Camino por el pasillo de la casa y me detengo en una puerta del primer piso cuando escucho un sollozo. Mi curiosidad me mata y la abro sin preguntar, veo al señor Beckman mirando una fotografía y soltando lágrimas.

—Señor, ¿se encuentra bien? —al escucharme da un respingo y se seca las lágrimas.

—Sí —response y guarda la fotografía.

—No se ve muy bien.

En su mirada puedo apreciar el dolor, como si algo lo atormentara.

—Estoy bien, muchacha, no te preocupes —se sienta en una silla.

—Dígame Scarlett, ese es mi nombre, pero mis amigos me dicen Scar —el señor sonríe.

—Mi nombre es Michael, y Me dicen Michael, aunque mis empleados me tratan de usted. Pero si tú quieres llámame por mi nombre —sonrío.

—No podría tutearlo señor, usted es mayor que yo. Además, es mi jefe —él se ríe.

—Muy viejo querrás decir —yo niego.

—No, para nada, solo que no podría tutearlo así de la nada —miro la hora y ya me tengo que ir —. Ya me tengo que ir —digo y nos ponemos en pie.

—Está bien, Scarlett, nos vemos —yo le sonrió y salgo de ahí.

Por alguna razón ese señor me preocupa y a la vez me da un sentimiento de familiaridad que no sé explicar, el mismo sentimiento que me da con Parker y Elisa. Subo las escaleras y al entrar al cuarto de Parker lo veo hablando con Elisa todavía.

—¿Interrumpo? —pregunto entrando.

—Claro que no, ven habla con nosotros —yo niego.

—Ya debo irme, mi horario terminó, solo vine a despedirme —él asiente.

—Que te vaya bien, nos vemos mañana —yo me acerco a ellos.

—Hasta mañana —beso su mejilla y él sonríe.

—Bye —dice la niña y Parker se sorprende.

—¿Por qué la miras así? —le pregunto a Parker.

—Porqué se me hace muy raro que Elisa te haya hablado sin conocerte y sin tenerte confianza —la niña me mira.

—Yo a ella la conozco —dice sonriendo y yo la miro confusa.

—¿Cómo? —pregunto.

—Yo te vi en una foto —frunzo el ceño.

—Elisa, no digas disparates, el sueño está jugando en tu contra —Ella se ríe —¿podrías acostarla antes de irte? —yo asiento.

Ella se despide de Parker y toma mi mano. Salimos de la habitación y pregunto.

—¿Cuál es tu cuarto? —señala el que está al lado del cuarto de Parker.

Caminamos a ese y antes de entrar, del otro sale el chico de la playa con una rubia. Al verme sonríe y la rubia me mira.

—¡Joham! —grita la niña y corre a él.

Con que así se llama.

—Preciosa ¿cómo estás? —la carga en sus Brazos.

—Bien —le sonríe a la niña y me mira.

—¿Quién es ésta? —pregunta la rubia.

—Ella es Scarlett, la enfermera de mi hermano —yo me sorprendo, es hermano de Parker y lo más raro como sabe mi nombre.

—Yo soy Chantal, la novia de Joham —no sé porque esa noticia me enoja.

—Un gusto señorita —sonrío falsa y ella igual. Joham me mira y yo miro a la niña —Elisa ven, ya es hora de dormir —la niña besa la mejilla de su hermano y él la abraza.

—Descansa preciosa —besa su frente y ella se sonroja.

La baja, ella camina a mí y toma mi mano.

—Buenas noches —digo cortés.

—Buenas noches boni... —no terminal de decir la palabra —nos vemos mañana, Scarlett —dice y se va.

Chantal me mira como si quisiera matarme ¿a esta tipa que le pasa? Me adentro en la habitación de Elisa y la decoración es de princesas, ella camina al baño.

—Antes de dormirme me tengo que bañar, porque después mi mamá me regaña y me dice cosas feas —pone cara triste y yo frunzo el ceño.

—¿Qué te dice? —me acerco a Ella y la ayudo con la ropa.

—Me regaña y comienza a decirme que le estorbo y que ojalá me hubiera muerto yo en vez de mi hermano —derrama una lágrima y yo la seco con mis dedos.

Mi corazón se contrae.

—No le prestes atención —se mete en la Tina.

—Ella me da miedo y a pesar que es mi mamá, no me quiere y yo extraño mucho a Nick —dice triste y yo la abrazo.

No me importa mojarme.

—Nena, no digas eso, ella es tu mami. Claro que te quiere, solo que cuando las personas se enojan dicen cosas feas que en verdad no sienten —ella seca sus lágrimas y termina de bañarse.

—En cambio, tú eres muy Linda y me caes bien —yo sonrío y saco un pijama del armario, la ayudo a ponérsela.

—Tú también me caes bien princesa —se mete es su cama y abraza a su oso de peluche, yo la arropo y beso su cabeza.

Esta niña apenas la conozco y ya siento cariño por ella.