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Capítulo 18: ¡Revancha!

Biagio entra en pose de pelea y repentinamente los tres tipos locos dejan de correr y lo miran con curiosidad y asombro.

- ¿Qué hace este idiota? - Preguntó loco tres mientras mira a sus otros dos compañeros.

- No lo sé. - Dijo loco uno sin entender las intenciones de Biagio.

- ¿No correrá más? - Preguntó loco dos anonadado porque Biagio siempre era una "rata que corría mucho".

El anciano Adler se intenta levantar lentamente, ya que la edad y la desnutrición lo dejaron muy débil. Logra levantarse y mira la situación, él ve a Biagio intentando enfrentarse a tres locos para poder defenderlo.

- ¡Joven! ¡No tiene que arriesgar su vida por mí! ¡Está en desventaja, son tres contra uno! - Gritó el anciano Adler con desesperación y angustia.

- ¿Qué dice señor Adler? Debo enfrentarlos. - Dijo Biagio mientras mira de reojo al anciano Adler.

- ¡joven, huye! ¡Ellos me quieren a mí, no a ti! ¡Además ya tengo setenta años, tu vida joven vale más! ¡Vamos hazlo, corre! - Gritó el anciano Adler, intentando todo lo posible de que Biagio no muera.

En anciano Adler no quiere que Biagio muera, porque es amable y gentil, además de que es un alma joven que todavía le será muy útil a la sociedad, no como él que ya es un alma vieja y que ya ni puede trabajar, él ya es una reliquia de la vieja era, no puede dejar morir a una joya de la nueva era, eso es lo que pensaba el anciano Adler.

- ¡No digas eso señor Adler! ¡Salvaré nuestras vidas! ¡Ustedes tres locos! ¿¡Por qué quieren al señor Adler!? ¡Déjenlo en paz! - Gritó Biagio mientras mira enojado a los tres locos que siempre los perseguía.

Los tres locos se miran entre ellos y luego comienzan a reírse y burlarse descaradamente de Biagio en frente de él.

- ¡Rata escurridiza! ¿¡Estás diciendo que no sabes cuál es la razón de porque lo queremos? - Preguntó loco dos mientras se tapa la boca para no reírse.

- ¡No lo sé! ¡Por eso pregunto! ¿Eres idiota? - Preguntó Biagio en tono burlesco para burlarse porque estaba enojado de que ellos se estaban burlando de él.

Eso enojó mucho al loco dos, tanto que desenvainó su cuchillo de caza táctico y estaba listo para correr a matarlo, pero lo interrumpieron.

- ¡Espera! - Gritó loco tres mientras ponía su brazo para detener a loco dos.

- ¿¡Ahora qué!? ¡Debo matarlo ahora! ¡Se burló de mí! - Gritó el loco dos mientras mira con cara de desquiciado enojado a Biagio.

- Espera te digo. Rata escurridiza ¿Estás diciendo que quieres ayudarlo y protegerlo, aunque no sepas que tan importante es este viejo? - Preguntó loco tres mientras saca su cuchillo de caza táctico.

- ¡No me importa lo importante que sea! ¡Lo voy a proteger igual! - Gritó Biagio mientras se pone en guardia ante los tres locos con sus cuchillos de caza tácticos.

- Bien, antes de matarte, te explicaré cual es la razón de porque ese viejo es importante. - Dijo el loco tres mientras relaja su cuerpo y comienza a reír.

- ¿Qué me lo dirás? - Preguntó Biagio extremadamente confundido.

- Te lo diré, este viejo estudió toda su vida y tiene estudió muchas carreras, es arquitecto, ingeniero civil y de construcción, además también es maestro mayor de obra y albañil. Ahora sabes lo importante que es, lo necesitamos para construir nuestra base. - Dijo el loco tres mientras señala con enojo al anciano Adler.

- ¿Qué? ¿Tan bueno eras señor Adler? ¡Eres increíble! - Dijo Biagio mientras lo mira con admiración.

- Ahora ya sabes lo importante que es, este viejo es como una ciudad andante, así que por eso necesitamos llevarlo con vida. - Dijo el loco tres mientras deja de mirar al anciano Adler y vuelve a mirar a Biagio.

- ¡Me quieres a mí! ¡Deja en paz al joven! - Gritó el anciano Adler al loco tres.

- Estás equivocado viejo... ¡A este hijo de perra hace rato que queríamos matarlo! - Gritó el loco tres mientras comienza a correr hacia Biagio.

Menos de un segundo después de que el loco tres corrió hacia Biagio para atacarlo, loco dos y loco uno también corrió siguiendo al loco tres.

*******

Al mismo tiempo en el que Biagio hablaba con los tres locos, antes de que comience la pelea, en la perspectiva de Kristen y las chicas, ellas estaban desayunando sopa de conejo con verduras silvestres como papa silvestre, remolacha silvestre y zanahorias silvestres.

Las chicas del campamento seguían tristes y seguían pensando en que hacer para volver a reducir la distancia entre ellas y los chicos del campamento.

- Nunca pensé que ya pasaríamos cuatro días y Alexander siguiera sin hablarme. - Dijo Anikka ya sintiéndose triste por la situación.

- Los chicos sí que pueden llegar a ser tercos, ya dejemos las cosas, así como están. - Dijo Eun-ji ya rindiéndose a la situación.

- ¡No quiero! Yo quiero volver a hablar con Biagio como lo hacíamos antes. - Dijo Kristen con un tono de voz triste y desanimado.

Kristen ya va dos días desanimada y deprimida, ya que hace cuatro días que no sabe nada de Biagio, la última vez que lo vio fue cuando estaba lleno de pequeñas cortadas de su entrenamiento con Alexander, ella no sabe si fue tratado correctamente por el enfermero de su grupo, Austin Morris, ella no confía en él, ya que siempre parece que él tiene algo en contra de Biagio.

Kristen quiere ver a Biagio otra vez, odia esta situación y sabe perfectamente que la culpa lo tiene Agustina sus cuatro subordinados, por decir y acusar de cosas horribles a los hombres del campamento.

- Te entendemos Kristen, pero no está bien ser insistente y encima depender de un hombre para que tu salud mental esté bien. - Dijo Amelia mientras le agarra del hombro a Kristen para animarla.

- Lo sé, pero depende de nosotras de que la salud mental de ellos esté bien, ellos todavía deben seguir creyendo que lo que dijo Agustina es lo que pensamos todas. - Dijo Kristen con una expresión seria en su cara.

- ¡Brrr! Ya lo sé, pero que podemos hacer, ellos nos no escucharán. - Dijo Camille mientras hace sonidos por el enojo.

- ¡Oye! Pero no te enojes, recuerda que nosotras no somos las víctimas, son ellos y estoy segura de que no importa lo que crean, no creo que estén enojados con nosotras, o si no, no nos mandarían alimento. - Dijo Anikka totalmente confiada de entender la situación de los chicos.

- Lo... Lo siento. - Dijo Camille arrepintiéndose de haberse enojado con los chicos.

Las chicas comenzaron a comer su desayuno y cambiaron de tema para no siempre hablar de lo mismo.

- «¿Qué estará haciendo Biagio ahora? ¿Estará comiendo bien? Espero que esté desayunando algo nutritivo.» - Pensó Kristen mientras apoyaba su mejilla en su mano y removía lentamente su sopa con su cuchara de madera.

*******

Biagio se pone en pose de pelea y luego corre hacia ellos, esto sorprendió mucho a los tres locos ya que Biagio siempre se caracterizó por correr de ellos como rata escurridiza.

- ¿¡Qué demo....!? - Gritó el loco tres al darse cuenta de que Biagio redujo la distancia tan rápido que no se dieron cuenta.

Biagio sabe, gracias a Alexander, que el que reduce la distancia primero y luego ataca, siempre tiene la ventaja y hasta puede terminar la pelea en ese momento.

Biagio hace un corte vertical y le hace un tajo gigante desde el abdomen inferior hasta la clavícula a el loco tres, dejándolo muy conmocionado y confundido al instante.

El loco tres se detiene y se toca el dorso, u sangre comienza a brotar de su pecho y abdomen, sintiendo un gran dolor.

Biagio pensó que si lograba dañar de gravedad a uno de ellos los otros dudarían más en atacarlo, pero el loco uno y el loco dos estaban tan centrados en cortarle la garganta a Biagio que no se dieron cuenta que su líder fue dañado gravemente.

Biagio se desconcentró porque no podía creer lo que sus ojos veían, al segundo, el loco dos lo atacó con una apuñalada desde la izquierda y Biagio logró bloquear el ataque con la palma de su mano, igual que como le enseñó Alexander, pero vino el loco uno y lo intenta apuñalar desde la derecha, Biagio no tuvo tiempo de bloquear el ataque, lo intenta, pero el loco uno logró apuñalar su antebrazo.

- ¡Ungh! - Biagio se queda del dolor que sintió en su antebrazo derecho.

El cuchillo no llegó a atravesar tanto el antebrazo de Biagio ya que al parecer el cuchillo del loco uno no estaba en buenas condiciones, estaba oxidado y con poco filo, además de que no era un cuchillo de caza táctico, sino que un cuchillo de cocina no tan grande pero tampoco tan pequeño, teniendo en cuenta que el antebrazo trabajado de Biagio era carne dura de cortar, apenas había salido la punta hacia el otro lado y se podía ver la punta sobresalir, pero nada más que eso.

Cómo el cuchillo era del tipo con dientes, Biagio aprovecha la situación y hace fuerza en el antebrazo, provocando que el loco uno no pueda sacarlo, dejándolo desesperado.

Biagio, aprovechándose de la situación le corta el brazo izquierdo al loco dos, aprovechando que estaba con el brazo levantado, haciéndole un corte profundo por todo el frente del antebrazo y la sangre brota por todos lados manchando la cara y ropa de Biagio.

- ¡Urkk! ¡Ay! ¡Duele! ¡Buaaa! - Exclamó loco dos mientras comienza a llorar desesperado.

Loco uno mira a loco dos, perdiendo la concentración, Biagio aprovecha eso para hacerle un tajo también por todo el abdomen, deslizó el cuchillo horizontalmente desde el abdomen bajo hasta la clavícula, rodeó y luego bajó otra vez, dejando al loco uno un corte de una "U" al revés, la sangre brota del también y se cae al suelo del dolor.

- ¡Ulp! ¡Ay! ¡Duele, duele mucho! ¡Mami! - Gritó el hombre uno del dolor mientras se desangra poco a poco.

- ¡Idiota! ¡Reacciona! ¡Tu corte no fue tan profundo. - Dijo el loco tres mientras intenta levantarse, pero no puede.

Biagio sufre de dolor por el cuchillo con dientes que penetra su antebrazo derecho, pero felizmente, gracias a que los tres locos se confiaron, Biagio ganó su primera pelea a muerte con cuchillos.

- ¡Esta es la revancha! ¡Já! - Gritó Biagio a los tres locos mientras levanta el brazo en señal de victoria y camina hacia el anciano Adler, dejando a los locos desangrándose.

- ¡Mal... Di... To...! - Gritó el loco tres y luego se desmayó del dolor y falta de sangre.

Consecuentemente los otros dos se desmayaron por la falta de sangre también, Biagio aprovecha y se transfiere todas sus monedas de ellos a él y luego le saca una foto a cada uno.

- «Bien, tenía mil setecientas monedas, por todas las cazas de animales y gastos que hacía, ahora tengo cuatro mil setecientas monedas más, más las otras novecientas monedas de las fotos, sumando todo tengo siete mil trecientas monedas, es una locura, pero que raro, al parecer, aunque no estén muertos, solo desmayados, las fotos cuentan.» - Pensó Biagio mientras volvía hacia el señor.

Pero repentinamente, del cansancio, Biagio cae de rodillas a lado del viejo, su antebrazo derecho, en dónde fue apuñalado y tiene el cuchillo atorado, comienza a sentir un dolor punzante y ardor que irradia de los alrededores de la herida.

- Señor Adler.... Haaa... Haaa... Por favor... rodea fuertemente esta venda alrededor del cuchillo, no hay que permitir que se salga, para que no haga contrapeso, usa mi cuchillo de caza tác...tico y rompe el mango, para que sea más fá...cil mover mi braz...o. - Pidió Biagio a el anciano Adler mientras respira agitadamente por el dolor punzante y el ardor que irradia en los alrededores de la apuñalada.

- ¡Está bien! - Respondió el anciano Adler mientras agarra la venda, comienza a rodear el cuchillo y mira con asombro a Biagio.

Este chico es increíble, logró acabar con los tres locos, los chicos de los mandados del sicario mexicano Jesús Miguel García López, los tres a la vez.

Pero el anciano Adler sabe que ahora, pronto Biagio será perseguido por ese loco sicario, él recuerda, que cuando todavía estaba en el grupo de ese desquiciado, mataba a diestra y siniestra, sin dudar un segundo de sus acciones, como si fuera un loco matando a una hormiga, no duda de matar a sus subordinados y tiene a muchas mujeres participantes como esclavas sexuales y abusa de ellas diariamente, a dos él llegó a embarazarlas e inmediatamente las asesinó, a una que se le reveló le cortó los brazos, piernas, le sacó los ojos y los dientes para que sea el "juguete" de todo el grupo, es un loco desquiciado asqueroso que no siente empatía alguna, por eso el sicario mexicano Jesús Miguel García López es el participante con más monedas en toda la isla, además de también tener un arma de fuego, que logró comprándose gastando una gran cantidad de monedas.

- «Tengo miedo de que le pase algo al joven por mi culpa.» - Pensó el anciano Adler mientras pone una expresión triste.

- ¿Sucede algo señor Adler? - Preguntó Biagio con curiosidad mientras mira la expresión triste del anciano Adler.

- ¿Eh? No, no es nada, gracias por salvarme. - Dijo el anciano Adler mientras estrecha la mano a Biagio.

- No hay de que. - Dijo Biagio mientras estrecha la mano del anciano Adler y sonríe.

El anciano Adler no le quiere contar esa verdad a Biagio, no todavía, primero quiere esperar a contarle cuando estén en el campamento en la montaña, en ese lugar seguro que solo unos pocos podrían subir sin ayuda.

Después haber roto el mango del cuchillo, que le costó a un anciano débil y desnutrido como el anciano Adler, descansan unos minutos para reunir la estamina perdida en esta pelea a muerte con cuchillos.

Después de descansar, Biagio y el anciano Adler retoman el camino hacia el campamento en la montaña, caminando lentamente para seguir recuperando la estamina, ya que cuando lleguen, Biagio tendrá que escalar la montaña para ir al campamento con la bolsa de comida, el anciano Adler y su antebrazo herido por el cuchillo atorado del loco uno.




Fin del capítulo 18.

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