Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

﹙ ʚɞ ː Fly ﹚




Final


Una noche en particular, luego de siete meses de conocerse, se encontraban lado a lado sentados sobre la azotea del hogar del menor, en la orilla, balanceando sus pies en el vacío. La Luna brillante junto con miles de estrellas iluminaban el cielo nocturno sobre sus cabezas.

"¿Cuándo me había sentido tan lleno de felicidad?", pensó el pelinegro, y era lógico que solamente con Huening ahí se sentía realmente vivo, infinito, completo. Había encontrado a su alma gemela, y no estaba dispuesto a dejarla ir por el simple hecho de ser de mundos diferentes.

Estando ahí, se dio cuenta que no quería otra cosa que no fuera él. Lo miraba como si fuera la última vez que lo haría —con todo el amor que guardaba en su pecho—, podía ver la brisa besar su delicada piel y desordenar su sedoso cabello. Yeonjun sólo deseaba que esa noche —y su tiempo juntos— no terminara nunca.
¿Cuán más hermoso podría ponerse el momento? si con su sola compañía sentían que lo tenían todo.

—Ning —llamó, recibiendo una pequeña sonrisa en respuesta, gesto que le quitó el aliento.

—¿Qué pasa, Junie? —su mente se bloqueó y su garganta se cerró, juraría que incluso el habla se le olvidó.

Yeonjun había vivido su eternidad con muros rodeando su corazón, pues no tenía permitido dejar que nadie entrara en él. Por eso, el día en que dejó que Hueningkai se adueñara de sus latidos, comenzaron a derrumbarse aquellas paredes, sacando a la luz sus sentimientos. Esa noche, se sentía listo para quemar sus barreras por completo, y entregarle hasta el último pedazo de su ser a ese bonito humano.

—Yo... ya no puedo seguir guardando esto por más tiempo —sintió sus mejillas arder.

—¿Guardar... qué? —tenía un par de brillos esperanzados en sus ojos, eran luces dedicadas especialmente para Yeonjun, siempre lo miraba de una manera tan única. El mayor adoraba esas estrellas que poseía.

—El sentimiento tan grande que tengo. Me enamoré de ti... desde que te vi —confesó Yeonjun.

—¿Hablas enserio? —su sonrisa comenzó a ensancharse al tiempo que su rostro se pintaba de rojo.

—Nunca había hablado más enserio en mi vida —luchó consigo mismo para no tocarlo—. Tú me das el amor más fuerte que jamás había podido sentir.

—Junie... —suspiró con una sonrisa llena de ternura.

—¿Sabes? contigo siento que al fin soy lo que quiero ser —siguió—. Quiero estar contigo siempre, quiero ser tu compañero, tu pareja, quiero que me dejes amarte...

—También estoy enamorado de ti —Huening se acercó ligeramente, el contrario sonrió ante la confesión.

—Entonces... —cortó su idea, pues recordó el impedimento que existía. —No, no deseo herirte... —bajó la mirada.

Hueningkai pensó unos segundos, antes le preocupaba que sus sentimientos no fueran correspondidos, pero ahora que sabía que se equivocó, creyó que era momento de dar aquel paso que los separaba.
No tenía por qué seguir alejado de su amor, así que habló lo primero que su mente carburó.

—Yeonjun, quiero volar contigo —extendió su mano hasta la mejilla contraria, sin llegar a tocarla. —¿Podemos volar lejos? a donde podamos ser felices, sólo tú y yo.

—Morirás si lo hacemos... —contestó con un nudo en la garganta y se alejó levemente, mirándolo con miedo.

—Eso ya no me importa —se decidió por fin, y cortó la distancia que había entre sus rostros, sellando los labios del mayor con un beso.

Yeonjun intentó parar, pero mentiría si dijera que no quería continuar. Aún no se atrevía a poner sus manos sobre él, limitándose a seguir el beso con temor. Había sido el primero, y no quería que fuera el último.
Para su sorpresa, lejos de lo que pensó que sucedería, es decir, que Hueningkai caería sin vida, lo único que ocurrió fue que un resplandor blanco cegador iluminó el tejado cuando aún estaban unidos.

Hueningkai siempre había tenido el alma tan pura como los ángeles claros en el cielo, así que al frenarse su corazón humano por el contacto con la misma muerte, hicieron aparición un par de alas blancas, esponjosas y enormes. Su corazón volvió a latir, esta vez como un ser celestial.

Ahora, podía tocar a su amor y, tal como lo pidió, volar juntos a donde sólo estuvieran ellos.

Yeonjun acarició las mejillas contrarias, que aún conservaban su tono rosado, y sonrío al confirmar lo que tanto había imaginado. Eran suaves como un algodón.
No dejaba de pasar sus manos por el pequeño rostro, era una sensación tan irreal, Hueningkai solamente reía con un sonrojo bastante notable. El tacto del mayor era tibio, casi frío, pero para él, era perfecto.

—Te amo, Kai —dijo a pocos centímetros de la boca del pelirrubio al terminar su sesión de caricias.

—Te amo aún más —juntó sus frentes en un gesto tierno.

Extendieron sus alas mientras entrelazaban sus manos tiernamente, y volaron entre las nubes, con las aves haciéndoles compañía y sus corazones angelicales retumbando en su pecho. Sus nuevas vidas juntos comenzaban ahora, y el poder decir que lo habían logrado los llenaba de orgullo.

Hueningkai pensó en Taehyun, creyó que estaría triste, pero al final supo que estaría bien. Él era fuerte, y aunque no entendiera lo que había sucedido, algún día lo aceptaría.
Yeonjun estaba ansioso por gritarle en la cara a Beomgyu que se había equivocado, y que ahora tenía a su chico con él.

Ellos lo arriesgaron todo y ganaron el amor más real que hubieran podido hallar.



Porque cuando encuentras aquello que más te importa, no debes dejarlo ir. Así es como debe ser.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro