Te encontraré
Clare
-Un viaje para Tokio porfavor.-
-Aquí tiene.- respondió la secretaria mientras me entregaba el ticket. Me senté en una silla esperando a que pudiéramos embarcar, saqué el periódico de mi bolso y me acomodé.
Nuestro salvador Kira vuelve a hacer justicia matando a 20 criminales.
Gruñí para mis adentros, ¿Salvador? Solo había una razón por la que iba a Tokio y era para arrestarle y hacer justicia, verdadera justicia, eso que los políticos dicen no son más que falacias y si L siguiera vivo estaría de acuerdo conmigo.
-¡Vuelo para Tokio listo para embarcar!- nada más oír a la azafata me levanté de mi silla con tranquilidad y me dispuse a hacer cola hasta que entré al avión. Fila 15 asiento A. Yo solo sonreí al saber que iría al lado de la ventanilla, no podía evitarlo, en ese sentido no era más que una niña pequeña.
Me senté tranquilamente hasta que despegamos. Mis últimas vistas de Reino Unido, dejaría atrás a Roger, Matt, Near, Sofía..
Desde que Mello se marchó han cambiado las cosas, pocos días después de mi abandono de la Wammy's House Sofía me contactó, estábamos dispuestas a dejar nuestras diferencias y enfocarnos juntas en una sola cosa, vengarnos, así que mientras ella se encargaba de organizar las cosas desde Reino Unido yo iría a Japón para encargarme de Kira en persona.
Un trabajo en equipo de dos personas, y lo mejor es, que al ser solo dos nadie se enteraría de nuestros planes.
Ya, de lo que viene siendo el resto de gente no sé nada, Brian nunca se interesó por el puesto de sucesión por lo que me imagino que estará haciendo una cosa totalmente distinta, Matt sé que se marchó nada más enterarse de que Mello se había ido, así que ya puedo imaginarme dónde estaría. Y Mello simplemente me gustaría no saber nada, no le odio pero tampoco siento empatía alguna por él, simplemente estoy neutra, si me le llego a encontrar será una casualidad del futuro , y si no, será un favor. Lo que él haga ya no me incumbe, solo a nivel profesional.
Y de Near lo único que sé es que está ejerciendo el puesto de L, el puesto que en realidad me correspondía lo tenía él, pero no sabía dónde se encontraba, si en Winchester o en Japón.
Después de largas horas de vuelo finalmente aterrizamos, cogí mi maleta, salí del aeropuerto y pedí un taxi dirección al gran Hotel Lisbar. Cuando llegué me di cuenta de que el Hotel era demasiado lujoso ¿Donde me había traído Sofía? O mejor dicho ¿De dónde había sacado tanto dinero?
Entré en recepción para mi número de habitación y de inmediato salieron a atenderme 3 personas de la nada, todos en traje y dispuestos a brindarme su servicio.
-Buenos días, señorita.- me saludó el del medio.-Bienvenida al Hotel Lisbar.-
-¿Desea algo?- me preguntó su otro compañero. Yo solo me quedé asombrada.
-Ehh.- tartamudeé.-Me llamó Clare Kuntuk.-
-Esperábamos su regreso.- sonrió el tercer mayordomo.-Su habitación es la 30, la acompañaremos.-
Yo solo puse una cara amargada mientras seguía a los 3.
Ese era el mismo número de habitación que tenía en el orfanato.
Cuando abrieron la puerta de mi habitación me quedé perpleja de lo bonita que era, un color verde acuarela apoyada sobre la pared dándole un aspecto lujoso y bello, una cama con sábanas rojas que lo convertían en un sitio coqueto y una gran alfombra negra de terciopelo que no hacía más que recordarme que me encontraba en el gran Hotel Lisbar. Pero lo mejor de todo aquello era el gran balcón que tenía.
-Es preciosa.- sonreí.
-Me alegro que la guste.-
-¿Cuando tendría que pagar el servicio?- pregunté.
-Oh no se preocupe.- sonrió uno de los mayordomos mientras se dirigía a la salida y cerraba la puerta.-Una tal Sofía ha pagado ya todo, ahora solo la queda disfrutar.- una vez se marcharon corrí rápidamente a llamar a mi amiga estupefacta.
-¿Diga?-
-Dime ya mismo de dónde has sacado tanto dinero. Porfavor antes de que me seas sincera dime que no has robado un banco ni nada parecido.- formulaba alarmada.
-Veo que ya has llegado, no te preocupes eso fue una deuda de Roger.- oí al otro lado del teléfono.
-¿Roger?-
-Si, el sitio en el que estás alojada ahora mismo estuvo tambien L.-
-¿¡Como dices?!- me escandalicé mientras lo ponía en manos libres para arreglar mi maleta.
-¿No te pone contenta?-
Yo solo cogí una camiseta para llevarlo al armario.-¿Que si me pone contenta? ¡Más bien me inquieta saber que estoy en el mismo sitio que estuvo él!-
-¿Por que te pones así? Siempre has sido una gran entusiasta del trabajo de L. El sitio en el que estás fue uno de sus centros de investigación contra Kira.-
-Madre mía Sofia.- respondí mientras me acercaba al teléfono.-En fin da igual, ¿Que hacemos ahora?-
-Hay que investigar el sitio en el que está Kira, pero no se como haremos eso, si tuviéramos contacto con Near o algo.-
-Near es ajeno a todo lo que nos incumbe, ya deberías saberlo.- dije mientras sacaba mi ordenador de la maleta.
-No importa, haremos todo lo que podamos cada una y si encontramos algo valioso o alguna pista nos lo comunicamos.-
-De acuerdo.- dije colgando el teléfono. Empecé a buscar tanta información como pude, pero lo único que encontraba eran criminales muertos, y eso de algún modo lograba hacer que me acordara del mundo en el que vivimos.
Sabía que en el fondo Sofía tenía razón, si tan solo tuviéramos algún contacto con el albino todo sería más fácil, pero me considero capaz de encontrar a Kira por mis propios medios.
Si tan solo pudiera mandarle un mensaje, solo que a diferencia de Near no me encuentro con el poder de la policía. Algo se había asomado por mi cabeza, como si fuera casi un milagro se me acababa de ocurrir la mejor idea desde que había venido a Tokio. Así que cogí mi chaqueta y bajé corriendo hasta recepción.
-¿Se marcha Señorita Clare?- me preguntó el secretario.
-Sí, no tardaré.- respondí.-Lléveme a la prensa nacional.- ordené al taxi.
-¿A la prensa?- se giró hacia mi confuso.
-¡Sí rápido!- exclamé con miedo a que hubiese cerrado ya. El conductor solo arrancó mientras me llevaba al sitio al que le indiqué.-Quédese con el cambio.- dije mientras le entregaba un billete y abría las puertas del edificio interrumpiendo al personal.
-¿Quién es usted?- me preguntó un hombre barbudo.
-¡Soy de la policia y vengo a entregarle un mensaje a Kira!- grité mientras enseñaba una placa falsa.
-¡Oh pero que feliz que soy!- exclamó emocionado un hombre barbudo y con gafas, probablemente el jefe.
-¿S-Señor Kitamura?- preguntó el cámara confuso.
-¡Grábala, graba a la agente!- respondió excitado. De repente un gran foco me alumbró.
-Quiero que se me tape la cara y me distorsione la voz.-ordené.
-Pero...-
-¡He dicho que me tape la cara y me distorsione la voz!- me enfadé. Kitamura solo me miró nervioso mientras asentía y me daba la señal mientras me ponía una máscara.
-Kira..- susurré mientras miraba a la cámara.-Descubrí que eras un asesino hace un par de años ¿Y sabes que fue lo primero que pensé de ti? Que no eras más que un adolescente aburrido con una personalidad infantil, y que al ver que había maldad en el mundo, algo que ha habido desde siempre, no se te ocurrió otra cosa más que acabar con esa gente. Pero te digo una cosa ¿Que te hace diferente de ellos? Por que haces las mismas cosas, asesinas y manipulas, y lo peor es que no sientes remordimiento alguno. Esto solo me hace pensar que hoy en día vivimos con un criminal más, pero algo peor que eso, que la gente idolatra a un asesino despiadado pensando que es el nuevo "dios". No sé si creer que la sociedad se está volviendo más estúpida de lo que ya es, o si simplemente les han lavado el cerebro ¿Pero sabes una cosa? Yo sé quien eres, se dónde te criaste, sé el tipo de familia que tienes y sé como matas.- sonreí nada más decir eso último.- Y la verdad, Kira, es que no te tengo ningún miedo. Te espero aquí, sentada en el sillón de mi casa esperando a que me de un ataque cardiaco, saludos C.- y acto seguido se apagó la emisora.
Si Kira hacía publicidad de él, yo también lo haría de mí.
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