Resulta que necesitaba algo con qué distraerme después de quebrarme la cabeza estudiando Lengua. Así que inventé el tag a continuación... si alguien gusta hacerlo, siéntase libre.

Tag de la infancia (y un poco antes de ella)

1• ¿Cómo te comportabas dentro de tu madre? ¿Solías dar patadas o parecía que ni siquiera estabas ahí?
Por lo que me han contado, fui un feto muy inquieto 😂 Mi mamá atendía conferencia mientras yo le daba pataditas.

Me imagino que fue incomodo para quien lo presenciaba... Es decir, imagínate que estás hablando con una mujer y de repente ves que algo se remueve ahí, como borbotones en un caldo o algo así.

También sé que cuando ella se acostaba en una posición, yo me empleaba en irme al lado contrario.

2• ¿A qué edad aprendiste a hablar y a caminar?
Comencé a articular palabras correctamente a partir de los siete meses; desde entonces no me he callado.
Y mis primeros pasos los di al año con tres meses.

3• ¿Te hacías pipí en la cama?

No que yo sepa.

4• ¿Con qué solías jugar?
Mi madre siempre me insistió con barbies, cosa que yo no rechacé. Pero no las usé como ella esperaba.
Siempre tuve inclinaciones deportiva, así que las muñecas para mí eran bates de baseboll o raquetas. A excepción de una barbie llamada Mich, más adelante hablaré de ella.
Así fueran peluches, casitas de muñeca o figuritas de acción, terminaban siendo balones o porterías, canastas o lugares en donde lanzarme.
Le agradezco a mamá que cuando lo noto, no me reprimió... sino que busco hacerme crecer en ese ámbito. Igual a mi hermano cuando vimos que los carritos y el fútbol no eran para él; Mau quería un pincel y un micrófono.

5• Cuenta una experiencia graciosa.
Tendría unos tres años... Iba con mi abuelita de camino al supermercado, ella me llevaba en brazos (fui una niña diminuta, hasta los diez u once años podían cargarme sin esfuerzo). El caso es que nos encontramos a un cliente suyo, porque en ese tiempo ella tenía una peluquería.

—¡Hola, Doña Julia! ¿Crees que me pueda cortar el cabello más tarde? —preguntó el muchacho.
En ese momento yo deslicé la mano al pecho de mi abuela, tire del escote de su blusa y dije:
—Mira las titis de mi abuelita.

Desde aquel día no volvimos a ver a ese cliente.

6• Háblame de tu juguete favorito.
Mich. Todavía la conservo, ya sin algo de su pelirrojo cabello, y un poco despintada de la parte de senos y pompas de su traje de baño (ni idea de por qué).

Mich siempre salvaba al mundo, ella rescataba al hombre en los cuentos y vencía villanos.

7• ¿Te daba miedo la oscuridad?
No, siempre la asocié con el tiempo de dormir y ya.

8• Cosas que creías de pequeño, las cuales ahora sabes que no funcionan así.
Yo juraba que las toallas femeninas eran porque las mujeres no siempre alcanzaban a usar el baño.

Y creía que cuando sonaba una canción en la radio, era porque había una pequeña persona dentro cantando.

9• ¿Tienes hermano? ¿Cómo fue tu relación con ellos durante la infancia?
Debo admitir que los primeros meses me fue muy difícil hacerme a la idea de no ser hija única. Varias veces me sentí dejada de lado porque todos tenían la mirada puesta en el bebé de ojos claros.
Fue cuestión de tiempo para que yo también sucumbiera a los encantos de mi hermano. Solíamos pelear mucho, jalarnos el cabello y corretear detrás del otro.

No voy a negar que fui algo cruel con él, pues siendo cuatro años mayor, tenía más fuerza que él. Recuerdo en especial una ocasión que venía caminando atrás de mi, yo empujé las puertas de la cocina para entrar y las dejé regresar con la fuerza que llevaban.

Mau terminó siendo empujado por ellas.

10• ¿Qué le dirías a tu yo niño?
¡Cualquier reto que se te presente lo superarás! Concéntrate en absorber la esencia del ahora para recordarla mañana. Busca aprender de todo, caídas y victorias, regaños y premios.

Ah, y termínate tu comida, es por tu bien.