dolor de ser herido por un oso pardo, esto era algo que él podía soportar.
Poco a poco subía la montaña, lentamente para no dar un paso en falso, cada centímetro que subía estaba dando toda su fuerza.
Pero en un punto, en el que Biagio agarró una roca que siempre agarraba, esta se rompió, ya que soportaba su peso de setenta y dos kilogramos, o el peso de Kristen de cincuenta y cuatro kilogramos, pero no puede aguantar un peso de casi ciento sesenta kilogramos.
Comienzan a caerse deslizándose por la montaña, hasta que Biagio se agarra de otra roca, raspándose todos sus dedos y dejándose piel en el intento además de también golpearse la cara y abrirse una herida en la frente, sangrándole y tapándole un ojo con la sangre.
Con suerte la montaña estaba algo inclinada, porque si fuera una pared totalmente recta, o un poco inclinada hacia el otro lado, sería imposible para Biagio escalar con tanto peso.
- Ungh... Ah... Qué dolor - Murmuró Biagio mientras sentía un dolor y ardor en los dedos de su mano.
Biagio no lo sabía, pero varias de sus uñas se despegaron de su mano, el dolor que estaba sintiendo no es normal, pero su instinto de supervivencia lo llevó más allá de sus límites.
Después de casi media hora escalando, desde que se hirió dos dedos, por fin llegó a la sima, cuando estaba llegando escuchó los gritos de Kristen y las demás chicas, junto con los chicos, Biagio no entendía la razón de la conmoción, pero como estaba cerca de la meta, comenzó a trepar más fuerte.
Kristen y los demás escucharon a alguien que estaba trepando la montaña y rápidamente se acercaron al borde para ver qué estaba pasando.
Inmediatamente sube Biagio y todos se quedan viéndolo sorprendidos, ya que él estaba escalando la montaña con una mochila que se ve pesada y un anciano, lo más cercano que haría un super humano.
Kristen lo vio todo herido, con un cuchillo clavado en su antebrazo, sus dedos a carne viva y su frente con sangre he inmediatamente se preocupa y no lo puede evitar.
- ¿¡Biagio!? ¡Resiste! - Gritó Kristen mientras abre su mochila para curarlo.
- ¿Qué diablos te pasó Biagio? - Preguntó Alexander sorprendido.
- Me... Atacaron tres locos, los derroté con lo que me enseñaste, lo hice para proteger a este señor, este lugar pronto dejará de ser seguro, según el señor Adler, en la isla hay un sicario mexicano que está totalmente loco y es el líder de un grupo numeroso, debemos tener cuidado. - Dijo Biagio mientras intenta aguantar el dolor.
- ¿¡Qué!? ¿¡Lo que dices es cierto!? - Preguntó Alexander Exaltado.
- Si, esos tres locos que me atacaron eran los subordinados de ese loco, pude defenderme de los tres, no sé si están muertos, pero como ves, lograron herirme y como duele... - Dijo Biagio mientras hace mueca de dolor.
- Estás loco amigo. - Dijo Alexander mientras sonríe levemente.
- Creo que, si lo estoy, pero mira, obtuve el pescado que quería Kristen, aunque no pude traer cincuenta pares como querías, pero encontré una vaca que estaba recién muerta y obtuve su carne fresca. - Dijo Biagio mientras arrastra su mochila por el suelo porque no puede alzar.
- Me alegro de que lo que experimentaste no haya sido en vano. - Dijo Alexander mientras suspira rendido a la situación.
- ¡No está bien! ¡Vino muy herido! ¡Siempre terminas herido! Eso me pone triste... - Dijo Kristen mientras saca la tela enrollada alrededor del cuchillo clavado en el antebrazo de Biagio.
- Si, tienes razón, lo siento, no creí que sería tan peligroso allí abajo. - Dijo Alexander culpándose por ser un mal líder.
- ¡Oye! ¡No es culpa de Alexander! - Gritó Anikka para defenderlo.
- Es cier...to, yo le dije que iría por mi pro...pia voluntad, no te enojes con él. Dijo Biagio mientras respira agitadamente por el dolor.
- Lo siento. - Dijo Kristen arrepentida de sus palabras.
- No pasa nada, es parte de ser el líder. - Dijo Alexander mientras rechaza modestamente las disculpas de Kristen.
- Me alegro de que parece que ya se reconciliaron los chicos y las chicas mientras no estaba. - Dijo Biagio mientras hacía una sonrisa sincera.
- Idiota... - Dijo Kristen mientras le aplica agua y jabón alrededor del cuchillo incrustado en el antebrazo derecho de Biagio para lavar y desinfectar la herida.
Fin del capítulo 19.
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