Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25

FRAN

«La familia de Noah no asesina niños por diversión ni se come sus vísceras» me repito sin cesar como si tuviera algún sentido. Mis pasos son lo único que se escucha por la vivienda y temo haberme quedado dormida y, por consiguiente, haberme saltado el desayuno. ¿Qué dirían ellos de mí si me perdiera la primera comida del día? Seguro que soy una perezosa y mala influencia.

Suspiro al pie de la escalera, mis pensamientos no tienen fundamentos. Anoche la cena fue genial y he dormido de maravilla, todos han sido amables conmigo y es probable que sea la primera en levantarme porque es tan temprano que ni los pájaros cantan. Pero no puedo dormir más, ya descansé lo suficiente y, además, charlé con mamá antes de que se fuera al trabajo y me he despertado por completo.

La cocina está desierta cuando entro y compruebo que mis sospechas son ciertas; las sospechas buenas y no las descabelladas como que tienen partes de niños muertos en el refrigerador. ¿Debería hacerles el desayuno? Yo tengo hambre y sería desconsiderado solo comerme su comida y luego irme.

Abro la heladera y miro qué clase de comestibles tienen allí guardados. No me sorprende encontrar mucha fruta, jamón serrano y quesos caros. Me da más hambre de solo verlos y decido darme el lujo de usarlos para preparar algo rico. Llevo todo a la isla y comienzo a separar la comida para organizarme.

—Fran, ¿qué estás haciendo aquí?

Suelto un grito de sorpresa al escuchar mi nombre y volteo con rapidez hacia la entrada. La abuela de Noah me observa desde allí, está vestida para empezar el día y me sonríe con tranquilidad.

—Buenos días, Helen. Pensaba preparar el desayuno.

—Oh, eso es muy lindo. ¿Me permites ayudarte?

—Claro, es su casa.

No duda en acercarse a mí y ver los ingredientes sobre la mesa.

—¿Qué tienes pensado hacer?

—¿Huevos?

—Huevos serán.

Me da un golpecito tierno en el brazo y comienza a buscar los utensilios para cocinar. No decimos mucho mientras batimos huevos, cortamos fruta y preparamos tostadas. Es un silencio cómodo y aun así no puedo evitar mirarla cada pocos minutos buscando aprobación.

—¿Dormiste bien anoche, Fran?

—Sí, Helen. Muchas gracias, me sentí muy cómoda.

—Eso es lo importante. —Voltea una tostada y vuelve su atención a mí—. Noah nos comentó que tu madre vendrá en unos días, ¿te parece bien que vayamos por ella al aeropuerto?

—Claro, tendría que hablarlo con ella, pero estoy segura que dirá que sí.

—Estupendo, estamos muy ansiosos por conocerla. ¿Sabías que Tony y su padre también vendrán para Año Nuevo?

Niego con la cabeza como respuesta, aunque no me sorprende.

—Vienen todos los años, para Navidad y Año Nuevo desde que la madre de Tony... Bueno, desde hace muchos años. Ya son parte de la familia.

—Tony es un gran chico —comento y digo la verdad—. Es divertido y un gran compañero.

—Es casi como un hermano para Noah, han estado juntos desde pequeños.

—¿Qué es ese delicioso aroma?

Bruce y Ana entran a la cocina luciendo descansados y sonrientes. Quizás no sean psicópatas, pero es raro ver a gente tan feliz nada más despertar o quizás mi madre y yo solo somos gruñonas.

—Fran nos está preparando el desayuno y estoy siendo su asistente —les informa Helen con buen humor—. Ya casi está listo, ¿por qué no nos ayudan poniendo la mesa?

—Iré a despertar a Noah, ese chico duerme tanto que a veces me preocupo. Yo no dormía tanto a su edad, ¿verdad, mamá?

—Prefiero reservar mis comentarios, hija.

Rio por lo bajo mientras Ana discute en broma con su madre y vuelvo a concentrarme en la cocina poco después. Bruce se encarga de preparar la mesa y Helen sirve las tazas con humeante café. No tardo en terminar con los huevos y las tostadas, pronto las coloco también en la mesa y tomo asiento mientras esperamos a Noah.

—Estudias hotelería, ¿verdad, Fran?

—Sí, Bruce. Estoy en mi último año.

—Me parece una carrera súper interesante y muy útil. No sé si Noah te lo ha comentado, pero fui piloto casi toda mi vida, aún lo soy, y aprecio el trabajo que hacen las personas en los hoteles. Fueron mi segunda casa por mucho tiempo.

—Imagino que ha conocido lugares increíbles. —Sonrío y puedo imaginarme en su lugar, recorriendo ciudades perdidas en la nada y otras llenas de turistas—. Debe ser asombroso.

—Conocí sus cielos mayormente, pero tengo buenos recuerdos.

—¿Qué está sucediendo aquí? —pregunta Noah entrando a la cocina con cara de dormido—. ¿Por qué nadie me despertó antes?

Me toma por sorpresa que bese mi mejilla antes de sentarme a mi lado y pasan unos cuantos segundos antes de que recuerde que está actuando. Ya no estamos en el departamento, tenemos que comportarnos como un matrimonio y no como dos amigos que cada tanto tienen sexo.

—¿Tú preparaste esto? —Sus ojos chocolates me observan con tranquilidad y sonríe cuando asiento—. Te traeré más seguido a casa de mis abuelos, en casa casi nunca cocinas para mí.

—Es tu esposa, no tu empleada, Noah —me defiende su madre—. Si quieres comer, puedes cocinarte tú mismo. Yo no crie a un idiota sin manos.

—Mamá, arruinas nuestra charla.

No puedo evitar reír ante su tono y la mesa se llena de conversaciones divertidas que me hacen pensar en cosas tranquilas.

NOAH

Fran y yo hemos sido desterrados de la casa y nos vemos obligados a caminar por el jardín con el frío congelando nuestros culos. Mi familia cree que ella necesita un tour guiado por la propiedad y yo creo que merecemos estar junto a la chimenea, pero ganaron por mayoría.

—Tu familia es agradable —susurra Fran, sus ojos fijos en sus pies para no caerse sobre la nieve—. No sabía que tu abuelo fue piloto.

—Sí, fue piloto comercial y piloto de guerra por un tiempo. Está muy orgulloso de sus aventuras.

—¿Y tu abuela?

—Ingeniera nuclear.

—¿De verdad?

Mis labios se curvan hacia arriba al escuchar la sorpresa en su voz y noto que se avergüenza un poco por lo emocionada que ha sonado.

—Sí, pateó muchos traseros.

—Ellos son tan geniales, tan... inteligentes.

­—Tú también lo eres —la tranquilizo.

—Por supuesto que sí, pero es distinto.

—¿Cómo?

—Vienes de una familia estudiada, culta y con esta bonita casa. Yo vengo... de la nada.

—Creo que eso es más admirable que lo mío, Fran. Has peleado para tener tu lugar, tú y tu madre.

—Sí, tienes razón. —Acomoda un mechón de cabello tras su oreja y eleva sus bonitos ojos para posarlos en mí—. ¿Crees que podamos ir a algún lugar más cálido? Muero de frío.

Extiendo mi mano en su dirección y ella no tarda en rodearla con la suya. Caminamos en silencio por el jardín y en pocos minutos nos encontramos frente al invernadero. El lugar siempre está cálido y lleno de vida, mi abuela está muy orgullosa de él.

—Creo que tu familia acaba de escalar un nivel en riqueza con esto —dice con diversión, estudiando las plantas enfiladas a nuestros lados—. ¿Cómo es que no vives aquí?

—Viví aquí un tiempo.

—Eso dijeron tus abuelos ayer.

—Casi no lo recuerdo —admito—. Era un niño y mi padre estaba iniciando su empresa, mis abuelos nos permitieron vivir aquí para que pudiéramos ahorrar. Nos mudamos cuando tenía cinco años y allí conocí a Tony.

—Pero vienes cada verano.

—Así es, me gusta este lugar. Me agrada estar con ellos.

—¿Y la ex adinerada de la que me hablaste...?

—Es la vecina. —Rio con incomodidad—. Crecimos prácticamente juntos.

—Eso suena casi como una historia de amor épica.

—Épica es mucho decir. ¿Quieres sentarte?

Se acomoda en uno de los sillones y yo tomo asiento en el que se encuentra justo enfrente. No sé qué tanto contarle sobre Micaela, creo que lo mejor es ser sincero considerando que es la vecina de mis abuelos y está en el pueblo por las vacaciones.

—Comenzamos a salir cuando teníamos doce años. Micaela dio el primer paso y yo me quedé como un tonto intentando descifrar por qué me había robado mi primer beso.

Awww, puedo imaginarte todo sonrojado.

—Sí, fue un desastre. Estuvimos juntos hasta el inicio del segundo año de la universidad y terminamos porque fui un idiota con ella.

—¿Tú? —suelta con sorpresa.

—Sí, mi padre acababa de morir y yo me convertí en un estúpido. La alejaba, la trataba mal y faltaba a todos nuestros encuentros. Ella fue paciente conmigo por muchos meses, pero al final se cansó y estaba en todo su derecho.

—Estabas sufriendo, Noah.

—Sí y ese no es justificativo para ser una mala persona. —Me encojo de hombros—. El año pasado en las fiestas fue la primera vez que la vi luego de todo lo que sucedió y estaba con otro muchacho. Tony y yo tomamos bastante una noche y fui a su casa ebrio para reclamarle, ¿se puede ser más idiota?

—¿Reclamarle por tener un novio?

—Por seguir con su vida —susurro sin sentirme feliz por eso—. Por suerte no estaba en su casa y me recibió su padre. Me ayudó a tranquilizarme y me acompañó hasta aquí para que durmiera. A la mañana siguiente no solo me sentí como un estúpido, sino que me di cuenta que no me molestaba que hubiese seguido con su vida, me molestaba que yo no lo hubiese hecho. No estaba enamorado de ella, estaba enojado conmigo.

—Lamento que hayas tenido que pasar por eso, Noah.

Le dedico una sonrisa de lado y le resto importancia porque no es la gran cosa. ¿Cuántas personas sufren una pérdida como la mía y no se convierten en alguien que no aprecia lo que tiene? No debo ser el único y no quiero sentirme especial o justificar mis acciones con la muerte de mi padre. Fui un idiota y ya.

—Anoche me preguntaste sobre mi padre —murmura Fran y la observo acomodarse en el asiento para abrazar sus piernas contra su pecho—. No te di una respuesta porque no lo conozco.

—¿No lo conoces?

—Mi madre se quedó embarazada siendo una adolescente y él era un idiota más del montón. Creo que, al día de haber estado con mi madre, lo atraparon en un asalto a mano armada y fue arrestado por una larga lista de crímenes. No sé si sigue en prisión, no me importa realmente.

—Lamento haber sacado el tema anoche.

Apoya su pera sobre sus rodillas y noto en sus ojos que no está del todo presente en este momento, su mente vaga por los recuerdos.

—Nunca tuve una verdadera figura paterna —continúa—. Mamá no quería a nadie en su vida y le costó mucho tiempo confiar en alguien. Cuando lo hizo, todo fue un desastre. Bueno, no al principio, pero terminó siendo horrible.

—No tienes que hablar de eso si no quieres, Fran. No tienes que sincerarte conmigo porque yo lo hice.

—Quiero contártelo. —Palmea el asiento a su lado—. Ven aquí y escucha mis desgracias.

A pesar de que está intentando ser graciosa, noto que la situación le hace daño y es quizás por eso que me acerco a ella con rapidez. Si necesita consuelo, estaré a su lado.

—Mamá trabajaba en una cafetería en ese entonces y este hombre iba siempre a verla, desayunaba todos los días allí y la hacía reír. Le llevó muchos meses que ella aceptara una cita y cuando lo hizo, todo fue bien. Su relación prosperó y nos mudamos los tres a una pequeña casa, recuerdo que era bonita, aunque no la zona. Fuimos felices por un tiempo, él era divertido y trataba bien a mamá. Pero un día tuvo un horrible accidente en su trabajo y los médicos le aconsejaron nunca más hacer fuerza porque sus músculos no estaban en condiciones.

»Comenzó a beber para calmar su dolor y nunca más volvió a ser el mismo. En Nochebuena mi mamá tuvo que trabajar y él se enojó, pero no fue nada grave. Para Navidad también le tocó trabajar y eso lo hizo explotar, bueno, en verdad fui yo. Estaba jugando con un balón que una vecina me había regalado y sin querer derramé su bebida. Se enojó como nunca antes y comenzó a gritarme. Él... él me golpeó y si mi madre no hubiese llegado en ese momento no sé qué habría sido de mí.

Seca las lágrimas de sus ojos y le toma algunas respiraciones poder seguir.

—Nos sacó de esa casa en minutos y le juró que si volvía a acercarse a nosotras terminaría en una celda. Nos llevamos lo poco que teníamos y huimos a otro pueblo en Minnesota. Vivimos asustadas por meses hasta que supimos que él no iría por nosotras y desde entonces mis Navidades son una mierda. Mamá no se puede perdonar por haberme dejado con él y creo que cuando estoy con ella en la fecha todavía puede ver el moretón gigante que ese sujeto me dejó.

—Lo lamento, Fran.

—No confío en muchos hombres, Noah. No los dejo entrar a mi vida ni acercarse. No los dejo levantarme la voz y doy siempre el primer golpe porque no quiero ser otra víctima de la violencia. —Vuelve a secar sus lágrimas y sus bonitos ojos se encuentran con los míos—. He sido una perra contigo por mucho tiempo porque no me atrevía a confiar en ti. Sé que no eres como él, pero él fue bueno conmigo por mucho tiempo.

—Te entiendo, de verdad.

—Lamento haberte tratado mal.

—No lo hiciste —la tranquilizo y decido que es un buen momento para rodear sus hombros con mi brazo en un extraño abrazo—. No nos conocíamos, aún hoy no nos conocemos del todo.

—Me gustaría conocerte.

—Y a mí.

—Gracias por escucharme.

—Gracias por confiar en mí.

Sus brazos me envuelven por la cintura y su cabeza se apoya en mi pecho mientras me abraza. La rodeo con fuerza, acariciando su espalda con mi mano e intentando hacerla sentir segura. Fran no merece la vida que le ha tocado y no puedo culparla por su actitud; ella merece sentirse en paz todo el tiempo y poder confiar en cada idiota que se atraviese en su camino. Ella merece encontrar a un hombre que la quiera, la respete y la cuide, que le dé su espacio y la deje ser.

—Me alegra haberme casado contigo, Noah. No podría hacer esto con nadie más. Tú eres especial y me alegra que Micaela te haya dejado.

—¿Te alegra que mi novia me haya botado? —pregunto con burla.

—Sí, porque no podría besarte en este momento si estuvieras con ella.

No me deja responder, tan solo presiona su boca contra la mía y acalla mis pensamientos. Sus labios son tibios contra los míos y aún puedo sentir las lágrimas en sus mejillas cuando acuno su rostro. Sé que este es un nuevo comienzo para ambos, sin secretos ni mentiras. Nuestro matrimonio falso va a funcionar porque confiamos en el otro y también porque nunca podría lastimarla.

Fran puede hacer lo que quiera conmigo, ya lo he decido y yo estaré a su lado para aguantar todas sus locuras.

¡Hola, hola! ¿Cómo están? ¿Qué tal su semana? La mía ya me cansó, pero hay que ponerle buena energía.

Fran y Noah se sinceraron. Ya sabemos qué fue lo que le sucedió a nuestra niña y también porqué nuestro niño está soltero. ¿Opiniones?

Y respecto al futuro de estos dos, ¿qué creen que va a suceder?

Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Gracias a todos los que recomiendan esta historia. ¡Ya superamos los 30k! (Inserte gritos de perra loca).

Les deseo un lindo fin de semana y nos leemos el martes. Si tengo tiempo y buenos ánimos, quizás pueda preparar una mini-maratón para más adelante.

MUAK!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro