Capítulo 42
Chantal...
Llego al departamento que comparto con la mamá de Joham y lanzo el bolso contra la pared, para caminar de un lado a otro. Angela al escuchar el golpe sale del cuarto.
—¿Qué pasa? ¿Por qué vienes así? —pregunta con el ceño fruncido.
—No te imaginas a quienes me encontré en el maldito hospital —ella me mira confundida —. A tu hijo y a su prometida. Lo peor no es eso, sino qué hacían allí. Déjame felicitarte, serás abuela de dos mocosos —me mira sorprendida y yo siento rabia.
—¿Qué? —ella lleva sus manos a la boca y cae sentada.
—No te emociones mucho. Esos niños no pueden nacer, de mi cuenta corre que no lo hagan. Y tampoco dejaré que se casen —ella me mira de inmediato y se pone de pie.
—Esos niños si van a nacer, concuerdo en que ellos no se casen, pero los niños si van a nacer —la miro mal.
—¿Qué vas a hacer con un par de mocosos? —sonríe con malicia.
—Ella me quitó a mi hijo, es momento de desquitarme —sonrío de la misma manera que ella.
—Eso la hará sufrir mucho. Me encanta que pienses así —sonrío con malicia y saco una libreta —. Atacaremos cuando este cerca la hora de que los mocosos nazcan, esto será muy divertido —ella asiente y yo me rio.
Me divertiré mucho haciéndola sufrir.
Meses después...
Escarlett
Me despierto por unas patadas en mi vientre, lo acaricio con los ojos cerrados. Al mismo tiempo que siento el movimiento, Joham se remueve a mi lado. Estos meses han sido un poco cansados para mí. Ya tengo treinta y cinto semanas de gestación, en una semana más cumplo los nueve meses; mi vientre está enorme.
En estos seis meses también han pasado muchas cosas, cambié mi nombre para poder tener el apellido de mi papá, ahora me llamo Scarlett Beckman del Castillo. Mis padres se casaron y ahora están de luna de miel (se llevaron a Elisa), llevan dos meses fuera de Estados Unidos. Mi mamá me llama dos días por semana para ver cómo voy con el embarazo y mi corazón, puesto que, en la mitad del embarazo acabé en el hospital por la noticia de la muerte de mi mejor amigo. Sí, Brayan murió, su enfermedad estaba muy avanzada. En el hospital dijeron que mi corazón está totalmente deteriorado y tengo que hacer el trasplante apenas dé a luz. Parker le pidió matrimonio a mi amiga y están planeando la boda. Estos meses también han sido un poco intranquilos por las amenazas de Chantal y me preocupa que no haya actuado aún.
—¿Qué haces despierta tan temprano? —escucho la voz de mi prometido y me sobresalto.
—¿Nunca se te va a quitar la costumbre de asustarme? —lo miro mal y rueda los ojos.
—Responde la pregunta —ruedo los ojos y me siento en la cama.
—Culpa de tus hijos, son muy inquietos a esta hora y siempre me levantan —él se ríe y lo miro mal.
Me cruzo de brazos y él se acerca a mi vientre.
—Niños, no despierten a mami, porque después amanece gruñoncita —le habla a mi vientre y los bebés hacen acto de presencia.
Sonrío y acaricio mi vientre.
—Gruñona tu abuela —lo miro mal y él se ríe.
—Además de gruñona, infantil —sigue riendo y le pego en el hombro.
Hace una mueca de dolor y yo sonrío. Me pongo de pie y voy al baño para hacer mis necesidades.
Salgo del baño ya cambiada y veo que mi prometido se está arreglando para ir a la empresa. Como mi papá no está le toca hacerse cargo. Le ayudo con la corbata y le robo un beso. Bajamos a desayunar y mi hermano y cuñada/amiga ya están ahí.
—Buenos días —digo y nos sentamos a comer.
El desayuno consta de unos Waffles con miel y limonada.
—¿Cómo están mis sobrinos favoritos? —pregunta Parker y yo lo miro.
—Son los únicos que tienes, bobo —dice Joham y Parker le tira un pan que le cae en la cabeza, me rio.
—Amaneciste muy gracioso hoy, amor —él me mira mal y yo me sigo riendo.
—No se comporten como niños —dice mi amiga y rueda los ojos divertida.
—Habló la madura —responde mi hermano sarcástico y ella lo mira.
—¿Te demuestro todo lo madura que soy? —lo mira pícara y mi hermano se sonroja, yo me rio.
—Aquí no por favor —dice mi prometido con una mueca de asco y todos estallamos en risas.
Estos son momentos inolvidables.
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