Extra 3.
Le hubiera gustado decir que todo fue genial, maravilloso, solo ellos acurrucados y teniendo sexo todos los días pero no, obviamente, la realidad era completamente diferente.
No era tan malo solo que tampoco era bueno.
Por siete meses se libró de los dolores, solo eran cambios de humor leves que eran controlados por esa divina medicina de su pareja. Sin embargo, ya a mediados del séptimo mes empezó a tener dolores, cosa inaudita dado que era vampiro y su fuerza y rapidez para la curación era excepcional pero un embarazo era un embarazo después de todo.
—Eres bueno en esto. —Dijo Taehyung. Sus pies estaban acomodados de manera que Jungkook le pudiera hacer unos buenos masajes mientras bebía la sangre de Jungkook de una copa.
Al parecer, a sus cachorros les fascinaba la sangre de su papá porque siempre la estaban pidiendo, era uno de sus grandes antojos, bueno, desde que lo bebió por primera vez.
Ahí estaba la teoría de que tal vez sean vampiros pero no lo iban a saber con certeza hasta que nacieran. Al parecer, serían los primeros bebés entre especies.
Y sí que lo eran. Siete meses y seguían siendo traviesos y muy grandes, ya era seguro que tendría cuatro en una sola camada aunque solo ellos dos lo sabían, Taehyung había notado que todos pensaban que eran dos, y aprovecharía ese desliz.
—Bueno, tuve que aprender en los últimos días o alguien iba a ponerme a cocinar. —Dijo Jungkook con ironía, haciendo su mejor esfuerzo con el masaje.
—No entiendo por qué estos tontos dolores, soy un vampiro de 800 años de edad...
—800 y contando, amor.
—¿Acaso dije que podías hablar de mi edad?
—No, pero...
—Solo sigue con el masaje o dormirás con los perros esos.
—Grrr. Eso es, nene, gruñe, no te dejes, —gritó Jimin no muy lejos de ellos. Estaba en la misma posición que Taehyung solo que mientras Jungkook voluntariamente le estaba haciendo un masaje a su vampiro, Namjoon estaba obligado—tú también, hazlo bien, o duermes con los perros.
—Nada agradable. ¿Para qué vinimos? ¿Para esto? —Se quejó Namjoon, pero siguió trabajando humildemente.
—Yo para verte sufrir. —dijo Jin con una ridícula sonrisa de perversión.
—Recuérdame matarte mientras duermes.
—No es mi culpa que ames que mi hermano te trate como perro.
—Cállate, joder.
—Ejem, —carraspeó Jimin porque iba a hablar pero fue groseramente interrumpido. Observó a su hermano con cara de pocos amigos, y este solo apretó los labios para no morirse de la risa mientras bebía de su copa y evitar decir algo que tuviera a Jimin enojó con él. Vampiro sabio. — Yo vine para engatusar a mi mejor amigo para que me diga cuántos cachorros va a tener. Porque estoy muy segura que no son solo dos. —Jimin movió su nariz lindamente, tratando de lucir molesto pero lo que hizo fue una mueca que tenía a Namjoon embelesado.
—Y ya te dije que no tendrás respuestas.
—No he sido lo suficientemente atrevido, ya verás, apenas tenga chance voy a...
El lindo vampiro no terminó de hablar porque las puertas del salón se abrieron con fuerza, Adam las había golpeado y entrado como si tuviera lobos detrás de él, y no de buena manera.
Nadie se sorprendió por su estado, se habían acostumbrado en la última semana ya que estaba pasando algo que lo asustaba pero para ellos ya era costumbre.
—¿Otra vez?
—Sí señor, están pidiendo que el alfa Jungkook esté presente para el duelo.
—¡Sí, sabía que debíamos de venir! —Jimin lanzó su puño al aire, saltando de felicidad. —Siempre es genial tener la oportunidad de ver a lobos desnudos.
—No te lo discuto. —Comentó Taehyung de manera casual antes de beber de su copa, sus iris mirando a todos lados excepto a su lobito que ahora tenía una cara de pocos amigos.
—No irás. —Gruñó Jungkook, parándose aunque teniendo cuidado con los pies de su muy embarazado lobo.
—No, claro que no, no iré, tú me llevarás en cambio, rápido, arriba, arriba. —Taehyung dejó su copa luego de beberla toda a fondo, sus labios tenían el fuerte carmesí cuando subió sus brazos como niño pequeño para que el lobo grande lo cargara.
Esto también se había vuelto una cosa bastante común.
Taehyung había declarado que ya que estaba cargando a sus cachorros bien podía cargarlo a todos lados. Tenía una barriga bastante notable a estas alturas, y cambios de humor bastante notables pero Jungkook trataba de tenerlo lo más feliz posible pero a veces era difícil.
Y no podía negarle nada o saldría esos cambios de humor.
Apretó los dientes en señal de protesta mientras lo tomaba en brazos, porque no quería que fuera a que viera ese estúpido duelo pero tampoco podía negarse cuando le ponía esa cara tan bonita, ojos grandes, mejillas permanentemente sonrojadas y puchero con esos labios gruesos al rojo vivo.
Además, estaba cargando a sus cachorros, su instinto le decía que tenía que cumplir con todo lo que el vampiro le pidiera. Y estaba bien con eso, aunque le enojara.
—Bien, pero no nos vamos a quedar mucho tiempo.
—Yo voy a decidir eso, lobito. Muévete. No podemos tardar.
Con Taehyung en sus brazos al estilo nupcial, bien acurrucado y protegido, el gran lobo blanco caminó fuera de la habitación y directo al patio de su aquelarre.
Lo habían mejorado ahora que tenían la manada de lobos.
Y no era sorpresa que ahora esa manada estuviera allí en su patio.
No eran todos, solo la pareja que se iba a debatir en un duelo, testigos y chismosos, y el omega porque estos duelos se dieron en primer lugar.
Así ha sido la última semana.
Duelos entre este par de inútiles, así les había apodado porque joder, ahora que era su alfa, tenía que estar para estos duelos por un omega. Y no ayudaba que el omega le gustaba la atención y le gustara ver a estos lobos pelearse por él.
Era como la versión lobo de Jimin, y ya con uno era suficiente, no quería otro.
—¡Oh, tú padre está aquí!
Jungkook gimió de molestia al verlo caminar hacia ellos. Y no estaba solo, Hoseok iba con él, ambos lucían condenadamente bien. Sus orejas de lobo estaban en modo descanso, pero su presencia y poder se podía sentir con grandes vibraciones, atrayendo muchas miradas.
—¿Alguien será regañado? —dijo Jin, tratando de que su voz no sea de burla.
Jungkook no prestó atención, solo fue a la carpa que había sido instalada para su príncipe, el cual tenía todas las comodidades para que pueda disfrutar del duelo con gusto, y sin que ese sol le moleste. Sin embargo, cuando Jungkook fue a depositarlo sobre el sofá cómodo, Taehyung se aferró a él, agarrando su camisa en puños feroces y apretando su rostro contra su pecho.
Joder. Sí.
Lo sostendría para siempre en sus brazos para mostrarla todos que era suyo.
—Alfa, lamentamos interrumpir su día, ellos volvieron a pedir duelo.
—¿Ambos están de acuerdo?
—Sí, alfa. Horu pidió el duelo y Saek aceptó, de nuevo.
—No entiendo por qué lo siguen haciendo cuando Missa se niega a aceptar a un ganador.
—Le gusta la atención. —Dijo Taehyung, frotando su mejilla contra el pecho de su alfa, mirando a Missa con interés pero esta vez no había molestia si no curiosidad.
Taehyung tuvo un pequeño ataque de celos cuando conoció al omega por primera vez. Dicho omega era hermoso, pequeño y adorable, sinceramente, era muy parecido a Jimin que casi daba miedo, y a Taehyung no le había gustado nadita, pero ahora, Missa no miraba a Jungkook con intensidad, si no que su interés se fue a otra parte. A un Min parecido a Jungkook, más maduro, más soltero.
—¿Comenzamos, alfa?
—Joder, sí, esto debe terminar ya. —Gruñó Jungkook mientras tomaba asiento con un muy embarazado Taehyung en su regazo.
Jimin se había sentado en primera fila para ver a los dos machos pelear, Namjoon estaba posesivamente cerca de él, sujetándolo de la cintura mientras Jin veía todo esperando que algo interesante pasara, por otro lado, Yoongi y Hoseok se acercaban más.
—Como ordene. —El lobo que le había hablado era Seddie, se había vuelto vital para Jungkook, era como su Adam. Su mano derecha en la manada. —¡El alfa ya está aquí! Por favor, lobos entren a la marca de duelo, recuerden las reglas, el primero que logre sacar al otro de la marca, ganará este primer round de tres.
Podía parecer antiguo pero hasta el día de hoy, los lobos hacían duelos si había dos machos que querían un mismo omega y éste no se decidía. También era un espectáculo, dado que los lobos tenían que mostrar su agilidad, destreza y fuerza.
La marca de pelea era un cuadro considerablemente grande, donde cada uno estaba en una esquina y luego tenían que cambiar a su forma de lobo para así enfrentar a su oponente. El primero que saque al otro de la marca, ganaría el round, usualmente eran solo tres, a veces más, a veces menos. Los jueves eran el alfa y su pareja, y otros que estos escojan, además de otros de cada oponente.
Y habían estado en esto por una semana ya. Jungkook no lo soportaba. Quería que esto acabara, pero Missa, el omega seguía sin decidirse pero a estas alturas, era obvio que no le interesaban ambos alfas, solo quería el espectáculo que acariciaba su ego.
—¡Qué deleite! Oh, ese cambio fue rápido, —Jimin aplaudió con una enorme sonrisa, mirando todo con sumo detalle.
Taehyung ni siquiera perdió su tiempo en mirar, se acomodó soñoliento en el regazo de su pareja. Estaba muy calentito, cómodo y seguro en los brazos de su alfa. Esto pasaba cada vez más seguido, cambios de humor, dolores, sueño, los primeros meses fueron lindos y fáciles, solo se la pasó con la glande su lobo dentro de él y probando su medicina y en su nidito.
Pero ahora, bueno, sus ojos estaban medio cerrados cuando su suegro llegó, lo saludo con una pequeña sonrisa pero luego bostezo, ahora se sentía tan cansado.
—¿Cómo van con esto?
—Se tardan demasiado.
—¿Seguro que esos dos no están follando? —La pregunta de Jin alteró a todos, sin querer, y como si fueran uno, miraron a los dos lobos en la marca, peleando, pero ninguno se atacaba de gravedad. Parecías más bien un juego previo.
Jungkook estaría muy molesto si resultaba que esto era una tontería.
—Eh... ¿y tú eres? —Todos se giraron a Yoongi, quién veía a un lindo omega como confusión.
—Soy Missa.
—De acuerdo... ¿Y tú no deberías de estar por allá?
—Bah, hay algo mejor que ver por aquí. —La sonrisa del omega era inusualmente encantadora, mirando a Yoongi como si fuera todo lo que siempre había querido.
—Eh...
—No puedo creer esto. —murmuró Hoseok pasmado, como todo el mundo. Ese omega era bien escurridizo. Y parecía a nada de saltar sobre Yoongi y escalarlo como una montaña ya que Yoogi era mucho más alto que él, todos eran más altos que el omega.
—Lobito... —El murmulló lastimero de Taehyung desvió la atención de Jungkook, su mirada bajó y se consiguió con una mueca incómoda de su vampiro—no te quiero asustar pero me duele.
—¿Qué te duele, bebé?
—El abdomen... —Gimoteó.
La sangre de Jungkook corrió de miedo, sin embargo, tomó una profunda respiración mientras llevaba su mano al lugar donde le dolía a su vampiro. Soyeon le había avisado que probablemente el embarazo terminaría antes de los nueve meses. Los omegas no duraban los nueve completos, jamás, así que podía ser antes, pero no era seguro porque el portador era un vampiro.
Sin embargo, cuando tocó la parte baja del abdomen de su príncipe, no había duda. Podía sentir la ligera formación de una línea. A veces se creaba naturalmente y otras veces no, por suerte, esta fue naturalmente.
Además, ahora mismo todo su instinto gritaba proteger, proteger, proteger.
—Yoongi, ¿Soyeon vino contigo? —preguntó. Se puso de pie, con Taehyung respirando de manera uniforme, todos se pusieron alerta cuando pudieron oír pequeños jadeos de dolor del príncipe.
—Sí, pero...
—No me interesa. Llámala, dile que la estaré esperando en la habitación. Y la quiero allá cuando llegue.
No espero a ver si atendía su orden, y no dejó explicaciones. Era el alfa de esta absurda manada, podía hacer lo que quiera.
Con cuidado pero con pasos largos y firmes, en cinco minutos caminó por todo el castillo hasta llegar a su habitación, donde habían estado tan solo unos minutos.
—Yo sabía que toda la adrenalina y diversión de esta semana iba a ser desencadenante. —Soyeon salió del baño cercano, limpiándose sus manos, y teniendo la cama ya lista para Taehyung.
El lugar era su nido, rodeado de toda la ropa de Jungkook, de sus camisas en específico ya que era la superficie más cómoda y lisa, y algunas almohadas que fueron compradas especialmente para su nidito. El dosel estaba también rodeando la cama de manera, haciéndolo más íntimo.
—Ponlo en el medio, y sube, no creo que los cachorros salgan si estoy muy cerca. Me han informado que los cachorros me consideran peligrosa, vete a saber por qué.
Jungkook le dio una mirada de ¿en serio?, antes de hacer lo que le pidió. Se arrastró de rodillas hasta acostar a Taehyung en el medio de la cama, con sumo cuidado, éste se aferró a su camisa con una mirada tan lastimero que el corazón de Jungkook dolió.
—Bebé, tengo que ayudarte a traer a nuestros cachorros, ¿sí? Estaré justo aquí.
—Snif, quiero que me abraces...
—Lo sé, y lo haré pero primero ellos. Te amo, bebé.
Durante una hora estuvo atendiendo a su omega, ayudándole a traer al mundo a cinco cachorros en total. Uno de ellos se había escondido muy bien. Soyeon le estuvo indicando todo lo que necesitaba.
Era muy fácil si no entrabas en pánico y tenías una buena guía.
A la hora y media, tenía a sus cachorros en forma de lobo acurrucados con su padre, el cual estaba durmiendo felizmente con su brazo rodeando a su camada de cachorros.
—Debes tener un depósito de sangre, dudo mucho que no pidan sangre, y aunque eres un gran donador, tienes un príncipe adulto a quién alimentar por sí solo. —Aconsejó Soyeon ya en la puerta, no queriendo perturbar a la nueva familia.
Su trabajo era solo supervisar, luego de que al príncipe se le haya cerrado solita la línea por donde nacieron sus hijos, y comprobar de que todos respiraban, ya no era necesaria. Aunque no se iría tan lejos.
—Uhm. ¿De cuál?
—Humana y loba por igual, para que se acostumbren. Y recuerda que estos cachorros tienen muchos tíos. Uno es difícil, cinco es la muerte segura. Nos vemos.
Jungkook no esperó mucho, se había cambiado por algo más cómodo, y se acostó con su familia, a un lado, creando un círculo alrededor de sus cachorros junto con el cuerpo de su amado.
Eran puramente adorables, y tenían de todas la tonalidades, aunque esto podría cambiar mientras crecían. Uno de ellos se acercó más a él, con su linda naricita moviéndose, percibiendo su olor y reconociéndolo como su padre. El vínculo lobuno de la familia estaba ahí, palpitando entre ellos como una conexión segura y confortante.
Sabía que tendría que cambiar a lobo en los meses que vendrían, era natural que esté en su forma de lobo, acompañando a sus cachorros en sus primeros cambios, pero por ahora, sólo descansaría, porque luego no tendría tiempo, pero como dijo su tía, tenía una gran familia afuera de estas paredes, para algo deberían de servir.
¡Hola, hola! Espero que les haya gustado el nuevo capítulo. Me tardé porque comencé mis clases de verano y estoy hasta el cuello, y como se hace costumbre, lo que dije (de que todos los extras vendrán en agosto) no podrá ser así, lo intenté pero cuando no es, no es.
¡pero aquí está este hermoso extra! Sospecho que habrá un extra más de los cinco originales que tenía en mente. ¡Así que espérenlo!
¡muchas gracias por leer, comentar y votar! Eso me motiva mucho.
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