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Un nuevo día comienza para su licántropo favorito. Y si, estoy hablando de mí.

Hoy en día me encuentro camino hasta la playa donde tengo encuentros con mi querida impronta. Luego del ajetreo de ayer, decidí que no iba a darle vueltas al asunto.

Yo solo quiero ser un adolescente normal y como tal voy a actuar. Me dejaré llevar por lo que dice mi corazón y tomare más confianza en mi mismo y en Maeven. Así quiero pensar que todo lo que nos llevó a esto es porque los dioses tiene un propósito con nosotros y se que nos ayudarán si necesitamos de su ayuda.

Si no, no me explico cómo los demás no escucharon mis pensamientos sobre ella.

—¡Seth!, ¡Seth!— la suave voz de Maeven me llama desde la costa.

Sonrío inevitablemente emocionado al verla ahí de pie esperando por mí. Camino apresuradamente hasta llegar a ella y me recibe gustosa con un fuerte abrazo.

— Seth... te extrañe tanto— se aferra con fuerza a mi y se restriega sobre mi pecho—. Se que apenas fue un día, pero ya sentía que necesitaba verte.

— Oh... bueno... yo...—tartamudeo con nerviosismo.

— Ven, vamos a sentarnos— se separa de mi y toma mi mano para guiarme hasta una sábana.

¿De dónde saco eso?

—Mira. La encontré aquí hoy cuando vine— se sienta a un costado—. Supongo que la dejaron olvidada.

Tomo asiento a su lado. Me causa mucha gracia como ella solo supone que la olvidaron, aunque, es lo más lógico, nunca sabemos en realidad.

—Supongo que si— la miro—. Es muy linda y cómoda.

—¿Verdad que sí?, eso mismo pensé yo cuando la ví aquí— asiente de acuerdo—, así que ahora es mía.

Me rei un poco.

—Bueno, mientras no la vengan a buscar creo que sí, puedes quedartela... supongo.

— Claro que no van a venir. Y si vienen ya no la pueden tener porque es mía— se cruza de brazos—. M-I-A, mía, mía, mía.

—¿Que voy a hacer contigo?—niego divertido.

—Pues quererme, darme mucho amor y quedarte conmigo para toda le eternidad, dah...

—¿Y como sabes que nos quedaremos juntos hasta la eternidad?, ¿eh?—le pregunto con burla.

Claramente me quedaría con ella hasta el fin del mundo si pudiera.

—Pues porque eres mi talwun.

¿Su que?

—¿Y eso es...?

—Eres la persona que la luna eligió para mí, Seth.

¿Cómo?

¿Ella también tenía una conexión de impronta?

—¿Quieres decir... cómo almas gemelas, como destinados?

Maeven suspira profundamente y me mira a los ojos.

—Quizas puede que esto te asusté, Seth. Pero nuestra conexión es muy poderosa, estamos enlazados por el universo de una forma inquebrantable—Explica con seriedad.

Bueno, eso ya lo sabía, ella es mi impronta. Sin ella yo podría simplemente enfermar hasta morir.

— Quiero decir, que además de yo ser tu impronta, tu eres mi talwun. Esa conexión que tú sientes y yo siento aquí...—señala su pecho— es la misma. Tu y yo somos como... uno solo.

No puedo creer que cada vez que Maeven me explica cosas quedó completamente atónito.

¿Cómo sabía que ella era mi impronta?

Jamás le conté nada sobre mi licantropia o sobre nuestro lazo. Esto me asustó un poco, no mentire.

—Y bueno... no quiero que pienses mal, pero también puedo escuchar un poco de tus pensamientos...—agudiza su voz al final como si estuviera nerviosa.

—¡¿Que?!

Con una mierda. Lo que me faltaba.

—¿Puedes leer mentes?— pregunto sorprendido.

—No, no puedo leer todas las mentes... Solo la tuya, y no puedo escuchar todos tus pensamientos, solo los más fuertes y en los que más te concentras.

Wow.

Un silencio incómodo se formó.

—Y otra pequeña cosita que se me olvidaba...—rie nerviosa—. También puedo controlar mentes, de hecho ese es mi... ¿cómo se dice?... ¿cómo le dicen al syt aquí?

—¿Tu don?—respondo aún sorprendido.

—¡Si!, eso, mi don.

—Oh... vaya...

Esto si que no me lo esperaba para nada.

—Es decir... ¿sabías todo lo que pensaba desde un principio?

—No, no todo—niega—. Solo lo que piensas con más intensidad, y no es como si pudiera escuchar todo lo que pasa por tu mente... es más como si pudiera sentirlo... ¿entiendes?

—Si, entiendo.

No, la verdad no entiendo. Mi mente está volando ahora mismo.

— Se que es un poco difícil de comprender... para ti no ha sido facil nada de esto, lo sé, Seth— ella coloca una mano sobre mi hombro y lo acaricia suavemente—. Lo pude sentir.

—Yo... no sé que decir, Maeven... ¿que tanto sabes?— pregunto.

—Bueno, se que te transformas en animal. Conozco la historia de los tuyos—explica—. También se que no quieres que alguien de tu grupo se entere, eso de alguna forma te mantiene inquieto.

—Si lo dices así suena un poco mal...

— No, entiendo— sonríe —. Se que lo haces para protegernos.

La mire a los ojos en seguida.

Claro que lo hacía para protegernos, para protegerla a ella. Si los demás se enteran de esto, podría ser demasiado.

Y no quiero que nada malo le pase a mi impronta, jamás.

Yo iría del lado contrario de la corriente solo por salvarla. Sin importarme que tan peligrosa sea, yo seré su escudo y recibiré cada golpe por ella.

— Si, no quiero que ellos piensen que eres peligrosa— me sincero.

Ella acaricia mi rostro con sus suaves dedos.

— Pero es que soy peligrosa, Seth.

Un nudo se me hace en la garganta, negando despacio.

— No lo niegues... Se que tu sabes que soy peligrosa para tu grupo. Yo... soy eso que ustedes atacan para defender a los suyos.

Yo sabía que Maeven tenía razón. Pero ella era mi impronta. Y quería creer que lo que ella hacia no era realmente malo, solo para no tener que sentir culpa.

—Pero... ellos lo entenderán. Algún día lo tendrán que hacer.

—¿Cómo?

—No lo sé... Solo se que tendrán que hacerlo. Ellos saben que una impronta es muy importante para un hombre lobo... jamás te dejaría ni aunque amenacen mi vida— tome la mano que estaba en mi rostro y junte mis dedos con los de ella— Somos uno, y yo estoy dispuesto a pasar por lo peor solo por estar contigo.

—¿Estás seguro, Seth?

— Lo estoy, debo admitir que aún tengo miedo... mucho— suspire— pero no de tí, si no de lo que nos puede pasar.

— Lo entiendo...

Nos quedamos así juntos durante un buen tiempo, mientras ella recargaba su cabeza contra mi pecho. Escuchando como las olas rompían en el mar y las hojas de los árboles se movían juntas al compás, guiadas por el viento.

Estar así con ella me hacía olvidarme de todo. Mis miedos desaparecen con su sola presencia. Era increíble como ella era todo mi centro y como podía hacerme sentir tan pleno y lleno.

Pero había algo que aún me inquietaba y se lo tenía que preguntar.

—Maeven... ¿tu has salido a cazar últimamente?

Puedo escuchar como suspira profundamente y juega con mis dedos en sus manos.

—Si, pero solo cazo animales. No te preocupes por lo de los humanos, estoy en la edad en la que puedo sobrevivir comiendo solo animales.

¿Entonces ella no cazaba humanos?

—Pero... el otro día me dijiste que si habías... asesinado a humanos—hable con dificultad.

— Si, lo hice—me aclara—, pero eso fue hace muchísimas lunas atrás. Cuando era muy chiquita.

—¿Entonces ya no devoras a personas?

—No, eso solo hasta cierta edad. Después de un tiempo, nuestra especie no puede consumir humanos.

Eso es mucho más reconfortante de lo que esperaba. Dioses, saber que Maeven ya no comía humanos era algo que de gran manera me tranquilizó muchísimo.

No tenía que preocuparme por qué lo hiciera.

— Esa es una gran noticia, Maeven... ¿solo cazas animales, entonces?, si es así, entonces no creo que sea tan malo después de todo.

—Pues no lo sé— se encoge de hombros,—. Yo solo como animales, no le he hecho daño a un humano desde hace mucho tiempo, pero cuando me siento amenazada, puedo hacer mucho daño.

Es decir, que Maeven no mata por instinto, solo cuando realmente siente que está en peligro.

—Pero eso quiere decir que no representas ningúna amenaza. Si logramos explicarle eso a los del consejo, podrían aceptarte como mi impronta— la miro esperanzado.

—¿Lo crees?—me mira igual?

—¡Si!, solo necesitamos explicarlo, se que ellos lo comprenderán.

Necesitaba hacer esto. Era importante que el consejo supiera sobre mi imprimación con Maeven, no podía ocultarlo por mucho tiempo y la verdad tampoco quería hacerlo. Si esto lograba que ella estuviera a salvó de los demás hombres lobo de la manada, entonces estaría más que dispuesto.

—Tenemos que planear como lo vamos a hacer. Podría ser mañana mismo, mientras más pronto, seguro que es mejor—. Sonrío.

Había estado muy preocupado todos estos días, pensado en que Maeven realmente era muy peligrosa y que en cualquier momento haría algo que nos comprometiera a ambos. Pero si ella no tiene la necesidad de matar humanos entonces nosotros estábamos a salvó, ¿no?, ella solo comía animales. Así que no tendría que preocuparme después de todo, solo tenía que hablar con el consejo, hacerles ver qué ella no es una amenaza como creíamos y así mi quería impronta y yo estaremos juntos y en paz.

—Como tu quieras, Seth. Yo estoy dispuesta a hacer cualquier cosa que me pidas, mientras sea importante para tí— me abraza con fuerza.

Emocionado, le devuelvo el abrazo.

—Prometo que nosotros no tendremos que escondernos, haré lo posible porque no sea así.

—Yo igual, Seth.

— Oye... antes que nada, se me olvidó que tenía que preguntarte algo— me rascó la nuca.

—Dime.

— Ayer en el territorio Cullen, vieron a alguien comiendo a un animal... ¿Esa eras tú?

— No, yo no era—nego—. Probablemente fue alguno de mis... hermanos

—¡Oh!, entiendo... ¿ellos tampoco comen humanos, verdad?

—No, no, tranquilo. Son iguales a mi, no atacan a menos que sea necesario.

Me veo aliviado ante su explicación.

—Ah, menos mal—rio nervioso.

Y por el resto del día. Maeven y yo decidimos quedarnos juntos en la playa, ya sea jugando o hablando de nuestras vidas. Ella contándome como es vivir bajo el agua y yo comentadole lo torturoso que es ser hermano de Leah y más aparte tener que estudiar para exámenes.

Ambos compartimos cosas de nosotros mismos. Así nos conocíamos mejor.

Y se que fue muy rápido, pero no puedo explicar lo feliz que me hace sentir que tengo una oportunidad con Maeven y que las cosas podían salir tan y como lo quería desde un principio.

Solo esperaba que no se fijarán demasiado en el hecho de que ella es una sirena, si no en que era mi impronta.

Ya al caer la noche, me despedí de la rubia con un fuerte abrazo, prometiendo venir a buscarla mañana para hablar sobre nuestro lazo con la manada. Pidiéndole que estuviera lista para cualquier cosa y comentándole que le traería más ropa, ya que ella aún llevaba solo esa sudadera que le regale la primera vez que nos vimos.

Camino a mi casa me transforme para llegar así las rapido, sin el miedo de que los demás escucharán mis pensamientos.

Sabía que por alguna razón, los de Maeven no podían escucharlos, y eso me tenía muy tranquilo.

Entre por la ventana de mi habitación y me encontré a mi madre limpiando mi cama.

En cuanto me vio, me regaño por llegar tan tarde y con un pequeño jalón de pelo me obligó a decirle dónde había estado.

—¿Ahora que estás haciendo, Seth?, según Leah ya no estás transformandote tanto y pasas poco tiempo con los chicos de la manada— se cruza de brazos mirándome desafiante.

—Pues... es que yo...

—¡Sin titubear!—me regaña.

Leah entra a la habitación, interesada en saber porque mamá me estaba regañando en ese momento.

—Uy, ¿que está pasando aquí?

—¡Eso no es asunto tuyo!—le grito enojado por metiche—. Auch— me quejo cuando Sue me da otro jalón me pelo.

—Habla, Seth— habla mamá y Leah la respalda.

—Si, habla.

La miro fastidiado.

—Bueno... yo... se que esto sonara muy loco y quizás no van a creerme, sobre todo tú, Leah... pero hace unos días, en la playa, paso algo... algo que no me lo esperaba para nada—explico nervioso.

—¿Que fue lo que pasó, Seth?

—Es que...—suspire después de una dramática pausa— encontré a mi impronta, mamá

hola, aquí dejo un nuevo capítulo para que puedan disfrutarlo mucho. espero que de verdad les guste el camino que va tomando, me gustaría mucho que me dijeran que les está pareciendo la historia con comentarios y la apoyen muchísimo votando <3
sin más que decir muchísimas gracias por todo el amor que se que muchas le dan a esta historia, realmente sus estrellitas y comentarios es lo que me inspira a seguir, así que mientras más apoyo le den, más rápido actualizaré.