El ruido de mi teléfono me saca del profundo sueño en el que estaba.

Gruño a la vez que me remuevo, abro un solo ojo para verlo reposar en la mesita de noche, lo tomo y veo que se trata de Amalia.

Llamada entrante Amalia.

~Hasta que por fin contestas pequeña demonia~

~Amalia estaba durmiendo, ¿que quieres?~

~Tu padre me llamo histérico porque no llegaste a dormir anoche~

¡Mierda! me levanto enseguida de la cama y veo que Owen no se encuentra en la habitación.

~¿Que le dijiste Amalia?~

~Que estabas aquí conmigo pero estabas dormida~

Suelto un suspiro de alivio.

~Se me olvidó llamarlo y decirle que no iba a llegar a dormir~

~Tranquila fuiste salvada por la campana querida~

~Gracias por eso te amo~

~Igual idiota, pero para la próxima avisa~

~Claro, oye pasaré por tu casa para que me preste ropa~

~Vale, adiós~

~Adios~

Cuelgo y veo que son las siete con cinco de la mañana, veo también las llamadas perdidas de mi padre y tres de Amalia. Lo llamaré cuando esté vía a la empresa.

Voy hacia el baño para hacer mis necesidades, una vez que termino me lavo las manos y veo un cepillo de dientes nuevo. Lo tomo, le quito el envoltorio y procedo a limpiarme la boca, en eso veo un gran chupon en el cuello, abro en grande los ojos y dejo de cepillarme por un momento.

Owen se excedió anoche, niego con la cabeza mientras una ridícula sonrisa se asoma en mi rostro. Termino de cepillarme los dientes, me lavo el rostro y me dispongo a salir de la habitación para ir hacia la cocina. Donde efectivamente me encuentro a un Owen totalmente arreglado, aunque solo le falta el saco.

     —¿Sabes que me podías a ver me levantado?.

Él se gira y lo que veo delante de mi jamás lo llegue a pensar. Owen tiene un delantal pues y se ve jodidamente bien ¿Es que todo le tiene que quedar bien?.

     —Si nena todo me queda jodidamente bien— se acerca y deja un casto beso en mis labios.

     —¿Lo dije en voz alta?— susurro sintiendo como mis mejillas se calientan.

     —lo dijiste en voz alta cariño— afirma mientras se ríe.

Se voltea para tomar dos platos y colocarlos en el mesón, me acerco y veo que hizo omelett.

Se ve rico, me siento y él busca dos vasos y una jarra de jugo de naranja.

     —Tiene buena pinta— le digo y Owen toma asiento a mi lado a la vez que apunta con su cubierto hacia mi plato.

Pico un trozo y me lo llevo a la boca, cuando pruebo el omelett, suelto un gemido.

     —Mi amor esto está divino— pico otro trozo y sigo comiendo.

Despego la mirada del plato y veo que Owen me está observando con un brillo en sus ojos, carraspeo y me enderezo un poco.

     —¿Parezco lambucia no es así?.

Owen suelta una gran carcajada mientras yo sonrio como boba viéndolo reír hasta colocarse rojo.

Cuando se calma, toma su vaso de jugo y le da un largo trago.

     —No nena, para nada, me encanta que seas así de espontánea.

Ruedo los ojos y luego de eso seguimos comiendo hasta que me dirijo al baño para darme una ducha mientras Owen me espera en la sala.

Cuando salgo del baño veo dos bolsas en la cama, arrugo el entrecejo y me acerco. Observo el interior y noto que son prendas de mujer.

Saco el contenido de la primera bolsa y veo que se trata de un pantalón de vestir blanco, tiro alto y de bota ancha. También hay una camisa negra de tiros y un blazer blanco con los botones dorados.

La segundo bolsa es un poco más pequeña y en ella hay una braga negra junto a un sujetador igual de color negro.

Dejo todo en la cama y rápido me dirijo hacia la sala.

     —¿Owen me explicas, ¿por qué hay dos bolsa con prendas de mujer en tu cama?.

Owen despega la vista de su teléfono y repasa su intensa mirada por todo mi cuerpo, el cual solo tiene una toalla encima.

Se levanta y comienza a caminar de manera lenta hacia mi, yo doy pasos hacia tras hasta que siento la pared en mi espalda. Él llega a mi y se mete en mi cuello, siento como aspira su olor ya que los productos que usé son los que él usa.

Deja un suave beso en mi mejilla y me mira a los ojos.

     —De aquí nos vamos directo a la empresa, no te va dar tiempo que pases por tu casa, así que me tomé las molestias de comprar tu atuendo— su voz en baja y suena a como una maldita invitación a pecar.

Yo lo observo embelesada y asiento, siento su mano subir por mi muslo hasta llegar a mi trasero y apretarlo haciendo que yo suelte un gemido.

     —Si sigues así, llegaremos tarde Owen— susurro con los ojos cerrados.

Siento el gruñido de Owen a la vez que se separa de mi, abro los ojos y lo que me encuentro me fascina, la mirada felina y oscura de Owen me hacen querer saltar encima de él.

     —Sube rápido antes que me arrepienta en dejarte ir.

Sonrio como niña pero antes de subir a su habitación, dejo un casto beso en sus labios al mismo tiempo que paso mi mano por su miembro semi despierto y corro escaleras arriba.

Escucho el grito de Owen antes de poder cerrar la puerta con seguro mientras tengo una boba sonrisa en mi rostro.

Me visto de manera rápida y una vez que estoy lista, bajo. Owen en cuanto me ve, me atrae hacia él y me da un intenso beso el cual respondo gustosa.

     —Mas tarde no te salvas.

Le brindo una sonrisa traviesa y salimos de su casa hacia el auto. Mientras Owen conduce yo saco mi teléfono para pasarle un mensaje a Amalia y decirle que ya no pasaré por su casa.

Luego marco el número de papá quién al primer tono contesta y me da un buen sermón, le digo que estoy bien y que lo amo mucho. Con eso lo tranquilizo un poco, pero me dijo que de igual manera no me salvaba de la charla que tenía al llegar a la casa.

Observo como ya estamos en la parte céntrica de Seattle, dejo de observar por la ventana al sentir la mano de Owen en mi muslo.

     —¿Como te sientes al saber que dentro de un mes te graduaras?.

Muerdo mi labio inferior y aprieto un poco su mano.

     —Un poco ansiosa.

     —Tranquila, cuando estes en ese momento, toda ansiedad, estrés y todo lo malo que pasaste a lo largo de tu formación valdrá la pena.

Le regalo una sonrisa sincera y asiento, cuando llegamos a la empresa Owen insistió que subiera con él al ascensor a lo que me negué y terminé subiendo las escaleras.

Lo cual fue una pésima idea, llegue toda agitada a mi piso correspondiente. Espere unos segundo en el inicio de las escaleras para tomar unas cuantas respiraciones y relajarme.

Cuando estoy lista, avanzo hasta mi puesto y enseguida tengo varios ojos puestos en mi, decido no prestarles atención y me concentro en prender la computadora.

     —Hola pequeña traviesa— levanto la cabeza y me encuentro con el rostro sonriente de Anna.

     —Hola Ann— sonrio amable— ¿Ahora por qué soy una traviesa?.

Levanto una ceja y ella entre cierras sus ojos para luego ir a su escritorio y regresar al segundo con un pequeño espejo en su mano, lo levanta a la altura de mi cuello y noto el gran chupón que Owen me hizo.

Abro los ojos y llevo mi mano hacia mi frente, por lo apresurada que estaba en la mañana se me olvidó taparlo con maquillaje, Owen se dio de cuenta pero no me lo dijo.

Lo maldigo en mente.

     —¿Crees que fue por eso que algunos me quedaron viendo cuando entré?.

Ella asiente y siento como el calor se instala en mis mejillas.

     —Ire al baño a taparlo— muerdo mi labio inferior para luego levantarme e ir hacia el baño.

Cuando logro taparlo, suelto un suspiro de alivio. Me dispongo a salir del baño cuando la puerta de este se abre y veo que Madison entra.

Decido ignorarla y salir del baño pero su voz me hace detener.

     —No sabía que eras esa clase de mujer que se dejan marcar, supongo que de verdad no estás detrás de un hombre como él.

Sé que ella quiere obtener cualquier información sobre si estoy o no con Owen.

     —Madison no te conviene meterte conmigo—me volteo— es que, ¿Mi puño en tu rostro no te convenció?.

Ella rápidamente se tensa y decido dejarla sola en el baño. el resto del dia se fue volando, unos quince minutos antes de la salida, Ashley nos dijo que mañana a primera hora nosotros tenemos una reunión importante con el señor Owen.

Todos asentimos, yo termino de hacer el informe y me dio cuenta que me encuentro sola en el piso, no me sorprende realmente. Me levanto y pulso el botón del último piso.

Salgo del ascensor y veo que Ashley ya se fue, voy hacia la puerta de Owen y paso sin tocar. Lo encuentro sentado en su escritorio tecleando algo en su ordenador, levanta la mirada y sonríe.

     —Hola preciosa, siéntate en un momento nos vamos.

Me acerco hasta él para darle un casto beso en sus deliciosos labios, voy hasta el archivero y dejo el informe allí para después sentarme en el sofá.

Después de unos veinte minutos, Owen termina y ambos salimos de su oficina directo hacia su auto.

     —Tu auto se encuentra en mi casa nena— alzo una ceja y él voltea solo un segundo para mirarme y luego concentrarse en la carretera— ¿Que?.

     —Hoy tengo que llegar a mi casa.

     —Esta bien— gruñe y yo rio un poco.

Coloco la radio y empieza a sonar una canción de Taylor Swift, empiezo a cantarla haciendo reír a Owen.

Estamos acostados en su cama, la sábana es lo único que cubre nuestros cuerpos. La mano de Owen sube y baja de manera lenta en mi espalda mientras yo estoy recostada en su pecho escuchando el latir de su corazón.

Apenas llegamos a su casa, nos dirigimos a su habitación mientras nos devorabamos la boca.

     —¿De que se trata la reunión de mañana?.

     —Tendrás que esperar hasta el día de mañana nena— su pecho vibra mientras habla.

Muy a mi pesar, levanto la cabeza para observarlo y hacerle un puchero.

     —Anda, quiero saber— hago otro puchero y Owen rueda sus ojos, me toma el rostro y me besa de una manera que me roba el aliento.

A los segundos se aparta lentamente.

     —Ya tenemos a los tres pasantes que se van a quedar.

Sorprendida abro mucho los ojos.

     —¿En serio?— él asiente— me imagino que no estoy metida entre los tres, ¿Verdad?.

Él me observa de manera seria y se lo que significa.

     —Yo te dije que porque seas mi novia, no te iba a escoger por eso— dice serio— aparte de mi, esta la opinión de Matt y Conor.

Suspiro.

     —Lo se amor, pero el que tiene la respuesta definitiva eres tú— muerdo mi labio inferior y me siento en la cama— yo tengo un puesto seguro en la empresa de Amalia pero, ¿Y Anna, Pedro y Phil? Ellos merecen está oportunidad.

     —¿Y por qué crees que tú no te mereces esta oportunidad?.

Lo miro unos segundo y observo sus ojos curiosos en mi.

     —No es que no crea que no la merezco, sino que. Gracias a dios tengo Amalia y ella siempre me a recibir con los brazos abiertos, ya tengo mi oportunidad y aunque está, es mucho mejor, quiero que sean ellos los que la tenga.

Noto como sus ojos adquiere un bonito brillo en ellos.

     —¿Y por qué la otra chica no?— lo miro seria con una ceja levantada y Owen comienza a reír.

Ruedo los ojos y bajo de la cama.

     —Si quieres que ella se quede, es tu decisión, no voy a interferir.

Me encojo de hombros y él se levanta de la cama y me abraza por detrás mientras comienza a repartir besos en mi hombro.

     —Puedes estar tranquila preciosa, ella no está incluida en la lista.

Me relajo, cierro los ojos y recuesto mi cabeza en su hombro.

     —Ya debo irme a mi casa— Owen gruñe apretandome hacia su cuerpo haciéndome reir— si no llego ahora, créeme no querrás conocer a Daniels Adams.

Vuelve a gruñir y me suelta, comienzo a vestirme mientras Owen me roba algunos besos y hablando de las cosas que podríamos hacer si me quedaba.

Al final se resignó y me dejó ir, no sin antes darme un largo y delicioso beso.

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Nuevo capitulo amores, espero les haya gusto.❤️

Denle a la ⭐️ y dime que fue lo que más te gusto. 😉

Daniela.