Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

{ 34 . Amenaza }

Hubo un error técnico en la edición de este capítulo, por eso mismo lo vuelvo a publicar xD ¡Lo siento!

HELLOU. Actualizo esto aquí porque es el cumpleaños de Kyuubi, mi bebé linda, ¡este capítulo va dedicado para ella! ;3 Os pediría que no acostumbréis de nuevo a las actualizaciones rápidas... esta será una excepción, pero verán que todo valdrá la pena ;D 

FELIZ CUMPLEAÑOS KYU-BABY *lanza confeti y se va tarareando un feliz cumpleaños al ritmo de You'll be back que es más vicio que el chocolate*

...

Harry talló sus ojos, colocándose nuevamente las gafas. Tom suspiró casi en su cuello.

—¿Crees que si asesino a Draco se demorarán en notarlo? —preguntó Harry, casi con desaliento—. Me está poniendo nervioso.

Tom observó al otro lado de la Sala Común. Draco estaba haciendo sus deberes junto a Theodore y Blaise. El problema era que Draco hacía sus deberes mirando a Harry con la mirada más extraña que cualquiera pudiera verle alguna vez. Draco Malfoy le estaba mirando preocupado.

—Probablemente lo notarán —Tom masajeó los hombros de Harry con cuidado. Harry prácticamente se derritió entre sus dedos, presionando en los lugares indicados para deshacer los nudos de tensión y agobio—. Es decir, es un Malfoy.

—¿Seré sospechoso? —Harry movió ligeramente la cabeza, dándole más acceso a su cuello. Los dedos de Tom subieron y destensaron los nudos también allí, consiguiendo que un suspiro de alivio escapara de los labios de Harry.

—Muy probablemente. Todos saben que están... peleados.

—Si lo dices así suena como si hubiéramos tenido una disputa matrimonial —gruñó Harry. Tom rió, sus dedos retorciéndose y haciéndole sobresaltarse. El masaje prosiguió—. Yo sólo intenté ahorcarlo. Cualquiera diría que eso, más que una pelea, es un intento claro de homicidio.

Cualquiera lo diría —coincidió Tom—. Pero no son cualquiera. Son Slytherins. Un intento de homicidio, dos, un golpe, una amenaza de muerte, un juramento inquebrantable... es su pan de cada día.

Harry farfulló una risa. Los dedos de Tom reposaron suavemente sobre su cuello, dedos cálidos sobre su pulso, los pulgares creando círculos sobre la piel de su garganta que le daban la sensación de tranquilidad que tan ajena había sentido.

—¿Debería hablar con Draco? —Harry bostezó en contra de su voluntad, las esquinas de sus ojos lagrimeando—. No creo que esté pensando exactamente en cosas bonitas sobre mí mientras me mira.

Tom le daba la razón, aunque Draco probablemente no estaba planeando su asesinato; en realidad, parecía estar planeando una forma de arrastrarlo, secuestrarlo y mantenerlo para sí mismo hasta que estuviera a salvo.

Y por supuesto, Tom no se lo permitiría. Harry le pertenecía. Y el mocoso Malfoy debía controlar su maldito allure si no quería ser castrado.

...

En sus tres años en Slytherin, Harry jamás había visitado las termas de Salazar. Tom tampoco parecía muy entusiastas de ellas, quizá porque eso significaba que Harry se expondría a miradas indiscretas, y debía mantener su enfado y posesividad a raya. Pero esa noche, de madrugada, Harry lo arrastró diciendo que necesitaba relajarse.

Ninguno tenía bañador, a decir verdad. Harry estaba envuelto en su túnica de diario, que dejó caer en la puerta de los baños. Piernas blancas y huesos de la columna apenas sobresaliendo, ligeras muecas en sus costillas. Sus caderas estaban envueltas con un bóxer negro, y Tom se sintió ligeramente relajado de que Harry estuviera de espaldas mientras le examinaba, y también se sintió ligeramente perturbado de que Harry estuviera de espaldas mientras le examinaba.

Las termas estaban vacías. El día siguiente sería un día de clase. Harry dejó que Tom le guiara a una suave profundidad de aguas burbujeantes, sus ojos cerrándose. Las gafas olvidadas en el bolsillo de la túnica, las mejillas demasiado rojas, los labios resecos entreabiertos.

Tom le observaba. No podía dejar de hacerlo. En su pecho, el guardapelo parecía irradiar calor en su pecho, la relación de la pertenencia de Salazar reconociendo hechizos hechos de la propia mano de su dueño. Tom recorrió las gemas con los dedos; como siempre, al recorrer el relieve de las esmeraldas sobre el oro, era capaz de sentir una sensación ligera a vértigo. De alguna forma se sentía tan familiar para él como se había sentido su propio rostro frente al espejo durante muchos años.

Luego de los veinte minutos, Tom le obligó a salir del agua caliente. Se habían excedido cinco minutos del tiempo pautado, y aunque a Tom no le molestaba, Harry seguía siendo humano. Lo envolvió con una toalla y Harry, adormilado, se recargó contra su piel húmeda. Sus ojos estaban entrecerrados, su respiración acompasada. Tom creyó que aquello había sido una idea excelente mientras sentía el calor humano que irradiaba Harry golpeándole. Lo secó con poca colaboración del chico y lo introdujo en las sábanas. Pero, incluso así en su comodidad y sueño, Harry no soltó su mano.

...

—HarryHarryHarryHarryHarr-... —Draco se interrumpió ante la mirada aireada de Harry. Retrocedió. Harry fingió una sonrisa.

—Draco.

—Lo lamento —Draco balbuceó con rapidez—. Pero, ¡no puedes ir a Hogsmeade!

Harry alzó una ceja. Estaban saliendo de clase de encantamientos, la primera clase del día, y esa mañana habían notado los anuncios para la primera excursión de Hogsmeade. Draco había parecido querer hablarle toda la mañana, pero no lo había hecho.

Y, finalmente, allí estaba.

—¿Qué? —Harry retrocedió ligeramente—. ¿Por qué no?

Draco lo sujetó con fuerza del brazo. Harry se sorprendió de que, con sus brazos tan delgados y su cuerpo incluso más diminuto que el propio, lo pudiera arrastrar contra de su voluntad (y literalmente arrastrar, sus talones raspando el suelo) hasta un pasillo. Draco parecía aterrado.

—Sirius Black —fue la única respuesta de Draco. Lucía demasiado nervioso.

Harry exhaló.

—Sí, sé que lo han visto cerca de aquí. Pero no quiere decir que venga a Hogwarts. Es decir, ¿por qué lo haría? —intentó que su voz sonara neutral.

Draco comenzó a hablar tan rápido que, por un momento, Harry se sintió orgulloso. Anteriormente, cada una de las palabras de Draco eran justas y necesarias, petulantes y cargadas de arrogancia. Ahora, luego de dos años de su influencia, Draco decía todo lo que quería decir y no dejaba que el aire lo limitara.

—Tus padres, los Potter, estaban bajo un encantamiento Fidelius mientras el Señor Oscuro les buscaba. Un encantamiento Fidelius requiere a un guardián del secreto. ¡El guardián del secreto era Sirius Black! Sirius Black delató a tus padres ante el Señor Oscuro, y por eso Él los asesinó. Yo... ¡Mi madre me prohibió decírtelo! —Draco se cubrió la boca con las manos, pero pareció controlarse luego—. Pero debes saberlo. Antes de que Black se escapara, pronunciaba de forma febril: "Está en Hogwarts, está en Hogwarts, está en Hogwarts...". Él... Sirius Black quiere matarte, Harry.

Harry abrió la boca, pero ningún sonido salió de ella.

Tom le sujetó con fuerza de los brazos antes de que pudiera hacer algo. Pero, en realidad, Harry no iba a hacer nada. Después de todo, Regulus había afirmado que Sirius Black lo protegería. Pero, ¿protegerlo de sus propios errores, de sí mismo?

...

Faltaban tres días para la excursión a Hogsmeade. Harry divagaba, haciendo preguntas a otros alumnos qué le recomendaban comprar de Honeydukes, y todos coincidían que el chocolate de Honeydukes era lo mejor que pudieran haber probado alguna vez. Lo mismo ocurría con la cerveza de mantequilla de la taberna de Las Tres Escobas, algo que claramente Harry estaba seguro de que debería probar en algún momento.

En algún momento que sus manos no temblaran, sucias en sangre seca y tierra cada vez que sus ojos acababan posadas en ellas. Las observaba, los rastros de su crimen latiendo y quemando y doliendo y Tom le sujetaba las manos, que estaban limpias entre las manos de su demonio, y lo arrastraba hacia algún sitio oculto donde hablaban. Tom había comenzado a contarle algunas cosas, fragmentos abstractos de historias y anécdotas. Harry los oía y poco a poco regresaba a la realidad. Un orfanato, una guerra que había bombardeado Londres, la hecatombe en la ciudad muggle y en las calles mágicas, señores oscuros luchando por el poder, guerreros enmascarados y túnicas manchadas de sangre.

Harry conseguía calmarse oyéndolo, de alguna forma. No era capaz de apartarse de sus propios terrores, pero sus impulsos se hundían en el fondo de su pecho, esperando cualquier indicio para resurgir.

Un diablo, dicen, es el único capaz de combatir a mil demonios.

...

A un día de Halloween y la excursión a Hogsmeade, Tom sujetó a Harry y lo arrastró lejos del aula de Pociones. Subieron escaleras y se encerraron en un salón oscuro en el que Harry comenzó a temblar, sus dedos enterrados en su cabeza, cubriendo sus oídos como si quisiera dejar de oír.

Tom le tranquilizó con suavidad.

—Hubo una vez una diosa, hija de Gea y Zeus. Los malditos griegos eran los seres más incestuosos que han podido verse alguna vez. La unión entre Zeus y Gea dio resultado a la diosa de la tierra, las plantas y la vida; Deméter. Y Deméter sostuvo una vida en su interior, la cuidó y acomodó en su jardín inmenso y lleno de color. Koré, se llamaba, aunque suelen llamarle Perséfone también. Koré era una criatura cargada de vida y color que fue arrancada de los brazos de su madre por Hades.

Harry oyó la historia, una historia que Tom no le había contado. No era un cuento, y Tom lo contaba con tanto fervor que parecía ser real.

—Hades tomó a Koré como su consorte en el Inframundo. Deméter, lejos de su persona más amada, cayó en depresión. Descuidó las tierras y las flores, y todo dejó de brillar con la vida que ella otorgaba. Zeus rogó a Hades, su hermano, por piedad; que devolviera a Perséfone a brazos de su madre. Hades lo hizo, pero alimentó a Koré con seis semillas de granada. Una vez que cualquier persona comiera o bebiera algo del Inframundo, debería pertenecer a él. A pesar de ello, la cantidad que Koré había ingerido era mínima, por lo que regresaría durante seis meses al Inframundo a cumplir con su obligación de consorte de Hades, y volvería con su madre otros seis meses, ayudándola a darle vida y color a todo lo existente.

Harry apretaba la túnica de Tom en puños, puños que fueron aflojándose al final de la historia. Tom, por primera vez, había contado algo similar a un cuento, y los ojos de Harry se aguaron al darse cuenta de que aquella era la primera vez que cualquier persona le contaba un cuento. Envolviendo a Tom fuertemente con sus brazos, Harry lo atrajo hacia él, agradeciéndole en silencio por aquel curioso regalo.

Al salir del salón observaron una figura que, por lo visto, planeaba entrar a averiguar qué ocurría allí. Harry observó a Remus Lupin con los ojos ligeramente turbios. El profesor parecía más que un poco enfermo. Sus ojos estaban hundidos en profundas ojeras, y las cicatrices normalmente casi imperceptibles de su rostro resaltaban, rosadas y tirantes, sobre el semblante blanco. Repasó sus labios con la lengua, y Tom arrastró a Harry contra él.

—¿Harry? —Lupin se acercó a él, observándole con preocupación—. ¿Te encuentras bien?

—Se encuentra bien, gracias por su preocupación profesor —Tom parecía dispuesto a llevárselo de allí a rastras. Harry hundió los talones en el suelo, oyendo la risa suave y burlona del profesor Lupin.

—Harry —Lupin le observaba, sus ojos tan dorados como dos monedas, y Harry se preguntó ligeramente cómo había conseguido cambiar las motas de miel de maple derramada por ese brillo casi animal—. Quizá no consideres esto, pero me gustaría que contaras conmigo para cualquier cosa que necesites. Me gusta cuidar de mis alumnos, y más que nada, acompañarlos. Sé que para muchos toda esta situación es demasiado difícil —soltó un suspiro melodramático—. El hecho es que, puedes contar conmigo para cualquier cosa que tengas que confiarle a alguien. ¿Vale?

Tenía una sonrisa dulce. Harry respondió quizá más tajante de lo que debería.

—Si le dijera algo a usted, profesor —su voz era áspera en su garganta— debería matarlo.

Tom aprovechó para llevárselo de allí, ignorando la mirada casi cruel en los ojos de Remus Lupin.

...

Harry bostezó sonoramente mientras regresaba del banquete de Halloween. Había comprado todos los dulces que pudo, pero Tom no le dejó comer muchos de ellos. Los había guardado y amenazado con sentarlo sobre sus rodillas y darle un castigo apropiado para un niño rebelde en medio de el Gran Comedor si se atrevía a revisar sus bolsillos en busca de chocolates. Harry sabía que Tom sería muy capaz de hacerlo, por lo que decidió guardar sus manos y aprovechar el gran banquete.

Tom se había rezagado con Draco Malfoy. Por lo visto, el chico lo estaba bombardeando a preguntas sobre cada detalle de Hogsmeade. Él también había ido, pero había sido custodiado de cerca por Severus Snape, y casi no había podido disfrutar del enorme paseo.

Entonces, una mano lo arrastró con violencia y Harry no fue capaz de gritar, ni siquiera de atacar, porque su espalda y su cabeza golpearon contra la pared, una mano grande cubriendo su boca.

"Tom" pensó, intentando llamarlo de alguna manera mientras podía sentir la magia, espesa y casi animal, arrastrarse sobre su piel como garras queriendo descubrirlo. "Khan".

—Quiero que prestes atención a todo lo que vaya a decirte ahora, Harry —dijo de pronto la voz del profesor Lupin, arrancándole a Harry un quejido de sorpresa. La magia del profesor, desatada, era más animal de lo que alguna vez pudiera haber parecido. Su magia era rojiza y parduzca, agitándose en torno a sus acciones y envalentonándose con respecto a su entorno. Pero ahora era gruesa, casi feroz, y la piel de Harry no podía estar más erizada—. No estoy aquí para ser un peón en tu tablero. No formo parte del juego, no al menos como tú lo estás jugando. Yo estoy aquí para protegerte. Para velar por ti. Yo te estoy protegiendo. Y debes mentalizarte esto. De verdad, Harry. Soy el único aquí que tiene una mínima de influencia sobre lo que puede o no puede ocurrirte.

Harry fue soltado apenas un poco por los brazos y la magia de Lupin. Cuando planeaba atacar o llamar a Tom, las manos se cerraron con violencia sobre su cuello acallándolo.

—Escúchame atentamente —gruñó—. En estos momentos, hay algo en la Torre de Gryffindor. Algo que está buscándote. El tiempo se ha agotado. Está desesperado. Está en peligro. Y viene por ti. Debemos detenerlo antes de que te haga daño.

Harry se forzó para hablar.

—¿Usted de verdad cree que alguien puede hacerme daño?

Remus Lupin rió con una extraña oscuridad impregnada en su voz.

—Sé que no es así —susurró contra su mejilla—. Pero, nunca está de más advertirte. La responsabilidad recae en mí justo ahora. Soy el único que podría contener lo que está ahora mismo en la Torre.

Harry frunció el ceño.

—¿Y qué está...?

Lupin lo soltó como si quemara. Entonces, pisadas poderosas se oyeron. Snape se acercaba hacia ellos.

—Lupin, Potter —prácticamente gruñó, aunque había ligero alivio en su voz al verlos a ambos ilesos—. Venid conmigo al Gran Comedor en este preciso momento. Lupin, Dumbledore querrá verte de inmediato. Ve.

—¿Qué ocurrió, profesor? —preguntó Harry luego de aclararse la garganta, siguiendo los largos pasos del profesor de pociones con sus piernas bastante más cortas.

—Sirius Black —el hombre tenía el ceño tan profundamente fruncido que parecía que arrugas permanentes se marcarían en su entrecejo—. Está en el castillo. Ha intentado entrar a la Torre de Gryffindor. 

...

;D Holi.

Estaba totalmente segura de que había publicado el capítulo con las notas finales, pero resultó ser que no así que aquí lo re-subo para agregarlas xD ¡Lo siento!

Fangirleo: ¡AQUÍ!

Preguntas: aquí *guiño guiño*

Teorías: AQUÍ-AQUÍ-AQUÍ.

Saben, estoy REALMENTE MUY FELIZ DE LA CANTIDAD DE ACTIVIDAD QUE TIENE ESTE FIC. No suelo prestarle atención a esas cosas más que para infartarme, pero justo hoy tengo un buen día y he notado que este fic LLEGÓ A LOS 26.8K DE LEÍDOS Y A LOS 5.1K DE VOTOS. Y ES POR USTEDES. GRACIASGRACIASGRACIAS. Y superamos la nada pequeña cifra de 1.2k de comentarios ;) 

Me siento muy feliz y es todo gracias a ustedes. Así que, nada, les debo mucho. Los amo.

G - R - A - C - I - A - S 

-G fuera-


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro