LXVII
-¿Alguna vez has probado el algodón de azúcar? - Cameron me preguntó mientras tomaba las mangas de su suéter.
-No, no le he probado - se giró hacia a mi, con un rostro de asombro.
-¿Cómo es eso posible? - sonrió.
-¿Está bueno? - me acerqué a ella.
-Es delicioso - ella me abrazó - Quizá algún día, comamos uno.
-Si, tal vez.
Su mirada permaneció en mi un largo tiempo.
Y entendí que Cameron se iría pronto y yo no iba a detenerla.
Las estrellas quedaron en segundo plano y nuestras miradas permanecieron unidas. Cuando ella me sonrió, se sintió tan cálido, como un abrigo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro