Clare
Mello
-Entonces hay que obligarlo a escribir un nombre, ¿no?- concluí.
-Así es. Solo de esa manera, y en el caso de que la libreta que tengamos no sea la verdadera, haremos el intercambio con la de Mikami.-
-¿Crees que es la falsa?- pregunté.
-Sí.- respondió Near mientras se enroscaba el pelo con su dedo.-Aún no ha habido signos del Shinigami, y eso que Gevanni tocó la libreta hace tiempo.-
-¿Y si el Shinigami está de su lado y tan solo se está ocultando?-
-No lo creo. El Shinigami es un Dios de la muerte que está al recaudo de esa libreta. Su misión tiene que ser, aunque sea, echarle un ojo durante el día. Dudo que el Shinigami se quede en casa mientras Mikami se pasea con ella por la calle.-
-¿Y cómo va Gevanni con la copia?-
-Bastante bien. Es muy eficaz cuando se trata de su trabajo, no te preocupes por eso.-
Pasada la tarde, Rester nos trajo la cena, por lo que todos nos sentamos en la mesa.
-¿Cómo es que Clare no ha llegado todavía?- se extrañó Matt mientras dejaba su consola a un lado.
-Suele llegar tarde a veces.- respondió Sofía.-No sería la primera vez.-
-¿Sabéis a dónde fue?- preguntó el albino.-Teniendo en cuenta que le dije que no hacía falta que vigilara a Light pensé que lo mejor sería que actuase por su cuenta. ¿Tenéis alguna idea de cual era su plan?-
Todos nos callamos al no tener respuesta a la pregunta de Near. Todos menos Sofía, que miraba nerviosa la situación.
-Si lo sabes, dilo.- insistí.
-Verás..-musitó.-Me dijo que le echaría un ojo a Light.- sonrió nerviosa.
Fue en ese momento cuando los tres nos miramos sin poder creerlo. Matt echó la cabeza hacia atrás, totalmente derrotado por la situación, mientras que Near miró con desagrado y con el ceño fruncido sus piezas de puzzle.
-¿Tan difícil es hacer las cosas bien? Por el amor de Dios.- se desesperó mi amigo.
-Esto de seguir las normas no va ni con Mello, ni con Clare. Está claro que vosotros dos no hacéis más que traernos sorpresas que luego no acaban bien. En fin, esperemos que no sea nada grave.-
A diferencia de mis compañeros, me quedé sentado sin decir nada. No me sorprendía lo que Clare acababa de hacer.
-¿Y se puede saber a dónde diablos se h- pero fue entonces cuando me levanté de la silla con los ojos abiertos al responder mi propia pregunta.-Esta chica es tonta.-
-¿Qué ocurre?-
-Clare me dijo el otro día que había conseguido entrar en la casa de Light. Estoy seguro de que está ahí.- dije mientras me ponía los zapatos deprisa.
-¿Estás seguro de eso, Mello?- preguntó Sofía.
-Cuando Clare hace algo una vez tiene la extraña manía de volver ha hacerlo. Si no ha venido aún es por qué está en problemas.-
-Mello, no irás en su busca.- dijo Near.-Light vive con Misa, y ella tiene el ojo, me niego a provocar una muerte tan tonta como esta.-
-¡¿Esperas que me quede tranquilo en una situación como esta, Near?!- exclamé.-¡Una mierda!-
-No serás tú quien vaya a esa casa, sino Rester y Gevanni.-
-Iré con ellos.- respondí decidido, pero el albino tan solo se cabreó más.
-Por una vez en tú vida hazme caso.-
-¡He dicho que iré con ellos!- elevé el tono de voz.
Sin embargo, Near iba a replicarme de nuevo cuando sonó el teléfono.
-¿Qué ocurre Gevanni?-
-¡Mikami ha sacado un cuaderno!-
Todos nos sobresaltamos, y mi mente empezó a imaginarse la peor situación.
-¡¿Qué es lo que escribe!?- me angustié.
-No se ve desde la distancia a la que me encuentro.-
Mi corazón se congeló con el solo hecho de pensar que estaba escribiendo su nombre. Mis lágrimas se asomaron y mis manos empezaron a sudar de manera exagerada.
-Al parecer ha escrito el nombre de un pasajero. Nada importante.-
Caí derrotado en la silla mientras me llevaba las manos al cabello para así poder peinármelo hacia atrás.
Matt empezó a animarme dándome pequeños golpes en la espalda para que me recuperara, mientras que Sofía repetía una y otra vez un menos mal.
-Está bien, este es el plan.- dijo Near.-Gevanni estará aquí dentro de poco, así que él y Rester irán a por Clare poniéndose un casco. Por otro lado, Mikami ha empezado a actuar, seguramente porque Light trama algo. Además nos hemos quitado la sospecha sobre la libreta. La que tenemos ahora en nuestras manos es la falsa, no la verdadera.-
Clare
Demasiadas horas boca abajo y aplastada contra el colchón conseguían hacer que mi cabeza diera vueltas y que sobre todo me encontrara desubicada.
Lo único que no tenía que pasar era que Misa viese mi cara, así que no tenía otra opción más que esperar a que se quedasen dormidos, aunque había otra opción que conseguía alarmarme.
¿Y si decidían no dormir esa noche?
Empezaba a angustiarme al darme cuenta que las horas pasaban y que nada bueno sucedía a mi favor. En definitiva, había sido un error venir aquí sola, sin tener aunque sea una ligera idea de lo que podría ocurrir.
Fue entonces cuando mis manos empezaron a temblar y mi corazón a encogerse.
Me dolía el pecho, y notaba como poco a poco mi aire se iba comprimiendo. Estaba aterrada, y en un ataque de ansiedad que intentaba controlar, me tapé la boca para no hacer ruido mientras sollozaba por debajo de la cama.
Mis lágrimas caían sobre mi mano y mis piernas se apoyaban rendidas sobre el sucio suelo de madera.
Mis pensamientos empezaron a oscurecerse y a llenarse de contradicciones que no tenían respuesta.
Hasta que de repente, un fuerte sonido invadió mis pensamientos, pues un alarmado Light se levantó de la cama lo más bruscamente posible hasta llegar a la puerta y pasar tras ella.
No entendía nada de lo que acababa de pasar, pero mis ojos por un instante se llenaron de luz al ver que aún había esperanza para mi. En un rápido movimiento visualicé los pies de Misa, y al observar que no se encontraba en la habitación ni en el salón, salí por debajo de la cama.
No se me pasó por la cabeza que se tratase de una simple trampa, tan solo quería escapar de aquella casa.
Salí corriendo por todo el pasillo, pero justo cuando iba a girar el pomo de la puerta, cuando estaba tan solo dos pasos de mi libertad, una voz susurró mi nombre justo detrás mío.
-Clare Kuntuk.- no me giré, pero no porque no quisiese, sino porque mis pies se habían congelado.
Aquella voz femenina había conseguido paralizarme con tan solo pronunciar mi nombre.
Mi identidad acababa de ser descubierta por nada más y nada menos que el segundo Kira.
Mis ojos se quedaron abiertos durante un tiempo intentando asimilar lo que acaba de pasar y rezando porque todo esto se tratase de un simple sueño. Pero desgraciadamente, las cosas no son como solemos querer.
Era inevitable que algo como esto ocurriese, las acciones traen consecuencia, y yo ya había cometido demasiados errores como para que algo como esto no ocurriese.
Es así como, cogiendo aire y cerrando los ojos, puse mi mente en blanco intentando tranquilizarme, y cuando por fin lo hice abrí la puerta para marcharme.
Pude visualizar a lo lejos un coche, un coche que reconocí al instante, el de la SPK.
Me encontré con Gevanni y con Rester y no pude evitar estrecharles un abrazo.
-¿Te encuentras bien, qué ha pasado ahí dentro?- me preguntó el pelinegro, pero yo tan solo miré hacia el cielo, que aquella noche estaba nublado.
Porque la muerte no era más que eso, un viaje durante la noche. Toda mi vida temiendo este momento. Temiendo por los míos y por Mello. Y cuando creí estar preparada para ello, me doy cuenta de que no. Nadie está preparado para afrontarse a ella.
Era como si mi ser fuese a romperse en trozos sin acabar de romperse por completo, porque el problema no es que tuviese miedo de morir, sino que no quería estar ahí cuando eso sucediese.
Cuando mi sangre dejase de circular y mi corazón de bombear. Cuando mi mente se olvidase de él y de todo lo que me rodean, entonces me preocuparía por cuidar de aquellas cosas en el más allá.
Allá dónde nadie me escuche y las señales no existan, mis ojos se convertirán en la ventana que den al mundo.
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