Capitulo 7
Estaciono frente a la gran estructura de la empresa de la que ahora le pertenece a mi amiga Amalia, la cual se encarga de exportar materiales de aluminio, metal entre otros materiales, también crean productos para el rostro.
Saco mi teléfono de la cartera, marco su número y como al tercer pitido contesta, hablo antes de que ella me grite.
~Ya estoy aqui abajo~
Y corto la llamada, se que eso la va a enfurecer mucho más, mientras la espero recuesto mi cabeza en el volante y mi mente traicionera me lleva de nuevo hacia aquel hombre de hermosos ojos los cuales son muchos más bonitos de cerca. Recuerdo cada facción de su blanca piel, su olor.
Echo un gran suspiro y gruño.
—Idiota.
Refunfuño y levanto la cabeza para voltear hacia la entrada de la empresa para ver si viene Amalia pero pego un grito cuando la veo que ya se encuentra sentada mirandome con una ceja alzada.
—¡Mierda! ¿En que momento entraste?.
—Justo en el momento que echaste aquel suspiro, por ahora no te dire nada sobre tu tardanza.
La miro con lo ojos entrecerrados.
—Vamos a ir a comer para que me cuentes que fue lo que paso para que tardaras tanto en venir a buscarme.
No digo nada y comienzo a manejar hasta llegar a un Macdonald, todo el camino fue silencioso. Nos bajamos y entramos al pequeño local, vamos directo al mostrador para pedir nuestra orden e irnos a sentarnos.
—Lamento la tardanza no me había fijado en la hora, estaba con Matt revisando unas cosas importantes.
—Mmm asi que Matt eh— sube y baja sus cejas, ruedo los ojos— yo insisto que él realmente gusta de ti.
—¿Que? no, nada de eso— ella levanta una ceja— ya te dije que a él le gusta Anna.
—Esta bien no diré más, y ¿Que era eso tan importante como para que me dejaras esperando durante casi dos horas?.
—Alguien de la empresa está robando— Amalia abre sus ojos como platos y abre su boca en forma de "O"— si como lo escuchaste, Matt me pidió ayuda por que hace días yo le comenté que se mucho sobre finanzas gracias a papá.
—¡Vaya! Eso sí no me lo esperaba— ella se echa hacia delante— eso es muy delicado Jul, ¿Y él ya tiene a alguien en mente?.
Hago una mueca y niego con la cabeza.
—No, las transacciones han ido a una cuenta "benéfica" le dije que pidiera un listado de todas las instituciones que ellos donan para así poder comparar las transacciones y cada cuánto se hacen las donaciones.
—Claro, es una buena idea y ¿Clark lo sabe?.
Ante la mención de aquel susodicho mi cuerpo entero reacciona como si lo tuviera de nuevo tan de cerca como hace un rato, suspiro y niego.
—Pues deberían de decirle.
—Digo si, si sabe— aclaro un poco más mi voz y Amalia entre cierra su ojos— ¿Que? ¿Por qué me miras así?.
—Porque estás omitiendo algo, te pregunté si sabia y negaste pero ahora dices que si sabe ¿Algo que me quieras decir?.
Odio que me conozca tan bien, estrujo mi rostro con ambas manos y gruño. Cuando iba a hablar llega nuestra orden, le damos las gracias al chico y esté se retira.
—Que Owen Clark es un idiota, eso— ruedo los ojos— pero más idiota soy yo por estar así.
Tomo el vaso de refresco, bebo y veo como Amalia tiene la sorpresa pintada en el rostro.
—Antes de poder decirte mis conclusiones quiero saber ¿Por qué dices que tú eres la mas idiota?.
Bajo el vaso y me le quedó viendo directo a sus ojos.
—Cuando Matt y yo llegamos a la conclusión sobre que habría que decirle al idiota, ya que le dije que necesitaríamos una autorización con la firma del imbecil para poder ir al banco y exigir que nos digan los datos sobre la cuenta "benéfica"— hago comillas con mis manos— a los minutos esté llega totalmente furioso y le pregunta a Matt que por qué no le había dicho sobre que alguien estaba robando, tanto Matt como yo nos sorprendimos. El imbecil de Owen agarro a Matt por el saco y comenzaron a forcejear.
Amalia frunce el ceño pero no dice nada
—Yo trate de llamar la atención de Owen pero nada, y en un intento de desesperación me metí en medio de ambos quedando a centímetros del rostro de Owen— mi voz va bajando poco a poco mientras me acuerdo de aquella escena— Amalia no se porque, pero le llamé por su nombre de pila en un intento de calmarlo y sorprendentemente lo conseguí, él quito sus manos del saco de Matt y cerró sus ojos. Yo por la situación del momento no sé, lleve mi mano hacia su mejilla, lo acaricie y enseguida él abrió sus ojos, nos quedamos unos cuantos segundos mirándonos fijamente sin decir nada. Hasta que el carraspeo de Matt me hizo separarme de Owen— cierro mis ojos y suspiro— luego esté se disculpó y dijo que se había enterado gracias a Katherine y yo le pregunté que como había sido eso posible y él muy idiota me dijo que eso no era de mi incumbencia y que además no eran horas de que yo estuviera en la empresa.
Siento como mi cuerpo vuelve a enfurecerse al acordarme en como me habló.
—No me reire porque se que eres capaz de aventarme un zapato— levanto la ceja — pero, déjame decirte que te gusta tu querido jefe y él de ti.
Se le dibujada una sonrisa traviesa en su rostro y yo solo me puedo reír.
—Ahora todos gustan de mi Amalia— me acomodo en mi asiento— ¡Por dios! Lo que pasa es que ese tipo es un completo idiota y me molesta la gente idiota.
Ella rueda sus ojos mientras dice “Lo que tú digas” para luego después darle un gran mordisco a su hamburguesa, decido hacer lo mismo y seguimos hablando sobre cómo Katherine se enteró, es muy, muy sospechoso a decir verdad.
Terminamos de comer y Amalia se levanta para pedir los helados. Yo me pierdo en mis pensamientos, recordando aquellos bonitos ojos grises, Owen es muy atractivo pero se que no existe nada de lo que dice Amalia por parte de ambos.
Amalia llega con los helados, me pasa el mío y se sienta.
—¿Te acuerdas de Angel?.
—¿El abogado de tu empresa?— asiente.
—Bueno él se retirará por completo y habló conmigo sobre que me recomendaría a alguien de su entera confianza.
—Y.....
—Que es demasiado guapo— suelta una pequeña risa y yo niego— pero es muy serio, hemos hablados unas cuentas veces y fue por temas de la empresa y todo lo que tenga que saber de ella.
—¿Lo vas a seducir?— levanto una ceja y le doy una sonrisa socorrona.
—¿Que? No, nada de eso— ríe— pero si me voy hacer la interesante, como que no me gusta y así.
Abro los ojos sorprendida—¿Amalia te guste ese chico?.
—Correción, hombre. Debe de estar rondando los treinta y algo— sonríe pícara y come de su helado— y me llama la atención a decir verdad.
Se encoge de hombros y seguimos comiendo nuestro helado, hasta acabarlo e irnos. Dejo Amalia en su casa y yo me dirijo a la mia, al llegar a está consigo solamente a papá sentado en la sala.
—Cariño, ¿Como estuvo tu día?— me siento a su lado y él me da un beso en la frente.
—Muy ajetreado papá— suspiro y unos ojos grises se me vienen a la cabeza, sacudo la cabeza y hablo— ¿Donde está Alicia y Luca?.
—Se fue a dormir a casa de sus padres, estos querían ver a Luca.
—¿Ellos no podían venir?— levanto la ceja en su dirección.
—Siendo sincera, ¿Te sentirías a gusto con ellos aquí?
Me quedo pensando por un momento y la verdad es que no me gustaría, niego y mi papá se ríe. La familia de Alicia digamos que no le caemos bien, ni ellos a nosotros, en específico su madre. Ella siempre estuvo negada en aceptar la relación entre mi papá y Alicia, porque mi padre tenía una niña y bla, bla, bla.
En fin, Alicia nunca le prestó atención a su madre y debo decir que hizo lo correcto, a pesar que al principio no la quería, ahora es muy distinto y sé que ella ama a mi padre así como él a ella.
—El domingo va a ver un juego de béisbol, ya compré las entradas.
—Me parece perfecto papá, bueno iré a descansar, mañana tengo trabajo— hago una mueca de fastidio y él se ríe.
Deposito un beso en su mejilla y subo las escaleras hasta llegar a mi habitación para lanzarme a mi amada cama, me quito los zapatos y sin quitarme más nada me echo a dormir.
°°°
Mi despertador comienza a sonar, estiro mi mano y logro apagarlo, me quedo observando el techo de mi habitación durante unos cuentos segundos para despues echar un gran bostezo y levantarme de la cama.
Salgo del baño envuelta en una toalla, voy hacia el armario para sacar una licra y un top negro. Tambien saco un suéter gris y por ultimo unas medias blancas juntos a mi tenis.
Una vez que estoy lista, ato mi cabello en una coleta, desconecto el teléfono del cargador y ver que son las cinco y cuarenta de la mañana. Me coloco el suéter para salir de la casa y comenzar a correr al parque y darles unas cuantas vueltas.
Soy una chica que le gusta hacer ejercicio aunque a la semana corro en las mañanas unas tres veces. Pero desde que comencé hacer las pasantías llego a la casa muy cansada ya que cierta persona me coloca o me manda hacer ciertas cosas que no van de acuerdo al cronograma. Anna es la única que me ayuda al final con los informes, a ella le conte el verdadero motivo del castigo del señor Clark a lo que ella respondió que era algo absurdo.
En fin, llevo un mes entero que corro todos los dias a las cinco de la mañana y regreso a la casa a las seis y media, un ladrido logra sacarme de mis pensamientos. Se trataba de un Pastor Alemán quien estaba atado junto a un asiento queriendose comer a todo aquel que se le acercara.
Llego a casa toda sudada, voy a la cocina por agua y me encuentro con mi papá haciendo el desayuno.
—¡Vaya te toco hacer el desayuno!— me rio y abro la nevera para tomar un agua y beber.
—Si, tengo una hija ingrata la que no me consiente— abro la boca y fingo estar ofendida.
—La cocina no es mi fuerte, pero si quieres con gusto hago el desayuno.
—¡No! tranquila cariño, ya estoy casi terminando— ahora si que estoy ofendida— no es por ofenderte hija, pero de verdad que no sabes cocinar.
—Te salvas por que eres mi padre—le digo entre cerrando los ojos y él me lanza un beso— iré arreglarme en lo que termine bajo para desayunar juntos.
Despues de a ver terminado de desayunar con papá me fui directo a la empresa la cual una vez que puse un pie en ésta algunos se me quedaban viendo de arriba a bajo. Hoy decidí ponerme un ajustado vestido blanco que me llega un poco mas abajo de las rodillas y de mangas largas. Mi sobretodo tambien es de color blanco.
Todos los trabajadores llevan uniformes que son de color negro con detalles blancos, nosotros al ser pasantes podemos venir vestido como queramos, claro está. De manera ejecutiva.
Las puertas del ascensor se abren y salgo directo a mi puesto, no presto atención a los demas. Anna es la única que se acerca a mi junto a su silla.
—Oye Jul luces como toda una ejecutiva importante.
Le guiño un ojo—Esa es la idea querida Ann
Ella sonríe.
—Me di cuenta que no terminaste el informe de ayer, asi que aqui esta— lo tomo en mis manos y me lo quedo observando por varios segundos— solo tienes que anexar tu parte y listo.
—Muchas gracias Ann— le sonrio y ella me devuelve el gesto.
Abro la carpeta para leer lo que hizo Anna y despues anexar mi parte, para despues dejarlo a un lado y comenzar a trabajar.
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