III
Recuerdo aquellos días en que las palabras eran como el sexo para mí. En que cada sonido bastaba para representar lo que había a ambos lados de nuestras intenciones, de nuestras miradas y de cada indirecta pintada entre sonrisas.
No valía la pena desvestirse después del beso, y lo recuerdo. No valía la pena desvestirse para amarse, y lo extraño a veces.
Pero en aquel entonces aun creía. Creía en algo más que amores rosas y dedicatorias cursis. Creía en un no–sé–qué–carajos depositado siempre entre nuestros labios, antes de decir tú mi nombre o antes de decir yo el tuyo.
Y era todo intensiones. Era todo indirectas. Era todo palabra con palabra, con los cuerpos, aun vestidos, sobre la piel de una verdad irregular. Y lo recuerdo, aunque no lo sienta para nada.
Recuerdo aquellos días en que las palabras eran como sexo para mí. Aquellos días en que, todavía, latía un corazón humano en mi pecho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro