X. Peligro
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Maeven y yo nos encontrábamos frente a mi casa. Los nervios me estaban comiendo vivo por dentro, no tenía idea de cómo mi madre y Leah iban a reaccionar cuando les presentará a mi impronta.
Las manos me están sudando y siendo un revoltijo en mi estómago que me genera náuseas. Respiro intentando mejorar mi estado físico, necesitaba estar más calmado para lo que se aproximaba. Era de gran importancia todo lo que suceda de ahora en adelante, tanto para la vida de Maeven, como para la mía dentro de la manada.
Creo en el amor que tienes los dioses guerreros por mi, amén.
Tomo la iniciativa y abro la puerta de mi casa con mucho cuidado, muy despacito, con calma, nada de apuros.
Pero muy pronto me doy cuenta que mamá y Leah están sentadas mirándome fijamente desde el sofá. No sé porque siento que están muy impacientadas, algo me lo dice.
Sonrío en su dirección para calmar la tensión y tomo la mano de Maeven para hacerla pasar a la casa.
Tan pronto como ella entra, Leah y mama se levantan rápidamente de sus asientos.
—¡Oh, por los dioses!— susurra mi hermana—. Si era real.
La miro ligeramente indignado porque después de la conversación de anoche, creí que si iban a confiar en mí.
Hay de repente un silencio incómodo que mi madre se apresura a cortar rápidamente.
— ¡Hola!— comienza a caminar hacia nosotros— Es un gusto, linda— sonríe y extiende la mano a Maeven.
La rubia me mira alarmada y noto que está nerviosa. Así que me concentro en pensar en un apretón de manos para que ella pueda leerlo en mi mente.
Un poco temblorosa, capta el mensaje y le da un apretón de manos a mi madre.
— Ho-hola...— traga saliva.
— ¡oh!, ¿estás nerviosa?— Sue parece comprender—. No pasa nada, entiendo que en estas situaciones puedas estar algo tensa, pero tranquila, no tienes de que preocuparte— sonríe.
Maeven asiente sin saber que decir. Se que estas situaciones no son habituales para ella, así que decidí que es tiempo de tomar el control de la situación. Mrs Seth al rescate.
— Maeven es una persona de pocas, palabras, mamá— explico para evitar que mi mamá piense cosas raras— es algo tímida.
— Ya... entiendo.
— Si, probablemente no sepa cómo responderte de vez en cuando. Está muy nerviosa y eso le juega en contra.
— Sí, siento si no soy tan expresiva...— Maeven toma la palabra.
— No hay problema, linda— Sue le guiña un ojo, entiendo que podemos llegar a ser un poco intimidantes nosotros los Clearwater, pero te prometo que pronto te sentirás cómoda.
Maeven sonríe agradecida y me siento tremendamente afortunado de que mi mamá sea tan comprensiva. Eso relajaría un poco más las cosas.
— Me llamo Sue, como ya debes saber y ella es Leah— presenta.
— Hola— saluda mi hermana.
— Hola, un... placer.
— ¿Y tú cómo te llamabas?— pregunta.
—Leah...— reprende mi mama—. Se educada.
— Soy Maeven— sonríe.
Leah entrecierra sus ojos examinando a mi impronta de pies a cabeza. Se que desconfía de ella a primera instancia, pero no lo encuentro raro, es típico comportamiento de mi hermana psicótica, desconfiar de todos.
— Maeven... que nombre tan... único — se que se mordió la lengua para no decir algo malo.
— Bueno— aplaude mi madre—. Eres bienvenida, Maeven. Ven si quieres tomamos asiento para platicar un poco, quisiera saber un poco más de tí.
No sé si este será el momento, pero se que tengo que decirlo ahora.
— Mamá, hay otra cosa que quiero decirte, sobre mi impronta— me rascó la nuca.
Noto como Leah, la cual se dirigía a la cocina, da la vuelta y mi madre cambia de expresión.
— ¿Sobre qué?
— No me mires así, mamá, me pones más nervioso...— puchereo.
— Ay, Seth, por los dioses, habla— se mete Leah.
Dudo un poco antes de hablar.
— Vamos a sentarnos mejor, así no se caen al piso cuando se desmayen...
— No me digas que ya la embarazaste, Seth— abre la boca mi hermana.
Mamá abre los ojos horrorizada.
— No, no, no puede ser... ¿¡Cómo se te ocurre, Seth!?— se pone histérica.
— ¡No!, ¡no!, ¡no, no, no, no!— comienzo a negar rápido—. Aún soy virgen, mamá, lo juro. No dejes que satanás te haga dudar de mi.
Satanás en forma de mujer.
—¿Y entonces?, ¿que es?— se relajan ambas.
— Bueno, es que... creo que hasta es más complicado que un embarazo de hecho...— hago una mueca.
— Dioses, me estás poniendo los pelos de punta, habla ya— exige mamá.
Suspiro profundo.
Bueno, aquí va.
— Mamá, Leah, este es un tema de suma importancia para mí. Quiero que por favor mantengan la mente abierta y confíen en lo que les voy a decir. Espero que puedan comprender mi situación y tengan en cuenta que esto no es algo que elegí yo, o eligió Maeven, pero que sin embargo estoy muy contento de estar imprimado en un ser tan hermoso como ella— miro brevemente a mi impronta que está sonriendome para animarme, lo cual necesitaba muchísimo la verdad—. Bueno, todo comenzó cuando fui a la playa ese día que Quil tomo prestado los pantaloncillos de Jared...
Comencé mi relato mientras mamá y Leah me escuchaban atentamente.
— Entonces sentí que necesitaba limpiar mis chakras y por eso...
— ¡Ya, Seth!— grito mi hermana— ¡Ve al punto!
— Ay, pero que grosera...— la mire indignado— Mamá, dile algo.
— Leah, por favor...— la miro.
— ¿Que?, lleva como tres horas hablando de puras tonterías que no tienen nada que ver— se cruza de brazos.
— Seth, por favor, al grano, cariño.
— Bueno, seré breve...— miro a Maeven— Conocí a Maeven ese día en la playa de la reservación, al principio no sabía quién era ella, fue extraño, pero no pude imprimar porque no ví sus ojos, así que solo me fuí.
— Bueno... no has considerado la probabilidad de que no imprimaste realmente.
— No, Seth se imprimo de mi, yo lo sé. lo ví en sus pensamientos— habla la rubia.
— ¿Cómo?, ¿dices que lo viste?— se sorprende Leah.
Maeven me mira nerviosa y yo igualmente la miro con el mismo sentimiento. No debía decir eso, pero ya no importa.
— Bueno... si se dejarán explicar mejor, entenderían.
— Mira, Seth, como esta niña sea una Cullen...
— No, no es un vampiro, por los dioses— ruedo los ojos, es peor, tonta.
— ¿Entonces?— interviene mamá.
— Al día siguiente vuelvo a encontrarmela en la playa y en ese momento sucede la imprimación— sonrío recordando el momento— fue hermoso, mamá— la miro—. Sentí como todo a mi alrededor se removió, fue un sentimiento único he inigualable, sus ojos me atrajeron como nunca y caí de rodillas ante ella, fue como Sam lo describía, incluso se sintió mucho más fuerte— explico.
— Oh, mi niño.
— Pero luego de eso, me enteré de algo más...— me tensó y mi madre y mi hermana pueden notarlo—. Maeven no estaba en la playa por casualidad o solo porque si, ella vive allí.
— ¿Tiene una casita de palafitos?, cool.
— No, Leah— bufó — a eso no me refiero.
— Pero es que das muchas vueltas, cuéntanos de una vez y termina con la intriga, se me están revolviendo las tripas de la incertidumbre.
— Lo que quiere decir Seth, es que yo vivo en el mar... no fuera de él, si no dentro, en las profundidades— mi impronta toma la palabra.
— ¿Quieres decir que...— mamá se queda en shock y Leah me mira con los ojos abiertos.
— Maeven es una sirena, mamá— suelto por fin.
Mamá y Leah se miran a los ojos horrorizadas, pero rápidamente Leah retoma la conciencia y se levanta del sillón.
— ¡Bruja!— señala peligrosamente a Maeven— ¡Embrujaste a mi hermano!
Maeven se levanta asustada y yo rápidamente me coloco delante de ella para hacerle frente a Leah.
— ¡No digas cosas que no son!— Maeven no es una bruja.
— ¡No es cierto, jamás la haría algo a Seth!
— Ahora entiendo porque no podemos ver la imprimación, no imprimaste, está bruja te hizo algo.
— ¡Cállate, Leah!
— ¡No, es cierto!, esta maldita sirena es un peligro, alejate antes de que termine matandote.
— ¡No es cierto, Maeven no come humanos es mentira!— la defiendo.
— ¿Sí?, ¿Y quién demonios te lo dijo?, ¿hay algo que lo asegure?, ¡No!— grita— ella solo te está mintiendo para sacar provecho, ¿no lo ves?
— ¡Con un demonio!— me altero— ¿Te estás escuchando?, pareces una maldita loca.
— ¡Seth, Leah!, ¡Ya basta!— nos regaña mamá.
— Es que míralo mamá, esa bruja le va a hacer daño.
— ¡Es mi impronta!
— ¡No lo es!, sabes que no es verdad.
— Solo estás enojada porque sabes que jamás vas a poder sentir algo así por alguien, admitelo, te duele que yo si imprimara— escupí las hirientes palabras.
Leah me miró asombrada y luego puso una expresión seria en su rostro.
— Ahora no lo entiendes, Seth...—niega— ella es un maldito peligro.
— ¿Y como lo sabes?, ¿eh?, yo me he tomado el tiempo para darle la oportunidad, la he conocido y jamás ha sido violenta o me ha hecho daño— aseguró— Leah, se que hay cosas de las que aún dudas, pero déjala mostrarte que ella no es como la describen, por favor.
Leah niega lentamente con la cabeza y eso me hace saber por completo que no está de acuerdo y se que lo hace solo porque tiene miedo.
— No dejaré que está bruja te coma la cabeza y espero que mamá tampoco lo haga... haré lo correcto, le avisaré al consejo— toma las llaves de la camioneta y sale de la casa.
Suspiro y puedo sentir mis ojos cristalinos rebosando de lágrimas. Miro a mi madre y ella solo se queda ahí viéndome.
— Mamá...
Sue niega sin saber que hacer y me abraza con fuerza. Me aferró a su abrazo porque es lo que más necesitaba ahora mismo, pero aún así no puedo evitar llorar del dolor que me causo la reacción de Leah.
Si ella actuó de esa manera, ¿Que me asegura que los del consejo actuarán mejor?
— Lo lamento, Seth— escucho la voz de Maeven.
Rápidamente volteo a verla y ella me mira con ojos de culpa.
— No, tranquila no es tu culpa— suelto a mi mamá y me acerco rápidamente a ella.
— No, si lo es — agacha la cabeza— Yo manipule tus pensamientos para que la manada no se enterará de la imprimación.
— ¿Que?— la miro asombrado.
— Después de escuchar en tu mente lo asustado que estabas, no pude evitar intentar ayudarte, no quería que algo malo te pasará por mi culpa— sus ojos se vuelven cristalinos— yo solo quería ayudarte...— se quiebra su voz.
— No, Maeven— me acerco directo a abrazarla, pero ella pone una mano en mi pecho y me aleja.
Eso me hizo sentir como si me apuñalaran el corazón.
— No, Seth— niega—. Hice mal, cometí un gran error y por mi culpa ahora todos me odiaran.
— Claro que no— niego y vuelvo a intentar acercarme para abrazarla, está vez comentiendo mi objetivo—. No hiciste nada malo, Maeven.
Mi corazón se rompe cuando ella comienza a llorar sobre mi camisa y sin poder evitarlo yo también lloro.
— No es tú culpa, es mía porque yo dejé que mis pensamientos sobre eso ocuparán mi mente.
— No, Seth, por favor lo intentes echarte la culpa de algo que no lo es— susurra— fue completamente mía.
— No, por favor, no lo es, ya no llores— la acunó en mis brazos— ¿te parece si es de los dos?, ¿eh?, 50/50
— Seth...— hace puchero.
— Ya, tranquila.
— Hijo.
Salto asustado porque por un momento me había olvidado que mamá estaba con nosotros en ese momento. Maeven se separa suavemente de mi y la mira.
— Chica, solo dime algo...— mamá se dirige a mi impronta.
— ¿Estás segura de que no eres un peligro para nosotros?, ¿Puedes probarlo?
La rubia se limpia las lágrimas con mi sueter y habla.
— No puedo asegurarles nada, pero puedo prometer jamás hacerles daño— sorbe los mocos, que tierna—, jamas lastimaria algo que Seth ama. Y se que ustedes son muy especiales para él... Lo he visto en sus pensamientos y acepte venir con el porque no quiero que dejé todo lo que quiere por mí. Así que si, puedo probar que no dañaría jamás a nadie solo por Seth.
Mamá suspira y me mira.
— Mi bebé... dioses... tu impronta es una enemiga de la tribu...— niega—. ¿Por qué tenía que ser así para tí?
holis, otra vez volví con el nuevo cap <3, espero que les guste mucho y si es así no olviden dejar unas buenas estrellitas y comentarios sobre la historia. este cap lo iba a subir antes, pero justo me digno a terminar el capítulo y me cortan el internet, mamaguevo aitek.
en otras noticias la Leah se nos puso bastante fuerte, pero no la culpo, ella ama mucho a su hermanito y haría lo que sea para protegerlo ><, comenten que creen que pasará cuando el consejo hablén con lo nenes, me interesa mucho saberlo ^^
sin más que decir. me despido <3
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