IV
Suelo preguntarme, en esas ocasiones de vigilia suave, de dónde carajo habrás salido, y por qué no apareciste antes.
O más cerca.
Dices que quizá no era el momento.
Quizá.
Supongo que el destino es cruel, le gusta ver sufrir en primera instancia.
Pero le gustan los finales felices.
Sólo es el comienzo.
Lo prometo.
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