XV
Estoy, pero no estoy. Frente al espejo –o en él– no me encuentro, así como no me encuentro tampoco conmigo.
No es cosa de locura, tampoco de la apatía, porque sí. Simplemente es cosa mía, conmigo, porque no tengo a dónde ir, no tengo dónde quedarme.
No tengo cómo estar, ni puedo hacerlo a solas, aunque esté conmigo. Pero no estoy, aunque me vea. No estoy, aunque aúlle como lobo por la noche.
Solo me queda el angosto silencio de la angustia en plena compañía, conmigo estando ausente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro