Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

FRAN

Nunca en mi vida me había preparado tan rápido para enfrentar el día y la verdad es que no tengo tiempo para perder. Milan no bromeaba, en algún momento de la noche anterior he conocido a un chico de ojos chocolate, me he dejado convencer por sus amigos jugadores de futbol americano de casarnos y he firmado un acta en la capilla del hotel declarando que acepto contraer matrimonio con un completo desconocido.

Estoy enfadada con mi amiga por permitirme hacer algo así, pero lo estoy mucho más conmigo. He dejado de velar por mis verdaderas preocupaciones para cegarme con alcohol y quién sabe qué más. La culpa es enteramente mía y voy a remendar el error.

Me subo con desespero al elevador y presiono con urgencia el botón de la planta baja. Apoyo mi espalda contra la pared y tomo una amplia bocanada de aire. Estoy nerviosa y asustada, pero sé que podré salir de este lío. No debo ser la primera universitaria que se casa ebria en Las Vegas y el estado tiene soluciones para estas situaciones.

La primera opción es evitar que envíen el acta de matrimonio por correo al ayuntamiento y así impedir su legalidad.

La segunda opción, más costosa y lenta, es pedir un divorcio.

La tercera sería demostrar que no estaba en mis plenas capacidades, pero es mucho más complicado.

Lo que sí sé es que no seguiré casada en un mes y que enterraré a cualquier persona que saque el tema a relucir.

Gruño por lo bajo cuando el elevador se abre, retrasando mi misión, y dos muchachos ingresan al elevador. Conozco a uno de ellos, es la estrella de fútbol americano de la universidad y el sueño húmedo de cualquier chica. El otro muchacho también debe ser parte del equipo porque es alto y fornido, con el cuerpo exacto para derribar a alguien que consume esteroides. No podría estar menos impresionada por ellos en este momento. No obstantes, ellos sí parecen interesarse en mí porque abren sus ojos de par en par y comparten una mirada incómoda.

Hombres, un par de tetas los deja fuera de juego.

—¿Eres Fran? —pregunta Tony.

—Sí.

—¿Fran Baker?

—Sí —contesto con tono monótono.

—Estábamos buscándote.

—Lo siento, tendrá que ser en otro momento. Tengo algo muy importante para hacer ahora mismo.

No les doy una segunda mirada y tampoco les doy tiempo para contestar, me escabullo del ascensor, pasando por su lado, y me apresuro hacia donde se encuentra la capilla. No puedo demorarme, es probable que el cartero ya haya pasado por la capilla y retirado las actas. Realmente deseo que eso no haya sucedido, que el pobre haya tenido un episodio de diarrea explosiva y se retrasara.

—¡Fran! —escucho que me llaman.

—Tenemos que hablar contigo.

No sé por qué quieren hablar conmigo y no me interesa. Necesito impedir mi matrimonio, no puedo ser la chica tonta de fraternidad que vuelve luego de un viaje alocado con una boda a sus espaldas. No puedo arriesgar mi beca, ¿qué dirían las directoras de Kappa si se enteraran que cometí tal locura? Me comprometí a ser una muchacha ejemplar y de excelentes notas en mi entrevista y ellas me creyeron, de lo contrario, no estaría estudiando en una prestigiosa y muy costosa universidad como Phoenix.

—¡Fran!

—¡¿Qué?! —exclamo y me doy la vuelta para enfrentarlos—. ¿Qué quieren?

—Necesitamos hablar contigo —dice el desconocido.

—Sí, nos enteramos de algo que quizás pueda interesarte.

—No sé qué les han dicho de mí, pero no estoy interesada en un trío. Tengo algo importante para hacer, muchachos y les agradecería que me dejen en paz.

—¿Un trío? No, Fran, no queremos un trío contigo.

Vaya alivio, en este viaje me han ofrecido más tríos que en toda mi vida. Entiendo que a muchos hombres les genera cierta calentura ver a un culo grande y un par de tetas de tamaño D, pero eso no significa que a mí me apetezca ser tratada como una muñeca inflable.

—Muchachos, hablo en serio, tengo que irme. Que tengan un lindo día.

Les dedico una sonrisa de falsa modestia y emprendo mi camino nuevamente. Sí, ellos podrían alcanzarme fácilmente si se lo propusieran con sus pasos de gigantes, aunque no lo hacen y les agradezco que me den mi espacio.

Doblo en una intersección hacia la izquierda y casi lloro de alivio al ver el bonito cartel de la capilla. Una capilla que deberían clausurar porque no debería ser legal dejar que dos borrachos celebren una boda.

—¿Hola? —llamo al entrar, deseando que alguien venga a mi encuentro.

No parece haber nadie cerca y eso no me brinda tranquilidad. ¿Dónde está la amable secretaria que conocimos con Milan en nuestro primer día mientras curioseábamos por las instalaciones?

Golpeo la puerta con mi puño deseando ser escuchada y muerdo mi labio con nerviosismo al pensar que quizás no hay nadie que pueda ayudarme. ¿Esto es todo? ¿Así termina mi pelea? No obstante, cuando creo que no hay esperanza, escucho unos tacones venir hacia mí y reconozco el rostro regordete de la agradable secretaria.

—Hola, ¿cómo puedo ayudarte?

—Necesito impedir una boda —digo rápidamente.

—¿Una boda? ¿De un muchacho que amas?

—No, mi boda.

Su ceño se frunce y no puedo culparla, no estoy siendo clara y estoy dejando que la locura hable por mí.

Apoyo mis manos sobre el mesón de la entrada e intento calmarme. Necesito ser clara con ella, no podrá ayudarme si solo digo incoherencias. No sé con quién me he casado, pero sí la fecha y ellos deben tener mi nombre completo escrito por algún lado. Eso debe ser suficiente para que me brinden información.

—Anoche contraje matrimonio con un muchacho —le explico y enlazo mis dedos porque la presión que realizo en ellos me funciona como un cable a tierra—. Fue un terrible error y me gustaría impedir que se haga legal.

—Oh, entiendo. Déjame ver cómo puedo ayudarte, cielo.

—Gracias.

—¿Me dirías tu nombre? —me pide amablemente tras tomar asiento tras su ordenador.

—Francine Baker.

—Bien, Francine. Déjame ver qué tenemos en el sistema.

Contra mi sensatez, me llevo una de las manos a la boca y muerdo mis uñas. Mi madre me mataría si estuviera a mi lado, no tanto por la boda sino por maltratar mis manos. Para ella es importantísimo lucir bien y no descuidar ningún detalle, comerse las uñas no entra en ese escenario.

—Tengo noticias.

—¿Sí?

—No son buenas. —Me brinda una mirada de disculpa y puedo imaginar sus palabras—. El acta fue enviada a primera hora, para esta hora ya debe haber sido sellada por el juez y no hay nada que pueda hacer.

Y con esas palabras, siento que el mundo se me cae encima. La he cagado como nunca antes.

NOAH

Entre las posibilidades para mi futuro siempre imaginé una boda. Soy alguien criado a la vieja escuela y, en consecuencia, me podía imaginar a mí mismo esperando a mi amada novia para ser declarados marido y mujer. Hoy no me siento emocionado y puede que tenga la presión arterial por el subsuelo.

Tony luce más preocupado que yo, él se considera culpable por lo que ha sucedido y, si bien no lo ha pronunciado, lo conozco lo suficiente para saber que es así. Somos amigos desde el preescolar y desde entonces hemos cometido algunas locuras juntos. Nunca nada de esta magnitud y sé que no hay una manera fácil de escapar.

Solo tengo certeza de algo: necesito que se mantenga en secreto.

Mi familia es conservadora y por mi familia me refiero a mis abuelos maternos. Si ellos se enteraran de lo que he hecho bajo los efectos de las drogas, podría considerarme hombre muerto. Quizás mi abuelo no sacaría su rifle de caza, pero sí haría de mi vida un infierno con sus largas charlas sobre los actos y responsabilizarse de las consecuencias.

—Wayne, ¿qué haremos ahora?

—Hablaremos con ella —respondo, intentando sonar seguro.

—No parecer querer hablar con nosotros.

—¿Puedes culparla? Acaba de enterarse que se ha casado con un desconocido.

—¿Cómo crees que reaccionará cuando sepa que no hay marcha atrás?

—Hay marcha atrás, pero no será sencillo.

Tony tapa su rostro con frustración y me sorprende que no haya seguido a Fran al interior de la capilla para soltarle todo lo que sabe. Sí, puede que hayamos llamado hace unos minutos para saber qué había sucedido anoche y puede que haya llorado un poquito al percatarme de mi error, y por eso sé que ella también merece conocer cuáles son las opciones en privado.

No es una buena idea abordarla y decirle que está encadenada a mí. La acabo de conocer y algo me dice que me patearía los testículos si se lo anunciara.

Un trío. La chica creyó que íbamos a proponerle un trío y no puedo terminar de definir cómo eso me hace sentir. Imaginé que sería un poco revoltosa al ser parte de una fraternidad, pero la pequeña conversación que tuvimos me dejó más que sorprendido.

—Ella es caliente.

—Tony.

—¿Qué? Al menos te tocó alguien genial.

—No sabes si es genial.

—Se plantó frente a nosotros y nos dijo que no sin dudarlo, eso la hace genial.

—Deja de pensar en sus tetas —le advierto.

Su risa me confirma que eso era justamente lo que está haciendo y quiero golpearlo. No me gusta cómo concibe a las mujeres y hemos tenido más de una discusión sobre el tema a lo largo de nuestras vidas. Solo que no es el momento para eso. No parece ser momento para nada más que encontrar una solución rápida.

—Viene alguien —me avisa Tony.

Efectivamente escucho pasos hacia nosotros y me despego de la pared al notar que se trata de ella. Su mirada se posa sobre mí por unos segundos y la veo blanquear los ojos con hastío. Debe pensar que somos unos asquerosos o algo similar, de lo contrario no nos miraría de esa manera.

—No estoy de humor para sus juegos.

—¿Qué ha sucedido? ¿Por qué luces tan molesta? —le pregunta mi mejor amigo y casi le doy una mirada de obviedad antes de notar que sus palabras han surgido efecto.

Fran parece ablandarse ante nosotros y sus hombros se hunden como si de pronto recordara todo el peso que tiene sobre ellos.

—Mi vida es un desastre —lloriquea.

—No, claro que no, linda. Nunca es tan malo.

—¿Nunca es tan malo?

Ella limpia sus ojos a pesar de que no se le ha caído ni una lágrima y mira a Tony con una mezcla de resentimiento y tristeza. Agradezco no haber sido yo quien habló porque me aterra lo enojada que luce de pronto.

—¿Qué sabrás tú de una mala vida, Rossi? ¿Qué sabrán tú y tu amigo fortachón?

—¡Oye! —me quejo—. Yo no he dicho nada.

—¿Qué quieren? —espeta, su humor ha vuelto a cambiar—. Tengo cosas para hacer.

Mi mejor amigo de toda la vida me da un empujón hacia adelante, hacia la bestia enojada, y trago con fuerza antes de hablar. Con mi metro ochenta y ocho me siento intimidado por una chica de no más de metro sesenta y cinco y quiero creer que se llama instinto de supervivencia.

—Tú y yo tenemos algo importante que discutir.

—Ah, ¿sí?

—Sí.

—¿Y qué es exactamente?

Rasco mi frente con incomodidad. Demonios, ella da miedo.

—Anoche...

—¿Anoche? —insiste al notar que lo mío no son las palabras.

—Anoche tú y yo cometimos juntos una locura.

—Mira, si me acosté contigo no me importa. No eres especial.

—No nos acostamos. Nos casamos.

El entendimiento colorea su expresión y doy un paso atrás por si las dudas. Todavía puede patearme el trasero si lo quisiera, pero soy tan víctima de la situación como ella. Sí, yo tengo a Tony de apoyo y ella parece estar sola, aunque eso no es justificativo para golpearme.

—¡Tú! —chilla.

—Quise hablar contigo en el elevador.

—¿Qué demonios sucedió anoche?

—Esperaba que tú me lo explicaras —me sincero—. No recuerdo nada después de las doce.

—Lo siento, pero no tengo más información que tú. Solo sé que me desperté esta mañana con un esposo y que no puedo impedir que se oficialice esta locura porque volví a la vida cerca del mediodía y ya es muy tarde.

—Lo sé, me informaron lo mismo por teléfono hace unos minutos.

—¿Qué harán? —pregunta Tony, arrimándose a nosotros.

—Lo más lógico —responde ella, sin apartar su mirada grisácea de mí.

—Exacto.

Acomoda su cabello rizado y húmedo tras su oreja y se endereza una vez más. De pronto, sus ojos ya no demuestran tristeza o agotamiento, son una roca impenetrable.

—Nos vemos en la corte, Noah Wayne.

¡He vuelto! Antes de lo que incluso yo esperaba, pero hay que aprovechar la inspiración cuando toca a la puerta.

Noah y Fran se han enfrentado cara a cara por primera vez y Tony también tenía que ser parte porque, como se darán cuenta pronto, el muchacho no dejará que su amigo enfrente sus problemas solos.

¿Qué opinan de Fran hasta ahora?

¿Qué opinan de Noah hasta ahora?

¿Qué opinan de los amigos de los protagonistas? Son muy diferentes, ¿no creen?

Muchísimas gracias por leer y crucen sus deditos para que pueda actualizar pronto de nuevo.

Les deseo una bella semana.

MUAK!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro