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{ 43 . Alcoholismo y psicópatas no se mezclan }

En mi defensa no sé para qué me defiendo por "demorar" en actualizar, no me he demorado nada en comparación xd 

( ... )

Harry, envuelto en la bufanda y capa de invierno, sabía que el profesor Lupin había tenido algo que ver en el hecho de que no haya ningún dementor en el paso hasta Hogsmeade. Fueron acompañados por Regulus Black y Severus Snape, que parecían desaprobar mucho que los chicos hubieran aceptado la invitación abierta.

Harry botaba de alegría. La hermosa y elegante Saeta de Fuego que había estado entre la pila de sus regalos respondía a su magia como si hubiera sido fabricada para él específicamente, madera oscura pulida suave bajo sus dedos. La sostuvo cerca de su pecho, con la breve sensación de que la escoba lo había reconocido como dueño. Tom parecía, quizá, algo dudoso, pero no hizo absolutamente nada para intentar quitarle la escoba.

Los regalos de Tom habían sido maravillosos. Tom siempre parecía saber qué cosas obsequiarle. Armas, sobre todas las cosas; armas blancas decoradas y elaboradas que Harry había sostenido contra su pecho, sintiendo las vibraciones de poder que le daba a su corazón tener algo que jamás le fallaría si lo tenía a mano. También le había obsequiado una pequeña cadena con un colgante diminuto y casi traslúcido como una gota de agua que introdujo justo debajo de su ropa, al contacto con su piel. Nadie podría tratar de encantarlo, de ninguna, manera con ello. Ni siquiera las llamadas de magia necesitadas de Draco tendrían efecto en él, y mucho menos veelas, o cualquier otra criatura mágica. La pequeña piedra tomaría el color de la magia de quien hubiera intentado atraerlo voluntariamente (y, por supuesto, Harry debía decirle a Tom a quién pertenecía, para que Tom pudiera destriparlo, torturarlo o alguna de esas cosas de demonio exagerado y posesivo marcando su territorio).

Y, por supuesto, Harry había apreciado cualquier tipo de regalo que hubiera recibido. En ese punto, seguía siendo un mocoso fácil de contentar y con ese tipo de sonrisas cargadas de esperanzas que conseguían hacer estremecer a Tom de pies a cabeza, porque se daba cuenta de lo que Harry podría haber sido y no fue... gracias a él. La satisfacción le corroía como un veneno y Tom aceptaba la muerte, sonriente.

Los profesores que acompañaban a Harry y Tom murmuraban entre sí, en voz muy baja. Severus llevaba una capa de invierno negra y gruesa; Harry dudaba de que el hombre tuviera túnicas de colores, como si se mantuviera en un luto perpetuo o simplemente tuviera pésimo sentido de la moda. Regulus, en cambio, llevaba una túnica gruesa de invierno azul real con una capa unos tonos más oscuros y cuello peludo claro de la piel de algún animal. Sus guantes blancos eran de lana mullida, y un gorro lanudo gris cubría sus cabellos largos en desorden por el viento gélido. Tenía una expresión suave en su rostro, y más de una vez Harry apreció cómo Regulus golpeaba juguetonamente a Severus con su cadera, riendo de forma provocativa, entrelazando sus dedos por unos segundos y otras veces recargándose en él, y como Severus lo rodeaba con el brazo atrayéndolo para evitarle pisar grandes charcos de hielo o simplemente para tenerlo cerca.

Tom frotaba sus manos entre sí cada poco tiempo como si fuera algo involuntario. Harry se preguntaba si acaso su demonio tenía frío, notando que sus labios estaban ligeramente azules, y que parecía temblar con cada soplo gélido que le salpicaba el rostro. Harry se quitó la bufanda y lo envolvió con ella, obteniendo una mirada intrigada y casi indignada mientras le acomodaba los pliegues de lana calentita contra el cuello helado, acariciando sus mejillas pálidas y congeladas en el proceso.

—Tienes frío —le hizo notar Harry—. Nunca pareces tener frío. Ni tener hambre. Ni... —entonces, notó que ese día había estado comiendo con lo que parecía verdadero apetito hasta que había llegado el postre. Y la piel de sus mejillas estaba demasiado fría, blanda bajo sus dedos, sus labios temblando y sus dientes casi tiritando. Le volteó, observando las huellas de sus uñas en la piel de su cuello al apartar los cabellos, heridas de un rojo oscuro que aún no se habían desvanecido—. Tom —balbuceó, preocupado— ¿qué está...?

—Nos estamos quedando atrás —le hizo notar Tom, tirando de su muñeca para entrelazar sus manos y avanzando. Harry calló, pero frunció el ceño intentando retener la información que, de todas formas, no se borraría en ningún momento.

Harry suspiró y se acercó a Tom para intentar prestarle algo de su calor. En ese momento, su demonio parecía tan extrañamente vulnerable que sentía miedo. Miedo porque, siendo sinceros, un demonio débil o enfermo no le servía de nada. Todo lo que le pertenecía debía ser perfecto. Tom, para él, lo era. No era capaz de imaginárselo débil e imperfecto, quizá capaz de morir, quizá capaz de dejarlo a merced de sus propios monstruos. La sola imagen de aquello le llegaba a producir náuseas, mareos y el más intenso dolor sordo que alguna vez pudiera imaginar.

Llegaron a Hogsmeade por el camino empedrado. Las luces navideñas titilaban en lámparas de papel brillante parpadeando, y había pequeñas hadas volando por los cielos con nubes grises. Las nubes, la nieve y la luz de la luna sobre los cielos asomándose a cada vez le causaba una sensación de deja-vú que era extrañamente reconfortante, a pesar de que esta vez una fina franja negra ensombrecía el brillo de la luna llena.

Las Tres Escobas contenía música de un tocadiscos sorprendentemente grande, gente bailando las melodías de forma desincronizada, gente bebiendo y brindando. Remus llevaba una chaqueta de cuero de motociclista con tachas plateadas sobre los hombros sobre una playera que parecía no pertenecerle al no ser del todo su estilo, enmarcando monocromáticamente el rostro de Alex DeLarge, y tomaba una cerveza de mantequilla. Los reconoció al entrar y sacudió su brazo en alto, dos pulseras tejidas en sus muñecas y sus uñas pintadas de negro.

—¡Harry, Ian! Me alegro de que Severus y Regulus les hayan traído —y luego dirigió su mirada dorada hacia los hombres—. Y me alegra mucho que vosotros hayáis querido venir.

Querer es una palabra grande —gruñó Severus—. Se nos fue encomendado traer a los mocosos aquí. Y, ya que estamos, aceptaremos unas cervezas Lupin.

Remus le dirigió una sonrisa ancha a Snape, llena de dientes que se exponían de forma amistosa y no amenazantes. Aun así, Regulus se colocó disimuladamente en frente del profesor de pociones, cubriéndolo con su cuerpo de menor tamaño, pero más anguloso y definitivamente su mirada como la plata detenida en Remus era tan amenazante como una mirada ceñuda de los ojos negros de Severus a algún alumno.

—Si no les molesta, no tengo deseos de presenciar una pelea de gatas —Harry se deslizó hacia Remus, tomando asiento junto a él y arrebatándole su vaso de cerveza de mantequilla—. Así que, si no os molesta, quiero festejar lo que sea que estemos festejando.

Remus rió y revolvió los cabellos de Harry a la vez que Tom tomaba asiento junto a su humano. Harry se dio cuenta de que, a pesar de que los ojos de Remus eran dorados, ya no le atraían como unas horas antes. La magia animal natural en Remus Lupin, aquella que hacía que la gente le apreciara en vez de despreciarlo al sentir su licantropía, parecía dejar de hacerle efecto. De todas formas, tampoco era un problema: Harry no necesitaba algún tipo de magia atrayente para apreciar a su profesor.

Severus tomó asiento luego de mover la silla para Regulus, quien le dirigió una sonrisa inundada en calidez. Severus se acomodó y fue quien llamó a madam Rosmerta, que con su figura curvilínea y sus tacones altos se acercó para reclamar los pedidos.

Cervezas de mantequilla, hidromiel con especias, firewhisky y pequeños chupitos de ron de grosella (que Harry decidió que debía probar y consiguió que Remus los pidiera por él ante la mirada de reproche de Severus y la divertida de Regulus), todos estaban riendo y hablando. Poco parecía importar que algunos de ellos hubieran sido enemigos, o que dos de ellos fueran alumnos. Remus se comportaba con familiaridad junto a Harry, como si estuviera con un amigo de toda la vida. Tom reía entre dientes de algunas bromas que Regulus le hacía, y transcurrió la primera hora entre comentarios y bromas. Harry deslumbró ligeramente a madam Rosmerta con una fácil ejemplificación en base a "deducción" de cuál de los hombres del bar le parecía más atractivo (pero sin decir cuál de todos, a pesar de dar las indicaciones y conseguir que madam Rosmerta le obsequiara una cerveza de mantequilla para cerrar su boca), y todos pidieron que dedujera cosas sobre ellos, entre burlones y divertidos cada uno en el estado de embriaguez de Harry, arrastrando las palabras y observándolo todo con un brillo turbio en sus ojos verdosos, dos maldiciones destellando en nube de sombrío razonamiento.

Tom se inclinó sobre la mesa. Observar a Harry con las divagaciones de su ligera borrachera era una de las cosas más divertidas que había visto en mucho tiempo.

—Profesor Snape —Harry comenzó con el hombre que casi escupe su hidromiel con especias al verse bajo el escrutinio de Harry Potter—. Severus Snape. Como estoy descifrando algunas cosas al azar y así, nada que no se sepa en esta mesa pero que yo claramente no debería saber, así que comenzaré con... —unió sus manos bajo la barbilla, entrecerrando los ojos. Tenía las gafas ligeramente empañadas y las mejillas ruborizadas. Tom tenía que contenerse de darle una mordida como si fueran unas jugosas manzanas—. Madre bruja y padre muggle. ¿Probablemente padre que abuse del alcohol o bebidas fuertes? Rechazo a cualquier tipo de licor o alcohol fuerte, ingiriendo usualmente bebidas en una baja graduación alcohólica. Desprecio a los muggles, pero... ¿no exactamente desprecio? —le observó, ladeando la cabeza—. No. No desprecio a los muggles en general. Desprecio a aquellos que quieran... ¿que quieran utilizarte de algún modo? Y... ooohhh —alargó el "oh" con un tono casi infantil—. Así que es eso. Por eso lo has hecho, Severus. Debería esperarlo de ti, ¿no? Aunque, incluso después de todo lo que has vivido, ¿orillarte a ese ruego tan desesperado...?

Severus le observó con los ojos negros detenidos en las formas que podría torturarlo y arrancarle la lengua. Harry soltó una risa.

—Profesor Black —los ojos se posaron en Regulus—. Regulus Arcturus Black. Abyssus abyssum vocat in voce, ¿no? —la sonrisa de Harry era casi peligrosa mientras Regulus le observaba con sorpresa, ojos de plata abiertos en su totalidad mientras intentaba adentrarse más allá de lo que Harry era, sin sentir absolutamente nada donde su mente debería divagar—. Sip. Puedo darme cuenta de ello. Está muy claro ahora. ¡Y es increíble! No tenía idea de que ese tipo de cosas eran posibles. En fin. Debes haber hecho muchas cosas... el sacrificio es, usualmente, lo que lleva a estas decisiones y...

—Harry, ¿de qué hablas? —Regulus soltó una risotada forzada, quitándole de delante los vasos a medio beber—. Creo que ya has bebido demasiado.

—Es taaaaan cómico —Harry reía, relajado, mientras se recostaba en el hombro de Tom. Sus pensamientos estaban embotados y su lengua parecía soltarse más y más a medida que el ron de grosella bajaba por su garganta, cada vez más rápido mientras intentaba evitar que Regulus le quitara los vasos—. Las cosas que hacemos los seres humanos en desesperación... las cosas que nos vemos orillados a hacer... Pater, dimitte illis non enim sciunt quid faciunt.

La risa histérica de Harry se detuvo en un segundo. Sus ojos se desenfocaron y su boca se abrió en una "o" demasiado débil, su rostro tornándose absolutamente triste como si estuviera al borde de echarse a llorar. Tom creyó que Harry parecía darse cuenta de que había hablado de más, pero Harry se volteó, observando la puerta, con un ademán extraño en su mirada mientras parecía observar el suelo de la taberna.

—Mickey Mouse —rió, arrugando la nariz—. Siempre me dio asco esa repugnante rata. Fingía ser divertida. Fingía confiar en sus amigos, pero en realidad lo que quería era el protagonismo. Quería ser superior. Estaba allí, riendo falsamente, y haciendo todo lo que le convenía. No era valiente. No era fuerte. Simplemente estaba seguro de sus decisiones, y de lo que haría. Nunca fue el amigo de nadie. Nunca...

Remus y Severus se inclinaron cuando Harry torció las cejas hacia arriba y les dirigió a ambos una sonrisa tan cálida, entrecerrando los ojos y marcando un hoyuelo en su barbilla, que los dos pudieron sentir el deja-vú en sus pechos, Severus sosteniéndose con fuerza de la mano de Regulus como si hubiera visto un fantasma, Remus jadeando de asombro y echándose hacia atrás en la silla.

—¿De qué estás hablando, Harry? —Regulus tocó el hombro del chico, sus dedos blancos temblorosos—. ¿Qué estás...?

—Es hora de matar a Mickey Mouse, rata traidora —su voz sonó hueca, como si no le perteneciera del todo, hablando mientras su expresión se cargaba de un abierto y sincero odio tan conocido como desconocido en sus facciones—. Canuto nos necesita.

( ... )

I'M HERE FOR YOUR ENTERTAINMENTMe calmo.

Hola, bebés <3 Algunos sabían que seguramente iba a actualizar ayer, so, se me presentaron unas circunstancias que apuntaré un poquito más abajo y en las que necesitaré vuestra ayuda uwu 

Así que, con detalles del capítulo JJEJEJJEJEJEJEJ Hay mucho, realmente MUCHO que examinar aquí. En una releída rápida del capítulo os apuntaré unos cinco detalles a tener en cuenta en este capítulo, algunos más fundamentales que otros. Usen esos cerebritos slasheros, estaré esperando sus apuntes UwU 

Yo necesito un Tommy-demon que me regale cosas mágicas y costosas, así no se puede (?).

Tommy-demON CON FRÍO JEJSJEEJA ¿No es Psycho Baby poniéndole la bufanda a Tommy-demon lo más adorable que vieron en sus vidas?  Lo estaba releyendo y lo releí como doce veces porque es una escena tAN BONITA.

Bueno, parte fav y parte menos fav, quiero saber qué pasa por sus cabecitas<3

Psycho Baby embriagado me hizo querer ir NY a beber con mi esposa #sorrynotsorry aMOR SI ESTÁS LEYENDO ESTO TE AMO <3

Y lo mássss importante que este capítulo tiene para bastante: ¡TEORÍAS! ¿QUIÉN ME DA UN PAR, EH? HAY MUCHO PARA TEORIZAR voy a desactivar el bloq mayus. Muy bien, les permito enloquecer y decirme todo lo que se les puede ocurrir con este capítulo *risa de extrema maldad*

¿Preguntas? Todo lo que quieran preguntar aquí, besis.

*momento de charla seria*

Ahora quisiera pedir por favor la ayuda de todos mis lectores hermosos y fantásticos, sé que son lo mejor del mundo y por eso ayudarán al fandom en esta tarea ;A; Espero que sepan (y si no lo saben, os informo) que hay unas Amortentia Awards en las que quedan nominados y son llevados a votación los mejores fanfics del año por diferentes categorías: mejor fic dramático, mejor fic romántico... y así en varias cosas, hasta mejor drabble y one shot (mejor villano <3). Se puede escoger cuatro por cada categoría para nominar y me gustaría si todos podrían ayudar a que este año, por lo menos, gane un fic Tomarry. No pido que nominen mi fic, sólo uno o dos fics de la pareja, porque merece reconocimiento y un poco de oportunidad de luchar contra las sádicas fuerzas del Dramione y las turbulentas fuerzas del *se estremece y persigna* Hinny. 

Entre otras, he organizado un Batallón de Perras para llevar el Lado Oscuro a la cima. Sí, así como dice y suena; si quieren más información (o entrar directamente confiando total y plenamente en mí) me envían un mensaje privado que les respondo con toda la emoción de mi cuerpo y nos mantenemos en contacto. Sé que puedo contar con todos ;) así como espero que sepan que pueden contar conmigo para todo lo que necesiten.

*adiós momento de charla seria*

SÉEEEE que me he ido un poco por las ramas pero hay cosas que son necesarias decirlas. ¡LUCHEMOS POR EL TOMARRY, BABIES! Seamos felices y oscuros en este mundo de letritas.

Sayonara uwu

En nuestro siguiente capítulo: "Breves relatos (de consecuencias) de una noche fatídica" ;3

xxx G.

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