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Estaba esperando que el coche me impactara de frente, ni siquiera me atreví a cerrar los ojos porque sabía que hacerlo no lo borraría de mi camino. Lo único que me quedó, además de aceptar el hecho, fue aferrarme al volante.
Entonces el golpe llegó a mi costado. Otro auto, al cual no había visto venir, se estrelló de lleno en la puerta del copiloto.
Basado en hechos reales... o algo así; en realidad es una metáfora para explicar dos resultados que obtuve en los exámenes semestrales. Pensé que con ese fragmento sería menos aburrido de entender.
El caso es que estaba segura que reprobaría Lógica, casi podía ver mi calificación en rojo puesta en las ventanas de los salones; el choque de frente. Para empezar, la materia es pesada... y sumándole que dejé treinta aciertos sin contestar... me dolió porque jamás me había sucedido. En mi defensa, era un tema no visto en clases. No conozco a nadie que haya terminado esa parte del examen.
Debo admitir que para el estudiante que llevo dentro fue un bocado duro de tragar. Treinta minutos de crisis, similar al GIF siguiente,
me sirvieron para darme cuenta de cosas que creía tener claras:
Premisa 1: Los humanos se equivocan.
Premisa 2: Soy humana.
Conclusión: Por lo tanto, me equivoco.
Nótese que ahí arriba apliqué lógica básica (irónico, porque eso no venía en el examen). Con el ejemplo anterior la materia podrá parecer fácil. Para los que la hayan llevado sabrán que como puede ser miel sobre hojuelas... también puede ser un suplicio.
¡Y resultó que aprobé!
Pero... pero, pero reprobé una materia que juraba pasar con buena calificación. El impacto en mi costado, y no sólo el mío, sino de decenas de alumnos que tampoco lo creyeron cuando lo vieron.
Informática, oh Informática. No se atrevan a decirle Computación porque los maestros hacen berrinche. ¿Lo peor de todo? Mis errores los considero estupideces, distracciones. Como si me hubiera faltado el acento en león... o si no hubiera puesto el signo igual en Matemáticas.
Los ejercicios de este examen debían ir encerrados en recuadros por cada paso de la metodología. Por alguna razón, la que ustedes quieran, omití los condenados recuadros y eso me costó el examen.
Mis procedimientos fueron correctos (hoy fui a revisión), también la parte teórica estaba bien.
Aquí es cuando recuerdo la conclusión de mi crisis. Soy humana. Y como tal, me prepararé todavía más de lo que lo hice la vez pasada. No caeré en la misma trampa, y pasaré el próximo examen, que por suerte todavía se considera ordinario. Mi trabajo de todo el año no se verá arrastrado con este tropiezo porque me aseguraré de ello.
Si te ha sucedido algo similar o estás pasando por una situación que pueda relacionarse, quiero que sepas una cosa: es válido derrumbarte un momento. Grita y despotrica, llora si es necesario. Es inherente que pongas en dudas lo que creías asegurado. ¿Esa futura carrera tuya la cual aseguran es difícil? ¿Tus propios conocimientos?
Y en cualquier aspecto de la vida podemos usar la misma idea. Túmbate un rato en cama y medita lo sucedido, siempre y cuando te asegures de volverte a poner de pie.
¿De qué servirían los errores si no fuera para solucionarlos gracias a lo aprendido?
P. D. : perdón por desahogarme aquí.
P. D. 2 : pasaré ese examen por las buenas o por las malas. De preferencia por las buenas.
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