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{ 54 . El miedo más profundo }

Sobreviví

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—¿"Ven a verme: última sesión de terapia antes de alta obligada"? —preguntó Harry leyendo en voz alta el pergamino en su mano, adentrándose al despacho de Remus pulcramente acomodado. El baúl armado prolijamente, los libros propiedad del colegio en sus respectivos sitios, pergaminos abiertos mientras Remus tomaba apuntes hasta última hora. Harry podía imaginarse con toda facilidad la habitación que él había ocupado atrás de aquel muro escondida hasta que pudiera volver a utilizarla.

—Supongo que sí —Remus enarcó una ceja, burlón. Su burla estaba opacada con ojeras como sombras de una noche interminable mientras arrastraba las manos por su rostro cansado apartando los cabellos de su frente—. Creo que no volveré a Hogwarts, al menos no como profesor, así que este será la última sesión terapéutica que tendremos mientras esté aquí oficialmente. Pero podemos seguir hablando siempre que se te antoje escribirme una carta.

Harry tomó asiento en el escritorio frente a él.

—¿Noche difícil? —preguntó. Remus bostezó.

—Digamos que me desvelé recordando viejos momentos —chasqueó la lengua, sus ojos perdiéndose en las paredes como si estuviera encontrando allí más que simple vacío—. Nunca fui una persona de tener mucha compañía. Pero bien —entrelazó los dedos debajo de su barbilla, su expresión paciente y sus ojos fijos en Harry—. Cuéntame. Tercer año en Hogwarts: descontrol homicida, materias extracurriculares a las que has tenido que adaptarte, reencuentros familiares, redescubrimientos emocionales, ¿cómo lo sientes todo?

—Podría ser peor —Harry se encogió de hombros mirando sus manos, sus dedos con los anillos que Tom le había obsequiado: la esmeralda envuelta en oro adornando su dedo, las alas un poco más opacas que cuando lo había tenido por primera vez envolviendo su dedo. Algo significativo, y demasiado—. Supongo que ha sido... interesante, a su manera. Creo que no seré el mismo después de este año.

Remus sonrió con suavidad.

—Creo que hoy no eres el mismo que ayer —comentó, casual—. Hoy no eres el mismo niño con mirada cargada de rabia que contemplé desmayarse en el tren a principio de año, por supuesto que no. Ahora sonríes más. Son sonrisas sinceras. Ríes de verdad, con el rostro y el cuerpo, y puedo decir que eres más alegre de lo que eras por no decir "risueño", le tengo aprecio a mis pelotas —su mirada fija consiguió que Harry soltara una risa entre dientes—. No ves los sentimientos como un enemigo. Creo que es algo de lo que me siento orgulloso. Si sabes emplearlos, los sentimientos pueden ser tu mejor aliado, ya sean propios o de los demás. No hay mejor que atacar a una persona sabiendo dónde lastimar, ¿no es así Harry?

Harry asintió, descansando su rostro en su mano.

—Cuando exploté la cabeza de Dudley sabía que mis tíos iban a matarme o al menos a destrozarme a golpes porque había destruido a su hijo. Pero no creo que en ese momento hubiera comprendido lo que significaba... un hijo, una familia —Harry apartó la mirada. No podía ver el dolor en los ojos de Remus mientras hablaba, pero tampoco podía callarse una vez que comenzaba a hablar—. Creí que ellos lo tenían como un juguete. Tenía que ser perfecto para tía Petunia, el niño que pudiera presumir a sus amigas; perfecto para tío Vernon, el niño que sería todo lo que él quisiera. Nunca vi a Dudley como una persona, sino como un objeto de mis tíos. Estallar su cabeza, aunque fuera un accidente... o no tanto —hizo una mueca que fue algo burlona— fue como romper algo valioso para ellos. No lo sé, algo como uno de esos jarrones de colección o algo así. Pero de pronto me pregunto que, si alguien hiciera eso a Heri, estoy seguro de que Regulus y Severus enloquecerían —frunció el ceño, contemplativo—, así como sé que hubieran enloquecido mis tíos. No serán del mismo tipo de padres ni nada de eso, y puedo decir que Regulus y Severus han sido mejores para Heri que mis tíos para Dudley y ni hablar de mí, pero fueron sus padres. Y ambos me hubieran golpeado no por destruir algo valioso, sino por destruir algo que amaban. Una persona. Su hijo —su ceño se frunció mientras sus ojos titilaban con imágenes fragmentadas, pasado y presente, momentos chasqueados en lo que parecían ser aguas brumosas de olas haciéndolo sentir ligeramente descolocado—. En ese momento no lo comprendí, ¿sabes, Remus? No comprendí que matando a Dudley había hecho tanto daño. No comprendí que matando a Dudley había conseguido lastimarlos a lo más hondo y dejarlos tan inmersos en su dolor como para que la magia accidental de un niño de nueve años pudiera reducirlos a títeres y sólo... estoy seguro de que si lo hubiera sabido pudiera haber hecho más que matarlo —su mirada apenas se ensombreció—. Podría haberlo usado como moneda de cambio durante muchos años simplemente amenazando con su vida para conseguir lo que deseara. Si hubiera comprendido que ellos no lo veían como un algo bonito tal como a mí me veían como un algo feo, seguramente... seguramente lo hubiera utilizado a mi favor. El amor hace que la gente haga las cosas más arriesgadas incluso si éstas arriesgan su propia vida, ¿no?

Harry regresó la mirada a Remus. Contemplativo, Remus sonrió de lado, asintiendo con lentitud y extendiendo su mano hacia él, dejándola a medio camino en el escritorio como si estuviera queriendo darle consuelo, pero las palabras exactas no consiguieran salir de su boca.

—Sabes que no eres una "cosa", ¿verdad? —preguntó. Harry abrió la boca para hablar, pero Remus prosiguió a toda velocidad—. Nadie lo es. Quizá tú nos veas así, en realidad. No somos más que peones, juguetes con los que puedes armar un escenario y crear el caos necesario para combatir tu aburrimiento. Pero al vernos a nosotros como objetos sólo te ves a ti mismo como un objeto con un poder mayor, alguien que puede hacer lo que quiera con lo que tenga. No puedes ser alguien si no ves a los demás como tus pares. Mientras los veas como uso y deshecho, te verás a ti mismo de igual manera.

Harry lo meditó. Entrecruzó sus dedos, mirándolos, pensando que tanto tiempo atrás y mucho más pequeños los había salpicado la sangre, e incluso aunque lo siguiera haciendo era capaz de verlos sin sentir la sensación de pánico que lo corroía. La sangre era necesaria. Él no estaría, él no sería, y no importaba qué tanto hubiera pasado, solo quedaba en pasado y en dejar que pudiera o no afectarlo.

—Sé que no soy una cosa, en realidad —Harry suspiró tratando de graficar sus ideas, normalmente tan caóticas, en esos momentos destrozadas en intentos de crear las palabras suficientes y necesarias para explicarse—. Aunque a veces es mucho más fácil contemplar un mundo como un algo y no como un todo. Es decir... Es más fácil matar si crees que esa persona es inferior, o si quieres demostrarte más, así como es más fácil herir y manipular. No me malentiendas —Harry hizo un movimiento de mano suave, sus palabras apenas arrastrándose—, estoy totalmente seguro de que las personas son personas y no estoy negándolo mentalmente para seguir siendo un criminal, y el Infierno no quiera que algún día me caigan los golpes con mazo de hierro de la consciencia humana mostrándome cada uno de los cadáveres que... —su mirada se perdió unos instantes antes de sacudir la cabeza. Inhaló profundamente antes de proseguir— Las personas siempre fueron un enigma para mí. Solía verlas como... como algo. No había tenido buenas experiencias. ¿Qué hace a un niño un criminal? ¿Su mente, su entorno, la mezcla entre ambas? ¿Qué hace a un ser un asesino? No tiene mucha lógica porque, justamente, nadie es igual la persona junto a sí. Podrán tener similitudes, pero no creo que puedan explicarse generalizaciones porque, así se trate de una sola persona que no aplique, rompería la clave. No podemos decir que todos los criminales han sufrido de traumas infantiles, ni que todos los asesinos en serie son sociópatas, ni que todos los psicópatas son criminales. Pero podemos decir que todos son humanos. Para mí el ser humano era uno exactamente igual al otro. Crecí con mis tíos y sus niveles de violencia, Dudley y sus amigos y sus niveles de abusos y más violencia, y a decir verdad era sorpresivo cuando alguien en la calle se chocaba conmigo y me pedía disculpas por no haberme visto. Hubo momentos en los que realmente consideré si merecía esas disculpas —sus cejas se arquearon en una burla hacía sí mismo—. El mismo hecho de transformar a alguien en un algo suele ser una forma de autodefensa de muchos criminales para justificarse y... lo comprendo —mordió su labio— pero yo no transformaba mentalmente a las personas. Para mí siempre eran del modo que yo creía, porque era lo que yo había aprendido a ver, a sentirme en ambiente. Era con lo que yo podía lidiar.

—Los placeres violentos llevan a la violencia... —citó Remus con una mueca burlona quizá hacía sí mismo— y tienen triunfo en su propia muerte del mismo modo en que se consumen el fuego y la pólvora, en un beso voraz.

—Romeo y Julieta —Harry sonrió de pronto con una mirada mucho menos dura que lo que acostumbraba ante el mundo, su sonrisa ensanchándose ante el asombro en los ojos de Remus—. Lo leí en la biblioteca de Surrey. Luego, cuando tenía diez años, lo saqué en préstamo hasta que conseguí que Ian lo leyera para mí —desvió la vista, sus ojos perdiéndose en algún fragmento de pasado que, en vez de ponerlo melancolico como acostumbraba, sólo pintaba su rostro de un tono más cálido y humano, sus mejillas casi rosadas—. Siempre me gustó oírlo leer en voz alta, es... lindo.

Remus sonrió con suavidad.

—Justo que tú has tocado el tema —murmuró, recargando el rostro en una de sus manos—, Ian, tu demonio. ¿Cómo llevan las cosas? ¿Cómo se han encontrado últimamente? Se acercan tiempos difíciles y sé que ambos lo saben. Podrán apenas comenzar cuarto año el año próximo, pero no tengo motivos para dudar que cada momento en la tierra que no sea necesario es un suplicio para un ser del averno. ¿Cuánto tiempo piensa permanecer en una cáscara mortal, cuánto tiempo permanecerán juntos?

—No es algo con lo que yo sepa o cuente —Harry chasqueó la lengua con expresión fatigada—. Tampoco quiero pensar mucho en ello, la verdad. Ian y yo somos... muy compatibles. Podemos discutir de tonterías como, a la vez, estar tratando de estudiar y corrigiéndonos todo el tiempo. Él es... —Harry frunció el ceño tratando de evitar la sonrisa curvándose en su expresión— podrá ser un demonio, pero puedo jurar que, si me hicieran escoger al mejor de los humanos, sólo lo tomaría para dárselo en sacrificio. No creo poder hallar a alguien como Ian jamás. Él ha sido todo lo que necesité siempre, en cada momento. Sé que sus motivos son egoístas y no me molesta, porque todos mis motivos siempre han sido egoístas también. No somos chicos buenos —su risa le hizo temblar los hombros— pero somos... somos.

Remus sonrió con cariño mientras se levantaba del escritorio.

—Creo que estás listo para intentarlo otra vez —comentó mientras arrastraba desde debajo del escritorio un baúl con expresión entre divertida y meditabunda—. ¿Pensamientos felices?

—A la orden —Harry resopló mientras Remus pateaba con fuerza el baúl hasta que se estrelló contra la pared. Harry retiró su varita del bolsillo de la túnica con un movimiento apresurado, en guardia, mientras Remus movía sus manos y el baúl se abría. Pronto toda la calidez huyó del ambiente congelando con un soplo gélido mientras el dementor se erguía saliendo del encierro del baúl— Expecto...

"¡Aléjate!" las voces repercutieron de pronto mientras el hielo lo congelaba. Harry trabó los dientes manteniéndolas a raya mientras movía rápidamente su varita, enfocándose con el dementor acercándose más y más. Pensamientos felices. En ese momento no era capaz de pensar en más felicidad que...

Expecto Patronum.

Como un bólido dos alas brillantes brotaron de la varita impulsándose como un ave de presa, atacando al dementor, alejándolo con las alas creciendo cada vez más y más y el pico afilado abriéndose dispuesto a arrancar la tristeza a los más crudos picotazos.

Entonces el dementor se congeló al poco de entrar al baúl. El Patronus de Harry voló hasta cerca de su hombro, sus ojos siguiéndolo, pero sin perderse el momento en que Remus observó al dementor con una sonrisa casi dulce mientras cerraba sus dedos poco a poco en un puño, sus uñas totalmente negras y afiladas mientras el dementor se curvaba en sí mismo hasta disecarse como una flor marchita y deshacerse en cenizas.

Remus soltó una risa un poco jovial mientras hinchaba el pecho en una honda respiración. Exhaló y le dirigió a Harry una sonrisa enorme, cargada de alegría y orgullo.

—¡Lo has conseguido!

Harry observaba su propio Patronus con un embelesamiento casi imposible de identificar. El cuervo se extinguió en los últimos haces de luz plateados antes de que la enorme sonrisa de triunfo llegara a Remus.

—¡Lo conseguí! ¡Genial! —lanzó un puñetazo al aire soltando una carcajada—. ¿Tienes idea de lo que significa eso? ¡Tumba con fuerza la gran mayoría de teorías sobre la magia misma!

Remus se recargó en el escritorio, sonriente.

—Te escucho atentamente.

Harry comenzó a caminar por el despacho con los ojos ligeramente desenfocados detrás de las gafas, la mirada en cualquier parte mientras explicaba cargado de emoción.

—Hay demasiados libros que hablan sobre el mismo poder del Patronus, que no es otra cosa que una representación escudada del alma. ¿No es eso lo que los dementores quieren? ¿Alimentarse del alma? No es que se alimenten de la felicidad ni los buenos momentos, sino que toman todo lo bueno del ser para que éste quede debilitado hasta el punto de que sea más fácil alimentarse de su alma en estado de indefensión. Y se dice en muchos libros y manuscritos que ningún mago con oscuridad en su magia es capaz de invocar un encantamiento Patronus. ¿Por qué no? Sé que Severus es capaz de invocar uno, y tú lo eres y apuesto que eres incluso más oscuro que Severus. Sirius también puede invocar un Patronus y él estuvo en Azkabán además de ser un Black. Eso nos lleva a, ¿qué delimita el tono de la magia? —los ojos le ardían en la emoción mientras hablaba, moviéndose como si quisiera abarcar todo, llenar el ambiente con su voz y sus teorías buscando respuestas—. ¿Qué es lo que hace que un mago sea oscuro, o siquiera no sea capaz de realizar una maldición en condiciones? ¿Qué es lo que hace a la magia explicarse como blanca o como negra si un hechizo capaz de levitar puede levitarte y dejarte estrellar contra el suelo, y una maldición asesina puede detener tu sufrimiento en caso de agonía enfermiza? No, no. Creo que la magia es magia y no hay más que esencias, tonos diferenciales, no hay uno igual que otro, no hay imitaciones ni baratijas capaces de traspasarse entre libros y familias. Cada magia es única. Las personas limitan su magia a lo que les dicen que son capaces de hacer... y no creo que limitándonos alcancemos a encontrar nuestro propio y verdadero potencial.

Remus soltó un suspiro suave mientras aplaudía un par de veces con expresión enternecida. Harry desvió la vista con el rostro enrojeciendo un par de tonos mientras la sonrisa orgullosa, un orgullo totalmente cálido y paternal, le hacía estremecer mientras intentaba controlar sus lágrimas. Era tan extraño que no podía siquiera verlo.

—Me pregunto cuánto te demorarás en volver a actuar como el niño caprichoso y mimado que te has convertido —murmuró Remus, sonriendo de lado—. Aunque puedo sentirme orgulloso de ti mucho más que siempre. Es decir, ya cuando te conocí me sentía totalmente impresionado. Un criminal a toda honra de llamarse de ese modo, de trece años, que nadie consiguió descubrir nunca, aunque lo tuvieran en sus narices burlándose de ellos con pistas más que obvias. Quizá el mundo mágico es un poco estúpido ¿no crees?

Harry le sacó el dedo del medio, pero, al menos, tuvo la decencia de no sacarle la lengua. Remus retiró del bolsillo interior de su túnica una tableta de chocolate que le arrojó a Harry para que la atajara en el aire. Harry desgarró el papel y, con una mirada hastiada, partió la tableta a la mitad para alcanzarle a Remus la parte que había quedado más grande. Remus alzó las cejas mientras tomaba asiento sobre el escritorio mirándole con un divertido interés.

—¿Y esto? —dudó, mordiendo un borde y dejando el chocolate derretirse contra su paladar.

—Considéralo un regalo de despedida —gruñó Harry, chasqueando la lengua—. Has hecho más bien que mal en mi vida, lo cual no puede aplicarse a muchos en este castillo. Uh, gracias. Y eso.

Remus se carcajeó y extendió el brazo para revolverle más los cabellos. Harry gruñó un par de insultos antes de tomar asiento lejos del alcance de Remus y devorar su chocolate con lentitud, disfrutando del delicioso sabor de la mejor receta original de Honeydukes en su boca.

—Como último movimiento de meterme en tu cabeza sólo preguntando —Remus interrumpió el silencio varios minutos después— ¿puedo preguntar cómo consiguió salir tu Patronus? Estoy seguro de que la última vez, cuando no salió, fue algo como — Remus inhaló para soltar dramáticamente y con voz un poco más aguda— "¡Mi vida no tiene una mierda de recuerdos felices que me sirvan para esta basura mágica!" —su sonrisa se extendió con dulzura—, ¿puedo saber qué ha cambiado?

—El pensar que... —Harry le lanzó una mirada cargada de tanta dulzura que, claramente, era letal— no vas a volver a molestarme al menos en el castillo me da la felicidad suficiente para conjurar cualquier hechizo raro de esos. Ahora déjame comer mi chocolate y disfruta de ser el primer profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que me sobrevive.

...

—Remus le contó a Regulus que conseguiste conjurar un Patronus —murmuró Tom, enredando sus dedos en su cabello en una caricia posesiva, acercándole y deslizando sus labios por su cuello lentamente en descenso hasta su clavícula, la espalda de Harry apegada a su pecho y el corazón en latidos furiosos contra la palma de su mano— y que además estuviste hablando de forma muy seria, madura y centrada. ¿Algo que quieras decirme?

—¿Qué haces cotorreando con Regulus? Parecen dos viejas chismosas —siseó, tratando de apartarse—. Eso formaba parte de mi terapia, ¿dónde quedó el "secreto profesional"?

Tom puso los ojos en blanco mientras avanzaba por la habitación comprobando el estado de los baúles, que a Harry no se le hubiera ocurrido descolocar nada y que todo estuviera ordenado para marcharse al día siguiente.

—Remus sólo le estaba comentado tu avance —murmuró— y yo estaba hablando con Severus cuando Regulus llegó histérico a contarlo. Parecía mamá gallina orgullosa.

Harry se estremeció.

—Me espera algo difícil este verano, ¿verdad? —dudó, resoplando con algo de molestia. Tom tiró de su mano para arrojarlo contra él en la cama, Harry acurrucándose a toda velocidad en el cómodo colchón y contra el cuerpo de Tom como si perteneciera a aquel lugar, a aquel pequeño sitio que le daba más comodidad que ningún otro en el mundo.

—Depende —murmuró—. Quizá sí, quizá no. ¿Tienes interés con pasar tiempo con familiares y tener algo así como un verano siendo un chico normal, o seguir manipulando los hilos para hacer de tu adorada tía Petunia un desastre?

—¿Petunia? ¿Y esa quién es? —Harry se incorporó y le observó con duda. Tom estaba abriendo la boca para responder apenas con un poco de alarma en los ojos antes de que Harry le diera un empujó suave en el hombro—. Tranquilo, bromeaba. Es imposible olvidarme de la vieja muggle así quiera hacerlo. Uhg, ¿te das cuenta de que es gracioso que normalmente usaríamos el insulto "vieja bruja" pero estaríamos insultando a las viejas brujas comparándolas de ese modo con tía Petunia? Horror.

Tom soltó una fuerte carcajada. Harry rió entre dientes, dejando descansar su cabeza sobre el pecho de su demonio, entrecerrando los ojos y suspirando con expresión de paz. Tom deslizó los dedos por sus mejillas, apenas rozando las cicatrices rosadas que, a pesar de no ser nada disimuladas sobre su piel más clara, era obvio que todos pensaban tanto del histérico e impulsivo Harry Potter que cualquiera creería que fueron hechas en cualquier momento menos en un intento de conversión en hombre lobo.

Sus dedos se mantuvieron en reposo sobre el rostro de Harry que, lentamente, se incorporó sobre él. Tom alzó una ceja, simplemente mirándolo verlo, los ojos verdes claros contra las luces de la habitación, su sonrisa indescifrable unos segundos antes de que se inclinara y dejara un suave beso en la comisura de sus labios para regresar a acurrucarse contra su pecho.

Decir que Tom estaba helado era poco.

—¿Te sientes bien?

—Sip —Harry se acurrucó más, sus dedos arrugando la túnica de Tom mientras trataba de apegarse más a su cuerpo, acabando por decidir envolverle las caderas con la pierna y quedar allí, abrazándolo con fuerza.

Tom inhaló.

—Creo que Lupin tendrá algún tipo de poción par-...

—Cierra el puto pico y déjate querer Tom, joder que no muerdo... a menos que quieras.

Tom soltó otra risa un poco menos incómoda a la vez que intentaba incorporarse y acunarlo más suavemente contra su pecho como a un niño. Tiempo había pasado de que Harry simplemente buscaba un abrazo, un mimo, un poco del afecto que tanta falta le había hecho.

Harry volvió a incorporarse para besarlo otra vez. Tom amoldó sus manos a su rostro atrapándole los labios con ansias, Harry removiéndose sobre su cuerpo simplemente buscando el contacto más profundo de sus bocas, sus labios apretándose y su lengua recorriéndole el labio inferior hasta que Tom entreabrió los labios con una sonrisa y Harry suspiró entre ellos, disfrutando el nuevo control de Tom sobre el beso, con sus dedos aferrándose a su rostro del mismo modo que sus manos a la túnica.

Harry se separó unos momentos después con expresión que parecía brillar como una llama.

—Gracias —murmuró, regresando a acurrucarse contra él. Tom tironeó de sus cabellos.

—¿Y ese "gracias"? —preguntó, extrañado. Harry murmuró un "mnh" pensativo.

—Hoy pude hacer un Patronus —dijo a toda explicación. Tom alzó las cejas.

—¿Tienes pensamientos lo suficientemente felices y positivos para poder hacer un Patronus?

Inmediatamente después el suelo lo recibió. Harry le estaba hundiendo los ojos con furia desde la cama mientras Tom se incorporaba a medias con la cáscara mortal retumbándole por el suelo duro habiendo impactado contra él.

—Ese tono sorprendido me ofende —siseó—. Por supuesto que soy capaz de hacer un Patronus si me lo propongo. Soy capaz de cualquier cosa.

—No discuto eso —Tom recargó ambos codos en el colchón de la cama y le observó con burla en los ojos, menos humanos que nunca, destellos de sangre y de rubíes en ellos—. Pero lo que pregunté fue...

—¡Los tengo! —Harry lo apartó con un golpe de almohadón—. Pensé que había quedado claro.

Tom soltó una risita burlona trepando nuevamente a la cama, atrapándolo entre sus brazos con fuerza. Harry volvió a acurrucarse sin hacer el menor tipo de protesta.

—Quiero que lo digas.

—¿Qué diga "qué"? —Harry parecía menos desenfadado entre sus brazos, más calmado—. ¿Qué es exactamente lo que quieres, Tommy? ¿Qué quieres que diga?

Tom se inclinó sobre él, respirando lentamente sobre sus labios, Harry escurriéndose con suavidad sin ser capaz de hacerlo como si, de pronto, hubiera quedado calado tras una maldición con los ojos del demonio sobre los suyos.

—¿En qué pensaste para hacer tu Patronus, mi pequeño y precioso bebé psicópata?

Harry inhaló y sonrió un poco.

—En ti. Estúpido. Sí tengo pensamientos felices. Gracias a ti. Y eso.

Tom soltó una carcajada mientras se retiraba y le dejaba un poco de espacio para respirar. Harry, más libre y jovial, se recargó sobre su mano.

—Pero como no me salía pensé que te mataba y me quedaba con todo tu poder maligno y malvado y, ¿SABES QUE MI PATRONUS ES UN CUERVO?

Tom se congeló mientras Harry soltaba una carcajada. Finalmente, no hizo más que rodar los ojos y sonreír. Vaya niño había conseguido. 

...

And I'm ready, I'm ready, I'm ready... Ready as I'll ever be~

Hi <3 Lamento la demora, pero ya saben, problemas de muggle... Este capítulo va dedicado de todo corazón a Annie, que se acaba de leer 20 capítulos en un día, y para mi Lex que me estuvo fangirleando la tarde y todo. Gracias;-;

¡ÚLTIMO CAPÍTULO DE TERCER AÑO! *gasp* Juro que no creí llegar tan lejos. Ya el siguiente capítulo serán las vacaciones, cuarto año, el desmadreDIGO una nueva etapa...

¿Que creen que tendrá esta nueva etapa? *guiño guiño*

¿Cómo creen que cambiarán las cosas? Por que que habrán cambios, los habrán... ;)

¿Preguntas? Aquí :3

¿Dudas? Aquí~ uwu

¿Parte fav / menos fav? :3

¿AMARON O NO A HARRY SIENDO MAS O MENOS MADURO? Es que se le sale lo infantil con Tom, pero bien... :'3

¿Me echaron de menos? *les hace ojitos* 

Si me siguen en instagram les hago dibujos gratis -?- @gmauvart :3

Sean gente buena y dejen comentarios, un comentario puede sacar a su ficker fav de la depresión y conseguir que actualice :3 

¿Cuáles son sus expectativas para cuarto año? UwU

¿Teorías de lo que se viene? (1313)

Espero que les haya gustado el capitulo, de corazón lamento la demora pero si pudiera actualizar a diario saben que lo haría... :'D De verdad muchas gracias por leer, por casi los 650 seguidores, POR TODOS LOS VOTOS Y COMENTARIOS, POR TODAS LAS LECTURAS. GRACIAS.

Los adoro tanto, gracias. De verdad ;A; <3

xxx G.


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