El avión aterriza y nos bajamos. Estamos en Seattle, la ciudad que será nuestro hogar de ahora en adelante. Tomamos nuestras maletas y salimos del aeropuerto.

-Mamá, ¿ y ahora qué hacemos? -pregunto sin saber a dónde ir.

-Tomamos un taxi y le decimos que nos lleve a la que será nuestra nueva casa de ahora en adelante -suspira y nos subimos en un taxi.

Ella no se ve muy feliz. Parece que ya ha estado aquí y eso la llena de tristeza, no logro explicarme porqué.

Llegamos a una casa no tan grande, muy bonita y acogedora; le paga al taxi y entramos.

-¿Qué te parece la casa? -me pregunta al entrar.

-Normal -digo sin ánimo y me siento en un mueble.

Ya la casa esta amueblada.

-Cambia ese ánimo, cariño, no me gusta verte así -me dice y suspiro -. ¿Y si vamos de compras? Cuando terminemos de acomodarnos, claro -yo sonrío.

-Está bien, mamá -entro al que será mi cuarto y comienzo a guardar la ropa.

Termino después de una hora y siento escalofríos, este cambio de clima me afectó, aquí es más suave que en México (Cancun). Entro al baño y aseo mi cuerpo. Me cambio por algo más cómodo y nos vamos de compras.

* * *

Compramos muchas cosas, ropa, comida, de todo. Me siento exhausta.

-Mañana tengo que ir a hacer todos los trámites en el nuevo colegio -dice mi madre con una mueca.

-Mamá, yo quiero buscar un trabajo, tengo que ocuparme en algo -digo y ella me mira.

-¿Trabajo en qué? -yo la miro obvia.

-De enfermera, ya sea en una clínica o cuidando a alguien -digo comiendo una manzana.

-Está bien -dice y entra a su cuarto.

Mi celular vibra y veo que es una vídeo llamada de Jhoidy.

-Hola -dice con una sonrisa y yo sonrió.

-Hola -me acuesto en mi cama.

-¿Cómo es EE. UU.? ¿Qué tal los chicos? -mueve sus cejas con picardia y yo ruedo los ojos sonriendo.

-Ay, Jhoidy tú no cambias. Lo que he visto me ha parecido muy lindo. Con respecto a los chicos, los pocos que vi están cómo quieren -digo y ella ríe.

-Vela ve y después dice que no se fija en eso -me rio.

-Obvio que me fijo, pero no todo el tiempo, mujer -digo y miro la hora. 5:00 p.m. -¿Qué hora es allá? -pregunto curiosa.

-Son las 8:00 de la noche. Amiga estoy planeando en las vacaciones ir a visitarte -sonrío.

-Eso me parece genial -ella pega un gritito y yo me rio -. Jhoidy, ya me quedé sin carga, te hablo mañana, amiga, adiós -le tiro un beso y ella igual.

Pongo a cargar el celular y salgo a sala, hace un poco de frío.

-Hija, ya está la comida -dice mi madre poniendo la mesa.

-Mamá, voy a comprar un periódico para buscar trabajo. Vi en internet algunas direcciones y hay un puesto cerca -digo comiendo.

-Es peligroso que camines sola en una ciudad que no conoces -yo la miro incrédula.

-Mamá, te recuerdo que ya no soy una niña y me sé defender sola, nada me va a pasar -ella me mira seria y casi fulminante.

-Está bien, ya sé que no eres una niña, pero sigues siendo mi hija y mi deber como madre es protegerte, aunque ya te sepas defender sola -dice y se levanta de la mesa, yo suspiro.

-Mamá, lo siento, sé que solo quieres protegerme, pero nada me va a pasar solo por salir a comprar un periódico -ella suspira.

-No te demores, ya es un poco tarde -beso su mejilla y salgo.

Comienzo a caminar y las calles están iluminadas, acá afuera hace un poco más de frío. Llego al puesto de periódico y compro uno. Me siento en una banca, comienzo a leerlo. En la portada aparece la foto de un accidente. " En la noche del día 18 de agosto del 2015. El joven Parker Beckman sufrió un terrible accidente que lo dejó con una parálisis temporal".

Al leer esto siento algo extraño en el pecho. Sigo leyendo y tal parece que el chico viene de una familia adinerada y de casualidad están buscando una enfermera. Este anuncio me llama mucho la atención, algo me dice que tengo que presentarme en esa casa y eso haré.