Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31.

Hermoso fue, claro, hasta que ellos llegaron.

Los bailes fueron demasiados. No sabía que bailar era una cosa de vampiros, y sí que sabían bailar. Bailaban todo tipo de música existente. No debió de sorprenderle tanto, tenían una larga vida, y de algo tenían que entretenerse además del chisme.

Había pasado más de una hora desde que comenzaron los bailes. Se turnaban entre ellos, era un no parar. Algunos bailes eran clásicos, otros sensuales y otros actuales. De todo un poco. Era hermoso de ver. Los vampiros tenían algo que todo lo que hacían, era hipnotizante. Claro que los iris oscuros de Jungkook solo existían para su vampiro. Solo lo miraba a él. Su hermoso príncipe, quien esta noche estaba deslumbrante.

Por supuesto, era el protagonista.

Jimin no se quedaba atrás, incluso Jin tenía lo suyo. Namjoon estaba más apartado, luciendo como otro guardia más. Vigilando cualquier cosa pequeña que no perturbara la fiesta. Hace unos minutos se había ido a recibir más invitados, los cuales no paraban de llegar. Era la fiesta del año, por supuesto.

Poco tiempo después de que Namjoon desapareciera. El sentido lobuno de Jungkook lo hizo tensarse, alerta.

Un grupo de lobos se acercaba. Uno muy grande de lobos, calculaba unos doce o quince. Con un poder enorme. Sus orejas lobunas se pararon, escuchando con atención cada pisada. Aquellos lobos variaban en tamaño según sus pisadas, solo sabía que era un grupo grande. Y no venían acompañados de ningún vampiro como pareja, solo Namjoon, el cual estaba tranquilo dado su bombeante corazón. No eran compañeros de sangre, no, eran lobos salvajes. Sin ataduras.

Fue el primero en notar que ellos habían llegado. Los sintió desde que entraron con sus lujosos autos, mientras que los vampiros, uno por uno, los notaron ya cuando estaban dentro de la mansión.

— ¿Jimin, qué está pasando? — preguntó Taehyung confundido, parando de bailar. Estaba sudado, pero no mucho, solo ese toque húmedo que lo hacía jodidamente sexy.

— ¡No te preocupes! Son invitados.

— ¡Lobos!

— Aquí hay lobos...

— ¡No esa clase de lobos!

Estos lobos se sentían salvajes. Y tenían tanto poder que golpeaban las paredes, haciendo que todos se tensaran, la música seguía, alguien la estaba controlando por medio de las cornetas, ajeno a la situación. Los que no eran ajenos eran los vampiros, y algunos lobos. Jungkook al notar esto, empezó a avanzar hasta su príncipe.

Apenas había dado unos pasos cuando por las grandes puertas, entraron una docena de lobos. Salvajes, y poderosos. Impecables, cada uno de ellos atractivo. Sin embargo, para Jungkook, uno le afectaba más que el resto.

Había una cosa con las manadas de lobos, y era que, la sangre llamaba. La conexión entre padres e hijos era demasiado fuerte, desde que el niño fue concebido, un vínculo de familia se asentó, y luego, uno de manada. En muchos casos, el o la omega dura meses en su nido – hogar –, alimentando, y cuidando de todas las necesidades de los cachorros, mientras su pareja pasa a ser la protección de dicho nido. Hay se va creando el vínculo familiar, y por medio de ese vínculo, con el tiempo, el cachorro crea un vínculo de manada con el resto de los integrantes de dicha manada.

A pesar de eso, si un cachorro no crece en esas circunstancias, su sangre de igual forma va a reconocer a sus parientes consanguíneos. No habrá vínculo, pero sí reconocimiento.

Y eso, es lo que Jungkook sintió.

Estos lobos eran los Min. Y uno de ellos destacaba más que el resto.

Min Yoongi.

Su padre.

Y él también lo había notado. Ensanchó sus ojos levemente, no mucho pero sí lo suficiente para el ojo de Jungkook. Al parecer, ninguno de los dos esperaba ver al otro aquí.

Jungkook no estaba demasiado animado en conocer a su padre, y menos a su salvaje familia, que por lo que parece, eran los que habían llegado.

Eran una docena. Hombres y mujeres, alfas y betas. Hermosos, variando de tamaño. Vestían de manera sexy y provocativa, típico de lobos de realeza. El poder que irradiaban iba a la altura de su nombre. No sabía qué estaban haciendo aquí, pero no le gustaba nada.

— De nuevo, ¿por qué los invitaste?

— Te estoy haciendo un favor.

— ¡No veo el favor en ningún lado!

A estas alturas, ambos vampiros estaban hablando de esa manera que solo ellos podían oír, muy cerca y apenas moviendo los labios. Cosas de vampiros. Para entonces, Jungkook ya se había acercado lo suficiente para estar detrás de su príncipe, sus instintos agudos, buscando amenazas. Pero no había, por ahora.

Esos lobos no le daban buena espina. Todos conocían su vida sangrienta. Y su príncipe tenía una diana en la espalda, simplemente no podía ser coincidencia. Solo que fue Jimin el que lo invitó, el mejor amigo de su vampiro. Era demasiado.

— Tsk, es una larga historia. — Se quejó Jimin por lo bajo, casi haciendo un berrinche como el consentido que era. — Después seguimos esta conversación. Tengo que saludar a mis nuevos y últimos invitados.

Y sin más se fue, desfilando hacia los recién llegados, saludando a cada uno de ellos, como los respetados seres que eran. Su sonrisa era grande, coqueta, Namjoon no estaba muy lejos de él. Los lobos estaban disfrutando el momento, se notaba demasiado que eran amantes de la atención, sin embargo, Jungkook asumió que sería incómodo, pero eran lobos calientes y guapos, con sangre rica, así que, naturalmente, fue fácil para ellos mezclarse.

— Ese jodido sinvergüenza. — Masculló Taehyung entre dientes, sacudiendo la cabeza viendo como todo continuaba.

Jungkook siguió detrás de su príncipe mientras éste paseaba por el salón, e inconscientemente, ignoraba dónde estaba su padre. Más enfocado en su príncipe, su trabajo, el cual parecía una deidad, encantando con su belleza y personalidad, pero al mismo tiempo, tenía esa aura de protección, y seguridad, haciendo todo más cómodo. El vampiro pasaba por cada asiento, para ese momento, bailarinas exóticas entraron para entretener a los nuevos invitados.

Ante la llegada de aquellos lobos, la fiesta se amplió, unas puertas se abrieron para darle paso a un salón igual de grande, donde colgaban grandes candelabros de cristal. Además, el decorativo era bastante particular, había cuadros del renacimiento y bustos de piedra por todo el lugar. Era realmente muy hermoso. Había flores envueltas en las paredes, y en los pilares de marfil. A veces Jimin llevaba el estereotipo de vampiro demasiado lejos. Le encantaba. Y Namjoon siendo su esposo, no le iba a negar nada.

De todas maneras, el hermoso vampiro tenía un gusto exquisito, se notaba en cada superficie de la casa.

La otra habitación daba a un largo patio, mostrando que estaba rodeado de hermosos pinos y arces, haciendo todo más hermoso y con esa aura magnética. Era un largo bosque frondoso, toda propiedad de la pareja. Perfecto para una cacería. Por eso había tanta seguridad, porque el terreno parecía una finca de tan grande que era.

— En su defensa, mi príncipe. Adam le contó todos los problemas por los que estabas pasando y quería ayudarte. — Exclamó Jin, llegando a posarse al lado del príncipe, bebiendo una copa de sangre fresca. Ellos estaban en la otra sala, mirando como los vampiros iban y venían por todas partes.

Había pasado una hora desde que llegaron, y se mezclaban bastante bien. No eran los únicos lobos, pero sí eran el centro de atención.

— ¿Invitando a los Min? ¿Acaso saben quiénes son?

— Familiares de tu lobito.

— ¡¿Les contó hasta eso?!

— Sabes que Jimin y Adam son cercanos, y mi querido hermano es demasiado, demasiado persuasivo y encantador cuando se lo propone. Adam no tuvo oportunidad.

— ¡Son los Min! Maldita sea, Jimin. — Taehyung acarició su sien, un poco fatigado.

A pesar de que había bebido de la sangre de Jungkook, el estrés de tener que estar pendiente de estos lobos era demasiado. Y no tenía tiempo para la política, Jungkook notó eso. Era un momento para disfrutar pero sabía que con estos lobos, no había tiempo para eso.

— No contaba con esto, Jin. Y no creo que Jungkook esté listo para hablar con él.

Su padre.

El lobo tomó una profunda respiración. Estaba inquieto, aunque no reflejaba nada en sus facciones, Taehyung lo conocía demasiado bien. Imposible que pasara lo contrario. Después de todo, desde que comenzó a trabajar para él, el príncipe de los vampiros tomó como desafío, sacar cada lado de Jungkook a flote, cada enojo, cada deseo, cada rabia, cada incomodidad, cada tensión, cada pequeña cosa de su cuerpo, lo quería.

A pesar de que no mostraba nada, solo su mirada vacía y posición de seguridad, Taehyung lo sabía mejor.

— Es algo con lo que no contamos, ¿y dónde está Sascha con esa información? — preguntó Taehyung irritado, buscando con su mirada a Sascha pero no lo veía en ningún lado.

— No lo veo desde hace rato... — Comentó Jin, frunciendo el ceño. Namjoon lo había enviado con uno de sus guardias, a buscar la lista de invitados y de eso ya había pasado más de una hora. — Bueno, mi príncipe, mientras voy a buscar a Sascha, te recomiendo comenzar a hablar con los lobos. Son Min, después de todo.

Con un ademán, Taehyung despachó a Jin. Girándose para hablar con Jungkook.

— ¿Estás listo?

— ¿Tengo que hablarle?

— No, no, claro que no. Déjame todo a mí. Solo sigue luciendo como el intimidante guardaespaldas extremadamente guapo y muy bueno en tu trabajo qué eres. — Dijo el príncipe con una pequeña sonrisa discreta. No quería mostrar su obvio favoritismo por este lobo. — Solo espero que esos lobos no huelan tu conexión con ellos. Todavía siguen siendo una manada sin alfa. ¿Listo?

— Sí, mi príncipe.

Con un asentimiento, Taehyung giró sobre sus talones y se dirigió a la despampanante mujer loba que estaba rodeaba de vampiros y lobos por igual. Había escuchado que la señorita Min Soyeon, era una de las favoritas para subir al trono como alfa de la manada Min. Era alta, demasiado para la mujer promedio, era pálida, tanto que su vestido largo y pegado de color rojo la hacía parecer que nadaba en sangre. Parecía una de esas reinas de antaño, con su cabello negro largo y ojos azules, su rostro era de forma alargada, con su mandíbula bien marcada.

Estaba sentada con las rodillas cruzadas, sus manos en posición de poder, una reposando en el apoyabrazos del sofá en el que estaba, y otro, descansando su mentón, escuchando a todos sus fans.

Aunque era el príncipe, los lobos no le debían nada, por eso ninguno vino a mostrar respeto. No le importaba. Ahora mismo, Taehyung se notaba que estaba planificando como largarse de aquí sin verse tan frío y disgustado.

Jungkook no sintió nada cuando se acercó a los lobos, Soyeon estaba rodeada de otros de su manada, seis en total, y Jungkook reconoció a dos de ellos. Los gemelos Min, Jeong y Yoong, dos gotitas de agua idénticas, según las malas lenguas, eran despiadados, de lo peor de los Min. Incluso entre ellos mismos. Junto con Soyeon eran la tríada Min, eran los que más exigía que se escogiera de alguna manera una alfa, preferiblemente, entre ellos tres. Soyeon era su prima, una de tantas. Los otros tres que les acompañaban eran betas inferiores, pero igual de poderosos, casi parecían los guardaespaldas.

— Mi príncipe. — ronroneó Soyeon al ver a Taehyung acercarse. Y como era toda una dama, ofreció su mano para que el príncipe la besara, cosa que hizo.

— Señorita Min, un placer verla. — Saludó Taehyung con una pequeña sonrisa. Se alejó un poco luego del beso, manteniendo una distancia aceptable. — No la esperaba por aquí, sin embargo, es una agradable sorpresa.

— ¿Oh? Supongo que ese encantador querubín no te había dicho nada.

— Suele olvidar las cosas fácilmente, igual lo adoro.

— Me alegra saber eso. Discúlpame, te presento a mis primos, Jeong y Yoong, creo que en todos estos años, no se habían cruzado. Chicos, este es el poderoso príncipe de los vampiros. — Informó ella con aquella voz suave y baja. Cómoda, segura. Hizo un ademán hacía las dos gotas de agua. Estos gemelos eran muy guapos. Al parecer, la sangre Min era caliente. Era obvio que eran familia, incluso, tenían cierto parecido con Jungkook, era ligero pero estaba ahí.

— Su Majestad. — Dijeron los dos al unísono, vibrando el saludo con sus voces roncas. Como si sus gargantas tuvieran el mismo daño, y no le sorprendió, cada uno tenía diferentes cicatrices visibles en su rostro y cuello. — Ya veo que lo que dicen sobre usted es verdad, príncipe. Un vampiro guapo y caliente. — opinó uno de ellos, sus ojos lujuriosos pasando por todo el cuerpo del príncipe.

Jungkook se tensó, un fuerte gruñido se estaba acumulando en su abdomen, queriendo salir para proteger lo que era suyo. Sus orejas de lobo se movieron, llamando la atención de los demás, en especial, de Soyeon, que le observó con una mirada curiosa.

— ¿Qué tenemos por aquí?

— Mi guardaespaldas, es inofensivo, solo muy protector dado los últimos acontecimientos.

— He escuchado de eso, alteza. ¿varios intentos de asesinato? Creo que estarías más seguro en nuestra manada. — Jungkook se estremeció de miedo. De solo pensar que alguien tan gentil y dulce como Taehyung estuviera en esa manada, le daba escalofríos.

— Dudo mucho de eso, Soyeon. — Hablo el otro gemelo, mirando no muy lejos de allí. — Esa hermosura de Jimin no dejaría ir a Taehyung, joder, como desearía morder ese trasero.

— ¡Jeong, compórtate, estás frente al príncipe!

— Lo siento, alteza, a veces mis instintos me nublen la mente.

— No pasa nada, linduras. Los dejo para que sigan disfrutando de la vista, voy a saludar a los demás Min. — Taehyung hizo un ademán para irse pero uno de los gemelos se levantó, tomándolo de la muñeca, jaló al príncipe para acercarlo lo suficiente para susurrarle algo.

Jungkook notó esto inmediatamente, su brazo se deslizó en la cintura de su príncipe y antes de separarlo del otro lobo, escuchó perfectamente lo que éste le dijo. Y para aparentar, el lobo dejó un casto beso en el caparazón de la oreja de Taehyung, cosa que enojó a Jungkook, jalando a su príncipe lejos de aquellas manos y de aquel lobo.

— Si no quieres perder tus manos, no lo vuelvas a tocar. — Gruñó, jodidamente molesto, poniendo a su príncipe detrás de él. Estaba haciendo su trabajo, ¿no? El gemelo levantó las manos inofensivamente. Sin embargo, su gemelo se había levantado, curioso, y oliendo el aire con claro interés.

— ¿Nos conocemos? — Dijo uno de ellos. Sus orejas de lobos se movieron curiosas. Eran negras, como todas las de la manada Min. No como las de Jungkook, que eran negras con ciertos motes de blanco si buscabas bien.

— No.

— ¿Seguro?

— Muy seguro.

— Qué interesante. — Comentó Soyeon, mirando desde su trono el intercambio. — También me resulta familiar, como un deja vu.

— Dudo mucho que conozcan a mi lobo, creció y se crió en la Agencia...

— ¿Agencia de Protección Noche Blanca? Uhm, ahora, eso es más interesante todavía.

— ¿Alguna razón?

— Tenemos cierta historia con esa agencia, ¿qué edad tienes, lobo? — la pregunta de Soyeon no pasó desapercibida para ninguno.

Taehyung rápidamente maniobró para quedarse a un lado de Jungkook, acariciando su cabello respondió—: La suficiente para cuidarme, querida. Y si lo quieres para ti, tienen un contrato exclusivo por muchos años.

— Es joven, nada como uno joven para disfrutar.

— Y uno guapo, además.

— No pasa nada, mi príncipe. Hablaremos después. No queremos acaparar, no cuando estoy recibiendo feas miradas de tu gente. En otro momento será.

El príncipe se despidió con una sonrisa. Estaba tan tenso que no podía pensar. Igual Jungkook, no sabía qué había ahí. Fueron demasiado amistosos. Los Min no eran amistosos. Incluso con gente de poder. Era la realeza lobuna. Estaban a la altura de su nombre.

— ¡Taehyung! — La voz de Jimin se deslizó por todo el lugar. Se dirigieron hacia él.

Jungkook estaba que se salía de su piel. Quería saber qué le había dicho ese lobo, y quería llevar a Taehyung a una habitación y dejarlo oliendo a él porque le disgustaba mucho que ahora tuviera cierta esencia de ese lobo.

— Ven, cariño, te tengo una sorpresa privada. — Dijo Jimin demasiado alto. Una sonrisa enorme perfumaba su rostro, esa que era para las apariencias.

— ¿Ahora?

— ¡Sí, ahora!

Y sin más. El hermoso querubín enlazó su brazo con el de su príncipe, sacándolo por un pasillo precioso, lleno de pinturas pero esta vez, de hombres hermosos. Muy Jimin.

A medida de que caminaban, se conseguían con vampiros y lobos por igual. Las fiestas del solsticio raramente se enfocan en una o dos salas. Jimin siempre dejaba que sus invitados fueran a todos lados. Excepto por algunos lugares, que eran fuertemente custodiados, por eso tantos guardias. Como ahora, mientras caminaban, podías conseguir una pareja, cuidando y asegurando que todo fuera genial.

Jungkook reconoció a varios de la Agencia, sin embargo, la gran mayoría no era de su sitio. E incluso, se atrevería a decir que no parecían guardias entrenados. Sin embargo, este importante detalle no lo comentó a su príncipe, un descuido nefasto para él. De lo que se arrepentiría.

— No digas nada, espera que lleguemos... — murmuró Jimin de esa manera que solo ellos podían oír, a medida que avanzaban.

Y como esperaba, su príncipe no dijo nada. No había miedo en Jimin, así que no podía ser nada malo.

Y no lo fue, solo fue otra cosa que no esperaba.

Caminaron por unos minutos, parecía que una de las puntas de la mansión era el destino y sí, no conocía el lugar. Jungkook no había venido dado que a Taehyung no le gustaba salir mucho de su castillo. Así que se quedaba a su lado.

Las puertas estaban siendo custodiadas por dos vampiros, que se inclinaron ante su príncipe para luego abrir las puertas. Una vez que pasaron, las puertas se cerraron detrás de ellos.

Y lo que había adentro conmocionó a Jungkook.

Su padre estaba aquí. Rodeado de Namjoon, Jin, y Sascha.

— Esto es inesperado. — Dijo Taehyung, dejando ir a Jimin, su mirada deslizándose en Jungkook, mirando atentamente su reacción.

El lobo apretó sus manos, sentía tantas cosas y a la vez nada. No tenía ninguna relación con este lobo además de la sanguínea, pero eran lobos, y la sangre llamaba demasiado. Tenía la necesidad de cambiar de piel, y ofrecer su barriga al otro alfa, desesperado por su amor y aceptación. Era jodidamente chocante.

No lo conocía de nada, pero sentía ese vínculo familiar. Que solo los lobos tenían con sus cachorros.

Yoongi era un lobo bajo, pálido, con su cabello largo y negro, sus orejas lobunas de igual color, tenía una mirada lastimosa, como si hubiese vivido tantas cosas dolorosas. No parecía viejo, nadie en esta sala aparentaba la edad que tenían, pero sí tenía esa mirada seria y pérdida. Sin

— Dímelo a mí. No esperaba que esta fuera la manera de conocer... — la siguiente palabra quedó en el aire. Su mirada se deslizó a Jungkook, el cual seguía sin decir nada.

Y no diría nada. No sabría qué decir.

— ¿Jimin?

— ¡No me mires a mí!

— Yo le dije que era una mala idea, sin decirte. — comentó Namjoon con un suspiro pesado.

— Y yo le dije que era buena idea si te decía primero, cosa que obviamente no hizo. Mi querido hermano es un romántico, apenas le sacó la información a Adam, planeó este encuentro.

— ¡Jin, cállate, deberías de estar de mi lado!

— Lo estoy, pero no quiero estar del lado malo de Taehyung, nop.

— ¡Ya basta ustedes dos! Tenemos cosas más importantes. Príncipe, al parecer, hay una fuga de información.

— ¿Uhm?

Había cierta tensión en la habitación, era demasiado obvio, los anfitriones de un lado, el alfa de la manada Min del otro, y el príncipe y sus guardias en otro. Haciendo una especie de triángulo que se rompió cuando Taehyung fue a sentarse solo para alejar a su lobo de su padre.

— Como esperabas, están planeando hacer un golpe en algunas horas. No sé cómo quieres proseguir. — Dijo Namjoon con cierta incertidumbre. No le gustaba tener a Jimin en algún peligro cercano, era muy protector con el querubín. Muchos habían pensado que su relación era simple política, un matrimonio arreglado entre grandes familias vampíricas. Después de todo, parejas de vampiros que sean monógamos, no existían, era muy raro, y aburrido. Pero han sorprendido a todos con su relación tan fiel.

— Sospecho que mi manada no fue invitada sin propósito. — Dijo Yoongi, su voz plana, aunque tenía un toque de diversión.

— Bueno, corazón, yo siempre pienso en todo. — Dijo Jimin alto y claro, su mentón hacía arriba, orgulloso.

— Pequeño travieso, estás usando a los Min para que sean de alguna manera una pared entre ellos y el príncipe. — Dijo Jin incrédulo, pero apuntando su copa como aplaudiendo sus acciones. Estaba algo pálido pero era común en los vampiros.

— Eso podría funcionar...Aunque igual, ya llamamos a Hoseok, viene en camino.

— Lo dudo mucho. Mis hermanos y primos solo piensan en sí mismos, aunque siempre estarán felices de participar en una pelea.

— De todas maneras, ¿ese Conde Kenneth es uno de los sospechosos? — preguntó Jimin con cierto desdén, no lo había querido invitar este año, no después de como terminaron las cosas entre él y Taehyung. Código de mejores amigos. Sin embargo, era uno de los principales sospechosos, así que tenía que estar.

— Sí, pero no lo he visto desde hace algunas horas. Se supone que Sascha lo iba a vigilar...

— Lo siento, su alteza, buscar la lista de invitados me llevó mucho tiempo. El vampiro que tenía eso no conseguía la información.

— ¿Cómo no vas a conseguir la información? — Dijo Namjoon, entrecerrando los ojos. Esta fiesta había sido planificada meticulosamente, conseguir una lista de invitados debió de ser lo más fácil posible. Cada guardia del lugar tenía un trabajo.

— ¡Basta! No se supone que de esto sería la reunión.

Era obvio que no, sin embargo, Jungkook no tenía los ánimos para tratar con el lobo que lo engendró. Entendía las buenas intenciones de Jimin, el vampiro era un solecito que buscaba que todo fuera amor y paz, pero ahora no era el momento. Tratar con el tema de mi-padre-es-Min-Yoongi, era para otro instante, no estaba listo, y menos ahora cuando en su mente solo la tenía enfocada para proteger a su príncipe. No necesitaba, ni quería tratar con el tema de la manada más sangrienta de lobos.

— Alfa Yoongi, solo espero que en unos días puedas complacerme con tu presencia en mi aquelarre. Mientras todo esto se calme.

— Claro que sí, alteza, tendremos muchas cosas de que hablar...

Apenas el alfa Yoongi termina de hablar, todos los seres en la habitación giraron su cabeza bruscamente hacia Jin. Percibiendo un olor brotar de su boca. Un olor que no tenía antes. Y menos con sangre escupiendo.

— Creo que bebí demasiada sangre... — Dijo el vampiro, tratando de escupir más y más sangre. Hasta que se desmayó en el piso, en la misma sangre que había vomitado en cuestión de segundos.

Poco tiempo después, un sonido agudo perforó los sentidos auditivos de todos, haciendo que cada uno en la sala se arrodillara con sus manos sujetando sus oídos para evitar ese sonido. Todos excepto Jungkook, que todavía podía soportar el dolor.

— ¡Mi príncipe! — Jungkook sostuvo a Taehyung en sus brazos, el cual se retorcía de dolor porque el sonido era demasiado fuerte, incluso para un vampiro como él.

Sin embargo, Jungkook no dejó que esto le afectara, giró su cabeza para buscar ayudar y se consiguió con Sascha, apuntándole directamente la cabeza con una pistola. Había otros dos guardias, justo los que estaban afuera, uno de ellos apuntaba hacía Taehyung, mientras que el otro estaba dejando inconsciente a los demás, excepto a Jin y Yoongi, que naturalmente se desmayaron. El segundo no soportando el horrible sonido.

— Sabía que eras especial. No contábamos con eso pero sé que no harías nada para perjudicar a este bastardo, así que, agárralo y camina. — Gruñó Sascha, su rostro normalmente sin expresión, ahora tenía una mirada profunda llena de odio.

— ¿Sascha? Pero qué... — la decepción salió de los labios de Taehyung, un murmullo apenas audible. Jungkook tenía el corazón roto al ver esa mirada dolida de su príncipe, mientras lo sostenía en sus brazos de manera nupcial. Aferrándose a él, buscando la manera de salir de éste. Pero joder, no contaba con que en su misma fila hubieses traidores.

— Muévanse, no tenemos tiempo. Ese silbato... — Sascho paró de hablar abruptamente, no queriendo decir más de la cuenta.

Había una conmoción afuera, por eso el apuro, y si era el silbato que conocía Jungkook, los efectos pasaban rápido, era potente y servía para el momento, dejando indefenso a quién no estaba preparado, pero había que actuar rápido, porque en minutos se podían recuperar de ese sonido. Era un prototipo, después de todo.

No le gustaba nada de eso. No habían querido matar a su príncipe de una vez, claramente, estaban preparando algo para él.

Algo más grande.

Jungkook solo sabía una cosa. Para que llegaran a Kim Taehyung, primero tenían que pasar por encima de él, les llevo su tiempo llegar hasta ese punto, y todavía no le había dicho cuánto lo amaba, porque sí, lo amaba demasiado, ellos nunca hablaron de sentimientos pero la verdad era que lo que comenzó como solo lujuria, se convirtió en algo más.

Y no iba a dejar que arruinaran eso, no cuando tenía toda una vida por delante, cientos de años, con su príncipe vampiro.

¡Hola, hola! ¡Espero que les haya gustado! 

¡Oficialmente comienza la recta final!

Qué emoción y qué terror porque quiero hacerlo bien y que no sea tan apresurado. Sin embargo, comencé clases. Y como pueden ver, los capítulos están siendo más largos y y y eso lleva tiempo, siiiin embargo, solo puedo decir que pondré lo mejor de mí para venir con actualizaciones lo más pronto posible.

¡No se olviden en seguirme en mi cuenta secundaria, y en Inkspired! Prontito nos vamos también a Inkitt, ya tengo cuenta pero no he publicado nada porque cuando lo haga, quiero editar para añadir más palabras, los primeros capítulos fueron muy pobres, perdón.

¡Tampoco se olviden de comentar, en serio! Adoro leer sus comentarios. Si gustan, tengo otras dos historias también en emisión, pueden chequear también.

¡Eso sería todo, muchísimas gracias por leer! See yoo soon, babies.

pd: perdonen alguna falta ortográfica, feliz de que me la señalen para corregirla, incluso nombres también. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro