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Capítulo 44

Joham

Ya llevamos todo el día en la empresa verificando finanzas y todo está en orden. Creo que al fin podremos irnos a casa para ver a nuestras prometidas. Decido llamar a Scarlett para saber cómo se encuentra. Está a punto de cumplir los nueve meses y es posible que los bebés se adelanten. Le marco dos veces y no responde, vuelvo a marcarle y al tercer tono contesta.

¿Mi amor?

—Joham, soy Jhoidy —me extraño.

Scarlett nunca presta su celular y no me gusta el tono de voz que está usando Jhoidy.

—¿Por qué tienes el celular de Scar? —pregunto y escucho que solloza —. Jhoidy, ¿qué pasa? ¿están bien? —empiezo a alterarme y Parker frunce el ceño.

—Joham, Perdóname, la secuestraron, y yo no pude hacer nada —dice llorando y mi mundo se detiene.

—¿Cómo que la secuestraron? —Parker se pone pálido.

—Sí y yo no pude hacer nada, me golpearon en la cabeza —comienzo a recoger los papeles y Parker me ayuda.

—A ver, Jhoidy, tranquilizate y llama a la policía, ya vamos para allá —digo y cuelgo la llamada.

Parker me mira pidiendo una explicación.

—Secuestraron a Scarlett —digo y Parker cae sentado en la silla.

No puede ser y ya tengo idea de quién puede estar detrás de esto. Salimos de la empresa y nos subimos al carro, Parker conduce, yo no tengo cabeza para hacerlo. Ahora mismo lo único que quiero es encontrar a mi prometida y por ende a mis hijos.

* * *

Scarlett

Abro los ojos y la luz me ciega, los cierro y los abro nuevamente. Siento un dolor en mi espalda y es cuando me percato de la posición en la que estoy, me encuentro atada de manos y piernas a una silla. La puerta se abre y por ella entran Angela y Chantal.

—Hasta que despiertas, estaba a punto de echarte agua fría —me dice Chantal con diversión y la miro mal.

—¿Qué quieren? Déjenme ir —ellas se ríen.

—No, chulita, aquí no se hace lo que tú digas —me dice y se me acerca —. Si sales de aquí será sola o mejor aún, muerta —saca una navaja y la pasa por mi rostro.

Nunca en mi vida había tenido tanto miedo y no por mí, sino por mis bebés.

—¿Qué quieres de mí? —se pone detrás de mí y suelta el nudo de mis manos.

—Queremos venganza, tú me quitaste el amor de mi hijo y adivina con que me vengaré —dice Angela mirando mi vientre y entro en pánico.

—Ya sabes lo que haremos, chulita, cuando nazcan, te quitaremos a esos mocosos y ya veré que hago yo contigo. Mientras, no des motivos para que te mate y me importen un rábano esos niños —dice y sale de la habitación.

Angela termina de desatarme y se van. Cuando lo hacen me abrazo a mí misma y me permito llorar.

—No dejaré que nada malo les pase y estoy segura que su papi ya nos está buscando —digo acariciando mi vientre.

Mis bebés se mueven y derramo lágrimas. Necesito salir de aquí por el bien de los tres.

* * *

Días después...

Joham

—¿Cómo puede ser posible que no aparezca? —pregunto con rabia.

Ya llevo más de una semana buscando a Scarlett y no aparece, parece que se la hubiese tragado la tierra. Y da la casualidad que Chantal y mi madre también están desaparecidas.

—Estamos haciendo todo lo posible por encontrarla —dice el agente de la policía.

Michael se ve desesperado al igual que yo.

—Mi hija tiene que aparecer, hagan todo lo que sea necesario —dice Michael.

—Pero no hay manera de contactarla, si fuera un secuestro ya los secuestradores hubiesen pedido rescate —dice el agente y me pongo de pie.

—Es que no es un secuestro normal, porque Chantal y mi mamá no quieren dinero. Ellas lo que buscan es venganza —digo y en eso suena mi celular en el pantalón.

—¿Diga? —contesto.

—Joham, mi amor —escucho la voz de Scarlett y mi corazón comienza a latir fuerte.

—Scarlett, no sabes lo preocupados que estamos, ¿dónde estas? ¿están bien? —Michael me mira esperanzado y los agentes conectan mi celular a un aparato para poder ubicarla.

—Joham, por favor tienes que encontrarme. Tu mamá y Chantal me tienen secuestrada en una casa abandonada a las afueras de Seattle. Tienes que encontrarme, Angela se quiere vengar de mí porque tú no la elegiste a ella y me quiere quitar a los niños cuando nazcan, tienes que venir.... —dice muy rápido y escucho un ruido y gritos.

—¿Scarlett? ¡Mi amor!

—Tu único amor debería ser yo y olvídate de ella, porque apenas nazcan esos mocosos ella estará tres metros bajo tierra —dice Chantal y cuelga el teléfono.

Parece que escucharon toda la conversación y Michael derrama una lágrima. Yo me siento más desesperado que nunca, tengo que encontrarla, ahora me preocupa mucho más porque sé lo que quieren hacer con ella y mis bebés.

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